viernes, 7 de diciembre de 2018

¿LA MUJER PUEDE ENSEÑAR EN LA IGLESIA? 1 TIMOTEO 2:8-15



La Conducta Apropiada en la Iglesia según 
1 Timoteo 2:8-15

Cap. 2: v.8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Introducción
Las instrucciones que Timoteo recibió de Pablo en 1 Timoteo 2:8-15 se han discutido repetidamente. Cada lado en el debate acerca de la mujer y el ministerio ha enfocado el pasaje a su propia manera. En este capítulo mi propósito es presentar una interpretación del pasaje que mantenga la integridad y la autoridad de la Escritura, y que a la vez tome en cuenta el contexto del pasaje.

Los principios hermenéuticos que se siguen en este estudio son los que normalmente siguen los eruditos del pensamiento y doctrina de la reforma; sin embargo, dos de ellos precisan reafirmación. El primero sostiene la unidad de la Escritura; es decir, el mensaje de la Escritura es uno. El mensaje de la Biblia, correctamente interpretado, no nos dice en un lugar que hagamos una cosa y en otro lugar que hagamos lo contrario[1]. Para entender los textos difíciles, debemos estudiar el mensaje completo de la Escritura, con la ayuda de los pasajes claros para entender los que no son tan claros.[2] De modo que se debe interpretar 1 Timoteo 2:8-15 a la luz del resto de la Escritura.

El segundo principio afirma que un texto se debe entender dentro de sus contextos[3]. Así, el estudio de un pasaje debe tomar en cuenta los diferentes entornos de esos versículos. Si a éstos se los considera “círculos concéntricos”, el más lejano es el de la Biblia completa; luego sigue hacia adentro el del Nuevo Testamento. El más cercano al texto es el de la epístola misma[4]. En tanto que respeta los dos primeros contextos, ya discutidos en otras partes de este blog, este artículo se concentra en el contexto específico de las epístolas a Timoteo.

El contexto del pasaje

El estudio contextual de 1 Timoteo 2:8-15 exige tomar en cuenta el propósito de la epístola, que algunos autores llama de la “intencionalidad del autor”[5]. Además, se debe prestar atención a la situación dentro de la iglesia, así como también a la situación religiosa de Éfeso.

El propósito de 1 Timoteo

En 1 Timoteo 1:3 y 3:14-15 Pablo traza parcialmente el propósito de su epístola. Sus instrucciones debían ayudar a Timoteo y a la iglesias de Éfeso a saber cómo debían conducirse “en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente”. Sin embargo, el impacto completo de la intención de Pablo se obtiene del estudio de la epístola en su totalidad.

En las epístolas a Timoteo, Pablo está claramente interesado en la enseñanza. El verbo griego didaske y su familia de palabras aparecen 20 veces. Pablo habla de su propio ministerio de enseñanza (1 Ti 2:7; 2 Ti 1:11), de la enseñanza de Timoteo (1 Ti 4:11, 3, 16; 6:2; 2 Ti 4:2), y de la enseñanza de los líderes de la iglesia (1 Ti 3:2; 5:17; 2 Ti 2:2, 24).

Sin embargo, su mayor preocupación tiene que ver con las falsas enseñanzas y los falsos maestros. De acuerdo con 1 Timoteo 1:3, Pablo había dejado a Timoteo en Éfeso precisamente para que detuviese a los que enseñaban doctrinas falsas. Estos maestros estaban ocupados con “fábulas y genealogías interminables”, fomentando “disputas más bien que edificación de Dios que es por fe”. Al desviarse de la verdad, “se apartaron a vana palabrería”, “sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman” (1 Ti 1:4-7). Se puede, entonces, asegurar que el propósito de Pablo al escribir 1 Timoteo era el de dar instrucciones sobre cómo Timoteo podría tratar con las falsas doctrinas y los falsos maestros[6].

El ambiente de la iglesia

La situación en la iglesia de Éfeso dejaba mucho que desear. Ya en Hechos 20:29-30 (que narra eventos que ocurrieron alrededor del año 58 de la era cristiana), Pablo había advertido a los ancianos efesios: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras de sí a los discípulos”. La primera carta a Timoteo (escrita quizás alrededor del año 64 d.C.) muestra que su predicción ya se había cumplido dentro de muy pocos años. Quizá la razón de la última advertencia a la iglesia de Éfeso en Apocalipsis (escrito probablemente en la última década del siglo primero), “Has dejado tu primer amor” (Ap 2:4), está relacionada con la infiltración de estas falsas doctrinas.

