domingo, 27 de noviembre de 2011

EL ADVIENTO DEL CRISTIANISMO



Significado del Adviento:


El Adviento es un período de cuatro semanas antes de la Navidad, en el que los cristianos preparamos nuestro corazón para la venida de Jesús. Adviento significa “venida, llegada”. Al revivir la espera gozosa del Mesías en su Encarnación, preparamos el Regreso del Señor al fin de los tiempos: Vino, Viene, Volverá. Porque lo que se desea es celebrar la triple venida de Jesús, pues Jesús es el que vino (nacido de la Virgen María), el que viene (hoy, en los signos de los tiempos), el que volverá (con Gloria, al final de la Historia). Es el Jesús de ayer, de hoy y de siempre. El Adviento es un tiempo de alegre espera; la espera de la llegada del Señor. Por eso los cristianos escuchamos, en los textos y cantos propios de esta época, palabras alusivas a la venida del Señor.

Las grandes figuras que la Liturgia cristiana presenta en este período son:
·        El Profeta Isaías.
·        Juan Bautista.
·        La Virgen María que espera, prepara y realiza el advenimiento del Señor.
El Adviento, un tiempo para vivir y celebrar, bajo el signo de "encuentro" entre un Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios. Los hombres desean la Paz, aspiran a la justicia y la libertad, sueñan felicidad. Desde siempre. De generación en generación, de año en año, a través de los siglos, se prolongan estos anhelos frecuentemente decepcionados.

En estos llamados y búsquedas de los hombres se expresan las promesas de Dios. La História de Israel, el pueblo de Dios, es el signo de estas promesas y revelan su realización, conduce a Cristo Jesús y nos lo da.

Con los deseos y los anhelos de los hombres, la Iglesia, hoy, hace su oración. Nos asegura que Dios cumple sus promesas. En pos del profeta Isaías, con las palabras vigorosas de Juan Bautista, nos dice que hay que acoger a Cristo. Los domingos de Adviento, las festividades de Navidad y la evocación del bautismo de Jesús, forman un conjunto que podemos llamar la celebración de la Venida del Señor, recordando que la palabra “Adviento” significa justamente “advenimiento, venida”.

Navidad recuerda la Venida del Salvador en la humildad de nuestra carne humana y se desarrolla en múltiples facetas: no sólo la Venida del Niño (noche de Navidad) y el misterio de Verbo hecho carne ( Navidad día), sino también, Dios entrando en el tejido de las relaciones familiares (Santa Familia), y Dios resaltando la misión de María (1° de Enero).

La Epifanía, mucho más celebrada en las Iglesias de Oriente, nos revela el alcance universal de la Venida de Dios entre los hombres mientras, que el Bautismo inaugura la misión concreta de Jesús, el Salvador: el Espíritu Santo lo consagra como enviado de Dios, al descender sobre Él en su forma visible.
Por tanto, el Adviento es re-encontrar, en el fondo de si mismo, todo lo que pueda ser salvado; volverse hacia Cristo, que vendrá un día en su gloria, pero que ya está y nos espera. Volverse hacia Cristo es lo que llamamos "Convertirse". El Adviento es tiempo de conversión. Y tiempo de espera.

En tiempo del Adviento se usa el color morado, pero en el Tercer Domingo de Adviento, llamado “Gaudete”, es decir, Alégrense, se utiliza el color rosado, indicando el gozo que se experimenta con la cercanía del Nacimiento del Señor.  Filipenses 4:4-5. Y es usado como antífona propia de ese día este texto: “Estad alegres en el señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca”). Además, durante este tiempo no se dice ni se canta el Gloria In Excelsis, pero sigue entonándose el Aleluya antes de la proclamación (“lectura”) del Evangelio.

Al celebrar la Iglesia el Adviento, te invita a meditar en la venida del Señor. Esta venida se nos presenta en tres dimensiones:

·                 Adviento Histórico. Es la espera en que vivieron los pueblos que ansiaban la venida del Salvador. Va desde Adán hasta la encarnación, abarca todo el Antiguo Testamento. Escuchar en las lecturas a los Profetas, nos deja una enseñanza importante para preparar los corazones a la llegada del Señor. Acercarse a esta historia es identificarse con aquellos hombres que deseaban con vehemencia la llegada del Mesías y la liberación que esperaban de él.
·                 Adviento Místico. Es la preparación moral del hombre de hoy a la venida del Señor. Es un Adviento actual. Es tiempo propicio para la evangelización y la oración que dispone al hombre, como persona, y a la comunidad humana, como sociedad, a aceptar la salvación que viene del Señor. Jesús es el Señor que viene  constantemente al hombre – ¡Maranata! Es necesario que el hombre se percate de esta realidad, para estar con el corazón abierto, listo para que entre el Señor. El Adviento, entendido así, es de suma actualidad e importancia.
·                 Adviento Escatológico. Es la preparación a la llegada definitiva del Señor, al final de los tiempos, cuando vendrá para coronar definitivamente su obra redentora, dando a cada uno según sus obras. La Iglesia invita al hombre a no esperar este tiempo con temor y angustia, sino con la esperanza de que, cuando esto ocurra, será para la felicidad eterna del hombre que aceptó a Jesús como su salvador.

Esta celebración manifiesta cómo todo el tiempo gira alrededor de Cristo, el mismo ayer, hoy y siempre; Cristo el Señor del tiempo y de la Historia.

Esquema del adviento: Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.
El color de los ornamentos del altar y la vestidura del Pastor Ministro Ordenado es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:

I Domingo, la vigilancia en espera de la venida del Señor.

Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento".
Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares, amistades y compañeros del trabajo? Como resultado debemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad de la Iglesia, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.

Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.
Durante esta semana puedes ir a tu Iglesia, buscando la presencia del Señor, en oración y ayuno y acción de gracias por permitir que Dios nos haya enviado el Salvador, pidiendo perdón al Dios Todopoderoso, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.

Coincide este domingo con la celebración de la Virgen Maria, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a oír, entender y obedecer la Palabra de Dios, como también ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.
Sabemos que María en su humildad está siempre motivando a los hijos de Dios, como gran ejemplo de vida por su respeto, confianza y obediencia total al Padre Celestial, para que nos dispongamos a vivir esta tercer semana de Adviento, su gran ejemplo y meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa o morada, de la Corona de Adviento.

IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.

Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que está cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

Figuras del Adviento

Isaías – Esperanza

Durante el Adviento, tiempo de esperanza y preparación, es tradicional la lectura del Libro de Isaías, citado en varios momentos importantes de la vida de Jesús. Isaías muestra una gran experiencia de la justicia de Dios y de la injusticia cometida por los poderosos. Mantiene la esperanza del pueblo al anunciar que vendrá un reinado de paz, de justicia y felicidad. Su lenguaje es directo, incisivo, lleno de imágenes originales y de interpelaciones personales.

Juan Bautista – Conversión

En los Evangelios de los domingos segundo y tercero, aparece Juan Bautista invitando al cambio de conducta y a la vigilancia de la espera. Fortalecido por el Espíritu, Juan vive en el desierto hasta el día del Adviento de Yahvé a Israel. Continuador del mensaje profético de Isaías, es el “precursor” que prepara los caminos al Señor, anuncia la llegada de la salvación y señala la presencia de Cristo en medio del pueblo.
Su misión es preceder al Señor, dar testimonio de la luz a un mundo en tinieblas. El hecho de ser hijo de un mudo que habla y de una estéril que da a luz, significa que los tiempos mesiánicos han llegado. Isaías nos dice cómo será el Mesías; Juan Bautista señala quién es.

María – Discípula

El último domingo de Adviento presenta a María, la Madre de Jesús, que vivió intensamente el primer adviento cristiano por los nueve meses de gestación del Salvador en su seno. Isaías señala, ocho siglos antes, el Nacimiento del Salvador; el Bautista lo señala, pero María lo concibe y lo entrega. ¡Salve muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Es bendita por ser madre y lo es “entre todas las mujeres” por aceptar plenamente el Espíritu de Dios. A la luz del Nuevo Testamento, María personifica simbólicamente las características de la nueva Humanidad y del discipulado cristiano. Oye la palabra y la pone en práctica.
Como figura del Adviento nos enseña a escuchar la Palabra de Dios, a ser fecundados por el Espíritu Santo y a vivir con esperanza.

Nuestra preparación:

Nuestra preparación no tiene que ser sólo litúrgica, sino también espiritual y moral. Llama a la conversión del corazón y a la renovación de vida.
El tiempo de Adviento no es un tiempo de penitencia al estilo de la cuaresma, que busca la conversión por el hecho de conocer el sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. El Adviento es el tiempo favorable para emprender un cambio del corazón y para dar un nuevo y decisivo paso en nuestro caminar espiritual, es conversión como preparación por la espera de Jesús.
La figura de San Juan Bautista destaca de manera especial en adviento. Es un compañero ideal, austero y gozoso a la vez. Su vida fue penitente en grado sumo, pero no resuena en ella nota alguna de tristeza. Como heraldo y precursor del Señor, se regocijó al escuchar la voz de Jesús. Este es el único capaz de sacarnos de nuestra propia complacencia. "¡Arrepentíos, el reino de los cielos está cerca!", gritaba.

La venida espiritual

En Cristo, el Hijo eterno, Dios ha aparecido entre nosotros en forma humana. E intenta entrar en lo más íntimo de nuestras vidas, a fin de compartir su vida con nosotros. Él está a la puerta y llama, pero jamás forzará la entrada. La puerta que da acceso a nuestros corazones sólo puede ser abierta desde dentro.
Fue San Bernardo quien conectó esta venida espiritual de Cristo con el Adviento. En sus sermones para este tiempo habla de tres venidas de Nuestro Señor: su venida que tuvo lugar ya en el nacimiento, su futura venida en la gloria y su venida espiritual, que pertenece al presente. De esta última dice: "Esta venida intermedia es como la senda por la que pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta es nuestro descanso y nuestro consuelo".

Las Dos venidas de Cristo entrelazadas

En Navidad celebramos la venida en un momento concreto. Esto no plantea una dificultad especial. Pero hay otra perspectiva, la del futuro, la del retorno de Cristo en gloria al final de los tiempos. Y aquí pude asaltarnos la dificultad. ¿Cómo hay que armonizar estos diversos aspectos?
Tal vez nos sorprenda y nos preguntemos por la conexión existente entre la venida de Cristo que aconteció hace más de dos mil años y su retorno futuro, en una fecha conocida sólo por el Padre. Pero si reflexionamos, descubrimos que estas dos "venidas" están relacionadas entre sí y se complementan recíprocamente. Se las puede ver como dos fases o aspectos del único misterio de salvación.
Los padres de la Iglesia, fieles a la Escritura, no disociaron estas dos venidas, sino que las consideraron conjuntamente y hablaron de ellas sin separar una de la otra. San Cirilo de Jerusalén decía: "Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola -dice-, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior". Y continúa con la contraposición de estas dos venidas: "En la primera venida fue envuelto con pajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin miedo a la ignominia; en la otra vendrá glorificado y escoltado por un ejército de ángeles".
El término mismo "adviento" admite una doble significación. Puede significar tanto una venida que ha tenido ya lugar como otra que es esperada aún: presencia y espera. En el Nuevo Testamento, la palabra griega equivalente es "parousia", que puede traducirse por venida o llegada, pero que se refiere más frecuentemente a la segunda venida de Cristo, al día del Señor.
No podemos proyectarnos a los tiempos del AT, como si esperásemos todavía un Mesías y un salvador. La prolongada noche de la espera ha pasado ya. Nos encontramos en la plenitud de los tiempos. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Es Emmanuel, "Dios con nosotros". Pero a pesar de todo esto, la Iglesia continúa aguardando y esperando. Ella espera y ansía la plenitud de la venida de Cristo. El mundo ha sido redimido, pero la historia de la redención continúa. Y continuará hasta que Cristo, el Señor, termine su tarea. El reino de Dios no ha sido establecido aún de manera plena, y la obra de extender el reino de Cristo en la tierra tiene que continuar.

