jueves, 28 de abril de 2011

¿Será verdad que el Padre Celestial, abandonó a Jesucristo su hijo, en la Cruz del Calvario?

Mateo 27:46:
Cerca de la hora novena [como las tres de la tarde], Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 

Dicen los comentaristas y estudiosos que: Jesús pronunció en la cruz exactamente las mismas palabras que encontramos en el Salmo 22:1: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mr. 15:34). Estas palabras han acarreado a través del tiempo un enigma difícil de explicar para los cristianos.

La explicación tradicional que leemos en muchos comentarios, dice que en esta única ocasión hubo una separación entre las dos primeras personas de la Trinidad, el Padre y el Hijo. La interpretación dice que debido a que Jesús “se hizo pecado” (2 Co. 5:21) el Padre no pudo ni mirarlo, y por lo tanto “abandonó” al Hijo. Habacuc 1:13 sirve de apoyo para esta interpretación: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”. Esta interpretación busca enfatizar el gran sacrificio al que estuvo dispuesto Jesús por amor a nosotros, aún llegando a sufrir la separación con el Padre.

Una vez clavado al instrumento de muerte de aquellos días las últimas palabras del señor Jesucristo fueron dirigidas a su padre.
Mateo 27:46:
Cerca de la hora novena [como las tres de la tarde], Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?  
Ahora me pregunto: ¿Cómo podría padre alguno abandonar a su hijo en momentos de tanto dolor y desesperación? Y si así lo hiciera ¿Qué clase de padre sería? Más aún sabiendo que estaba ahí colgado por obediencia a Él. Por muchos años la gente de Dios bien intencionada ha sido guiada a creer que el Padre Celestial abandonó a Su hijo en su momento de mayor sufrimiento. ¿Cómo pueden explicar lo inexplicable? ¿Cómo alguien puede creer semejante idea como que Dios abandonó a Su hijo en su hora mas oscura? Sin embargo lo hacen diciendo que Dios no puede tolerar el pecado y por que Jesucristo se hizo pecado por nosotros Dios como que tuvo que irse.

Reconocemos que la explicación es bien intencionada y que ha originado a partir de ella grandes sermones durante la historia, pero francamente, pensamos que sus derivaciones pueden tener matices heréticos, ya que se abre la puerta para que alguien diga que es una negación de la creencia en un Dios eterno e indivisible (Mr. 12:29).
Primero que todo, la referencia a Habacuc 1:13 no se puede tomar literalmente como que Dios voltea su rostro cuando ve el pecado. Si eso fuera cierto Dios prácticamente viviría “de espaldas” a nosotros, ya que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Ro. 3:23). El Salmo 90:8 dice: “Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros yerros a la luz de tu rostro”. Génesis 6:5 dice que Dios vio que la maldad de los hombres era mucha sobre la tierra. En virtud de esto, podemos decir que Habacuc 1:13 simplemente establece que Dios no puede mirar el pecado con agrado, no significa que Dios no pueda posar su vista sobre él. Si el Padre no puede mirar el pecado, podríamos llevar esto hasta lo absurdo diciendo que Jesús es mucho más compasivo que el Padre, o tiene “mejor estómago” que el Padre, porque vino a vivir entre pecadores.

Segundo, la alusión a que Jesucristo “se hizo” pecado (2 Co. 5:21) no significa que literalmente se convirtió en pecado. De hecho, el pecado en su esencia es abstracto, nadie puede convertirse en pecado, de la misma forma que nadie puede ser convertido en amor, o en odio, o en luz. Cuando la Biblia dice que Jesús fue hecho pecado significa que la sentencia judicial del pecado del mundo recayó sobre él. Recordemos que otra razón por la que Cristo no pudo “ser pecado” en la cruz es que la Escritura dice que él fue “sin pecado” (He. 4:15). Pedro le llama “un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 P. 1:19). Jesucristo dijo en Juan 9:5: “En tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.”Suponer que Jesús fue “tinieblas” durante el tiempo que estuvo en la cruz no es bíblicamente correcto.

Tercero, no tiene ningún sentido y es contra la naturaleza de Dios el abandonar al Hijo, el cual fue obediente hasta la muerte (Fil. 2:8). ¿Podría el Padre pagar con abandono o rechazo al Hijo que siempre hace lo que a El le agrada? Isaías 42:1 registra las palabras de Dios refiriéndose a Jesús como aquel “en quien se agrada mi alma”. El concepto es repetido en Mateo 12:18. Además, Jesucristo mismo afirma que el Padre nunca le deja solo:“Porque el que me envió, conmigo está: no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Jn. 8:29). ¿Sería lógico suponer que Jesucristo en la cruz no estaba haciendo lo que agrada al Padre? Además, las palabras de Cristo en Juan 16:32 también parecen oponerse categóricamente a la noción de que el Padre le abandonó en la cruz. Hablando precisamente en el contexto de su muerte cercana, Jesús dice: “He aquí viene la hora, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo”. Se refiere al momento en que sería crucificado y justamente dice que todos lo van a abandonar excepto el Padre. ¿Entonces por qué dice la traducción:  por qué me has abandonado?...Porque Jesucristo fue siempre obediente e hizo siempre lo que agrada al Padre, es que Pablo, inspirado por el Espíritu Santo dice que Cristo cuando se entregó por nosotros, fue“ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” (Ef. 5:2). Esto contradice todo otro versículo pertinente en la Palabra de Dios.
Juan 10:30:
Yo y el Padre uno somos.

2 Corintios 5:19:
que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Colosenses 2:9:
Porque en él [en Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad
¿Cómo alguien podría forzar a puro martillazo que la Biblia diga que Dios lo había abandonado al señor Jesucristo si el mismo señor Jesucristo dijo que el y su Padre eran uno, que todos lo iban a abandonar pero que el Padre iba a estar con el? Mas aún la Biblia dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, y que en Jesucristo habitaba toda la plenitud de Dios.
Mateo 26:53:
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
Jesucristo podría haberse ido tranquilamente de la escena de lo que estaba por ocurrirle durante las siguientes 48 horas después de decir esto. Pero decidió quedarse. El siempre hizo la voluntad de su Padre. Por eso decir que Dios lo había abandonado es incongruente con todo lo que sabemos que fue la relación entre Dios y Jesucristo.