No se dan los nombres ni de la herejía de Efeso ni de sus líderes. El carácter de esta doctrina falsa se debe deducir del texto. La enseñanza espuria “no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo” (1 Ti 6:3). Pablo sostiene que sus propagadores están envanecidos y no saben nada, que tienen un interés mórbido por “cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad” (1 Ti 6:3-5). Entre otras cosas, estos maestros “prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” (1 Ti 4:3).

Pablo advierte a Timoteo sobre el origen de las falsas doctrinas: nacen de “espíritus engañadores” y “doctrinas de demonios”. El consejo termina: “Desecha las fábulas profanas y de viejas” (1 Ti 4:1-7). La primera epístola concluye con un llamado conmovedor: “Guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe” (1 Ti 6:20-21).

La segunda carta a Timoteo, la última epístola de Pablo (escrita alrededor del año 66), usa un lenguaje aún más fuerte; es evidente que los falsos maestros todavía están perturbando a la iglesia. El apóstol advierte a Timoteo: “Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena” (2 Ti 2:16-17). Sólo unos pocos versículos más adelante, previene: “Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas” (2 Ti 2:23). La advertencia final concierne a personas que “no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Ti 4:3-4).

Las mujeres de la iglesia no están exentas de las actividades de los falsos maestros. Son seducidas por quienes “se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Ti 3:6-7). Las mujeres no sólo son descarriadas por los falsos maestros, algunas “también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (1 Ti 5:13), evidentemente difundiendo la falsa doctrina. Las fábulas “profanas” de 1 Timoteo 4:7 son literalmente fábulas “de viejas”.

En resumen: La enseñanza es profana, tiene que ver con fábulas y genealogías, involucra y promueve la especulación, contiene elementos del ascetismo (como prohibir el matrimonio), y tiene un efecto negativo sobre los creyentes, ya que causa discusiones inútiles y finalmente el alejamiento de la verdad. Las mujeres son en cierta manera especialmente vulnerables a estas falsas doctrinas.

El trasfondo religioso de Efeso

Tres sistemas se destacaban en el escenario socio-religioso de Efeso en la segunda parte del siglo primero de la era cristiana. El primero era la adoración pagana de la diosa madre, llamada en Efeso, Artemisa o Diana. El segundo era el judaísmo, mientras que el tercero era el gnosticismo incipiente.

Artemisa de Efeso. 

En Hechos 19:23-41 Lucas registra el “disturbio” de los plateros y el populacho de Efeso en apoyo de Artemisa, “a quien venera toda Asia, y el mundo entero”. A Diana de Efeso la llamaban virgen, no porque fuera realmente virgen, sino porque no se había sometido a un esposo: “Ningún lazo ataba a Artemisa a varón alguno al que ella debía reconocer como amo”[7]. Su culto requería una multitud de sacerdotes y sacerdotisas, así como otros asistentes. Todos los años, el mes de Artemisión se dedicaba en especial a la diosa, con rituales de adoración, así como competencias atléticas, de teatro y musicales. La ciudad prosperaba con el culto de Artemisa; sus habitantes no podían permanecer insensibles al culto de la Gran Madre. Las mujeres eran atraídas en especial a su adoración porque se la percibía como “casta, hermosa e inteligente”, lo que satisfacía las necesidades de las adoradoras[8]. El poder supremo del culto lo asumía una sumo sacerdotisa. De esta manera, el templo de Artemisa y el culto de la diosa hicieron de Efeso “el bastión y baluarte de los derechos de las mujeres”[9].

Se deben considerar los cuentos y fábulas como parte del contexto cultural efesio. Muchos de los mitos griegos más populares estaban ubicados en Asia Menor; sin lugar a dudas, éstos eran contados una y otra vez. El género de la fábula también se desarrolló en Asia Menor, con Esopo, quien entretenía a Creso de Lidia con sus cuentos de animales que exhibían características humanas. Éfeso figura en forma prominente en las novelas antiguas, tales como la Historia efesia de Jenofonte (siglo IV a.C.), en base a la cual Shakespeare escribió su Romeo y Julieta. Horacio (65–8 a.C.) hizo notar que las mujeres ancianas que contaban mitos e historias eran extraordinariamente capaces de modificar el material de acuerdo con la situación[10]. Los autores clásicos advirtieron que en tanto las madres y niñeras por lo general contaban sus cuentos para entretener, estos cuentos también contenían ingredientes teológicos que servían para formar la opinión religiosa[11].