Tiempo de esperanza

La Iglesia es más consciente de que su esperanza descansa en el futuro. Ella mira hacia delante, hacia la restauración de todas las cosas en Cristo, a unos nuevos cielos y una nueva tierra. Sólo entonces alcanzará ella su perfección plena.
Ciertamente, es muy difícil practicar la esperanza en los tiempos que vivimos. Muchísimas son las cosas que militan en su contra: las críticas y ataques a la fe, los valores morales en declive, el materialismo, la secularización se vienen a la alza. Hablando humanamente, hay poquísimos motivos para la esperanza; por la esperanza cristiana no se basa en meras consideraciones humanas, sino en la bondad y el poder de Dios.
Como pueblo de Dios, tenemos que poner lo que está de nuestra parte para la construcción de un mundo mejor y para preparar un camino al Señor. Ambas tareas son inseparables.

"Vigilar y orar"

La vigilancia es una virtud importante, pero bastante descuidada. Vigilar significa vivir en el pensamiento de la segunda venida de Cristo. Debería ser una actitud de mente constante, que gobernará toda nuestra conducta. Una virtud para todo momento, pero especialmente apropiada durante el Adviento.
Si estamos dispuestos y preparados en todo momento para servir a nuestros prójimos y a Dios, entonces estamos practicando la vigilancia; estamos al acecho de Cristo.
Esta actitud de vigilancia no es algo ansiosa, sino paciente y pacífica; pero es, al mismo tiempo, una postura de alerta.
"Somos más fuertes cuando esperamos que cuando poseemos. Cuando poseemos a Dios (o creemos poseerlo), lo reducimos a aquella pequeña cosa que conocemos y captamos de él, y lo convertimos en un ídolo... pero si sabemos que no le conocemos y si esperamos que él se nos dé a conocer, entonces somos captados, conocidos y poseídos por Él" Paul Tillich. (Dogmática Cristiana)


Actitudes cristianas en Adviento


- Anunciar la llegada del Salvador. El cometido de la vida cristiana es dejarse fecundar por el Espíritu, escuchando la Palabra de Dios, que llega por medio de mensajeros, teniendo en cuenta nuestra situación y nuestras fuerzas, pero respondiendo a Dios con confianza y entereza, como lo hicieron José y María al responder ante el anuncio del Ángel.

- Ejercer el profetismo cristiano. El adviento hace inminente la venida del Salvador. El pueblo, la gente sencilla, los pobres y marginados, continúan viviendo consciente o inconscientemente la esperanza de un Mesías, como lo esperó Israel. El Salvador mesiánico no viene a alienar al pueblo ni a eximirlo de sus responsabilidades, sino a hacerle tomar conciencia de que él mismo puede liberarse de las cadenas de los poderosos, de las guerras fratricidas, de las desigualdades sociales injustas. Lo que importa es que todos confíen en la fuerza que Dios da para la lucha.

- Estar despiertos y vigilantes. Adviento es tiempo propicio para anunciar la liberación de acuerdo con las promesas de libertad y justicia hechas por Dios, pero todavía no cumplidas. Es tiempo, además, de vigilancia ante lo que esperamos, que es la llegada de Dios en la plenitud de su Reino. En sentido figurado, velar es estar preparado o en vigilia para combatir la negligencia o el egoísmo, con el objeto de recibir al Señor, que llega con su reinado.

A veces sólo nos fijamos en la muerte y en el juicio último, sin tener en cuenta que Dios juzga constantemente y que nos juzgará en la plenitud por la totalidad de la vida.

- Soñar con la utopía del Reino de Dios. Utopía significa algo fantástico, pero no realizado. A una persona utópica se le califica equivocadamente de ingenua e irreal. Simbólicamente, utopía anticipa un mundo en estado de justicia, libertad y paz, sin pecado ni muerte.

El mensaje cristiano -el Reino de Dios- es utópico en su raíz. Se concentra en la Persona de Jesús, en su Obra, su Muerte y Resurrección.


Tiempo de Navidad

La Navidad es el final y la coronación del Adviento. El tiempo de Navidad da inicio en las vísperas del 25 de diciembre y culmina con la fiesta del Bautismo de Jesucristo. Es un tiempo alegre, durante el cual los cristianos alaban al Señor que ha nacido; se utiliza el color blanco, símbolo de la alegría y gozo de la venida del Salvador.

Durante este tiempo, la Iglesia celebra también la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José (el domingo entre el 25 de diciembre y el 1º de enero, y si no existe, el 30 de diciembre), que es un ejemplo para las familias. El Día de los Reyes Magos o Fiesta de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero, conmemora la manifestación y revelación de Dios: Cristo es la luz de todos los pueblos.

El tiempo de Navidad, como queda dicho, termina con la celebración del Bautismo de Jesús por parte de Juan el Bautista. El Bautismo del Señor se celebra un domingo después de la Epifanía.


Prepara tu corona de Adviento

Actualmente hay inquietud por reavivar una costumbre muy significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo: la Corona o Guirnalda de Adviento, que es el primer anuncio de la Navidad.

La corona es un círculo de follaje verde. La forma simboliza la eternidad, y el color la esperanza y la vida. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve, y también de nuestro amor que espera con ansiedad el Nacimiento del Hijo de Dios. En el centro del círculo se colocan las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa, o bien todas blancas) para encenderse una en cada domingo de Adviento. La luz de la vela simboliza nuestra fe. El conjunto se sitúa cerca del altar o del púlpito de la Palabra, si es en la Iglesia, o en un lugar adecuado si se utiliza en un ámbito familiar o escolar. En la Navidad puede añadirse una quinta vela blanca, hasta el final del tiempo de Navidad; esto significa para hacer ver que la Navidad es más importante que la espera del Adviento.

La Corona, que procede del Norte (países escandinavos, Alemania), tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, la forma redonda como eternidad. Estos simbolismos, originalmente paganos, pero que se vieron muy coherentes con el Misterio de la Navidad cristiana, pasaron fácilmente a los países del Sur y se convirtieron rápidamente en un elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida, junto a otros elementos ciertamente más importantes, como son las lecturas bíblicas, los textos de oración y el repertorio de cantos propios de esta época de esperanza.

SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA B.



sábado, 26 de noviembre de 2011

JESUCRISTO EL UNIGÉNITO DE DIOS - CAP. XII

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. COLOSENSES 1:15 


Capítulo XII

EL HIJO ÚNICO DE DIOS


La revelación de Dios en Jesucristo, el hombre, es combinatoria y exclusiva y la obra de Dios en él es amparadora y suficiente porque tal hombre no es un ser distinto de Dios, sino el Hijo Único de Dios, esto es, el Dios singular que vive por sí mismo y de sí mismo;  es la omnipotencia de Dios, gracia y verdad en persona y, así,  El auténtico mediador entre Dios y los demás hombres.



Hemos de enfocar ahora una cuestión que, en realidad, no lo es, dado que la respuesta se encuentra ya expuesta. Se trata de hablar acerca de la verdadera divinidad de Jesucristo. Hemos de intentar entender cómo se llega a dicha manifestación, o sea, cuál es la cuestión que conduce a ella.

En todo cuanto ahora hemos dicho nos encontramos con el concepto de la revelación o Palabra de Dios, o sea, con la manifestación de Dios, con el mensaje que parte de Él mismo. Existen muchas clases de revelación y de palabras y de mensajes que han llegado hasta los hombres y que siguen llegando, siempre con la pretensión de ser Palabra y mensaje divinos. Por consiguiente, surge una cuestión que debemos afrontar y que inquiere ¿qué es lo que se llama revelación de Dios y qué revelación ha de ser reconocida y aceptada como la verdadera?. Es indudable que en mayor o menor medida, en la historia de la humanidad en su conjunto, así como también en la vida individual, hay motivos y ocasiones suficientes en que en alto grado, clara y convincentemente, algo nos “supedita” y nos retiene fascinados. La vida humana, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos está llena de tales sucesos.

Hay "revelaciones" del poder, la belleza, y el amor en la vida de los hombres. ¿Por qué ha de ser, precisamente, lo que aquí se llama revelación divina, el suceso en Jesucristo, en fin, verdadera revelación en un sentido único? La respuesta general que ha de darse a esta pregunta (según lo "absoluto", del cristianismo, enseñado por Troeltsch) sería la siguiente: Confesemos que estamos rodeados de "revelaciones" que nos obligan y que, con razón, elevan sus pretensiones. Pero partiendo de la fe cristiana, hemos de decir con respecto a tales revelaciones, que les falta una autoridad decisiva que obligue. En realidad, es posible atravesar todo ese mundo de revelaciones, sintiéndose, ora iluminado, ora convencido o incluso supeditado, más el poder de una instancia primera y última que impida al nombre gozarse y embriagarse con tales revelaciones, permitiéndole continuar ser como el hombre que ha mirado su rostro en el espejo y después lo olvida; esta potencia no la tienen las revelaciones, pues les falta a todas el poder conminatorio con qué sujetar al hombre.

Y esto sucede, no porque dejen de ser revelaciones poderosas, ni tampoco porque carezcan de alto sentido y sean emocionantes, sino porque todas ellas, según tenemos que confesar con la fe cristiana, son sencillamente revelaciones de la grandeza, la potencia, la bondad y la belleza de la tierra creada por Dios. La tierra está llena de maravillas y de gloria. No sería creación de Dios, ni tampoco el lugar destinado para que vivamos, si no estuviese llena de revelaciones. Así lo han sabido los filósofos, y los poetas, los músicos y los profetas de todos los tiempos. A esas Revelaciones terrenales, producto del espíritu terrenal, les falta la autoridad capaz de sujetar al hombre definitivamente. El hombre puede atravesar ese mundo sin sentirse atado a él."

No obstante, podría tratarse también de revelaciones celestiales, es decir; revelaciones de aquella realidad invisible e incomprensible de la criatura, realidad que nos rodea. Es cierto que ese mundo de lo incomprensible e invisible se encuentra de continuo en movimiento hacia nosotros y también es cierto que hay motivos suficientes para maravillarse a este respecto. ¿Qué sería del hombre sin el encuentro con el cielo y el mundo celestial? Pero esas revelaciones celestiales tampoco poseen el carácter de una autoridad definitiva, porque, como las otras, son revelaciones de lo creado y tampoco ofrecen la respuesta concluyente. Todo lo celestial, al igual que lo terrenal, se encuentra determinado. Puede salirnos al encuentro; pero únicamente como sale el heraldo de un gran rey, al que bien podemos admirar por su grandeza y poder, pero frente al cual decimos que no se trata del rey mismo, sino, únicamente, de su heraldo. Y en esta situación nos hallamos frente a todos los poderes del cielo y de la tierra y a todas sus revelaciones. Así es cómo sabemos que hay todavía algo superior a ella. Por poderosas que sean, y aunque logren alcanzar la enormidad de una bomba atómica, no nos dominan, al fin y al cabo, y por eso tampoco nos imponen de manera definitiva, "Si la tierra se quiebra, sus ruinas alcanzarán a los que no temieron". ¿No es verdad que la contemplación de la admirable tenacidad con que la humanidad ha soportado o ha atravesado estos años de guerra muestra que, en el fondo, lo sucedido no le interesaba nada? Se han presenciado las cosas más espantosas, pero el hombre no se deja quebrantar por señores que no son el Señor, antes bien pasa por encima de la ruina y se rehace y reafirma frente a todas las potencias terrenales.

Cuando en la Iglesia Cristiana se habla de la revelación, no se trata de tales revelaciones terrenales o celestiales sino de la potencia que sobrepuja a todas las potencias, es decir, no se trata de la revelación de lo divino superior o inferior, sino de la revelación de Dios mismo. Por eso, la realidad de que estamos hablando ahora, la revelación de Dios en Jesucristo, es conminatoria y exclusiva, amparadora y suficiente, ya que no se trata de una realidad distinta de la de Dios, esto es, de una de aquellas realidades terrenales o celestiales, sino de Dios mismo, del Dios de las alturas, el Creador de los cielos y la tierra, del cual tratamos en el primer artículo. Al referirse el Nuevo Testamento innumerables veces a Jesús de Nazaret, reconocido y confesado por la Iglesia como Jesús, el Cristo, y al que denomina Señor (kirios), hace uso del mismo término con que el Antiguo Testamento dice "Yahweh". Ese Jesús de Nazaret caminando, por las ciudades y aldeas de Galilea, y que, llegado a Jerusalén es acusado, condenado y crucificado: Un hombre que, como nosotros, vive dentro del tiempo y del espacio poseyendo todos los atributos divinos no cesa de ser un hombre y, por consiguiente, también criatura.