Cuarto, Ahora veamos pasajes que presentan en forma más específica la obra de Jesús como Ofrendador y donde notamos que él fue también Ofrenda y Sacerdote:
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. (Ef. 5:2)
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7:26-27)
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios (Hebreos 9:14)
 [Cristo es el Ofrendador y la Ofrenda – también una referencia a la sangre sacrificial]
… pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, (Hebreos 10:12) [Cristo actuando como Sacerdote]
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan (Hebreos 9:26-28) [referencia bien explícita a Cristo como Sacerdote y Ofrenda sacrificial junto con una referencia clásica a la sustitución]
Me ha sido necesario presentar todos estos pasajes para concluir, creo que con buena base, que Jesús fue en la cruz OFRENDA, OFRENDADOR Y SACERDOTE. Es particularmente en el último título y ministerio de Cristo que deseo ahora enfocarme. Sostengo que la teoría del “abandono del Padre” es una interpretación extremadamente forzada. Si Cristo en la cruz fue “cosa repulsiva” y “sufrió el desamparo de Dios” porque “cargaba” literalmente el pecado de todos nosotros (por “nosotros” entiendo los escogidos para salvación), ¿cómo pudo luego continuar con su ministerio de Sacerdote frente al Padre? ¿Cómo pudo ser sin pecado y con pecado al mismo tiempo? ¿En qué momento fueron “quitados los pecados de su cuerpo” (“descargados”) para poder presentarse en el Lugar Santísimo (el cielo)?

Siempre en la misma vena: ¿En qué momento el Sacerdote en la Cruz se convirtió en “cosa repulsiva”? ¿Es posible que luego de ser algo repulsivo el Sacerdote pueda presentarse en el Lugar Santísimo durante la misma ceremonia? No debemos olvidar que siguiendo el tipo del AT, la expiación de los pecados siempre requirió ciertas actividades sacerdotales posteriores al sacrificio. El verdadero perdón requería (basado en las imágenes del AT) que alguien llevara la sangre hasta el lugar Santísimo. El Lugar Santísimo donde Cristo se presentó fue el cielo (Hebreos 9:22-28).
22 Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. 23 Fué, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que éstos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. 25 Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo, como entra el pontífice en el santuario cada año con sangre ajena; 26 De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo. 27 Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio; 28 Así también Cristo fué ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud. 
El cielo fue el escenario donde realizó, de alguna forma, sus tareas sacerdotales post-mortem (Hebreos 8:1-5)
1 ASI que, la suma acerca de lo dicho es: Tenemos tal pontífice que se asentó á la diestra del trono de la Majestad en los cielos; 2 Ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre. 3 Porque todo pontífice es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tuviese algo que ofrecer. 4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, habiendo aún los sacerdotes que ofrecen los presentes según la ley; 5 Los cuales sirven de bosquejo y sombre de las cosas celestiales, como fué respondido á Moisés cuando había de acabar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el monte.
O sea, la presentación del sacrificio a Dios por un mediador aceptable (recalco como lo hice en otro ensayo que nuestra redención, o el costo de nuestra redención fue logrado o pagado en la cruz). En su ascención (anterior a la que vieron los discípulos), Cristo entró a la presencia de su Padre en el verdadero (no terreno) Lugar Santísimo. No estoy diciendo que Jesús llevó a cabo un rociamiento literal de su sangre similar al que el sumo sacerdote hacía en el Día de la Expiación, sino que pudo haber sido simplemente el presentarse en la presencia de Dios por nosotros (Hebreos 9:24). Una vez que lo hubo hecho, sus tareas sacerdotales con respecto a su sacrificio finalizaron.

Pienso que puedo, fundado en la información bíblica expuesta, argumentar que Dios Padre en ningún momento dio vuelta su rostro, descargó su ira, consideró repulsiva la persona de Jesucristo, o cualquier otra expresión que acarree la idea de una separación entre el Padre y el Hijo durante su estancia en la cruz.

Jesús sabía muy bien que el Padre no lo rechazaría; el mismo Salmo 22, que es un salmo mesiánico, dice en el v. 22: “Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a él, le oyó”. Debemos observar también