En la costa occidental del Asia Menor había una tradición de mujeres dominantes. Entre los cuentos conocidos en el área estaba el de las amazonas, mujeres guerreras que dominaban a los hombres[12]. Estrabón (c. 64 a.C.–c. 23 d.C.) afirma que estos cuentos circulaban en Asia Menor en sus días, no necesariamente como leyendas sino como historia[13]. Por ejemplo, Artemisia de Halicarnaso había luchado junto a Jerjes –como comandante de cinco barcos y como consejera de Jerjes– en la batalla naval de Salamina, dejando a los griegos con la humillación de haber sido superados por una mujer[14]. En la tradición de Hércules y Onfale, Hércules fue forzado a ser esclavo de la reina de Lidia y a manejar la lanzadera y la rueca. El ser esclavo de una mujer produjo su purificación[15]. En un himno (primera parte del siglo II d.C.) a Isis, quien a menudo se identificaba con Artemisa, se declara que la diosa dotaba a las mujeres de poder igual al de los hombres[16].

Judaísmo. 

Aunque el judaísmo del siglo primero no era de ninguna manera monolítico, los privilegios religiosos de las mujeres estaban limitados en su mayoría al hogar; en el templo de Jerusalén las mujeres estaban confinadas al patio de las mujeres. Mientras que Ben Azai dijo que “un hombre debe enseñar a su hija la Torá”, Rabí Eliezer ben Hircano afirmó que enseñarle la Torá a una hija era equivalente a enseñarle lascivia (Misná, Sotah 3:4). Otra regla estipulaba que “una mujer no puede ser maestra de escribas” (Misná, Qidd. 4:13). Hacia el final del siglo primero de la era cristiana, Josefo pudo afirmar que “la ley dice que la mujer es inferior al hombre en todo respecto”[17].

Filón de Alejandría (c. 20 a.C.–c. 50 d.C.) introdujo en el judaísmo nociones helenísticas sobre Eva, a quien asocia con la sabiduría y la vida. Filón hace que figuras femeninas como Sara, Rebeca y Séfora traigan iluminación divina a sus esposos y que Eva dirija “luz concentrada” a la mente de Adán para “dispersar la niebla”[18].

El Apocalipsis de Adán, una obra pseudoepigráfica que contiene teología gnóstica y puede datar del siglo primero d.C., repite este tema y afirma que Eva le enseñó a Adán “el conocimiento del Dios eterno”[19]. De este modo algunas líneas del judaísmo del siglo primero constituyen un puente al gnosticismo.

Gnosticismo. 

El gnosticismo floreció en el mundo mediterráneo desde el siglo segundo hasta el quinto. Los manuscritos de Nag Hammadi (Egipto) son del siglo cuarto, pero contienen materiales anteriores. Sin lugar a dudas, hay evidencia de que las ideas gnósticas comenzaron a circular ya en el siglo primero. Pablo amonestó a Timoteo a evitar “las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia [gnosis]” (1 Ti 6:20). Si los puntos de vista disidentes que se asoman en las epístolas pastorales son reflejos de ideas gnósticas posteriores, dos aspectos de la teología gnóstica parecen ser relevantes en la carta de Pablo a Timoteo: la parte de Eva en la creación de Adán y la denigración de la femineidad. 

Ejemplos de declaraciones gnósticas sobre la parte de Eva en la creación muestran la tendencia a exaltar a Eva. Adán se dirige a Eva: “Tú eres quien me ha dado vida”[20]. Se dice que Eva “introdujo su aliento en Adán, que no tenía alma”[21]. Eva (Zoe) es la que enseña a Adán “sobre todas las cosas que están en el octavo cielo”; ella descorre “el velo que estaba sobre su mente”[22]. Finalmente Eva se declara la “madre de mi padre y la hermana de mi esposo… a quien yo di a luz”[23].