Quiere decir esto, que el Creador, sin menoscabo de su divinidad, no se convierte en un semidiós, ni en un ángel, sino que se hace muy simple y realmente hombre. Y éste es el significado de la confesión de fe cristiana acerca de Jesucristo, diciendo que él es Hijo Único de Dios o el Hijo Unigénito de Dios. Cómo Hijo de Dios, es Dios en el sentido aquel de realidad divina, según el cual Dios se revela por sí mismo. Este Dios, pues, el Hijo único de Dios, es ese hombre llamado Jesús de Nazaret. En tanto Dios no es sólo el Padre, sino también el Hijo, en tanto que en la vida interna de Dios se realiza continuamente tal suceso (es Dios, pero en el hecho de su propio ser Dios es Padre e Hijo) está capacitado para ser el Creador, mas también la criatura. Ese "más también" insólito tiene su correspondencia interna, justamente, en el Padre e Hijo; y en tanto esa obra, esa revelación divina, es la obra del Hijo eterno, se enfrenta legítimamente con el mundo entero de lo creado, calificándose sin parangón posible. Al tratarse aquí, pues, de Dios mismo y al ser dicha criatura su propio Hijo, el suceso acontecido en Jesucristo se diferencia verdaderamente como conminatorio y exclusivo, amparador y suficiente, se diferencia de todo lo demás que, ciertamente, según la voluntad y el plan de Dios, sucede alrededor nuestro. Y es que la revelación y la obra de Dios en Jesucristo no es uno de tantos sucesos basados en la voluntad de Dios, sino que es Dios mismo que habla en el mundo de lo creado.

Ya hemos llegado al punto en que podemos dar la palabra a la confesión de la antigua Iglesia, confesión pronunciada sobre el fondo de las discusiones habidas acerca de la divinidad de Cristo: "El Unigénito, el Engendrado del Padre antes de todos los tiempos, Luz de Luz, Dios verdadero del Dios verdadero, engendrado, no hecho, consubstanciar al Padre, por el cual todo fue creado, el cual por causa nuestra, de los hombres v de nuestra salvación, descendió del cielo" (Símbolo Niceno-Constantinopolitano. Año 381).


Muchas protestas se han levantado en contra de esta fórmula, y probablemente nos hallaremos, tarde o temprano, con literatos y profesores que siguen lamentándose, por encontrar tremendo que esta cuestión fuera expuesta con fórmula tal. Pero esta protesta contra la "ortodoxia" es realmente un "aullido de lobos," que aunque sólo sea como personas cultas no debemos acompañar esos aullidos. Y es que hay algo de bárbaro en esas imprecaciones en contra de los Padres de la Iglesia. Yo diría que, aun no siendo cristiano, es menester tener tanto respeto como para reconocer que el problema ha sido circunscrito aquí de manera soberana. Se ha dicho que la fórmula niceno-constantinopolitana no figura así en la Biblia; pero resulta que hay muchas cosas verdaderas y necesarias que reconocer que no figuran textualmente en la Biblia. La Biblia no es un catálogo de papeletas, sino el gran documento de la revelación de Dios, y ésta ha de hablarnos a fin de que podamos comprender. En todo tiempo tuvo la Iglesia que responder a lo que se dice en la Biblia, y hubo de contestar en otros idiomas que el griego y el hebreo y con otras palabras que las expuestas en la Biblia. Una de tales respuestas es aquella fórmula, fórmula que, por lo demás, se mantuvo cuando se puso en litigio la cuestión a que se refiere. Se trataba realmente de una discusión por la J, o sea, de si Cristo era Dios mismo o un ser celestial o terrenal. La cuestión no era nada indiferente, pues de esa J dependía la comprensión de todo el Evangelio: O tenemos en Jesucristo a Dios o tenemos en él solamente una criatura. Seres semejantes a Dios siempre los hubo en la Historia de la Religión. Por eso, la antigua teología bien sabía lo que se hacía al discutir esta cuestión con todo encarnizamiento. Claro que al hacerlo así, los procedimientos fueron, a veces, humanos, demasiado humanos; pero no es esto lo interesante, pues los cristianos no son tampoco ángeles. Tratándose de una cosa importante, no hay por qué empezar a amonestar diciendo: Hijos míos, comportaos pacíficamente; sino que es preciso pelear denodadamente hasta el final. Yo diría: Loado sea Dios, pues los Padres de, la Iglesia no eludieron la lucha, pese a toda su necedad y flaqueza y sabiduría griega. Todas las fórmulas vienen a decir lo mismo: El Unigénito, el Engendrado del Padre antes de todos los tiempos, el Hijo, Luz de luz, Dios verdadero del Dios verdadero, es decir, no criatura, sino Dios mismo, sustancialmente igual al Padre, y no semejante al Padre, Dios en persona... "por el cual todo fue creado y el cual por causa nuestra, de los hombres, descendió del cielo, de arriba".

Descendió hasta nosotros: Ese es Cristo. Así es cómo vio la Iglesia antigua a Jesucristo y así tenía presente su realidad; así le reconoció y confesó en su confesión de fe cristiana, la cual nos amonesta a que lo veamos también nosotros del mismo modo. Quien esto entienda, ¿por qué no había de asentir al gran consensus de la Iglesia? Eso de hablar, suspirando, de ortodoxia y de teología griega, tratándose de lo que se trata, es sencillamente pueril. ¿Qué tiene que ver esto con la cuestión en sí? Y si se concede que la creación de dicha confesión fue cosa por demás problemática, concedamos también que todo cuanto hacemos los hombres no sólo es problemático, sino vergonzoso y desagradable, lo cual no excluye que las cosas marchen y que, a la postre, acaben por resultar como era necesario y justo que resultasen. ¡Del providentia et hominun confusione!


Lo que ese Credo pretende es sencilla y prácticamente, que estemos seguros de lo que creemos: En él, al referirse al Hijo de Dios, se diferencia la fe cristiana de todo lo que se denomina religión. Estamos tratando de Dios y no de dioses cualesquiera. En cuanto a la fe, se trata de que "seamos hechos partícipes de la naturaleza divina". Y a eso vamos, ni más ni menos: La naturaleza divina se ha acercado a nosotros y en la fe somos hechos partícipes de ella tal como nos sale al encuentro en el Único. Así es Jesucristo el mediador entre Dios y los hombres. Todo ha de entenderse colocado delante de ese fondo. Y es que Dios no quería hacer nada menos en favor nuestro. El que hubiera de realizarse, y se realizara en verdad, algo tan inconmensurable, nos lleva al reconocimiento de cuan profundos son nuestro pecado y miseria humanos. El mensaje de la Iglesia y de la cristiandad entera es pronunciado teniendo ambas fija la mirada en eso tan inconmensurable e insondable que Dios se haya entregado a sí mismo por nosotros. De aquí que en todo discurso verdaderamente cristiano exista algo de absoluto, como no es propio lo haya en cualquier otro discurso no cristiano. La Iglesia no "opina", no abriga "opiniones" o convicciones; la Iglesia no está "entusiasmada": La Iglesia cree y confiesa, esto es, habla y obra fundada en el mensaje basado en Dios mismo, en Cristo. Por eso resulta toda enseñanza, todo consuelo y toda amonestación cristianos un consuelo y una amonestación de principio y de conclusión con la potencia de lo que constituye su contenido, o sea, la actuación magna de Dios, que consiste en que Él quiere estar por y para nosotros en su Hijo Jesucristo.

SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA

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Para leer el Cap. X sobre el tema de Jesucristo, clique en este link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/11/dogmatica-jesucristo-cap-x.html

Para leer el Cap. IX sobre el tema de creación de los cielos y la tierra, clique en este link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/11/capitulo-ix-cielos-y-tierra-el-ciclo-es.html











 

domingo, 20 de noviembre de 2011

DISSERTAÇÃO EXEGÉTICA DE I CORÍNTIOS 12,31b – 13,13

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DISSERTAÇÃO  EXEGÉTICA  DE  I CORÍNTIOS 12,31b – 13,13


Trabalho apresentado ao curso de Bacharel em Teologia, do Seminário Teológico “Rev.º Antonio de Godoy Sobrinho”, à disciplina Exegese do Novo Testamento IV, ministrado pelo professor: Rev.º Lysias Oliveira dos Santos.



Londrina / 2001

INTRODUÇÃO

Este trabalho exegético tem como objetivo procurar entender a mensagem bíblica dentro da maior fidelidade ao contexto histórico original. A interpretação bíblica é de fundamental importância não só para o contexto acadêmico, mas também para o bom desenvolvimento em forma integral de todas as atividades da Igreja. Sob esta ótica é que se propõe esta dissertação exegética em  ICoríntios 12:31b - 13:13.

As Igrejas Cristãs estão perdendo sua própria identidade nestes tempos de crise, quando a confissão e a prática de fé parecem fugir do padrão estabelecido pela historicidade da mensagem bíblica, relatado nas Sagradas Escrituras.  A falta de valorização destas duas dimensões conduz inevitavelmente a uma distorção da missão da igreja. Por isso, ela deve optar por um sério confronto ou uma perspectiva que permita a busca do verdadeiro significado da mensagem do evangelho e do sentido dos problemas que surgem na vida de cada dia  como entidade eclesial. Não há outro caminho de correção senão o da catequese ou discipulado.

O texto em estudo de I Coríntios 12:31b - 13:13 nos aproxima deste caminho de correção através do ensino. Como em toda mensagem contida no evangelho segundo Paulo, aqui, o paradigma ético da vida cristã (13:1-13), cujo caminho ultrapassa a todos os dons e ao qual todos os membros da comunidade devem aspirar, é o amor. “Deus é amor” (1Jo 4:8), Jesus é o enviado do amor (Jo 3:16), e o centro do Evangelho é o mandamento do amor (Mc 12:28-34), que sintetiza toda a vontade de Deus (Rm 13:8-10). O amor está portanto ligado na base de toda ação moral. O amor é, finalmente, altruísta e não egoísta; ele faculta aos membros da Igreja trabalhar juntos para o bem de todos.

O método utilizado por este labor exegético é o crítico literário, cujo desenvolvimento contém as partes estudadas que vão desde o texto original até à releitura teológica, para se extrair a síntese, e a atualização ou aplicação do texto à realidade da comunidade eclesial.


I -  TEXTO



2. Tradução : I Coríntios 12:31b - 13:13

12:31b E além disso, vos mostro um caminho que excede toda e qualquer comparação.

13:1 Se eu falo em línguas dos homens e dos anjos, mas não tenho o amor, torno-me [como] bronze ruidoso [ou] címbalo retumbante.

v.2 E se eu tenho profecia  e sei todos os mistérios e todo o conhecimento [ciência] [1], e se eu tenho toda a fé, a que remove montanhas, mas não tenho amor, nada sou.

v.3 E se eu distribuo todas as minhas propriedades [em quinhões] [2], e se eu entregue o meu corpo, para ser queimado [3], mas não tenho amor, de nada me aproveita.

v.4 O amor é paciente, o amor é misericordioso, não é ciumento; o amor não é presunçoso, não se incha de orgulho.

v.5 Não se comporta de maneira vergonhosa, não procura o seu próprio interesse, não se irrita, não leva em conta o mal,

v.6 não se alegra na injustiça, mas regozija-se  na verdade.

v.7 Ele tudo cobre [suporta em silêncio todas as coisas] [4], tudo crê, tudo espera, tudo agüenta pacientemente.

v.8 O amor nunca falha; mas, havendo  profecias, serão abolidas; quer haja línguas, elas cessarão [automaticamente] [5] ; havendo conhecimento [ciência], será abolido.

v.9  Porque em parte conhecemos e em parte profetizamos;

v.10 Mas, quando vier o que é perfeito, o que é em parte será abolido.

v.11 Quando eu era criança, costumava falar como criança, pensava como criança, raciocinava como criança; quando me tornei homem, abandonei as [coisas próprias] de criança.

v.12. Pois, agora vemos por meio dum espelho em enigma, mas então, [será] face a face; mas agora conheço em parte, mas então conhecerei exatamente, assim como também sou conhecido exatamente.

v. 13  Agora, porém, permanecem a fé, a esperança [e], o amor, estes três;  mas o maior destes é o amor.