Quinto, analizando el contexto de Mateo 27 vemos que las palabras de sus enemigos están cargadas de burlas e injurias desafiantes, sintetizadas en la expresión: “Si eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz” (Mt. 27:40; ver también Mt. 27:39, 42, 43, 44, 47, 48 y 49). Algunas de las actitudes y expresiones de sus enemigos son claramente similares a lo que describe el Salmo 22, tal es así que la mayoría de las Biblias hacen la correlación con el Salmo 22 al pie de algunos de los versículos anteriormente mencionados.
Es natural, para algunos comentaristas y pastores, que Jesucristo desde la cruz mencione las primeras palabras del Salmo a los efectos de responder a sus enemigos, señalando así que él era el Mesías. La exclamación de Jesús no fue una expresión de su estado emocional manifestando la angustia de una separación con el Padre tal como lo enseña la interpretación tradicional. La noción de que las palabras de Jesús no fueron un grito de angustia expresado en un momento de crisis de fe es apoyada, además, por los siguientes puntos:
a) Si examinamos todas las frases de Jesucristo desde la cruz registradas en los evangelios, vamos a encontrarnos con alguien que está en absoluto dominio de sus facultades así como de los hechos. Esto es confirmado por frases como “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23:45), “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc. 23:34), “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43) y “Consumado es” (Jn. 19:30). La única frase de Jesús que parece no estar a tono con las demás y en primera instancia nos da la impresión de estar frente a un Jesús al borde de la desesperación, es “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. La explicación tradicional, al decir que aquí hubo una separación entre Jesús y el Padre, falla en no tomar en cuenta que Jesucristo estuvo en plena facultad de sus sentidos en todo momento. Una vez más, podemos decir con confianza que Jesucristo, al citar las primeras líneas del Salmo 22, estaba señalando que en él se estaban cumpliendo las profecías del Salmo 22, de la misma forma que señaló a sus discípulos después de su resurrección que era necesario que se cumplieran las cosas escritas acerca de él en los Salmos (Lc. 24:44).
b) El hecho de que Jesucristo durante su ministerio nunca usó las palabras “Dios mío” para referirse al Padre, y lo hace por primera vez estando en la cruz, es más evidencia de que Jesús está citando el Salmo y no haciendo una pregunta relacionada con la experiencia que está teniendo.
c) El Salmo 22 fue escrito por David, probablemente durante la rebelión de su hijo Absalón. El autor expresa las circunstancias que le rodean y sus sentimientos con respecto a ellas. Obviamente, el Espíritu Santo guió la composición del Salmo y dio a David en el proceso la habilidad de profetizar con respecto al Mesías. Pero como en todos los Salmos mesiánicos, no todo el contenido hace referencia a Jesús o aplica directamente a su ministerio. Es la tarea del que interpreta el discernir y deducir a través de la hermenéutica y una buena exégesis sobre el texto, cuales referencias corresponden al Mesías venidero y cuales no. En nuestra opinión, el versículo 1 del Salmo 22 no aplica a Jesús.

Sexto, ahora expliquemos el texto para dar una solución: El problema radica en que las palabras lama sabactani no son griegas sino arameas. Jesucristo hablaba arameo. No obstante no existe palabra lama alguna en arameo pero si existe LMANA que quiere decir “con este propósito” o “por esta razón”. La palabra raíz de SABACHTHANI es SHBK o SHBQ que significa reservar, guardar. Veamos algunos ejemplos bíblicos...
Romanos 11:4:
Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado [SHBK] siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.

2 Reyes 10:11:
Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó [SHBK] ninguno.

Deuteronomio 3:3:
Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos [SHBK hasta que no quedara ninguno reservado].

Josué 10:33:
Entonces Horam rey de Gezer subió en ayuda de Laquis; mas a él y a su pueblo destruyó Josué, hasta no dejar a ninguno [SHBK] de ellos.
Hay una versión de la Biblia[1] que tradujo a la última parte de Mateo 27:46 de la siguiente manera: Mi Dios, mi Dios, para esto yo fui guardado. En este mismo punto hace una nota al final de la página donde añade: Este era mi destino.

Desde lo profundo de su ser el señor Jesucristo en la tremenda agonía de su dolor exclama: Dios mío, Dios mío con este propósito he sido guardado.

Dice que exclamó a gran voz…¡¿Cuán grande pudo haber sido su voz después de dos días de no dormir y sufrir tortura y estar clavado sobre una madera?!... Aún así dice a gran voz. Regresemos al momento previo a su captura.
Lucas 22:39-44:
39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
No puedo medir -en mi humana fragilidad de ser humano- lo que pudo haber estado pasando por el alma del señor Jesucristo. El supo acerca de lo que iba a pasarle ya en Getsemaní antes de ser aprendido por los malvados y luego pasó esos dos horribles días de espantosas torturas y aun así en esas circunstancias de sus últimos momentos de vida, el que hallara un segundo mas para juntar sus pensamientos y ordenarlos y con su hálito exclamar a gran voz que el le reconocía a su Padre (y el nuestro) que el había sido guardado para esto… él, que días atrás había pedido a su Padre no padecer justamente esto que estaba padeciendo es simplemente conmovedor. Este maravilloso  equipo que formaron nuestro Padre Celestial y nuestro hermano, Señor y redentor Jesucristo es digno de admiración.

Séptimo, finalmente; segundos antes de morir sus últimas palabras quedaron registradas por Juan:
Juan 19:30:
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
¿Qué es lo que estaba consumado? Nuestra redención. El había pagado el precio, justamente él que no había conocido el pecado en sí mismo, por nosotros se hizo pecado para que seamos la justicia de Dios en el. La última parte de este versículo dice que el entregó el espíritu, nadie quitó su vida el la entregó por su propia voluntad. El pudo haber dejado la cruz en cualquier momento, pudo haber sido asistido por doce legiones de ángeles pero allí permaneció hasta lograr nuestra redención por que nos amó y dio su vida por nosotros.

En conclusión, el Padre no rechazó ni abandonó al Hijo en la cruz. Pensamos que hay mucha más base bíblica para apoyar nuestra posición que la existente para la interpretación tradicional. La unión entre el Padre y El hijo es indestructible, no sólo porque ambos son Deidad, sino también por la completa unanimidad que hay entre sus voluntades, deseos, misericordia, justicia, y amor por los humanos, ejemplificada en el gran sacrificio de Cristo Jesús en la cruz. “Sobre el significado de la obediencia de mi Hijo Jesucristo, el apóstol Pablo les recuerda: "El cual (Jesús) siendo de condición Divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se anonadó a Sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres, y presentándose con aspecto humano, se humilló a Sí mismo hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios lo exaltó y Le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: Jesucristo es el Señor" (Filip. 2:6-12).

Notas del traductor:
[1] Según The Concordance to the Peshitta version of the Aramaic New Testament, American Christian Press, 1986, Página 208, Columna 2; LMANA quiere decir porque en el sentido de la razón o el motivo y SABACHTANI quiere decir reservar, dejar (idem, Página 352 Columna 1). En el Lexicon to the Syriac New Testament (Peshitta) por William Jennings, American Christian Press, 1979, Página 112 LMANA quiere decir porqué (en el sentido del motivo o razón), la causa… En la página web: http://www.peshitta.org/ existe una versión interlineal de Mateo 27:46 y  del inglés traducido al castellano diría: mi Dios, mi Dios, por que me has reservado o guardado…


Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[6] a menos que se especifique algo en contrario.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: aitema). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: LMANA).

