jueves, 23 de abril de 2015

EL COMPLICADO ARTE DE VER



TEOLOGÍA DE LO COTIDIANO
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EL COMPLICADO ARTE DE VER: 

Ella entró en mi oficina pastoral, se sentó en el sofá y me dijo: “Creo que me estoy enloqueciendo, me estoy volviendo loca”. Yo me quedé en silencio esperando ver en ella alguna señal que me pudiera revelar algo de su locura. Luego me dijo: "Uno de mis placeres que me gusta hacer es cocinar. Me voy para la cocina, corto las cebollas, los tomates, los pimentones – realmente siento mucha alegría cuando hago esas tareas para preparar la comida de mis hijos. Sin embargo, hace unos días, entré a la cocina para hacer aquello que tantas veces ya hice de manera cotidiana: cortar cebollas. Lo considero como un acto banal y sin sorpresas. Pero, aquel día en que estaba cortando la cebolla, yo la miré para ella fijamente y me dio un susto. Percibí que nunca he visto una cebolla. Aquellos anillos tan perfectamente ajustados, la luz reflejándose en ellos: tuve la impresión de estar viendo matizados colores como los vitrales de una Catedral Gótica. De repente, la cebolla que cortaba, como objeto a ser comido, se transformó en obra de arte para ser vista y apreciada. Y lo peor es que lo mismo sucedió cuando corté los tomates, los pimentones… Ahora, todo lo que veo me causa espanto.”

Ella se calló, esperando por mi consejo y quizás por mi diagnóstico si realmente estaba loca. Yo me levanté de mi silla, fui al estante de la biblioteca de mis libros y de allá retiré "Odas Elementales", de Pablo Neruda. Busqué aquel poema que se titula "Oda a la Cebolla" y le dije: "Esa perturbación ocular que le sucedió es muy común entre los poetas. Mire lo que Neruda dijo de una cebolla igual como la de aquella que estaba cortando y que le causó espanto: 'Cebolla, luminosa redoma, pétalo a pétalo se formó tu hermosura, escamas de cristal te acrecentaron y en el secreto de la tierra oscura se redondeó tu vientre de rocío. No usted no está loca. Usted ganó ojos de poeta… Los poetas enseñan a ver”.

Ver es muy complicado. Eso es muy extraño, porque los ojos, de todos los órganos de los sentidos, son de la más fácil comprensión científica. Su estructura física es idéntica a la física óptica de una máquina fotográfica: el objeto del lado que está afuera aparece reflejado en el lado de adentro. Pero existe algo en la visión que no pertenece a la física.

William Blake sabía muy bien de eso y afirmó: "Un necio no ve el mismo árbol que un sabio". Sé de eso por experiencia propia. Cuando observo el árbol de Acacia que florece en Primavera, época en que se cubre de racimos colgantes de flores blancas y perfumadas que impregnan con su aroma varios metros a la redonda, yo me siento como Moisés delante de la Zarza ardiente: allí está una epifanía de lo sagrado. Pero una mujer que vivía cerca de mi casa decretó la muerte de una Acacia que florecía al frente de su casa porque el árbol ensuciaba el piso, y le daba mucho trabajo para su escoba. Sus ojos no veían la belleza. Sólo veían la basura.

Adélia Prado poeta del Brasil una vez dijo: "Dios de vez en cuando me saca de la poesía”. “Miro una piedra y solo veo una piedra. ". Drummond en cambio vio una piedra y no vio una piedra. La piedra que él vio lo transformó en poesía.

Existen muchas personas que tienen una visión perfecta y que nada ven. No es lo bastante no ser un ciego para ver los árboles y las flores. No es suficiente abrir la ventana para ver los campos y los ríos. El acto de ver no es cosa natural. Necesita ser aprendido. Nietzsche sabia de eso y afirmó que la primera tarea de la educación es enseñar a ver. El zen-budismo concuerda con eso, y toda su espiritualidad es una constante búsqueda de la experiencia llamada "satori", que es la apertura del "tercer ojo". Yo no sé si Cummings Poeta norteamericano nacido en Cambridge, Massachusetts, en octubre de 1894, se inspiraba en el zen-budismo, por aquellas cosas que un día escribió: "Ahora los oídos de mis oídos despertaron y los ojos de mis ojos se abrieron”.