Los escritos gnósticos de Nag Hammadi muestran repetidamente una valoración negativa de la femineidad. En el Evangelio de los Egipcios (comienzos del siglo II), Jesús anuncia: “Vine a destruir las obras de las mujeres”. Luego señala que la muerte prevalecerá en tanto las mujeres den a luz niños, a lo que Salomé responde: “Entonces he hecho bien en no engendrar a ningún niño”[24]. Según el Evangelio de Tomás (c. 140 d.C.), Pedro quiso echar a María “porque las mujeres no merecen vivir”. Entonces Jesús le ofreció convertirla en un hombre, “porque toda mujer que se convierta en hombre entrará al reino de los cielos”[25]. Se ve a la femineidad como un defecto; la salvación viene a través de la masculinidad, o aún mejor, a través de la eliminación de toda sexualidad[26]. Otro de los escritos gnósticos convoca a los creyentes a “huir del cautiverio de la femineidad y elegir para sí mismos la salvación de la masculinidad”[27].

Epifanio (c. 315-403) cuenta de un grupo gnóstico, odiado por la iglesia de Éfeso y que alborotó a la de Pérgamo (Ap 2:6, 15), a quienes llama sucesores de los nicolaítas. Estos rechazaron el matrimonio y se opusieron a engendrar niños, practicando el coitus interruptus y aun el aborto[28].

Hasta cierto punto, estas tres corrientes religiosas principales interactuaban, influyéndose mutuamente. De este ambiente mixto procedían las mujeres de la iglesia de Efeso. Las que venían de un trasfondo pagano necesitaban aprender que los excesos del culto a Arte-misa, junto con sus prácticas ascéticas o sensuales, no eran apropiados para la mujer cristiana. Por el otro lado, las que venían de un trasfondo judío necesitaban aliento “para estudiar, aprender y servir en la comunidad cristiana”[29].

El contenido del pasaje

Aunque algunos entienden que 1 Timoteo cap. 2, da instrucciones generales para las mujeres; más a menudo se considera el pasaje como instrucciones con respecto al culto público[30]. El capítulo comienza con una exhortación a la oración, especialmente para los que están en posiciones de autoridad, que serían capaces de proporcionarles a los cristianos una vida calma y pacífica (vv. 1-4). En el versículo 8, Pablo comienza instrucciones específicas para la oración en público. Los hombres deben orar levantando las manos, a la manera judía; su actitud debe ser sin ira o contienda, sin lugar a dudas refiriéndose a las tensiones subyacentes en la iglesia de Éfeso.

Mujeres en oración (vv. 8-10)
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
Del mismo modo como Pablo da instrucciones específicas a los hombres con respecto a su postura y actitud en la oración, habla a las mujeres, introduciendo sus instrucciones con la palabra “asimismo”[31]. Las mujeres que oraban en la congregación debían hermosearse (kosmeo) interiormente, con conducta digna u honorable, con respeto o modestia y sensatez o buen juicio. Por fuera debían ataviarse con buenas obras, antes que con peinados extra-vagantes, ropa elegante, oro y perlas. Hermoseadas de esta manera, las mujeres cristianas estarían preparadas para proclamar (epaggellomai) apropiadamente la piedad (vv. 9-10).

Para llegar a esta traducción ampliada, dos palabras son importantes. El primer significado de kosmeo ˙ es “ordenar”, “preparar”; un segundo significado es “adornar”, “decorar” o “ataviarse”, como dice la mayoría de las versiones. Al usar el verbo “ataviarse”, los traductores trasladan el énfasis de la preparación interna de la conducta honorable con respeto y buen juicio a la acentuación de lo externo: peinados ostentosos, ropa cara, oro y perlas. El texto enfatiza lo primero sin excluir lo segundo. El significado básico de epaggellomai es “prometer” algo (así está traducido en la Reina Valera 1960 las otras 13 veces que aparece en el Nuevo Testamento; pero aquí y en 1 Ti 6:21, los traductores prefirieron la traducción del griego secular, “profesar”).

Fuera del Nuevo Testamento este verbo puede significar no sólo “profesar”, sino también “anunciar” o “proclamar”. De usarse así, la conducta, tanto interna como externa, descrita por Pablo hacía a las mujeres cristianas dignas “proclamadoras” del evangelio.

