viernes, 11 de febrero de 2011

La Importancia de la Radio y la Televisión en la Educación de un País




La radio y la televisión tiene la virtud de poder llegar hasta el último rincón de la complicada geografía de nuestros países: en muchos lugares de Latinoamérica es el único medio de relacionamiento que tiene la población. En países como los nuestros donde se excluyen a grandes sectores, la radio y televisión tiene la capacidad de contribuir a articular a estos sectores entre sí y vincularlos con propuestas y proyectos de alcance nacional. La radio en Red por ejemplo, tiene la capacidad de trasladar las demandas y conocer las necesidades de las provincias y regiones de difícil acceso a las capitales o centros de poder.

Una característica que ha marcado a las radios educativas populares es la participación de sus oyentes, de sus audiencias, del pueblo para el que trabaja. Pero la participación de estos medios no puede ser apenas una estrategia publicitaria o de marketing: es un principio que se debe hacer con respeto, tolerancia y como un objetivo comunicacional.

La proliferación de medios de comunicación en América Latina es cada vez mayor. En proporción a este crecimiento, la cantidad de información que reciben los pueblos crece desmesuradamente. A más de la censura que sigue existiendo en algunos países, hoy se puede afirmar que la cantidad de información sin ningún procesamiento crítico y sin la adecuada contextualización hace imposible asimilar las causas de las grandes crisis y carencias que viven los pueblos de América Latina. Es decir se da la paradoja de que se desinforma con la misma información.

El uso de los medios de comunicación e información y las nuevas tecnologías en las prácticas pedagógicas es un recurso indispensable para desarrollar nuevas competencias en los estudiantes y acercarlos a las dinámicas del mundo contemporáneo. De ahí que, la Revolución Educativa se proponga mejorar los aprendizajes fomentando el uso de los medios electrónicos, la televisión, la radio, el cine, el video y el impreso en el aula de clase.

El reto es pasar de la enseñanza al aprendizaje y emplear los medios y las nuevas tecnologías al servicio de un nuevo modelo de aprendizaje. No se trata solamente de incorporar la tecnología como recurso para promover la educación o el desarrollo; son nuestra propia visión y acción educativas las que marcan la diferencia.

En este sentido, maestros y maestras son estratégicos en el proceso. Hay que aplicar en el aula las ventajas que ofrecen cada uno de los medios de comunicación e información en estos nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje. Estamos ante el gran logro tecnológico de comienzo del siglo XXI: la multimedialidad. En la llamada sociedad del conocimiento, de la revolución digital o de la era de las redes hay que sacar el mayor provecho a la integración de los distintos medios.

Vivimos un cambio fundamental en todos los aspectos de nuestras vidas. Y desde el punto de vista educativo, docentes y educadores tienen que asumir los desafíos del cambio y entender que los jóvenes perciben de otra forma, relacionada con la transformación definitiva de los medios tradicionales (impresos, radio y televisión) y la penetración de las nuevas tecnologías.

A nuevas ignorancias hay que responder con nuevas alfabetizaciones. Y eso supone preguntarnos por el aprendizaje y la convivencia en un mundo globalizado. La exigencia es aprender a seguir aprendiendo y saber hacer con los nuevos recursos y aprendizajes en esta sociedad del conocimiento.

El docente no debe competir con otras fuentes informativas, sino erigirse en elemento aglutinador y analizador de todas esas fuentes incluyéndose él mismo como informador. Desde esta concepción el educador se convierte en dinamizador de situaciones de enseñanza-aprendizaje, mediando en los procesos de aprendizaje de sus estudiantes, donde las habilidades para su diagnóstico y orientación son más significativas que las de depositario de conocimientos y saberes.

Ha de ser, sin embargo la formación y la reflexión de los docentes el punto de partida de la tan esperada integración curricular de las nuevas tecnologías, siempre que ello sea posible, ya que la propia naturaleza de las mismas no siempre lo permiten.

El interés por la información de cualquier oyente urbano o rural, de las grandes ciudades o de los pueblos, es en primer lugar lo que le afecta directamente, lo cercano, lo local, luego lo nacional que lo implica y en tercer lugar le interesan las noticias regionales o internacionales. Sin embargo, creemos que los problemas que nos aquejan a la mayoría están interconectados, que las causas y muchas veces las soluciones, son comunes.

Como consecuencia de lo anterior, se concluye que aparece un nuevo reto en la formación de los educadores ante la aparición de nuevas formas culturales, es así, como el mundo de lo tecnológico se está convirtiendo en un componente esencial de la formación del docente para sí y su quehacer.