II- DELIMITAÇÃO


A delimitação desta perícope I Coríntios 12:31b – 13:13, pode ser feita à base dos seguintes critérios internos:   A. Conteúdo,    B. Cesuras   C. Inclusio.


A.- Conteúdo

  

I Coríntios 12,31b-13,13  é um texto diferente e especial com relação ao cap. 12:12-31a, e à perícope mais próxima: 14: 1-25 [6]. Manifesta uma unidade autônoma porque seu conteúdo possui uma mensagem própria e característica, distinta da mensagem dos textos anteriores e posteriores. Desenvolve um assunto diferente. A perícope em estudo é bem construída, coesa gramatical e lexicalmente, é coerente por ser organizada e ter continuidade de sentido. Com respeito a seu conteúdo, em toda esta perícope, trata-se do amor fraterno. Este hino ao amor corresponde à segunda parte da parábola do corpo, que fala da solidariedade dos fieis na unidade [7] (Cf. 12:12-31a). O amor a Deus não é visado diretamente, mas sempre está presente de modo implícito, máxime no v. 13, em conexão com a fé e a esperança.  Para Paulo, o amor  [8]  é a fonte de qualquer comportamento verdadeiramente humano, pois leva a pessoa a discernir as situações e a criar gestos oportunos, capazes de responder adequadamente aos problemas. Os outros dons dependem do amor, não podem substituí-lo, e sem ele nada significam. O amor é a força de Deus. É a fortaleza inexpugnável que sustenta o testemunho cristão, pois “tudo desculpa, tudo crê, tudo espera, tudo suporta”.    O  amor  é  eterno e  transcende  tempo  e  espaço,  porque é a vida do próprio Deus, da qual o cristão já participa.  É maior do que a fé  e  a esperança, que nele estão contidas.

B. Cesura


Cesuras são espaços em branco existentes no texto das edições científicos do Novo Testamento Grego (Nestle-Aland), e que assinalam o fim de um bloco ou período lógico. O texto é demarcado por pequenos espaços em branco para indicar o início de uma nova unidade ou sub-unidade. Na perícope em apreço há duas cesuras que delimitam o texto  12:31b  e  13:13.

C. Inclusio 


Os versículos 13:1 – 13 se constituem num recorte que tem seu início e seu fim determinados por uma inclusio, isto é, por um artifício literário, também conhecido por “envelope”, que enquadra um texto entre duas expressões, palavras ou frases iguais. No caso há uma expressão  [ agape ] que assinala o início da perícope, no v. 1a, e o fim da perícope, no v. 13.

Portanto, sem nenhuma dificuldade pode-se delimitar, à base dos critérios internos acima alistados, a perícope dos  vv. 12,31b – 13,13  como uma sub-unidade que está entre  dois textos do   cap. 12:12 - 31a,  ao  cap. 14: 1-25, dos quais se distingue  pelas notáveis  aliterações  e  as  repetições  da  palavra  -- [ hé agape = 9 vezes a palavra amor ] ,  [nepios = 5 vezes a palavra criança, v.11] , percebe-se o uso da sutil diferença entre o       « eu » e o « amor »  na correspondência da formulação   agape de me éxo  =  3 vezes “mas não tenho amor ” nos vv. 1-3;   o verbo “cessar, abolir”  "katargein" que se repete quatro vezes!  nos versículos   8-11;  o termo "panta" repetida 6 vezes em toda a perícope, mas que no v. 7 se encontra 4 vezes; repetição esta que expressa sua força e que abarca “tudo” o que se fecha na caminhada do pensamento do amor.


III -  ANÁLISE  LITERÁRIA


1.    Análise Morfo-Estrutural

1.1 -  Gênero literário

De forma clara, queremos agora, destacar as características dos gêneros encontrados na perícope de 1 Coríntios 12:31b - 13:13.

No mundo urbano greco-romano a retórica era um elemento fundamental da vida política e religiosa, “ela tratava de toda uma série de tópicos concernentes à persuasão efetiva” muito usado nas cartas Paulinas (BAILEY & BROEK, 1992, Pp. 31). A retórica ia além da lógica, pois não se ocupava apenas da argumentação correta, mas, principalmente, da argumentação eficaz, o que incluía os aspectos emocionais artísticos da argumentação com vistas à persuasão do ouvinte/leitor.

Três tipos de discurso eram comumente empregados na retórica: o discurso simbulêutico (ou deliberativo, que pretendem mover o ouvinte a agir ou a omitir uma ação), o dicânico (ou judicial, cuja finalidade é levar o leitor, por argumentação ou sugestão, a uma decisão numa causa disputada) e o epidíctico ( ou demonstrativo, que tencionam impressionar o leitor, para fazê-lo sentir admiração ou repulsa; sua sensibilidade para valores é abordada na esfera pré-moral ) [9], distinguidos conforme o espaço social de sua utilização: o deliberativo nas “assembléias”, o judicial nas “cortes” e o epidícticos nas homenagens e ou execrações públicas. Embora de maneiras diferentes, nos três casos se pretende uma mudança no ouvinte. (BAILEY & BROEK, 1992, Pp. 32).

Nesse mesmo sentido, dentro dos gêneros encontrados em ICoríntios 12,31b–13,13 é classificado como um “Discurso Epidíctico”. E como enfatiza BERGER, Klaus (1998, pp. 96), os textos aqui chamados epidícticos trata-se de excluir alguma coisa, no quadro de uma estrutura de “não isso, mas aquilo” (Cf. vv. 4 –7 ); isto é, explica-se, com argumentos, por que uma coisa, em comparação com outra, tem direitos mais sublimes e maior valor. Há aí um aspecto de legitimação e apologética, pois se insinua uma decisão. De outro lado isso nos levou fazer nossa opção, a comparação de duas realidades e a apresentação do valor supremo é um empreendimento fundamental da epidíctica. Nesse caso, a palavra hé agape é descrito com uma série de características de forma abstrata predominando o estilo nominal, quer dizer, a enumeração dos atributos do amor (Cf. 1Coríntios 13,4-7. 8-10.13).

Sendo assim, BERGER, K. também diz que ICoríntios 12,31b–13,13 tem muitos traços de parentesco entre os discursos simbulêuticos e seus sub-gêneros literários tais como [10] :discurso normativo”, “discurso de contraste (priâmelo) ” e os de “Admonição protréptica [11]. Mas alguns pormenores fazem logo pensar no discurso epidíctico, em primeiro lugar pela predominância do estilo enumerativo dos atributos do amor e também à maneira de descrever e comparar duas realidades, ex.: criança-homem, verdade-injustiça, perfeição-limitação.

Como um discurso, os gêneros epidícticos com seus elementos formais, enquadra-se de uma forma bastante simples: começam com o que é chamado de proêmio (ou exórdio = o começo de um discurso ) (v. 12:31b), isto é,  uma introdução que reconhece a audiência e a situação em questão. A seguir, o corpo do discurso ou argumento que fornece o material necessário ao pano-de-fundo para a proposição (vv. 13:1-12) . Um epílogo, que é a conclusão (v. 13:13), nesta fase freqüentemente se encoraja a audiência a concordar com a posição expressa na argumentação.

Assim, pode-se visualizar a estrutura proposta acima:

Discurso normativo                   13:1-13 

        Proêmio (Introdução)                     12:31b

       Corpo do argumento                                                             

        Seção  1 Epidíctico- O “eu” retórico em argumentações   13:1-3

        Seção  2 Epidíctico- Descrições e comparações (sýnkrisis)      13:4-8a

        Seção  3 Epidíctico- Descrições e comparações (sýnkrisis)      13:8b-12

        Epílogo  Simbulêutico- Catálogo de virtudes e de vícios          13:13


1.2 – Estrutura Literária


A estruturação de I Coríntios 12:31b - 13:13, pode ser feita da seguinte maneira, a partir das indicações analisadas na delimitação e no gênero literário.  Ele está dividido em três estrofes temáticas principais (vv. 13:1-3; 13:4-8a; 13:8b-12), enfeixadas por uma introdução  (12:31b)  e  uma conclusão (v. 13:13).

O v. 12:31b. – serve como introdução e ligação entre o cap. 13:1-13, e a perícope anterior do cap. 12:12-31a - que fala sobre a imagem do corpo de Cristo, como uma unidade, diversidade e solidariedade que caracterizam a comunidade cristã. Não obstante, Paulo não está mencionando aqui o amor sendo outro Dom espiritual; mas afirmando na verdade, “Ao exercerem esses dons, verifiquem se estão continuando no caminho do amor” [12]. O “caminho sobremodo excelente” de Paulo é o amor  agape , sendo este mais importante do que  qualquer experiência carismática, porque o amor  é o poder controlador  de todas as ações.  (CALVINO, J. Exposição de 1 Coríntios. 1996, pp. 393).

Temos, nos vv. 1-3 do cap. 13, a primeira estrofe do hino: se não tenho o amor, o resto para nada serve. Os  vv. 1-3 incluem uma alusão a todas as quatro classes de dons espirituais (Cf. I Cor 12:28). Primeiramente aparecem os dons extáticos (v.1), que são as línguas, em  seguida aparecem o ensino, na menção da profecia, da sabedoria e do conhecimento (o entendimento dos mistérios e de todo o conhecimento). A seguir a operação de milagres (na menção da fé; v. 2). Finalmente, os dons de natureza administrativa, como a dedicação aos pobres e a entrega da própria vida em favor do bem alheio no v.3. 

A segunda estrofe, 13:4-8a: recebe dezesseis afirmações sobre o amor. Todas essas descrições são expressas no original grego por meio de verbos, e não por meio de adjetivos, talvez como indicação de que o amor é uma força dinâmica, e não estática. [13]   Duas afirmativas acerca do que é o amor são seguidas por oito negativas; então, mais uma afirmativa é seguida por quatro afirmativas que salientam a idéia de “tudo”, a fim de enfatizar essas atividades próprias do amor; finalmente aparece a última afirmativa, no sentido de que o amor não pode falhar. Por conseguinte, se pintarmos um quadro daquilo que os coríntios procuram, essas dezesseis proposições, oito positivas e oito negativas, formam por contraste, díptico polêmico. O amor não se preocupa com resultados. Ele é a própria presença de Cristo nas relações com os outros: 13:5-6. [14]

A terceira estrofe, 13: 8b-12: então conhecerei como sou conhecido. Somente o amor abre o futuro verdadeiro, porque não é atingido pela morte e pertence tanto ao presente como ao futuro da perfeição. Além disso, ele descreve a vida cristã, porque o amor é fruto, dom, espírito santo, força, dinamismo, plenitude. Ele é a via por excelência que inspira a vida cotidiana do crente.[15] Com o intuito de realçar a preeminência do amor para todos os cristãos de Corinto, e de qualquer outro lugar, Paulo menciona os três dons que ocupam o alto da lista de prioridade deles: línguas, profecia e conhecimento. Cada um deles passará a ser irrelevante ou será absorvido na perfeição da eternidade  (v. 10).