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas información disponible de consulta en dicha fuente.
 
Al Dios Vivo sea toda la Gloria, Honra y Alabanza !
Rev. Ruben Dario Daza B.

martes, 26 de abril de 2011

Cristo Nuestra Pascua. Parte 5


El día de Pentecostés

P
asaremos un rato estudiando acerca del día de Pentecostés. Trabajaremos algunos aspectos vinculados hasta saber qué fue lo que se logró, qué comenzó, por qué se celebraba y finalmente cómo se asocia a la pascua. La importancia de hacer una seria recordación de este evento singular radica en que sabiendo qué es lo que ocurrió en ese día en particular y que llevó  a que ese día ocurriera; el hijo de Dios puede comenzar a comprender qué es lo que tiene disponible a partir de aquel momento en la historia.

Juan 14:15-17:
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Aquí es el señor Jesucristo quien les hablaba a sus discípulos y les dice que “otro consolador” iba a venir en el futuro, lo cual indica que aun no estaba en ellos. En aquellos días había disponible espíritu santo sobre[i] algunas personas pero Jesucristo les dice que Dios les dará otro consolador no para morar CON ellos sino EN ellos. Un cambio fundamental que se iba a ejecutar unos días mas tarde.

Hechos 1:4, 5:
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Jesucristo les dijo en Juan 14 que iban a recibir aquello que ya estaba CON ellos… pero EN ellos. Ahora, aquí en Hechos dice que eso es la promesa del Padre que era lo mismo que decir que iban a ser bautizados con espíritu santo.

Lucas 24:49:
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

Si pudiéramos hacer una ecuación matemática colocando las distintas maneras en que aparece aquello que iban a recibir podría quedar de la siguiente manera:
Otro consolador = el espíritu de verdad EN vosotros = la promesa del Padre = ser bautizados con el espíritu santo = ser investidos con poder desde lo alto.

Distintos nombres para la misma “cosa” que aun no estaba disponible sino que iba a venir en “no muchos días”. Aquello que vendría iba a ser muy importante teniendo en cuenta de la “campaña publicitaria” que hizo el mismo Jesucristo acerca de ello.

Dios es todopoderoso en recursos pero además "todorespetuoso" de la libre voluntad de las personas, entonces puso en marcha el plan de redención a partir de la desobediencia del hombre documentada en Génesis capítulo 3. El Padre Celestial esperó que alguien finalmente creyera para dar a luz al Mesías y así poder redimir a Su gente. Finalmente logró -después de muchos años- que una mujer creyera y diera a luz al señor Jesucristo. Luego, debido a la obediencia que Jesucristo le tuvo a  Dios y a Su Palabra, cumplió cada parte de la Ley para eximirnos a nosotros de hacerlo.

Dios no cambia. Aun sigue esperando que la gente crea para renacer de Su espíritu y que la persona -una vez renacida- crea para andar con Su poder. Dios no transgredió la voluntad de las personas para que llegara el Mesías ni transgredió la libre voluntad del señor Jesucristo para que se entregara como ofrenda por nosotros. El lo hizo por su libre voluntad.

Hechos 1:1-5:
1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Se les apareció por cuarenta días es decir que estuvo con ellos desde el día 18 de Nisán hasta el 27[ii] de Iyyar cuando ascendió. Dice al final del versículo cinco: “dentro de no muchos días…” No dice ahí cuantos días, pero iban a ser diez días para que se completara la cuenta de los cincuenta días desde la resurrección y posterior presentación de sí mismo ante Dios. 40+10=50.

Las pruebas -dice el versículo 3- eran indubitables.

1 Corintios 15:3-8:
3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

Muchos fueron los testigos de lo que hizo el señor Jesucristo durante esos cuarenta días por eso las pruebas eran indubitables. De regreso a Hechos.

Hechos 1:6-9:
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

Continúan entonces los acontecimientos desde el momento que Jesucristo es tomado arriba hasta el día de Pentecostés. Diez días.

Antes de proseguir vamos a pasar un rato  en el Antiguo Testamento para entender mejor la celebración que estamos estudiando. El vocablo Pentecostés significa quincuagésimo o cincuenta-avo. En el Antiguo Testamento se le asignan tres nombres:

La Fiesta de la siega (o la cosecha)    (Éxodo 23:16)
La Fiesta de las Semanas                   (Éxodo 34:22)
El día de las Primicias                        (Números 28:26)

Éxodo 23:16:
También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.

Éxodo 34:22:
También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.

Números 28:26:
Además, el día de las primicias, cuando presentéis ofrenda nueva a Jehová en vuestras semanas, tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis.

Para la época del Nuevo Testamento el nombre más popular era Pentecostés.

La primera de todas las fiestas anuales se llamaba la Fiesta de los panes sin levadura que conmemoraba la gran liberación que Dios les dio de la esclavitud de Egipto. Duraba una semana y por supuesto siempre incluía un Sabat semanal.  El primer día después de este Sabat[iii] semanal sería el primero en la cuenta de cincuenta días hasta Pentecostés

Levítico 23:1- 11:
1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3 Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis. 4 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos: 5 En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová. 6 Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. 7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 8 Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo haréis. 9 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla[iv] por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá.

El señor Jesucristo fue las primicias, el primer fruto por así decir de entre los hombres en resucitar de los muertos[v]. Una vez resucitado cumplió la Ley al ir a presentarse directamente al Padre como ofrenda mecida.

Juan 20:14-17a:
14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre…

La instrucción directa de Jesucristo a una discípula de el fue “no me toques porque aun no he subido a mi Padre…” El debía presentarse a sí mismo como sumo sacerdote,[vi] hecho indiscutible que era coincidente con que era además el primer fruto de entre los muertos.