Hay un poema en el Nuevo Testamento que relata la caminada de dos discípulos en la compañía de Jesús resucitado. Pero ellos no lo reconocían. Vinieron a reconocerlo súbitamente: al partir el pan, “sus ojos fueron abiertos”. Este poeta brasilero Vinicius de Moraes adopta el mismo principio del tema tratado en la poesía denominada "Operário em Construção" [“Obrero en Construcción”]: "De forma que, cierto día, en la mesa al cortar el pan, el operario fue tomado de una súbita emoción, al constatar asombrado que todo en aquella mesa – botella, platos, cubiertos y cuchillos, era él quien los hacía. Él, un humilde operario en construcción".

La diferencia se encuentra en el lugar donde los ojos se inclinan para ver. Si los ojos de ese operario se encuentran en la caja de herramientas, ellos serán apenas herramientas que usamos por su función práctica. Con nuestros ojos vemos objetos, las señales luminosas de tránsito, los nombres de las calles – y así viendo ajustamos nuestra acción. El ver se subordina en el hacer. Y eso es necesario. Pero la visión es pobre. Los ojos no disfrutan... Pero, cuando los ojos se fijan en una caja de juguetes, ellos se transforman en órganos de placer y se divierten, juegan con lo que ven, y miran por el placer de mirar, ellos quieren hacer el amor con el mundo.

Los ojos que viven y se fijan dentro de una caja de herramientas son los adultos. Los ojos que viven dentro de una caja de juguetes, pertenece al mundo de los niños. Para tener ojos juguetones, es necesario tener a los niños como verdaderos maestros, siempre recuerdo aquella poesía de Alberto Caeiro que dijo haber aprendido el arte de ver como un NIÑO. Jesucristo huyó del Cielo, haciéndose nuevamente niño, eternamente: "A mí, me enseñó de todo. Me enseñó a mirar para las cosas. Me señala hacia todas las cosas que hay en las flores, en las plantas y aves del cielo. Me muestra cómo las piedras son tan divertidas cuando las tiene en las manos y mira lentamente para ellas ".

Es por eso – del por qué yo creo que la primera función de la educación es para enseñar a ver – me gustaría sugerir que si pudiera formar un nuevo tipo de profesor, será el de un profesor que nada tenga que enseñar, pero que se dedicara a indicarme el camino para ver con asombrosa belleza todas las cosas cotidianas que engrandece y enriquece el alma. Como el niño Jesús del Poema de Caeiro. Su misión sería la de sentir como principios de partos de unos “ojos vagabundos” ....


REV. RUBEN DARIO DAZA B.

miércoles, 22 de abril de 2015

LAS MENTIRAS: EL CASO DE RAHAB







TEOLOGÍA DE LO COTIDIANO
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Mentiras... esa mala costumbre del ser humano. El caso de Rahab

No soporto a la gente mentirosa. Esa que se inventa excusas para quedar bien, para no decir las verdades. Esa gente que no merece perder un ápice de nuestro tiempo y que, por saber, por entender y por comprender las situaciones, lamentablemente lo perdemos... el tiempo.
Lo que sí ganamos es desconfianza. Y no solo sobre esa persona, sino que a lo largo de nuestra existencia vamos encontrándonos con personajes, que lamentablemente pierden su identidad como EL no personas, que van sumando para que dicha desconfianza la dirijamos y la enfoquemos momentáneamente hacia el ser humano en general. Insisto, momentánea y puntualmente. Entre otras cosas porque no todo el mundo merece ser prejuzgado por la culpa ajena de un tercero.

Qué patéticos llegamos a ser en algunos momentos. Si bien es cierto que todos hemos mentido o mentimos en algún momento, también está la versión de no contar toda la verdad. Que esa es otra. Otra justificación para situaciones que no tienen justificación, valga la redundancia.

No me refiero a mentiras para nuestra propia supervivencia, que quizá, y solo quizá, podrían ser llevadas al terreno de la benevolencia. Lo triste son las mentiras para quedar bien a través de una excusa vulgar, barata y, encima, de fácil descubrimiento. O para dañar... esas son las más crueles, retorcidas, inhumanas y déspotas de las existentes. Sobres esas mentiras me recuerda a las acciones de Rahab para proteger a los espías que envolvían una mentira. La Escritura dice: "Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento (Prov12:22). ¿Fue eso justificado?. Recuerden que ella fue elogiada por su fe.

Pero, ese no es el punto en la historia de Rahab. No hay necesidad de una inteligente racionalización para justificar su mentira. La Escritura nunca elogia la mentira. Rahab no es aplaudida por su ética. Rahab es un ejemplo positivo de fe. En ese momento, su fe recién nacía, débil, y con necesidad de nutrientes y de crecimiento. Sus conocimientos de Jehová eran escasos. En el libro de Josué 2:9-11 ella deja en claro que algo sabía sobre Él, habiendo desarrollado un agudo interés en Jehová como producto de las historias sobre el escape de Israel desde Egipto.