Mujeres en el aprendizaje (v. 11)
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Después de describir a la mujer cristiana, Pablo señala cómo se forma ese tipo de persona: “¡Que aprenda!” El verbo empleado (manthane) incluye tanto la instrucción formal como el aprendizaje práctico. Aquí Pablo se aparta de la tradición judía, siguiendo en cambio el ejemplo de Jesús, quien permitió a María y a otras mujeres aprender de él (Lc 8:1-3; 10:39-24).

Este aprendizaje debía ocurrir en he sujia, paz/armonía/quietud, e hypotage, sumisión. El significado básico de la palabra hesujia es descanso, tranquilidad. La misma palabra aparece en el v. 2, donde los reyes y gobernantes permiten a los cristianos vivir en quietud. Tal como se amonesta a los hombres (v. 8) a orar “sin ira ni contienda”, se les permite a las mujeres aprender sin la molestia de las disensiones y disputas que había entre los cristianos de Éfeso.

Las mujeres debían estar en “sujeción”, pero el texto no dice específicamente a quién. Se han sugerido tres diferentes autoridades a las que las mujeres debían someterse: sus esposos, todo hombre, el anciano de la iglesia. Aunque que Pablo sí amonesta a las esposas a estar sujetas a sus maridos (Ef 5:22; Col 3:18), y aunque muchos eruditos sugieren que en los versículos 11 y 12 el cambio del plural “mujeres” al singular “mujer” indica que Pablo aquí está hablando de la relación entre esposos[32], el texto mismo parece referirse a las actitudes en la adoración antes que a la relación matrimonial. Sin embargo, no pueden descontarse los paralelos con 1 Pedro 3:1-7, donde se discute la conducta de la esposa con frases similares a las de nuestro pasaje, pero no dentro del marco del culto. En cuanto a las otras posibilidades, la Biblia no enseña en ninguna parte que todas las mujeres están sujetas a todos los hombres; sólo se habla de la sumisión de la mujer a su propio esposo. La sumisión al anciano de iglesia (1 Tim 3:2) no encaja en el texto y debe descartarse.

Una comprensión natural del versículo sería que las mujeres deben sujetarse al evangelio, a la enseñanza de Jesús, no a una persona sin nombre. Deben tener una actitud receptiva. J. Keir Howard lo llama “sumisión a Cristo con una conducta tranquila y suave… antes que la actitud dominadora que algunos mostraban… que ponía en duda la enseñanza autorizada de los líderes dela iglesia”[33]. Es evidente que Pablo considera importante que las mujeres aprendan, en una atmósfera de paz y tranquilidad, con una actitud interna de sumisión a la enseñanza, no en disputas y debates públicos. De esta manera estarán protegidas de los falsos maestros y de la tentación de convertirse ellas mismas en falsas maestras.

Al instar a que las mujeres aprendan en quietud, Pablo mantiene la tradición judía y a la vez se aparta de ella. Según Simón hijo de Rabban Gamaliel, aprender en silencio es la mejor manera, ya que permitirse demasiadas palabras trae como resultado el pecado (Mishná, Aboth 17). Por otro lado, los rabinos negaban la instrucción religiosa a las mujeres (Mishná, Sotá 3:4; Qiddushin 4:13). Aquí parece que Pablo está manteniendo lo bueno del judaísmo e introduciendo lo mejor de la enseñanza del evangelio (cf. Lc 10:39-42).

En las palabras de Gloria Redekop, la exhortación de Pablo era que:
“las mujeres deben hacerse atractivas con una conducta interna y externa honorable por medio de la reverencia y buen juicio mental, no con peinados ostentosos y oro o con perlas o vestidos costosos; pero las mujeres, por medio de las buenas obras, deben hacer lo que sea necesario para proclamar la religión con convicción. Que las mujeres aprendan en (una atmósfera de) paz, armonía y reverencia con toda sumisión”[34].
Mujeres en la enseñanza, autoridad y quietud (v. 12)
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer domino sobre el hombre, sino estar en silencio.
El versículo 12 está en el centro mismo de la controversia sobre el papel de las mujeres en el ministerio. De la manera como se lo traduce generalmente, este versículo parece prohibir a las mujeres que enseñen, que tengan autoridad sobre los hombres, o hasta que hablen en la iglesia. Tal traducción no concuerda con lo que se dice en otros pasajes sobre el papel de la mujer en la iglesia. Pablo le dice a Tito que las mujeres deben ser maestras y enseñar a las mujeres jóvenes (2:3-4); Priscila y su esposo Aquila le “expusieron” a Apolos “el camino de Dios”, enseñándole lo que aún ignoraba (Hch 18:26). El reconocimiento de Pablo hacia sus colaboradoras (Ro 16:3, 6, 12) indica que ellas no guardaron silencio. Aun las mujeres “proclamadoras” de 1 Timoteo 2:10 sugieren que aquí no se tiene en vista una orden general de silencio.