Hebreos 5:1-10:
1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; 2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; 3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo. 4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. 5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.  

Por eso el fue primero a presentarse delante de Dios y luego continuó con sus tareas debidas en los cuarenta días restantes que estuvo sobre la tierra en su cuerpo resucitado.

Levítico 23:12-16:
12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14 No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. 15 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo [18 de Nisán], desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida [lo que estaba por hacer Jesucristo cuando lo encontró María Magdalena]; siete semanas cumplidas serán. 16 Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta[vii] días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.

La cuenta de los cincuenta días comenzaba desde el momento que se ofrecía la gavilla del grano al final de la Pascua. El quincuagésimo día se celebraba el día de Pentecostés. Esta fiesta era también llamada la fiesta de las semanas pues involucraba siete semanas. Pentecostés señala la culminación de la cosecha del cereal que comenzaba cuando se aplicaba la hoz al grano por primera vez.

Éxodo 34:22:
También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.

Deuteronomio 16:9 y 10:
9 Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas. 10 Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido.

El tiempo en el que Dios le dio la Ley a Moisés en el monte Sinaí y el día de Pentecostés ambos ocurrieron en el tercer mes[viii] y ambos cambiaron la Administración.

En enseñanzas anteriores[ix] se ha cubierto la precisión de la Palabra de Dios en lo concerniente a los eventos de la Fiesta de los Panes sin levadura y la Pascua que abarcaban los últimos momentos de la vida humana del señor Jesucristo, es decir los eventos del 10 al 14 de Nisán.

Jesucristo resucitó el día Sábado 17 de Nisán entre las dos tardes y fue visto por primera vez el día siguiente, 18 de Nisán que era domingo.

Para contar los cincuenta días hay que contarlos comenzando con el día que sigue al día de reposo.

Mateo 28:1:
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
Levítico 23:15: Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán.

… desde el día que sigue al día de reposo. El día de reposo era el sábado 17 de Nisán. El día siguiente fue el domingo 18 que era el primero en la cuenta de los cincuenta días. Según Levítico 23:16 había que contar siete semanas para llegar a la cuenta total de cincuenta días. La manera práctica era contar siete días de reposo

Levítico 23:16:
Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.

Esas siete semanas unen la Pascua, la Fiesta de los Panes sin levadura y Pentecostés. Técnicamente debido a esta cuenta, la pascua es la anticipación de Pentecostés. Viejos escritos rabínicos llaman a Pentecostés “La fiesta de conclusión pues era entendida como la conclusión de la pascua y la fiesta de los panes sin levadura celebrando que los hijos de Israel dejaron atrás la esclavitud de Egipto. Ellos pensaron que la conclusión de ese éxodo fue cuando Dios le dio a Moisés la Ley en el Monte Sinaí. Entonces este evento se asoció  con Pentecostés.

El simbolismo entre Pentecostés y la Pascua no termina con Israel. Jesucristo nuestra pascua representó nuestro éxodo de la muerte y la esclavitud de la Ley. El trabajo redentor de Jesucristo hizo posible el día de Pentecostés que fue cuando Dios derramó el don de espíritu santo comenzando así una nueva manera de tratar con Su gente, como Sus hijos. La Ley había sido completada y ya no tenía más efecto.

El paralelo entre los hijos de Dios y el pueblo de Israel es llamativo y significativo. Para ellos Pentecostés representaba el momento cuando la Ley fue dada y para las personas renacidas de hoy en día representa el derramamiento del espíritu santo. También para el hijo de Dios Pentecostés está asociado con Jesucristo nuestra Pascua pues Pentecostés fue la conclusión de lo que Cristo vino para hacer disponible.

En el día de Pentecostés  comenzó la Administración de la Gracia en donde los hijos de Dios son la cosecha teniendo en sí mismos las primicias del Espíritu Santo. La cosecha final será en el retorno de nuestro señor y salvador Jesucristo.

Pentecostés representaba la conclusión de la primera fiesta del año y para nosotros es la conclusión de lo que Jesucristo vino a hacer disponible. Ésta fiesta era –y es- una de agradecimiento y regocijo por la abundancia provista por Dios.

Jesucristo no sólo fue el cordero pascual sino que reemplazó cada sacrificio para cada momento. Cuando todos los requisitos fueron satisfechos a través de Jesucristo; el hombre llegó a estar completamente redimido gracias a el.

Nuestra redención no fue posible mediante nuestro esfuerzo de complacer a Dios como era en el caso de la época de la Ley. Nuestra redención es por gracia y es gratuita para nosotros porque fue posible mediante el trabajo de Dios en Jesucristo quien fue el sacrificio perfecto. El trabajo redentivo de Jesucristo como nuestro cordero pascual fue edificándose hacia Pentecostés en donde la magnífica Administración de la Gracia fue develada y el poder del espíritu santo fue derramado.

Como procedimiento estándar no bien renacieron hablaron en lenguas. Aquello fue similar a hoy día siendo la evidencia externa, en el mundo de los sentidos del poder y la presencia del espíritu santo dentro de ellos. Cada persona en el momento del nuevo nacimiento puede tener su “Pentecostés personal” y exteriorizar la nueva realidad interna que tiene a partir de ese mismísimo momento.

Hechos 2:1-4:
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hasta el preciso momento en que fueron todos llenos del espíritu; el único hijo de Dios que existía era el señor Jesucristo que era además Sumo Sacerdote y estaba directamente a la diestra de Dios presentando las primicias de la cosecha de entre la humanidad, los primeros en ser hijos de Dios al momento mismo del cambio de la Administración. Estos doce hombres eran el “grano nuevo” y como consecuencia normal del renacer del espíritu de Dios los primeros doce en hacerlo hablaron en lenguas sentando así un precedente hasta nuestros días. Existen varios registros[x] en la Palabra de Dios en los que el fuego lo encendía  Dios directamente y eso era la indicación de que El aceptaba la ofrenda.