Pero es probable que, antes de esa noche, no haya conocido a un verdadero adorador de Jehová. Muy posiblemente no tenía conocimiento del valor que ÉL asignaba a la verdad. Mientras tanto, ella era un producto de una cultura corrupta donde la ética era prácticamente inexistente. En su sociedad y especialmente en su profesión mentir era un estilo de vida.La manera como respondió es justo la que podríamos esperar de un nuevo creyente bajo estas circunstancias.

El punto es que esa fe de Rahab, aún sin desarrollo,inmediatamente dio frutos de acción.”Recibió a los espías en paz” (Hebreos11:31) quiere decir que no solo los escondió sino que también abrazó implícitamente su causa. De este modo confió todo su futuro al Dios de ellos.Y la prueba de su fe no fue la mentira que dijo, sino el hecho que “recibió a los mensajeros y los envió por otro camino” (Santiago2:25) cuando podría haberlos delatado por dinero.

Es por eso, que la mentira no es lo que hizo que su acción fuera loable. Fue que renunció a una promesa fácil,se puso en peligro,y se jugó el todo por el todo por el Dios de Israel. Nada sino la fe podría haber hecho un tan dramático e instantáneo cambio en el carácter de tal mujer. Obviamente,había desarrollado una gran curiosidad acerca de Jehová por las historias sobre su trato con Israel.Ahora que ella había conocido a personas de carne y hueso que le conocían y le adoraban, estaba lista para involucrarse del todo con ellos.

En realidad, desde mi punto de vista, mentimos por muchos motivos, pero uno de ellos es, sin lugar a dudas, el miedo a decir la verdad. Qué incongruente y a la vez tan curioso, ¿no crees? Como suelo decir siempre, la confianza no se regala ni se da, se gana.

QUE DIOS ILUMINE SUS CAMINOS !!!

lunes, 13 de abril de 2015

MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS



Qué es la Misericordia:

La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren y brindarles apoyo. La palabra misericordia proviene del latín “misere” que significa “miseria, necesidad”; cor, cordis que indica “corazón” y “ia” que expresa “hacia los demás”.

La misericordia puede manifestarse de diversas formas, sea por medios materiales como dar albergue, dar de comer, dar de beber, vestir al que no tiene, entre otros y, por medios espirituales por ejemplo enseñar, dar buenos consejos, consolar al que este triste, rogar a Dios por el bienestar de los seres humanos, etcétera.

El término misericordia tiene diferentes significado todo depende del contexto que en que se usa. Misericordia es una pequeña pieza prominente ubicada en los asientos de los coros de las iglesias que permite descansar cuando se está de pie. Asimismo, la misericordia es el puñal con que los caballeros medievales proporcionaban el golpe de gracia al rival caído.

En ocasiones, la palabra misericordia es confundida con lástima lo cual es errado ya que lástima es enternecimiento y compasión que provocan los males de otras personas, es decir, es un sentimiento temporal y no procura un acto bondadoso para finalizar con los problemas de los demás, en cambio, misericordia es la capacidad de sentir la desdicha de los demás y ofrecerles ayuda.

El término misericordia se puede utilizar como sinónimo de: compasión, piedad, bondad, entre otros. Algunos antónimos de la palabra misericordia son: impiedad, inclemencia, maldad, condena.

El término misericordia en hebreo en el antiguo testamento es “rehamîm” que significa “vísceras” en sentido figurado expresa un sentimiento íntimo, profundo y amoroso que liga a dos personas. El segundo término es “hesed” que es sinónimo al anterior término. Asimismo, existen las palabras “sonhanan” que manifiesta “mostrar gracia, ser clemente”, “hamal” que expresa “compadecer, perdonar” y, por último “hus” que significa “conmoverse, sentir piedad”.


Misericordia de Dios

Para los CRISTIANOS, la misericordia es la cualidad de Dios por la cual perdona los pecados de los fieles. La misericordia es un atributo divino mediante el cual los creyentes piden a Dios para que tenga piedad por sus pecados, desobediencias y sean perdonados.