Se han realizado muchos y diversos intentos de explicar estas dificultades. Algunos comentadores han descartado el problema, proponiendo que este versículo no fue escrito por Pablo. Otros han dicho que es algo cultural, que no necesita tomarse en cuenta. Un reciente intento de traducción dice así: “No permito a la mujer presentarse como origen del hombre”[35]. Ninguno de estos enfoques se puede considerar como enteramente satisfactorio, algunos porque le dan poca importancia a las Escrituras, otros debido a sus retorcidos análisis.

Una traducción literal del versículo muestra lo complicado de la sintaxis: “Pero enseñar a una mujer yo no estoy permitiendo (o no permito), ni authentein un hombre, sino estar en reposo\quietud”. A la vez que reconocemos las dificultades, podemos tratar de dilucidar algunos puntos.

(1) Aquí el verbo didasko está en el presente infinitivo, que significa “enseñar” o “seguir enseñando”, mostrando acción lineal o continua. Por lo general este verbo aparece con un modificador o un complemento directo, que puede ser tanto la(s) persona(s) a quienes se enseña o el contenido de la enseñanza. De las trece veces que este verbo aparece en el Nuevo Testamento, en tres está acompañado por un lugar, mostrando dónde ocurrió la enseñanza; en dos el verbo aparece con un complemento directo, lo que muestra a quién se enseñó; dos muestran el contenido de la enseñanza; y tres veces muestran tanto las personas a quienes se enseña como el contenido de la enseñanza. En ésta y en otras dos ocasiones no hay ningún modificador (Lc 6:6; Hch 1:1). De esta manera el verbo en sí mismo es totalmente neutro, y no da claves con respecto al significado.

(2) “No estoy permitiendo” o “no permito” es el mismo verbo que aparece en 1 Corintios 14:34 en voz pasiva (“no les es permitido”). Está traducido de un tiempo presente, lo que normalmente indica acción que tiene lugar al momento de hablar o escribir. No hay ninguna indicación en el verbo mismo ni en el tiempo verbal en el que aparece de que ésta sea una acción para todo tiempo. De este modo, sin violentar el texto, Pablo podría estar diciendo que en ese momento no estaba permitiendo enseñar a las mujeres, por cualquier cantidad de razones, o incluso que no estaba permitiendo que las mujeres enseñaran hasta que hubieran aprendido lo suficiente.

(3) La palabra oude, “ni”, generalmente introduce dos elementos paralelos, algo como la construcción castellana “ni … ni”. Sin embargo, aquí el orden de las palabras no es el usual, lo que induce a algunos a subordinar el siguiente infinitivo, authentein, al primero, didaskein. Esto haría posible la traducción: “No permito a la mujer enseñar de manera tal que usurpe la autoridad del hombre”. Sin embargo, ésta no sería una traducción natural. Es mejor entender que aquí Pablo prohíbe dos actividades paralelas: enseñar y authentein.

(4) Este presente infinitivo (authentein) es la única vez que aparece el verbo authenteo en el Nuevo Testamento; así que no tenemos ayuda de otros pasajes. Además, la forma infinitiva no se encuentra en toda la literatura griega, salvo en “referencias posteriores a 1 Timoteo 2:12”[36]; así no tenemos esclarecimiento del problema sintáctico del texto. La etimología de la palabra también es oscura: puede provenir de auto-thentes, “involucrarse uno mismo en homicidio”, o de autos-hentes, “realizar una acción sobre sí mismo o motivado por sí mismo”[37]. Andrew Perriman señala que la palabra está más relacionada con “autoría” que con “autoridad”[38]. Un diccionario etimológico muy aceptado da el sustantivo como: “un autor responsable, en especial el autor responsable de un homicidio”[39].