Na conclusão que está no   v. 13:13 :  diz  sobre  a preeminência do amor sobre a fé e a esperança. Paulo expõe aqui uma  triáde favorita das virtudes cristãs [16]. A esperança, tal como a fé, é sustentada pelo amor de Deus. Conforme temos podido observar, os dons espirituais, desacompanhados do amor, nada são; pois é através do amor que eles são conduzidos à sua expressão mais perfeita. Assim sendo, o amor é a energia da  fé, agora e na eternidade, bem como a esperança, posto que assegura a conquista do grande alvo. Confiamos em um Deus amoroso, no sentido de que as coisas que ele nos confere, como a fé e a esperança são realidades.[17]

        Esquematicamente a estrutura literária de I Coríntios 12:31b - 13:1-13, pode ser vista assim:

Introdução

12:31b E além disso, vos mostro um caminho que excede toda e qualquer comparação.



1a. Estrofe

A Superioridade do Amor
13:1 Se eu falo em línguas dos homens e dos anjos, mas não tenho o amor, torno-me [como] bronze ruidoso [ou] címbalo retumbante.
v.2 E se eu tenho profecia  e sei todos os mistérios e todo o conhecimento [ciência], e se eu tenho toda a fé, a que remove montanhas, mas não tenho amor, nada sou.
v.3 E se eu distribuo todas as minhas propriedades [em quinhões], e se eu entregue o meu corpo, para ser queimado, mas não tenho amor, de nada me aproveita.





2a. Estrofe

As obras do Amor

v.4 O amor é paciente, o amor é misericordioso, não é ciumento; o amor não é presunçoso, não se incha de orgulho.
v.5 Não se comporta de maneira vergonhosa, não procura o seu próprio interesse, não se irrita, não leva em conta o mal,
v.6 não se alegra na injustiça, mas regozija-se  na verdade.
v.7 Ele tudo cobre [suporta em silêncio todas as coisas], tudo crê, tudo espera, tudo agüenta pacientemente.
v.8a. O amor nunca falha.





3a. Estrofe

A perenidade do Amor

v. 8b. Mas, havendo  profecias, serão abolidas; quer haja línguas, elas cessarão [automaticamente]; havendo conhecimento [ciência], será abolido.
v.9  Porque em parte conhecemos e em parte profetizamos;
v.10 Mas, quando vier o que é perfeito, o que é em parte será abolido.
v.11 Quando eu era criança, costumava falar como criança, pensava como criança, raciocinava como criança; quando me tornei homem, abandonei as [coisas próprias] de criança.
v.12. Pois, agora vemos por meio dum espelho em enigma, mas então, [será] face a face; mas agora conheço em parte, mas então conhecerei exatamente, assim como também sou conhecido exatamente.


Conclusão
A tríade das virtudes
Principais do Cristão



v. 13  Agora, porém, permanecem a fé, a esperança, o amor, estes três;  mas o maior destes é o amor.

1.3     -  Análise Retórico-Estilística


A perícope de I Coríntios 12:31b - 13:13 nos mostra os seguintes recursos estilísticos:


1.3.1.  Paralelismo

     
Trata-se de um recurso empregado nos textos de argumentação epidíctico, onde as linhas paralelas servem, entre outros, ao propósito de enfatizar, contrastar ou acrescentar idéias, conceitos de uma linha em relação à outra. Nesta perícope encontram-se quatro tipos de paralelismo:

a)  Sinonímico: apresenta a mesma idéia repetida com outras palavras. Encontra-se no v. 13 - BERGER, (1998, Pp. 143), diz que a sinonímia neste verso, não significa total identidade entre as idéias que a expressam, porém, evidencia-se que à construção similar correspondem conteúdos similares; em 13,13, a fé é novamente o início, a esperança  é sua figura concreta, o amor sua realização concreta.

b)  Sintético:  apresenta na segunda linha ou membro uma continuidade com a idéia da/o primeira/o, acrescentando-lhe novos aspectos, ou explicando-o melhor. Aparece nos versículos:  v.1; v.2; v.3; v.9.

c)   Antitético:  é empregado quando duas linhas ou membros expressam idéias opostas. Encontram-se nos seguintes versículos: v. 6; v. 8; v.10; v.12 [18]

d)  Climático: é a disposição de uma série de elementos, em progressão crescente, desenvolvendo gradualmente um pensamento em linhas sucessivas até chegar a um climax. Aparece nos  vv. 4 - 5;  v. 7; e  v.11 (este versículo também encaixa na forma antitética pela oposição entre a criança e o homem, mas, na sua forma externa ele é gradativo até chegar ao clímax quando a criança se torna homem .

                       Os paralelismos alistados acima ajudam a compreender as idéias que se complementam, se contrastam e se expandem, como também, para mostrar que os significados transmitidos pelas construções paralelas são simétricos, cuja função, contribui, para reforçar e esclarecer o sentido do texto.



1.3.2.  Figuras de  linguagem


a) Hipérbole :  I Coríntios 13:1-3 . Neste trecho, há muitas proposições hiperbólicas, e tem como alvo pôr a suprema importância do amor sobre todas as demais graças e dons espirituais.[19]

b)   Hipérbato : I Coríntios 13:1 [20]

c )  Prosopopéia : figura que dá vida, ação, movimento e voz a coisas inanimadas ou abstratas. Em I Coríntios 13:4 -7. Aqui à palavra amor se lhe atribuem ações humanas, o amor tem paciência…, é serviçal,… não se irrita.

d)  Anáfora : Esta figura consiste na repetição de uma mesma palavra ao começo de frases sucessivas, acrescentando assim peso e ênfases às afirmações que nelas se fazem. O termo nepios = 5 vezes a palavra criança no v.11 ; percebe-se o uso da sutil diferença entre o « eu » e o « amor »  na correspondência da formulação   agape dé me exo =  3 vezes “ não tenho amor ” nos vv. 1-3.   O verbo “cessar”  Katargein que se repete quatro vezes!  nos versículos   8-11;  o termo panta repetida 6 vezes em toda a perícope, mas que no v. 7 se encontra 4 vezes; repetição esta que expressa sua força e que abarca “tudo” o que se fecha na caminhada do pensamento do amor. [21]

e) Assíndeto : 1Coríntios 13:13. A enumeração das virtudes superiores segue aqui um curso rápido, até chegar a: « mas o amor é o maior ».[22]

f) Polissíndeto da conjunção  kai.  em toda a perícope.


2.  Uso de Fontes: 1 Coríntios 12:31b - 13:13     


a)  Citações do Antigo Testamento


Em 1 Coríntios 12:31b - 13:13, Paulo em sua fala usa trechos do Antigo Testamento. Quando cita  no v. 1 … se me falta o amor, sou um metal que ressoa, um címbalo retumbante. O Apóstolo Paulo se recorda da palavra «címbalo » citado no Sl 150.5 que é o Hino com orquestra plena, lembrando que a tarefa principal de qualquer ser que respira é louvar o Deus libertador.

No v.3 …mesmo que entregue o meu corpo às chamas… , ele traz a lembrança dos companheiros de Daniel na fornalha de fogo ardente, (Cf. Dn 3,28), onde o poder de Deus, que protege seu povo fiel, todos os soberanos do mundo são, como o rei Nabucodonosor, convidados a reconhecer o único Deus vivo, que faz e mantém aliança com os homens.

No v. 7 … Ele tudo cobre [suporta em silêncio todas as coisas]… tudo agüenta pacientemente. Paulo está parafraseando Pr 10,12 que diz “…mas o amor cobre todas as ofensas” (Bíblia Pastoral).

No v. 12 diz: “Agora, vemos em espelho e de modo confuso; mas então será face a face”.  Paulo traz a lembrança da passagem de Números  12,8a: “com ele eu falo face a face”. Onde Deus revela seu projeto aos profetas, que são homens capazes de ler nos acontecimentos a ação de Deus, e que dirigem o povo para a liberdade e a vida. Moisés foi o profeta por excelência que discerniu e manifestou, pela palavra e ação, esse projeto divino. Por isso, ele se tornou o modelo de toda atividade profética.[23]


                          b)  Citações do Novo Testamento

No v.2…  mesmo que tenha a fé mais total, a que transporta montanhas… O apóstolo Paulo cita  Mc 11,23 onde os ditos de Jesus faz referência da fé e da confiança em Deus que a nova comunidade, transformada e comprometida, traz frutos para os homens e a sociedade.

                          c)  Fontes extra bíblicas

BORNKAMM, G. (1983. Pp. 37ss.) Este autor diz que, I Coríntios 13: 1-13 segue o modelo das descrições das virtudes, quanto à forma e a apresentação da poesia da aretè segundo Tirtaios (Anthologia Lyrica Graeci, I 9:1-10,   uma antiga poesia grega que desempenha um importante papel na história dos ideais gregos. Ela poderia ter tido uma repercussão tardia inclusive no pensamento de Paulo, cujas semelhanças não podem passar despercebidas. Pode-se discutir se as palavras de Paulo e a elegia de Tirtaios têm certa dependência real o não, do ponto de vista literário e da sua estrutura histórica, levando em conta a prolongada enumeração das possibilidades humanas, as quais não são nada, se falta a última, ali a valentia, aqui, em Paulo, o amor. Todavia não se pode considerar suficientes as coincidências e ressonâncias, para afirmar qualquer dependência próxima de aspecto literário. Mas, a questão é saber se o amor é uma altíssima areté, e se 1Cor 13 se encaixa na história da ética grega, como acontece com esta poesia sobre a valentia (areté).[24]

IV -  ANÁLISE  REDACIONAL

 

1.  Contexto  Literário

1.1   Contexto menor:
  
                       O contexto literário de 1 Coríntios 12,31b – 13,13  é composto, primeiramente, pelos contextos menores ou contexto imediato tanto anterior como posterior desta perícope.

Os eixos semânticos do passo anterior servirão de guias para este análise, a saber: Superioridade do amor sobre os carismas, as características do amor para com o próximo e por fim o amor jamais sucumbirá.

1 Coríntios 12:31b - 13:13 é antecedido por o cap. 12:1-31a, onde começa com a formula “…Quanto aos dons do Espírito”, (12,1) introduz a resposta a um novo quesito da carta dos coríntios. Infelizmente, não conhecemos o teor da pergunta. “Mas tudo indica que é sobre as experiências carismáticas, nas quais a comunidade era muito rica (1,4-6). Gozavam de um espaço privilegiado nas reuniões comunitárias, justamente no momento da palavra, que era estreitamente ligado com o momento ritual da Ceia do Senhor”.  (BARBAGLIO, G.,1996, p. 317).

“Já o vocábulo pneumatiká (= dons do Espírito), que aparece no título de 12,1 e retorna em 14,1, é termo técnico do mundo helenista, para indicar fenômenos prodigiosos e extáticos. O Espírito era entendido como força divina envolvente, e como doador de forças extraordinárias e espetaculares, capazes de levar o homem a superar os próprios limites e a alcançar performances sobre-humanas. (BARBAGLIO, G., ibidem, p. 317).

Antes de tudo Paulo expõe noções gerais, indicando a origem divina dos carismas (12,4ss), sua finalidade, isto é, a utilidade da Igreja (12,7-11), e a variedade (12:12-30). Esta última é necessária à Igreja, Corpo místico de Cristo, tal como a variedade de cada membro é indispensável ao organismo humano (12:12-20). E cada membro, embora humilde, tem sua função específica, que se deve levar em conta e à qual se deve prestar a honra devida (12,21-26). Assim vós sois corpo do Cristo e membros, cada um, por sua parte: este, apóstolo, aquele, profeta, este outro, doutor. (12:27-30). (CIPRIANI, S. 1974, p. 270).

A respeito da perícope posterior 1 Coríntios 14:1-40, constitui um terceiro tipo de abordagem da mesma problemática dos coríntios. A atenção, agora, volta-se para as reuniões da Igreja, enquanto lugar da atividade dos carismáticos.

“O cap 14 concretiza e desenvolve o princípio da finalidade comunitária das experiências carismáticas. Também a ligação com o cap. 13,  quase invisível no plano das analogias lingüísticas, não se pode dizer que inexista ou que seja irrelevante. É verdade que diferentes são os motivos temáticos que os caracterizam, isto é, o amor e a construção da comunidade. Mas, em 8,1 Paulo havia afirmado que o amor é que constrói a Igreja.  Sublinhando a finalização das expressões carismáticas para o crescimento da comunidade, o Apóstolo Paulo insere o uso dos dons do Espírito na perspectiva geral do amor. É essa a força eficaz que faz a pessoa sair do círculo do próprio “eu”, da própria realização individualista, para a realização comum.” (BARBAGLIO, G.,1996, p. 341).