Una vez renacidos del espíritu de Dios podemos ganar entendimiento y visión de lo que Dios nos ha dado a la vez que desarrollamos cada vez más confianza en manifestar poder desde lo alto. Cuando vivimos  los principios de la Palabra de Dios andando por el espíritu estamos probando a nivel de los sentidos que Dios levantó a Cristo de los muertos. Ver los siguientes cuadros:

LOS HECHOS MÁS IMPORTANTES DEL MES DE NISAN - ABRIL

Dom
Lun
Mar
Mie
Jue
Vie
Sab



11
12
13
14
Crucifixión
15
16
17
Resurrección


18**

        1
19

       2
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        3
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       5
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24

       7
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8
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9
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10
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11
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12
30

13












El día Domingo 18** fué la 1ª Aparición de Jesucristo después de su resurrección.
Vea Mateo 28: 5-15; Marcos 16: 2-14; Lucas 24: 1-45. A partir de este día comienza
la cuenta de los cincuenta días hasta llegar el día de Pentecostés.

        LOS HECHOS MÁS IMPORTANTES DEL MES DE IYYAR  -  MAYO        


Dom
   Lun
    Mar
   Mie
     Jue
       Vie
      Sab







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24

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25

38
26

39
27**
Ascensión    
Lucas 24:50
Hechos 1:9
 40
28

41
29

42
 
 

domingo, 24 de abril de 2011

Cristo Nuestra Pascua. Parte 4



El cuerpo y la sangre del Señor

 
1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa,
sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo,
ya fue sacrificada por nosotros.
 
1 Corintios 11:23-26
23 Porque yo [Pablo] recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

E
sto que les transmite Pablo a los corintios es exactamente lo mismo que enseñó el señor Jesucristo a sus discípulos la misma noche que fue entregado. Pero la iglesia de Corinto no distinguía apropiadamente la representación que tenían los dos elementos que componen la pascua y como consecuencia de no discernir correctamente el significado del cuerpo y la sangre del señor Jesucristo, recibe un fuerte “tirón de orejas” por parte de Pablo. El apóstol los corrige por que no estaban creyendo correctamente lo concerniente a los logros del señor Jesucristo con su sacrificio en la cruz. Dios quiere salud para Su gente, Él se encuentra en el polo opuesto de la enfermedad y la muerte. Si Dios enviara esos males, como generalmente (y erróneamente) es enseñado, entonces el apóstol más grande de la cristiandad estaría trabajando en contra de Dios al confrontarlos en este error.
1 Corintios 11:27-30:
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente[1], será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Estamos acostumbrados a que algo indigno es algo sin honor, sin excelencia,  mas bien humillante y vergonzoso y es así; pero además el vocablo digno también está asociado al mérito. Ellos no le daban la dignidad o el mérito que tenía la copa y el pan que representaban nada menos que la sangre y el cuerpo que a su vez representaban el perdón y la sanidad disponibles para los hijos de Dios.

Quien esto hiciera sería “culpado[2] del cuerpo y la sangre del señor”. Realmente uno no puede ser culpado del cuerpo y de la sangre de Jesucristo, sino mas bien de no darle dignidad o mérito al significado de esos dos elementos.

En el versículo veintiocho dice “por tanto pruébese[3] cada uno…”  Aquí el apóstol les dice que cada uno debe hacer su propio examen de sí mismo en cuanto si distinguían o no los logros obtenidos por el señor Jesucristo en la cruz. No iba a ser Dios quien los probase ni sus hermanos en Cristo. Cada uno era el que tenía que examinarse.

Finalmente en el versículo veintinueve dice que él que come el pan y bebe el vino sin darle mérito, sin discernir[4], sin distinguir los logros de ambos elementos de la pascua, lo que haría realmente sería comer y beber “juicio[5] para sí”. En ese “juicio para sí” uno resultaría  absuelto de culpa si discriminó los dos elementos; y resultaría culpable si no discriminó los dos elementos de la pascua. Siendo que el examen lo hace uno mismo sobre uno mismo entonces es –de nuevo- uno mismo quien es el juez y el sentenciado o el absuelto.

Nunca Pablo les dijo que la enfermedad y la muerte eran una señal de Dios o que Dios necesitaba un ángel al lado Suyo o que estaban siendo probados por Él para que sean mejores Cristianos o que aceptaran la muerte con resignación cristiana... ¡No! Pablo los confrontó y los corrigió por que ellos no distinguían los logros del señor Jesucristo por ellos en su cuerpo y su sangre en la cruz. Por eso –como algunos entre los corintios estaban enfermos y otros estaban muertos- debió intervenir Dios a través de Pablo para corregir la situación. La expresión “muchos duermen” es un eufemismo que significa que muchos estaban muertos. Pablo los confronta en conjunto, no individualmente. Ellos no habían entendido los logros de Jesucristo con su cuerpo y con su sangre en la cruz.

Para un adecuado entendimiento y agradecimiento por lo que tenemos como hijos de Dios hoy día, regresaremos a los tiempos anteriores al día de Pentecostés cuando las consecuencias eran muy diferentes para los desobedientes a la Ley de Moisés.
Deuteronomio 28:15, 22, 27 y 28, 35, 60 y 61:
15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu;
35 Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. 61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido
El tema en este registro es: los males y las enfermedades. La iglesia de los hijos de Dios de hoy día no está mas bajo la maldición de la Ley gracias al trabajo finalizado del señor Jesucristo a través del cual podemos vivir una vida abundante[6].
Gálatas 3:13:
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)
Si Cristo nos redimió de la maldición de la ley entonces no tenemos mas la maldición de la ley sobre nosotros. Dice “nos redimió” (tiempo pasado) de todos los males y enfermedades de la ley no de algunos sino de todos. Redimió está en el pasado la acción está consumada no es necesario repetirla. El mismo señor Jesucristo lo hizo una vez para siempre[7].