Para dilucidar el significado del término, L. E. Wilshire estudió todos los usos del verbo en la base de datos Thesaurus Lingua Graece (TLG, diccionario de sinónimos de la lengua griega), que cubre unos diez siglos de escritos griegos. Su conclusión es que la traducción tradicional de 1 Timoteo 2:12, “ejercer dominio o autoridad”, viene de un período posterior.[40]

Aunque es difícil rastrear el significado de la palabra a través del tiempo, parece que en el siglo primero después de Jesucristo, authenteo tenía una connotación negativa y estaba relacionado con “instigar o perpetrar un delito” o “el ejercicio activo de influencia (con respecto a una persona) o la iniciación de una acción”[41]. Wilshire hace notar que mientras que “autores aproximadamente contemporáneos de Pablo… usaban la palabra casi exclusivamente con el significado de ‘matar o el que mata’ o ‘hacer un crimen/el que hace un crimen’”, otros “sí lo usaron con el significado de ‘autoridad’”[42]. Wilshire afirma que “el número predominante de menciones de esta compilación [TLG] tiene que ver con la violencia obstinada, la acción criminal o el homicidio, o con la persona que realiza estas acciones”[43]. Perriman admite el significado de “instigar o perpetrar un delito”, pero prefiere traducir authentein como “el ejercicio activo de influencia (con respecto a una persona) o la iniciación de una acción”[44].

El significado de la palabra parece cambiar con el transcurso de los siglos. Los escritores cristianos la usan casi con exclusividad para referirse a autoridad[45]. Por otro lado, los escritores seculares usan el verbo con dos significados: matar y ejercer autoridad[46]. Por el siglo quinto el lexicógrafo Hesiquio define authentein como “ejercer autoridad”, un sinónimo de exousiazein; y define el sustantivo relacionado authentos como (1) “uno que ejerce autoridad”, (2) “uno que hace cosas por su propia mano”, o (3) un “homicida”[47].

Para resumir, authentein en este versículo no se referiría primariamente a ocupar una posición de autoridad. Más bien, podría referirse a actuar de forma independiente, a asumir responsabilidad, o aun, según Wilshire, “instigar a la violencia”. Esta última posibilidad estaría en oposición a la paz o armonía y buen juicio a los que Pablo llamaba. Quizá la situación en Éfeso era similar a la de las iglesias a las que Santiago escribió con respecto a las “guerras y los pleitos entre” ellos (Stg 4:1)[48]. Perriman señala que en el versículo 12 Pablo está pensando específicamente en lo que Eva le hizo a Adán; y Eva no tenía autoridad, pero con su acción llegó a ser responsable por –se convirtió en la causa de– la transgresión de Adán. A la luz de estas asociaciones, la connotación de “perpetrar un delito” es completamente apropiada. En la superposición de los dos contextos –el del “tipo” bíblico y el de las circunstancias presentes en Efeso–, authentein se refiere a lo que Eva hizo una vez y a lo que las mujeres no debían hacer ahora[49].

(5) Hesujia, generalmente traducido como “silencio” en este pasaje, es la misma palabra que aparece en los versículos 2 y 11. Su raíz es “descanso”, “armonía”, “quietud”. No hay razón para elegir un significado secundario, no establecido en el Nuevo Testamento, cuando el significado primario es lógico.

Por lo tanto es apropiado decir que Pablo no quiere que las mujeres enseñen en ese momento, ciertamente no hasta que hayan aprendido en quietud, sujetas a la enseñanza del evangelio. Tampoco quiere que asuman responsabilidades de violencia o acción independiente de ningún tipo. No debían emular a Eva, a quien se presenta en el versículo siguiente como responsable de la caída de la raza humana[50].

Adán y Eva (vs. 13-14)

Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.

En los versículos 13 y 14, que forman claramente una unidad, Pablo vuelve a la historia de la Creación para hacer hincapié:
Porque Adán fue creado primero, después Eva;
Y Adán no fue engañado,
sino que la mujer incurrió en transgresión por engaño.
A menudo se interpreta estos versículos como razones de Pablo para prohibirle enseñar a las mujeres: no son aptas para enseñar por su susceptibilidad al engaño[51]. Esta interpretación estaba de acuerdo con la tradición judía dada en Eclesiástico 25:24: “Por la mujer fue el comienzo de pecado, y por causa de ella morimos todos” (BJ). Filón enuncia un concepto similar: “La mujer, siendo imperfecta y desposeída ‘por naturaleza’, fue el comienzo del pecar; pero el hombre, al ser de naturaleza más excelente y perfecta, fue el primero en dar el ejemplo de sonrojarse y avergonzarse, y de hecho, de todo buen sentimiento y acción”[52]. Sin embargo, esta enseñanza no concuerda con lo que dice Pablo en otros lugares. En Romanos 5:12-14 Adán es el que peca y trae la muerte a la raza humana.