                          Com razão se pode afirmar, em geral, a existência de uma articulação binária do capítulo. A primeira parte (vv. 1-25) está centrada no confronto entre profecia e glossolalia, instituído sob a marca da repetida afirmação da superioridade daquela sobre esta. A concreta regulamentação das intervenções dos carismáticos nas reuniões comunitárias especifica a segunda parte (vv. 26-36). O capítulo termina salientando dois pontos: o primeiro é uma firme reivindicação, da parte de Paulo, da autoridade de sua intervenção (vv. 36-38); o segundo é um resumo de seu longo discurso (vv. 39-40). (BARBAGLIO, G.,ibidem, p. 341).


1.2. Contexto maior ou contexto temático:

Investiga a função do texto dentro das unidades temáticas maiores nas quais o Apóstolo Paulo inseriu a perícope 1 Coríntios 12:31b - 13:13. 

A perícope em tela está inserida num grande bloco, que corresponde à terceira parte da carta  cap. 11:2 - 14:40, referente às instruções relativas às assembléias litúrgicas da comunidade e à respectiva importância dos dons espirituais. Neste sentido BARBAGLIO (1987, p. 301), diz que este bloco corresponde a uma grande unidade literária, construída em torno do tema das reuniões comunitárias, articuladas segundo os dois pólos da ceia eucarística e do serviço da palavra. Em seu interior distingue-se o problema das mulheres que participavam com a cabeça descoberta (11:2-16), o fenômeno degenerativo de uma acentuada privatização do sacramento da eucaristia (11:17-34), e a complexa questão das experiências carismáticas (caps. 12-14)

 Dentro desse grande bloco (11:2-14:40), acrescente-se uma sub-unidade nos caps. 12-14, aqui Paulo trata da questão final levantada na carta aos coríntios, sobre os «carismas» ou dons espirituais outorgados a membros da comunidade. Seu número, e o caráter um pouco perturbador de alguns deles, tendia a causar confusão. Paulo interveio e aclarou a situação: todos esses dons vêm do mesmo Espírito; são concedidos em vista do bem da comunidade; sua relativa importância dos serviços que prestavam; a caridade paira muito acima do dom de falar línguas (glossolalia), um dom de que os coríntios se orgulhavam desordenadamente; com efeito, a caridade supera todos os carismas ( 1 Cor 12:31b - 13:13). A longa resposta contém importante declaração sobre o Corpo de Cristo (1Cor 12:12-30) e o famoso hino ao amor (agape ), caridade fraterna, um amor que se sacrifica, que procura o bem dos outros. Sua fonte é Deus, que nos amou primeiro e deu o seu Filho para reconstruir consigo os pecadores. O amor dos cristãos deve modelar-se neste amor de Deus e do seu Filho Jesus Cristo. [25]


2.  O contexto integral: 1 carta aos Coríntios

2.1. Autoria

                  A autenticidade de 1 Coríntios não é discutida: a epístola já é claramente conhecida em I Clem 37,5; 47,1-3; 49,5; Inácio, Ef 16,1; 18,1  [26]. Cuja autoria é tradicionalmente atribuída ao Apóstolo Paulo.

2.2. Local e Data de redação:

Como lugar de redação cita-se, em 16:8, Éfeso; Paulo quer permanecer lá ainda até o Pentecostes e já enviou antecipadamente Timóteo, ao que parece por terra, para Corinto (4:17). A fim de que lá seja cordialmente recebido, Paulo expressa uma recomendação especial para ele na carta enviada diretamente à comunidade (16:10 s.). Visto que 1 Cor. foi escrita na primavera, próximo ao fim da permanência em Éfeso (16:8) e Paulo se encontrava lá na época entre 53 e 55 d.C. a redação de 1Cor deve ser fixada para a primavera do ano 55. [27]


           

2.3. Destinatários

        CULLMANN, O. (1996, pp.58), diz que:

“A igreja de Corinto era composta, sobretudo, de cristãos provenientes do paganismo e procedentes de meios sociais modestos. Foi fundada por Paulo.  Encontramos o relato desta Fundação em Atos 18,1-18; que se sucedeu na época do procônsul Gálio. Paulo anuncia o Evangelho na sinagoga, e os judeus lhe fazem oposição. Ele se volta, então, para os gentios, mas a oposição judaica torna-se violenta no dia em que Crispo, o chefe da sinagoga, se converteu ao cristianismo com toda sua família. Quanto ao procônsul Gálio, ele recusa imiscuir-se nesta querela judaica”. Após um ano e meio, de fins de 49/início de 50 até meados do ano 51, Paulo deixa Corinto. [28]


CULLMAN (1996, pp. 58), continua dizendo que: segundo os Atos, a igreja de Corinto é composta de uma maioria de gentílico-cristãos e de uma minoria de judaico-cristãos; de fato, lemos em 1 Cor. 12.2: «quando éreis gentios…» e em 7.18: «Foi alguém chamado estando circunciso? Não desfaça a circuncisão».  A igreja compreende numerosos escravos (cf. 7.21: «Foste chamado sendo escravo? Não te preocupes com isso»), mas poucos intelectuais e ricos: «Irmãos, reparei na vossa vocação; visto que não foram chamados muitos poderosos, nem muitos de nobre nascimento» (Cf. 1.26).

Neste sentido, LOHSE. E. (1985, Pp. 59), informa que Corinto havia sido destruída pelos romanos em 146 a.C., mas depois fora reconstruída por ordem de César e desde 29 a.C. era a capital da província senatorial Acaia, e sede do procônsul. Situada favoravelmente como lugar de comércio, a cidade rapidamente recobrara importância. Navegação e comercio traziam muitos estrangeiros a Corinto, com eles alastraram-se na cidade portuária o desejo de diversão e conduta desregrada.

Com relação às características dos destinatários, THEISSEN, G. (1987, Pp. 145 s.), argúi o seguinte: 

A 1ª Carta aos Coríntios é em si, um fato social, testemunho de uma comunicação entre Paulo e a comunidade. A partir disso, praticamente podemos deduzir algo sobre a posição, na comunidade, dos que participam dessa comunicação e também, indiretamente, podemos encontrar alguns indícios que apontam para sua posição na sociedade. Elucidativos são três fatos: os informantes de Paulo, seus destinatários e seus críticos. Interessante é que Paulo endereça sua resposta praticamente aos fortes. Todas as passagens, nas quais encontramos a 2ª pessoa, estão voltadas para eles: cf., p.ex., “Vede, porém, que este vosso pleno poder não venha de algum modo a ser tropeço para os fracos” (8.9; cf. 8.10,11; 10.15,31. ). Disso podemos deduzir, que os fracos não tinham cargos diretivos na comunidade. Todas estas observações indicam que os fortes, provavelmente, pertencem aos poucos “sábios, poderosos e nobres de nascimento” (Cf. 1.26). Seu comportamento despreconceituoso tem, primariamente, seu lugar social nas classes altas e devem ter sido pessoas formadoras de opinião. Mas eles não puderam ganhar todos para a sua linha de comportamento. Existiam os fracos, nos quais tanto tradições gentílicas quanto judaicas pareciam continuar a produzir efeitos. Mas estas só puderam tornar-se eficazes, porque apoiavam um comportamento especificamente classista.


Portanto, é preciso levar em conta a tomada de posição de Paulo em relação à briga entre os fortes e fracos. Tem provocado um certo choque para a exegese moderna o fato de que Paulo não levou conseqüentemente a efeito o ponto de vista despreconceituoso dos fortes, se bem que Paulo, em princípio, chega a concordar com eles do ponto de vista teológico, mas com os fracos Paulo concordou do ponto de vista pastoral. 


        V -  ANÁLISE  TEOLÓGICA

 Análise  Semântica


Nos passos exegéticos anteriores vimos como os textos podem ser examinados em seus aspectos literário, formal e redacional. O exame destes aspectos afeta parcialmente a compreensão do conteúdo dos textos, embora sob perspectivas específicas e isoladas.[29]  O que diferencia a análise da Semântica, dos passos anteriores é, uma vez, o seu caráter sintético e integrativo das partes e, por outro lado, seu interesse pelo significado exato de termos, expressões e conceitos no conteúdo literal dos versículos que sejam relevantes para o correto entendimento do texto.

Os critérios aqui usados visam identificar o eixo em torno do qual gravita o assunto, ou seja, a questão ou assunto central tematizado na perícope de 1 Coríntios 12:31b - 13:13.

1Coríntios 12:31b começa com a expressão  «eu vou indicar-vos um caminho infinitamente  superior », não define a natureza do ensinamento, mas a ação apostólica que Paulo pretende realizar: ele quer “indicar uma via, um caminho”.
  
No Novo Testamento, a palavra “caminho” tem várias conotações e em seu sentido ordinário, se passa facilmente para o figurado. Dado que o “caminho” é figura de conduta, do modo de proceder, “seguir” Jesus nos sinóticos, significa proceder como ele, ter modo de vida como o seu. Supõe caminho comum, marcado pela personagem principal. Seguir Jesus significa, portanto, assemelhar-se a ele pelo modo de vida e atividade como os dele; a meta do discípulo é a mesma de Jesus: a entrega/doação total por amor à humanidade, entrega/doação que o leva à plenitude humana. Nos Atos o cristianismo nascente é chamado “a via” (Cf. At 9:2; 18:25; 24:22 ). De fato, os cristãos estão conscientes de haverem encontrado o verdadeiro caminho, que até então não estava manifesto, daí que a religião cristã era conhecida como “o caminho” Cf. At  19: 9,23.  (MATEOS & CAMACHO, 1991, Pp. 28 ss.)


Nesta mesma linha de pensamento, PESCE, M. (1992, Pp. 139), enfatiza, que:


« Na realidade, também em 12,31b  Paulo pressupõe uma pluralidade de “vias” (hodoí) porque a expressão kato hiperbolen , (“melhor”) implica de todo modo uma comparação. Talvez ela evoque o ensinamento sobre o preceito do amor que resume qualquer outro preceito (Cf. Mt 22,40); talvez, melhor, a expressão queira instaurar uma comparação com outras vias, algumas das quais são preferidas pelos coríntios. O amor não elimina os demais valores da vida cristã, que também devem ser perseguidos. É somente a máxima entre todas as “vias” (hodoi). Paulo teme que os coríntios estejam perseguindo como valor máximo da vida cristã o das manifestações pneumáticas (e em particular a glossolalia), ou seja, que a “via” principal deles consista em buscar as manifestações pneumáticas. Paulo parece animado por uma preocupação apostólica que de um ponto de vista formal é idêntica: ele deseja que sejam recordadas aos coríntios as “suas” vias em Cristo (que são também as de “todas as Igrejas”) porque supõe que os coríntios seguem caminhos próprios afastando-se dos do apóstolo e dos demais cristãos. Contudo o centro da “preocupação” apostólica de Paulo para com as comunidades já evangelizadas consiste justamente na indicação destas “vias de Cristo” e em vigiar para que sejam seguidas ».

Portanto, pode-se estabelecer que nesta perícope, o termo “caminho”  significa maneira de vida e de conduta, especificamente designa a maneira cristã de vida ou alguns dos seus aspectos éticos que nasce do evento salvífico em Cristo e que se torna concreta na proclamação do Apóstolo Paulo, que é responsável pela edificação da comunidade . O AMOR é o caminho excelente que Paulo indica aos coríntios. (Cf. At 9,2; 19,9.23; 22,4;  Mt 22,16; Mc 12,14 )  [30]

Outro eixo semântico que pode ser traçado aponta a ocorrência repetida da expressão [agape = 9 vezes] e que traduz “o amor”  (Cf. v1= 1 vez; v2= 1 vez; v3= 1 vez;  v4= 3 vezes; v8= 1 vez; v13=2 vezes), sendo portanto a figura central neste cap. 13, e em toda esta epístola  de  1 Coríntios é citada  14 vezes.  O trecho fala diretamente da caridade para com o próximo; mas ela pressupõe o amor de Deus, como o motivo último pelo qual o cristão deve amar ao próximo. É uma virtude essencialmente teológica, e por isso vem colocada ao lado da fé e da esperança (v. 13)  [31] .