La Divina Misericordia es la fe que sienten los cristianos por la misericordia de Dios creyendo que él se sacrificó por los pecados de sus creyentes. Por medio de esta fe, la iglesia garantiza a los fieles que Jesús perdonara sus faltas, no a través de un juicio, sino como un gesto de salvación. De igual forma, la misericordia es un estilo de vida que propone el cristianismo a través de acciones interiores como el cumplimiento de sus promesas, practicar las buenas obras semejantes a las de Cristo en obrar bien, creer en Dios, entre otros y, acciones exteriores por ejemplo la oración e intercesión que debemos hacer diariamente por el prójimo, la meditación y la lectura diaria de su Palabra y la reunión de los Santos cuando vamos a celebrar culto a Dios en la Iglesia, etcétera.

Para entender un poco lo alusivo anteriormente, en la Biblia en el Nuevo testamento se encuentra la parábola del “Buen Samaritano” conocida como “las parábolas de la misericordia” narrada en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37, la misma enseña a los fieles que la caridad y la misericordia son las virtudes que encaminaran a los hombres a la piedad y a la santidad.

La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia aunque parezcan similares no lo son ya que misericordia se refiere al perdón concedido por Dios debido al arrepentimiento sincero, en cambio, gracia es don gratuito de Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo.

Misericordia como valor

La misericordia como valor es la virtud del ánimo que lleva a los seres humanos a conmoverse por los trabajos y miserias ajenas. La misericordia es una actitud bondadosa que una persona muestra a otra que esté atravesando por un mal momento.

La misericordia está relacionada con el término amor ya que misericordia es la capacidad que nos hace tener compasión de los males ajenos y nos incita a perdonar, mientras que el amor nos inclina a no guardar rencor, a perdonar.

Jesús como ejemplo de Misericordia

Su misericordia entrañable nos visitó en Jesús, él es la Palabra Misericordia encarnada. Gran parte del Evangelio nos muestra a Jesús conmovido en sus entrañas, llorando por y con el dolor ajeno, perdonando, liberando, levantando, curando, dando esperanza y futuro… tantas y tantas personas recobraron vida en contacto con su ternura y compasión: la MUJER con hemorroísa, la viuda de Naím y su hijo, el ciego Bartimeo, el paralítico, el de la mano seca, el sordo, la mujer encorvada la otra acusada de adulterio, Zaqueo, el buen ladrón, la multitud que andaba como ovejas sin pastor… a todos les visitó la Misericordia, y se volvieron compasivos y misericordiosos como él.

La oración nos permite experimentar en el corazón de qué manera somos amados por Dios. Y nos permite escuchar en el corazón la frase “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37). Practica la misericordia y la compasión como el buen samaritano, como el Buen Padre Dios tiene contigo.

Si nuestra oración es auténticamente evangélica dará frutos de compasión. Si no los da, preguntémonos qué estamos haciendo mal.

Fijos los ojos en Jesús, hagamos nuestros los sentimientos de su corazón y caminemos hacia la Pascua, rehabilitados por su perdón y misericordia. Estrenando cada día un corazón de carne, que se conmueve por lo que ve y siente. Esforzándonos en combatir la indiferencia, como nos recomienda LA PALABRA DE DIOS.

CONCLUSIÓN

La Biblia nos dice que a Dios le gusta más la misericordia (acoger en el corazón la desgracia de otro, lo cual me lleva a la compasión, a sufrir-con) que los sacrificios (Mt 9, 13). Podríamos decir que la religión cristiana, en línea con la tradición profética del AT, va más a los hechos que a los ritos. Más a los frutos que a las buenas intenciones, más a la autenticidad que al “cumplimiento” de algo externo.

Es bueno ponerse en los zapatos del próximo para ver el mundo como él o ella lo ve, desde su perspectiva. Poder sentir lo que de verdad necesita y no lo que yo creo que necesita. Mirar a los ojos de quienes me rodean y pensar cómo hacerles fácil el camino que recorren. Salir de mí mismo e ir, entrar en esos “lugares” donde se sufre y se malvive. Es una buena terapia para relativizar mi desgracia. Y una buena acción pascual.Parece que es una virtud más trabajada en otras religiones que en el cristianismo, especialmente el budismo, y sin embargo, tenemos en el Dios cristiano el fundamento más fuerte, porque si algo podemos decir de Dios es que “es compasivo y misericordioso” (Ex 34, 6-7; Sal 86,5; Sal 103; Sal 145,8; Joel 2, 13; Eclo 2,11; Lc 6, 26). Dios muestra su amor y su misericordia entrañable perdonando a quien vuelve a Él de todo corazón ¡veréis lo que hará con vosotros: él volverá a vosotros, le daréis gracias a boca llena…!