Si Cristo los había redimido a los corintios (como al resto de los hijos de Dios) entonces ¿porqué había entre ellos muchos enfermos y debilitados y muchos dormían?
1 Corintios 11:29 y 30:
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Ésta es la razón que muchos estaban debilitados y enfermos. No discernían el significado del cuerpo partido y de la sangre derramada del señor.
Salmos 105:37:
Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo.
Habla de cuando Dios sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto y dice que los sacó con plata, con oro y con salud. Dios no cambia según lo que Su misma Palabra dice en Malaquías 3.
Malaquías 3:6 a:
Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Si Dios no cambia entonces así como sacó al pueblo de Israel ricos y sanos de la esclavitud de Egipto ¿por qué pensar que podría hacer menos por Sus hijos? Cada vez que haya enfermedad o muerte prematura hay algo incorrecto en las personas nunca en el Padre Celestial. Hoy día después del sacrificio de Jesucristo Dios puede hacer no igual sino mas que lo que pudo en aquel entonces.
 Hechos 13:38 y 39:
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
El pueblo de Israel estuvo siendo maltratado como esclavos por los egipcios por cuatrocientos treinta años[8].
Éxodo 2:23 y 24:
23 Aconteció que después de muchos días murió el rey[9] de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
El pueblo de Israel tuvo que tolerar esa esclavitud hasta que apareció Moisés bajo cuyo liderazgo Dios los sacó. Moisés era el hombre y vocero de Dios.
Éxodo 3:10:
[le dijo Dios a Moisés] Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel [que era el padre de José]
Éxodo 12:1-3,6-8,11:
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 Este mes [mes de Nisán] os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. 3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.
6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.
11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová.
Dios habló Su Palabra a través de Su vocero. Los resultados de la obediencia fueron evidentes para aquellos que justamente obedecieron como vimos en Salmos 105 anteriormente. Por otro lado ¡Qué excelente manera de comenzar un nuevo año! Haciendo memoria que Dios los sacó de la esclavitud a la tierra prometida.

En dos cosas fueron instruidos: 1) tomar la sangre del cordero y rociarla en el dintel y los marcos y 2) comer la carne. Ambas cosas eran igual de importantes en lo que a Dios concierne. Era la pascua de Jehová.

La vida de los primogénitos fue protegida por la sangre. Sólo eso los protegió: la sangre. Tan ridículo como pudo haberles parecido el hecho de pintar con sangre la puerta y el marco; de todos modos todos aquellos que lo hicieron fueron salvos del heridor y los que no lo hicieron tuvieron la desgraciada consecuencia de la muerte de su primer hijo.

La protección estaba dada por la sangre y  la carne era para darles la fortaleza física que iban a necesitar para emprender la marcha en el desierto. Eso ocurrió debido a que los israelitas actuaron sobre la Palabra de Dios que les fue presentada por medio de Moisés.

La creencia es indicada mediante el actuar sobre lo que Dios ha prometido. El pueblo de Israel liderado por Moisés demostró creencia. Dios les dio fortaleza física cuando comieron la carne del cordero y salvó sus vidas mediante la sangre del cordero por que siguieron al pie de la letra las instrucciones.

Ellos tuvieron resultados por que actuaron sobre la Palabra de Dios que Moisés habló. Los resultados siguieron a los que creyeron la Palabra que coincidentemente había hablado Moisés. A no confundirse con esto.
Mateo 8:17:
17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Jesucristo hizo estas dos cosas por nosotros: tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias. Eso mismo hizo el cordero pascual a la salida de Egipto. Por eso no hubo entre ellos quien estuviera débil o enfermo. Jesucristo es nuestra pascua.

Mucho se enseñó acerca de que Jesucristo llevó nuestros pecados pero poco que también llevó nuestras enfermedades y dolencias. Ambas cosas están íntimamente asociadas[10], van de la mano de manera permanente y de ambas Dios tomó cuidado a través de Su hijo.

1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Según el registro de Éxodo 12 Israel iniciaba un viaje desde la tierra de Egipto, la tierra de esclavitud hacia la tierra prometida. Aquella gente miraba hacia adelante, a la venida del señor Jesucristo y nosotros miramos hacia atrás, al momento en que Jesucristo estaba logrando cosas para nosotros en la cruz.

Recapitulando, Jesucristo nos hizo disponible el perdón de los pecados y nos hizo disponible la sanidad. Salvación del pecado y salvación de la enfermedad. El señor Jesucristo fue un salvador completo.
1 Corintios 10:16:
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Nuevamente los dos elementos de la pascua de Israel también cubiertos para el beneficio de los hijos de Dios de hoy día.
Salmos 103:3:
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
Iniquidades y dolencias. Dos elementos uno removido por la sangre y el otro por la carne del cordero.
Éxodo 15:26:
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
En Su Palabra Dios recibe varios nombres uno de los cuales es el de éste registro: Jehová tu sanador. Esto demuestra a la claras la naturaleza de Dios de sanar. Su preocupación por el bienestar de las personas es inmensa. El es el mismo Jehová hoy día para nosotros que El que fue para el pueblo de Israel a la salida de Egipto con una inconmensurable diferencia: nosotros no necesitamos sacrificar un cordero cada año y comer panes sin levadura por una semana. En aquella época cada jefe de familia seleccionaba el cordero que iba a ser sacrificado y comido entre todos. En esta época, Dios fue quien proveyó el cordero y  ya fue sacrificado una vez para siempre. Como el sacrificio fue perfecto no hubo necesidad de repetirlo.
1 Pedro 2:24:
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