A palavra Amor é um dos conceitos mais importantes do Novo Testamento, que dá à expressão um conteúdo total de fé (cf. João 3,16). “O agir de Deus é amor, que espera como resposta o amor do homem (1 João 4,19). Incluso a ética está fundada no amor de Deus e cobra daí seu significado. O amor está por cima da fé e da esperança (1Cor 13,13), e portanto, o mesmo Deus é designado como Amor“. [32]

Sabemos muito bem que a palavra grega para “amor” no Novo Testamento, agape , não costumava ser usada. E como enfatiza PRIOR (1994, pp. 242 s.), ela foi introduzida no grego neotestamentário especificamente porque o amor de Deus, visto em Jesus de Nazaré, exigia uma nova palavra. O amor de Deus transcende completamente todas as idéias ou expressões humanas de amor [33]. É amor pelos totalmente indignos, amor que procede de um Deus que é amor. Amor prodigalizado a outros sem que se pense se eles são dignos de recebê-lo ou não. Provém antes da natureza daquele que ama, que de qualquer mérito do ser amado. Este é o amor que, segundo Jesus, tem de caracterizar e controlar a comunidade, para que esta seja, de alguma forma, reconhecida como cristã e para que Jesus seja reconhecido como o Filho de Deus e o Salvador do mundo.


Nesta mesma linha de pensamento, argumenta WENDLAND, H-D. (1974, pp. 72):


Partimos da circunstância de que Paulo adotou o mandamento do amor a partir de e junto com a tradição da comunidade (cf. Rm 12,13 ss. e com Mt 5, 39.44).  Do mandamento do amor do Jesus histórico resultou, em poucas palavras, o mandamento do amor de Cristo e do seu apóstolo.  Em decorrência disso Paulo pode colocar “pneuma” e “agápe” na mais íntima relação, como o fez em 1 Cor 8 e 10. Segundo  1 Cor 13 o amor é ainda muito mais do que a maior de todos os dons espirituais, pois sem ele todos os carismas são sem valor e infrutíferos. O amor é até maior do que fé e esperança (v. 13). O amor é “fruto do espírito” (Gl 5,22) ou amor gerado no Espírito. Pode ser chamado de “amor do Espírito” (Rm 15,30). Foi “derramado em nossos corações pelo Espírito Santo” (Rm 5,5). Por isso é e cria nova vida, no sentido escatológico. É o amor divino, que une primeiramente Deus e o homem e depois se concretiza nas ações dos cristãos. Conseqüentemente, ele é divino e humano ao mesmo tempo  descrito como o seu procedimento, como acontece em I Coríntios 13: 4-7. Poderíamos afirmar que Paulo copiou a natureza do amor da cruz de Cristo: É um amor que se sacrifica, se entrega, se põe a serviço. Aqui  a ética e a teologia estão intimamente interligadas em Paulo.   


Complementando todas estas idéias, GÜNTHER, W. (1985, Pp. 115), afirma o seguinte: “se, pois, o agir de Deus é definido como amor, então, o hino ao amor de 1 Cor 13, não é simplesmente um capítulo de ética, senão juntamente uma descrição do atuar divino. No lugar da palavra «amor», pode pôr-se o nome de Jesus Cristo. Com isto, Deus não se torna em maneira alguma no “bom Deus”, que tudo o tolera. Por conseguinte, avga,ph é conjuntamente amor de Deus e amor do homem. O amor está, como compêndio e síntese, sobre todas as forças e poderes.        Profecia ( Profeteia ) e fé (pistis) , 1 Cor 13,2, elpis   (v.7)  e  gnosis (v.8) lhe estão subordinadas, não no sentido de uma gradação, senão como forças parciais de uma potência  poderosa que penetra e vivifica tudo. No contexto de 1 Cor, o amor é o maior dos dons do espírito.  O  agape é a força que unifica e edifica a comunidade. Sem amor é impossível a vida comum dentro da comunidade.

Superioridade do amor sobre os carismas: vv. 1-3

Nenhum carisma vale tanto quanto o amor, que constitui a essência da vida cristã. Sem ela não se pode ser aceito por Deus (v.1s). Língua dos anjos, em sentido hiperbólico, talvez exprima a língua mais nobre que se possa imaginar. Bronze retumbante indica que sem a caridade tudo é ruído, e não há composição musical. Junto com a glossolalia se lembram (cf. 12,9) a profecia, que abrange também o conhecimento dos mistérios, o discurso de ciência e a fé na onipotência divina capaz de operar os maiores milagres. Mas Paulo rejeita (v.3) até a hipótese da distribuição de toda a fortuna aos pobres, e do sacrifício extremo, enfrentado para salvar a vida de alguém. Se um único motivo de vanglória inspirasse o meu gesto, frisa, tudo isto não teria valor[34]. Portanto, a mensagem de Paulo, neste ponto, é que nenhuma atividade, por mais elevada e espiritual que seja, tem qualquer valor a menos que seja exaltada pelo amor cristão. Outrossim, através de tal exaltação pelo amor em atividade é que os «dons espirituais» são desenvolvidos. Sem essa energia fomentadora os próprios dons do Espírito nada serão. (Cf. I Cor 12:31) [35] . O vínculo com o Espírito é a garantia única sobre o amor.[36]

Características do amor: vv. 4-8a.

        O amor é paciente, suporta as injustiças e injúrias, é benigno, disposto a fazer o bem a todos; não tem inveja do bem do próximo; não se ensoberbece nem se exalta pelo próprios méritos ou qualidades, não age atrevidamente, de sorte a indispor os outros; não procura as próprias coisas, é desinteressado; não se irrita, não se enfurece e perde a serenidade; não guarda rancor pelo mal que sofreu; alegra-se não com a injustiça mas com a verdade, isto é, com a justiça (pelo paralelismo), ainda que custe. “O amor tudo desculpa, com o manto da bondade, pronta a escusar tudo; tudo crê, confiando assim no próximo; tudo espera, ainda nas situações mais desesperadas; tudo suporta: decepções, fracassos, ingratidões”. (CIPRIANI, SETTIMIO. 1974. Pp. 323.)

                            O amor jamais sucumbirá:  vv. 8b-12

        Tudo o que foi criado passa, mesmo os mais altos carismas (profecia etc.) e as virtudes mais distintas (fé e esperança). No v.8 diz que o amor nunca falta, e que ele dura para sempre. Uma qualidade como esta, que jamais terá fim, é certamente digna de ser obtida com muito esforço. O amor, portanto, deve ser preferido antes de todos os dons temporários e perecíveis. As profecias passam, as línguas cessam; o conhecimento chega ao fim. (CALVINO, J. 1996, P.399).  Neste sentido, o próprio BULTMANN diz que, o pano-de-fundo da teologia Paulina “é fiel à doutrina tradicional judia  e do cristianismo primitivo, com respeito à ressurreição dos mortos e com ela à concepção da apocalíptica do juízo final e do drama cósmico que põe fim ao velho mundo e introduz o novo mundo da salvação, o teleion (v.10)” . [37]

         No v. 11 “Quando eu era criança…” Paulo aqui usa uma comparação, pois muitas coisas que são apropriadas à infância desaparecem mais tarde, quando chegam os anos da maturidade. Portanto, a perfeição, que será uma espécie de maturidade no desenvolvimento espiritual, porá fim à instrução e tudo quanto a acompanha. (CALVINO, J. 1996, Pp.403). 
         No v. 13  aparece a palavra esperança : “nuni. de. me,nei pi,stij( evlpi,j( avga,ph Se Paulo, diz BERGER, K. (1998. Pp. 143), agrupou a fé, a esperança e o amor  exatamente nesta ordem, não foi por causa de sua relação com a Lei, nem por serem dons do Pneuma. A esperança indica a perspectiva do futuro e da recompensa; o aspecto da perseverança lhe é particularmente próprio. Também, tem outras conotações: trata-se da salvação (Cf. 1Ts 5,8), da vida (Barn 1,4.6), da justiça (Gl 5,5). A esperança, portanto (como a fé) é fundamentalmente diferente do amor. Ela é uma virtude “básica”. Porém, enquanto a fé é fundamental por ser inicial, a esperança o é por ser sua continuação no tempo. Diante disso tudo, 1 Cor 13 é uma tentativa totalmente surpreendente e inovadora, ao fazer do amor, visto como soma da vida real, simplesmente a virtude básica, sem dúvida não sem motivação vinda da comunidade de Corinto.

         Concluindo, neste verso Cap. 13,13, porém, a fé é novamente o início, a esperança é sua figura concreta, o amor sua realização concreta. Neste sentido CALVINO, J. (1996, Pp.407). argumenta o seguinte: “…supondo que concordemos que o amor é maior, ele é mais eficaz para justificar os homens? Segundo essa maneira de pensar, um rei gladiará a terra melhor que um agricultor, fará um calçado melhor que um sapateiro, só porque é um homem de nascimento mais nobre do que ambos juntos… Se o poder para justificar dependesse da dignidade ou do mérito da fé, talvez devêssemos prestar mais atenção ao que dizem. Mas nós não ensinamos que a fé justifica em virtude de ser mais valiosa ou que ocupe um lugar de mais honra, mas porque ela recebe a justiça que é oferecida gratuitamente no evangelho.


VI- SÍNTESE  TEOLÓGICA
Paulo, neste capítulo 13, sublinha que o amor supera, é maior do que todos os carismas. De modo especial, nesses versículos acima ele mostra a excelência, a grandeza do amor, ou caridade: os carismas passam, o amor, não; os carismas pertencem ao tempo presente, o amor é para sempre; os carismas são concedidos para construir o Reino de Deus aqui na terra, o amor é realidade do tempo presente e do Reino futuro; o amor jamais acabará. O Reino presente é de transitoriedade, tudo é limitado e relativo; aqui nós vemos as realidades celestes como em espelho; somos como crianças: incapazes de compreendê-las. Paulo conclui dizendo aos coríntios que muito mais importante do que os carismas que eles tanto ambicionavam eram as virtudes da fé, da esperança e da caridade. E, dentre esses três maiores virtudes, tinha a primazia, a caridade, o amor. A fé e a esperança passarão quando alcançarmos nosso destino, que é Deus; o amor, porém, permanecerá, jamais acabará, pois Deus é Amor e nós viveremos no amor.


 VII- ATUALIZAÇÃO  DO  TEXTO  (HERMENÊUTICA)


A palavra “amor” abarca, em nossos idiomas, um grande número de conteúdos muito diferentes, que se estendem do corporal ao espiritual, do construtivo ao destrutivo, do sensível ao intelectual.  Daí que o amor somente pode-se definir a partir da relação que em cada caso se estabelece (por ex.: o amor à arte, à ciência, o amor entre marido e mulher, entre pais e filhos, entre amigos).

Este trabalho exegético, tem-nos mostrado que, perante suas ricas expressões semânticas, os conceitos experimentam no evangelho de Paulo uma certa delimitação: avga,ph reproduz o amor que lança suas raízes na ação salvífica de Deus com os homens. Tudo na Bíblia está relacionado com o amor, direta ou indiretamente, positiva ou negativamente, como esta inclinação graciosa e carinhosa de Deus para os homens.   Diante disso, surge a pergunta: Como pode agora o homem de responder adequadamente ao amor de Deus? Ao amor de Deus corresponde nosso amor ao próximo. Neste sentido, BOFF, L. (1999, Pp. 110), argumenta o seguinte:

“Quando um acolhe o outro e assim se realiza a co-existência, surge o amor como fenômeno biológico. Ele tende a expandir-se e a ganhar formas mais complexas. Uma destas formas é a humana. Ela é mais que simplesmente espontânea como nos demais seres vivos; é feita projeto da liberdade que acolhe conscientemente o outro e cria condições para que o amor se instaure como o mais alto valor da vida”.