La meditación cristiana nos ayuda en este sentido a conectar con nosotros mismos con serenidad y verdad. Nos permite acogernos con paz.

SOLI DEO GLORIA
RUBEN DARIO DAZA

CRISTO RESUCITÓ, ALELUYA !!




Vida Nueva

El encuentro con Jesús resucitado:

La alegría de la fe en medio de la Comunidad Pascual


San Juan 20, 19-31


“Nunca dejes que nada te llene de tanto dolor o tristeza que llegue hacer que te olvides del gozo de Cristo resucitado”. 
(Madre Teresa de Calcuta)


“Trae tu dedo: mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado. Deja de ser incrédulo y hazte creyente”

En una de las antiguas exhortaciones de la liturgia greco-ortodoxa leemos:

“Esta es la Pascua felicísima, la Pascua del Señor, la Pascua santísima. Abracémonos mutuamente con alegría, ya que ella ha venido a remediar nuestra tristeza... Es hoy el día de la Resurrección; resplandezcamos de gozo, abracémonos, llamemos hermanos aún a los que nos odian, depongamos toda clase de resentimientos en atención a la Resurrección del Señor...”

El pasaje del evangelio de este domingo, tomado de Juan, nos dice cómo se llega a esta alegría. Vamos a explorar éste y otros elementos de la experiencia pascual en un relato que es verdaderamente grandioso: la aparición de Jesús resucitado a su comunidad tanto el primero como el segundo domingo de Pascua.

Efectivamente, se trata de un relato que se desarrolla a partir de diversos itinerarios internos:

♥ Del miedo a la alegría - Del oír al experimentar

♥ Del ver al creer - Del recibir al dar - Del creer al testimoniar

Tal es la progresión a la cual el relato de estas dos apariciones de Jesús resucitado nos permite asistir.

Entremos en el relato decantando sus elementos más significativos.

El primer domingo se va abriendo paso

En la oscuridad de la madrugada María Magdalena había encontrado el sepulcro vacío (Juan 20,1). Durante el mismo día, la Magdalena se había convertido en dos ocasiones en mensajera del acontecimiento: la primera vez para informar sobre la tumba vacía y la segunda como enviada de Jesús resucitado para anunciarle a la comunidad que “hemos visto al Señor” y transmitirles sus palabras.

En medio de los dos anuncios de la mujer e inicialmente impulsados por ella, el Cuarto Evangelio nos narra la ida de Pedro y el Discípulo amado a la tumba vacía. Allí el Discípulo amado “vio y creyó” a partir de la observación de los signos. Si con la Magdalena tenemos el modelo del anuncio pascual, con el Discípulo amado tenemos el modelo de la fe pascual.

Pero el relato ahora avanza hacia el culmen del primer domingo pascual: ese mismo día, “al atardecer”, el Resucitado viene personalmente al encuentro de sus discípulos. El cuarto evangelio insiste en que estamos aún en el “primer día de la semana”.

El estado inicial en que se encuentra la comunidad se describe así: “…Estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar en que se encontraban…”. Jesús los encuentra con las puertas cerradas: todavía están en el sepulcro del miedo y no participan de su vida resucitada.

Esta es la primera vez que se le manifiesta como Señor Resucitado a su comunidad. Se realiza entonces al interior de la comunidad primera el camino de la fe pascual.

El primer encuentro de Jesús resucitado con su comunidad.

El primer encuentro de Jesús resucitado con su comunidad tiene dos momentos:

(1) Jesús se manifiesta a su comunidad en cuanto Señor resucitado.

(2) Jesús les comparte su misma misión, su propia vida y su propio poder para perdonar pecados.

Jesús se manifiesta a su comunidad en cuanto Señor resucitado

Tres acciones realiza Jesús: se pone “en medio de ellos”; les da su paz: “La paz con vosotros”; les hace ver las marcas de su crucifixión: “Les mostró las manos y el costado”.

Y la reacción no se hace esperar: “Los discípulos se alegraron de ver al Señor”.

La presencia de Jesús resucitado suscita paz y de su alegría. Estos son los dos grandes dones el Resucitado.

El primer don fundamental del Resucitado es la “paz”

El primer don fundamental del resucitado es la paz. Tres veces, Jesús insiste en esto.

Jesús se las había prometido en sus palabras de despedida: “Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde”.

Ahora, cuando ha alcanzado su meta y ha sido glorificado, en cuanto vencedor del mundo y en su ir al Padre, Jesús está en condiciones de “dar” la paz anunciada.


SOLI DEO GLORIA

REV. RUBEN DARIO DAZA