2 Corintios 5:21:
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Podemos estar profundamente agradecidos por el trabajo completo que hizo Dios por nosotros a través de Su hijo Jesucristo.
Juan 19:17:
Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
En realidad quien llevó la cruz de madera fue un tal Simón de Cirene. Para el entonces que el señor Jesucristo fue llevado al Gólgota apenas si podría llevar su propio cuerpo. La cruz que llevó fue los pecados de todos nosotros. Todo lo que había en contra nuestra.
Colosenses 2:14:
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
Cuando el señor Jesucristo soportaba la tortura, las ofensas y los golpes estaba pagando el precio de la integridad física de la humanidad y nos estaba redimiendo del pecado original y sus consecuencias (muerte y enfermedades). Fue su cuerpo maltratado lo que nos proveyó con el derecho de estar sanos y fue su sangre lo que nos limpió del pecado y la ley del pecado:"...el alma que pecare esa morirá".
Mateo 26:28:
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Así dijo el señor Jesucristo en ocasión de la última cena que tuvo con sus discípulos respecto del vino: “esto es mi sangre”. No era su sangre literalmente sino que representaba su sangre que iba a ser derramada en algunas horas más tarde. Él fue nuestro perfecto, nuestro completo sustituto, fue nuestra pascua. Murió por nosotros y ya no estamos mas bajo la maldición de la ley por la gracia que recibimos a través del trabajo finalizado de Jesucristo, el cordero de Dios.

El pecado y la enfermedad perdieron su poder sobre nosotros cuando discernimos el cuerpo y la sangre del señor. Cuando sea y donde sea que nos reunamos para comer, la copa representa la sangre y con ésta lo logrado a través de ella y el pan representa el cuerpo partido de Jesucristo y lo logrado a través de él.

El cuerpo del señor Jesucristo fue “partido” para nosotros. En realidad, su cuerpo estaba deteriorado por las torturas pero entero no estaba literalmente partido. Las palabras partir y compartir están asociadas[11]. Cuando una familia se sienta a la mesa parte y comparte la comida. Partimos el pan como partimos cada comida que hay sobre la mesa, como compartimos el vino entre los mayores.

El señor Jesucristo no celebró con sus discípulos la pascua el año de su muerte y resurrección por que él mismo era la pascua y no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero en ocasión de la última cena instituyó la celebración del recordatorio de lo que iba a significar para ellos y nosotros el sacrificio de sí que en pocas horas iba a ofrecer. Ello quedó registrado en las mismas Escrituras.
1 Corintios 11:23-25:
23 Porque yo recibí del Señor [Pablo lo recibió del Señor] lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
La iglesia de los corintios fue alentada a continuar celebrando la cena del señor y dijo además “en memoria de mi”. No es meramente hacerlo sino hacerlo en memoria… todas la veces que la bebiereis, no algunas ocasiones en el año sino todas las veces. El pueblo de Israel debía celebrar por una semana cada año, nosotros los hijos de Dios podemos celebrar cada vez que tengamos ocasión.

Por todo esto es importante ir a la Palabra de Dios para conocer el significado de lo que hizo Jesucristo y así obtener los resultados de su amoroso ofrecimiento de sí mismo. Sin ese conocimiento no habría posibilidad que tengamos memoria y sin memoria no podríamos estar agradecidos.

Cuando uno tiene la ocasión de estar frente a una copa de vino  y un trozo de pan puede hacer una agradecida memoria de lo que significaron la sangre y el cuerpo del señor Jesucristo para uno y recibir entonces los beneficios de ello en su vida.

1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Nota del  Autor

Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[12] a menos que se especifique algo en contrario.

Esta enseñanza forma parte de una serie de enseñanzas relativas a Jesucristo nuestro cordero pascual. Se recomienda el estudio conjunto de dichas enseñanzas junto con esta.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: diakrino). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YADAH).

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas información disponible de consulta en dicha fuente.

Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.



[1] La dos veces que aparece la palabra “indignamente en el registro es una traducción de la palabra griega anaxios. La definición del vocablo castellano digno e indignamente fue tomado del Diccionario Enciclopédico Ilustrado Larousse, Editorial Planeta Internacional S. A., 1992, Páginas 753 y 1234
[2] Culpado en griego es Enochos: Thayer dice que en un sentido forense, denota la conexión de una persona ya sea con su crimen o con el juicio o el castigo o contra aquello o contra quien ha ofendido. E Sword versión 7.7 de Rick Meyers
[3] La palabra pruébese en griego es dokimazo  que según Strong sería probar, (literalmente o figurativamente) por ende aprobar. Y Thayer en la misma fuente dice que es probar, examinar, escudriñar (ver si una cosa es genuina o no) como con los metales, reconocer como genuino después de un examen, aprobar, considerar digno. E Sword versión 7.7 de Rick Meyers
[4] La palabra discernir es la traducción del griego al castellano de diakrino y según Bullinger (A Critical Lexicon and Condordance to the English and Greek New Testament, E. W. Bullinger, Zondervan Publishing House, 1979, Página 225) quiere decir separar totalmente, completamente de aquí que es distinguir, hacer una distinción.
[5] la palabra juicio proviene del griego krima que en un sentido forense es la sentencia de un juez, el castigo con el cual una persona es sentenciada.
[6] Juan 10:10
[7] Hebreos 7:27: que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Hebreos 9:12 y 26: 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Hebreos 10:10-12: En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
[8] Éxodo 12:40 y 41
[9] Éste es el Faraón que había reconocido que José era un hombre en quien estaba el espíritu de Dios y que a causa de ello acogió en Egipto a Israel (el padre de José) y toda su familia. Génesis Capítulos 39 al 47.
[10] Mateo 9:1-8
[11] Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, Dr. Pedro Felipe Monlau, Joaquín Gil, 1946, Página 519 dice: compartir; cum con y partiri, partir. Diccionario Enciclopédico Larousse, Editorial Planeta, 1992, Página 576 dice: Repartir, distribuir, distribuir en partes, usar, participar en algo.
[12] La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano de Valera (1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993