  
                            Nessa direção surge o amor ampliado que é a socialização. O amor é o fundamento do fenômeno social e não uma conseqüência dele. Em outras palavras, é o amor que dá origem à sociedade, à comunidade eclesial; a comunidade da Igreja existe porque existe o amor e não ao contrário, como convencionalmente se acredita. Se falta o amor (o fundamento) destrói-se o social e a Igreja. (, BOFF, L. 1999, Pp. 111)

                             Portanto, o amor é um fenômeno cósmico e biológico. Ao chegar ao nível humano, ele se revela como a grande força de agregação, de simpatia, de solidariedade. Sem o cuidado essencial, o encaixe do  amor não ocorre, não se conserva, não se expande nem permite a consorciação entre os seres e Deus, porque sem amor nós não somos seres sociais.


VIII -  CONCLUSÃO

                            Poderíamos concluir que o amor governa o uso dos dons e toda a conduta cristã (13:1-13). Se o apóstolo Paulo não houvesse escrito outra coisa além deste grande hino ao amor, bastaria isso para classifica-lo como um dos maiores autores de todos os tempos. Acerca do amor precisamos distinguir entre algumas variedades do mesmo, a saber:

1.   De Deus pelo homem

2.   Dos homens por Deus. Isso só pode ser realizado pela ascensão mística da alma na direção de seu criador; de outra maneira Deus continuará sendo apenas um conceito abstrato.

3.   Há também, o amor ao próximo. Esse é amor enfatizado no grande décimo terceiro capítulo desta primeira epístola aos Coríntios. A grandeza desse aspecto do amor é ilustrada pelo fato que, do primeiro e do segundo mandamentos, que são o amor de Deus e o amor ao próximo, dependem toda a lei e os profetas. No tocante ao amor, nada poderia ser mais significativo do que essa particularidade.

4.   Finalmente, há o amor a Cristo. E, uma vez mais, tal como no caso do amor a Deus Pai, esse tipo de amor depende  da ascensão mística da alma. Porém, ao amarmos ao próximo, na realidade estamos amando a Cristo;

                          Os homens geralmente encontram grande dificuldade para amar a Cristo e a Deus Pai, porquanto, para eles, a pessoa de Deus lhes parece um conceito teológico distante. Não obstante, todos os homens podem amar a seus semelhantes; e, ao assim fazê-lo, amam a Cristo e a Deus Pai.

                            Portanto, o amor é o grande princípio cristão de toda a ação, ultrapassando a todos os muitos sistemas éticos que se têm olvidado do amor, ou que têm menosprezado a sua importância. O amor cristão evidentemente brilha, porque o amor cristão exige que se ame até mesmo aos nossos inimigos.


BIBLIOGRAFIA


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[1] kai. pa/san th.n gnw/sin = Literalmente traduz “todo conhecimento (de segredos sagrados, de ciência ou superior)”. Usado com o artigo significa “tudo aquilo que há, em sua inteireza” (RIENECKER, F./ ROGERS, C. Chave Lingüística do Novo Testamento grego.1995. pp.319.)
[2] A palavra u`pa,rconta, verbo aoristo subjuntivo, significa literalmente “alimentar com pequenos pedacinhos, ou a parte de um todo que toca a cada uma das pessoas entre quem se divide”. (RIENECKER, F./ ROGERS, C. Chave Lingüística do Novo Testamento grego.1995. pp.319.)
[3] A palavra kauch,swmai  verbo aoristo subjuntivo média depoente, significa literalmente jactar-se, orgulhar-se, gloriar-se. Aqui a tradução foi feita segundo o aparato crítico das edições científicas do Novo Testamento Grego (Nestle-Aland) onde encontramos uma leitura variante na forma subjuntivo futuro passivo que seria kai,w [ kauqh,swmai ] e significa colocar fogo, queimar. 
[4] Cf. GINGRICH, F. Wilbur. Léxico do Novo Testamento Grego/Português. 1993. Pp. 192.
[5] Cf. GINGRICH, F. Wilbur. Léxico do Novo Testamento Grego/Português. 1993. Pp. 192.

[6] KÜMMEL, W.G. (Introdução ao Novo Testamento. 1982. Pp. 348) enfatiza que 1ª Coríntios 13: 1-13 é uma digressão, isto é, a interrupção ou desvio de um tema concatenado. Sem embargo, MORRIS, L (I Coríntios: Introdução e comentário. 1997. Pp. 145); como também BARBAGLIO, G. As Cartas de Paulo (I), Pp.332. Eles dizem que o capítulo não é uma digressão do argumento que está fora de lugar, como alguns estudiosos pensam. Paulo não acabou de falar dos “dons”, e tem muito que dizer a respeito deles no capítulo seguinte, por isso faz a ligação do tema dos carismas usando o tema do amor.
[7]blia tradução ecumênica “teb”. Nota de rodapé, pp. 2221.
[8] “Amor é uma tradução melhor do  avga,ph grego do que a versão “caridade” em algumas traduções (Cf. Bíblia de Jerusalém). Ao traduzir do grego para o latim, Jerônimo preferiu caritas em  lugar de amor, a fim de evitar o que julgava ser uma conotação sensual neste último termo. Wycliffe transcreveu caritas como caridade, daí o uso da palavra em muitas versões.

[9] BERGER, K. As formas Literárias do Novo Testamento. 1998. Pp. 19 ss.
[10] KLAUS BERGER. Op. Cit.  Pp.204;250 . Todavia, ele diz que um texto mais longo pode abranger vários gêneros; e que um único texto pode pertencer simultaneamente a mais de um gênero. Também diz que quando do ponto de vista do gênero, diversos elementos se encontram em pé de igualdade, sem predomínio de nenhuma parte do texto, este pode ser uma combinação de gêneros diferentes (ibidem p.21), por exemplo: 1ª Cor 13:1-3; vv, 8-12 e v.13 é classificado também como : gênero de “discurso normativo” que se situa entre o simbulêutico e o epidíctico (ibidem, pp. 193s.); ou também os vv. 1-3.8.12.13 como um Priâmelo (contraste) donde o amor é contrastado com outros carismas e com a fé e a esperança. Em 13,4-8a, é dada uma écfrase do amor segundo o modelo das descrições das virtudes, sobre diversas formas de comportamento e sua mutua relação entre conhecimento e amor. Quanto à forma, a apresentação da aretê segundo Tirtaios é a mais semelhante. O significado mais abrangente do priâmelo sobre o amor reside em atribuir ao amor, como ponto alto do cumprimento da lei um princípio de classificação e avaliação dos carismas.

[11] BERGER,K. Op. Cit. Pp. 199. A admonição protréptica, é um escrito propagandístico que pretende, em primeiro lugar, conquistar adeptos para determinada disciplina, no caso 1Cor 13 nos mostra as vantagens do “caminho mais sublime. Cf. também O Sermão da Montanha, e João 3.
[12] JENSEN, I. L, I Coríntios, Estudo Bíblico. 1984. Pp. 100.
[13] CHAMPLIN, Russell N. Op. Cit. Pp. 206 ; Cf.  Também, BARBAGLIO, G. As cartas de Paulo (I), pp. 335, ele diz que, o amor é de ação polivalente, usando os quinze verbos nos vv. 4-7.
[14] CARREZ, M.  Op. Cit. Pp 59.
[15] CARREZ, M.  Op. Cit. Pp 59.
[16] BARBAGLIO, G. Tradução e comentários: As cartas de Paulo (I), pp. 336
[17] CHAMPLIN, Russell N. Op. Cit. Pp. 213.
[18] BORNKAMM, G. Op. Cit.  Pp.48.
[19] BULLINGER, E. W. Diccionario de Figuras de Dicción usadas en la Bíblia. 1985. Pp. 357.
[20] Idem, ibidem, Pp. 601. Hipérbato: esta figura literária consiste na inversão da ordem de palavras; e a sua finalidade é de atrair a atenção até certo sujeito ou objeto que justifiquem tal ênfases, no texto original percebe-se melhor esta estrutura.
[21] BULLINGER, E. W. Op. Cit. 1985. Pp. 192.
[22] Idem, ibidem. Pp.141.
[23] BÍBLIA SAGRADA- Edição Pastoral. Livro de Números: Nota de rodapé comentário do cap. 12,1-16 , pp. 164.
[24] Alguns comentaristas pensam que este capítulo foi escrito em alguma ocasião anterior, tendo sido incorporado ao texto de 1 Coríntios nesse ponto. Cf.;  BORNKAMM, G. Estudios sobre el Nuevo Testamento. 1983. Pp. 37ss. ; Também BORTOLINI, J. Como leer la 1ª Carta a los CORINTIOS. 1996, pp. 55; PRIOR, D. A mensagem de 1 Coríntios. A vida na Igreja Local, pp. 250.
[25] HARRINGTON, W. J. Chave para a Bíblia: a revelação: a realização. 1985. Pp. 514
[26] KÜMMEL, W. G. Introdução ao Novo Testamento, 1982, pp. 354.
[27] LOHSE, E. Op. Cit. Pp. 64.  Cf. Também em CULLMANN, O. Op. Cit. Pp. 61.
[28] CULLMAN, Oscar. A Formação do Novo Testamento.  1996, pp. 51.  Ele diz que em Atos 18.11 Paulo em Corinto, fala-se do procônsul Gálio. Paulo ali permanece um ano e seis meses, na época do proconsulado de Gálio, depois parte dali para Éfeso, depois para Jerusalém.
[29] WEGNER, U. & HOEFELMANN, V. Manual de Exegese. Pp.169.
[30] McKENZIE, John L. Dicionário Bíblico. 1983. Pp. 138.
[31] CIPRIANI, SETTIMIO. Primeira Epístola aos Coríntios. In: BALLARINI, T. (Diretor). Vozes. Pp.322
[32] COENEN, LOTHAR & Outros. Diccionario Teologico del Nuevo Testamento. 1985. Pp. 112s.
[33] PRIOR, DAVID.  A Mensagem de 1 Coríntios: A vida na Igreja Local. 1994. Pp. 242 s.
[34] CIPRIANI, SETTIMIO. 1974. Pp. 323.

[35] CHAMPLIN, Russell N. O Novo Testamento Interpretado, versículo por versículo: Volume IV . I Coríntios. Pp. 203,
[36] CARREZ, M. Primeira epístola aos Coríntios. (Coleção cadernos bíblicos;56). Pp 59.
[37] BULTMANN,RUDOLF. Teologia del Nuevo Testamento. Pp. 1981. Pp.408.


SOLI DEO GLORIA

RUBEN DARIO DAZA B.


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Para lêr em português sobre outros temas:





5.- A teologia de Libertação e o Protestantismo Brasileiro. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/06/teologia-da-libertacao-e-o.html


7.- A Vitória Definitiva do Crente Sobre a Morte: A Vida. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/vitoria-definitiva-do-crente-sobre.html


9.- Teologia e a Libertação na teologia latino-americana e suas contribuições na América Latina. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/08/teologia-e-libertacao-na-teologia.html


11.- A Volta de Cristo: Uma Reflexão Cristã abordando J. Moltmann. link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/09/o-que-penso-sobre-volta-de-cristo.html


13.- ISAÍAS : 26, 1- 6: Um Estudo Exegético. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/09/i-texto-1.html




17.- A CURA COMO AÇÃO SALVÍFICA DE DEUS : Teologia Bíblica do AT. e NT. O tema da Cura consta de tres escritos inéditos sobre a minha monografia no Seminário de 4º ano. Acesse o seguinte link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/10/cura-como-acao-salvifica-de-deus.html

18.- O Estudo do ponto de vista teológico sobre a cura como ação salvífica de Deus. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/10/teologia-sistematica-cura-fisica-como.html

19.- A leitura da Bíblia diante dos desafios da realidade atual. Link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/09/julio-paulo-tavares-zabatiero-diretor.html

20.- Para lêr Exégese do Salmo 113, clike no seguinte link: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2012/08/exegesedo-antigo-testamento-salmo-113.html