Por otro lado, estos versículos pueden tomarse como ejemplo de lo que sucede cuando se expone y acepta la falsa enseñanza. Se presenta el versículo 13 con la conjunción “porque”, gar, que puede introducir la razón de lo que se ha dicho (como se explicó arriba) o un ejemplo de lo que recién se ha dicho[53]. Con el segundo sentido, el significado podría ser algo como: “Porque consideren lo que pasó cuando Eva fue engañada”[54]. Así tendríamos un estrecho paralelo con 2 Corintios 11:3: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”. Philip Payne llega a la siguiente conclusión: “Pablo señala el ejemplo del engaño de Eva que condujo a la caída como una advertencia a la iglesia de Efeso, no fuera que el engaño de las mujeres, allí, también, condujera a su caída”[55]. Alan Padgett llama a Eva un “tipo preventivo” aquí y en 2 Corintios 11:2-3. Adán, continúa, representa a los hombres, “formados primero” en un sentido espiritual[56]. Hacer de estos versículos la base para enseñar la culpabilidad de la mujer por el pecado de la raza humana o para sugerir una permanente elevada susceptibilidad al pecado, es forzar su significado. Sólo cuando uno presupone un “rol subordinado… concebido para ellas en la creación”, como lo hace Douglas Moo, es posible leer en estos versículos un mandato duradero de subordinación[57].

En el versículo 14 el griego usa dos verbos diferentes para “engañado”. El primero, usado para Adán, es apatao, “engañar”, “descarriar”. El segundo, usado para Eva, exapatao, añade una preposición que lo hace más enfático: Eva fue totalmente descarriada o engañada[58]. Otras referencias a las actividades de los falsos maestros (1 Ti 1:6, 9; 4:1; 5:15) indican que aquí está a la vista un engaño similar[59].

Aquí Pablo repite lo que el registro bíblico afirma claramente: Adán fue creado primero (Gn 2:7, 18, 21), y Eva fue engañada por la serpiente (Gn 3:1). En 1 Corintios 11:8 Pablo hizo notar que la mujer fue creada a partir del hombre. Si no hubiera habido ninguna duda sobre quién fue creado primero, no hubiera sido necesaria la afirmación del versículo 13. Como se dijo en la sección del contexto religioso de Efeso, la idea de que en alguna manera Eva fue creada primero que Adán y que era responsable por la iluminación de él, era corriente a mediados del siglo primero. Pablo quería las cosas claras. Eva no fue creada primero, ni tampoco era totalmente responsable de conducir a Adán al pecado. Con todo, ella fue completamente descarriada. Las mujeres efesias estaban en peligro de correr la misma suerte.

Mujeres salvadas por engendrar hijos (v. 15)

Pero se salvará engendrado hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. El versículo 15 presenta serias dificultades, de vocabulario, sintaxis y significado: David Scholer lo llama “notoriamente difícil”[60]. Una traducción literal, mostrando que la primera frase corresponde al versículo 14, diría: “Pero [la mujer, v. 14] se salvará por teknogonía, si permanecieren en fe, amor y santificación, con modestia”.

Vocabulario. El verbo sozo, traducido aquí como “se salvará”, puede significar “sanar”, “estar bien”, o en sentido escatológico, “ser salvo”. Los eruditos no se ponen de acuerdo sobre el significado que se quiere dar aquí. Por ejemplo, S. Jebb sugiere que la mujer se “salvaría” de caer en el “error de usurpar la autoridad”[61]. Sin embargo, Pablo usa el verbo sozo “casi exclusivamente con referencia a la actividad salvadora de Dios… Así, no hay manera de evitar la conclusión que el texto se está refiriendo a la salvación eterna de las mujeres en su sentido neotestamentario más completo”[62].

La preposición griega dia puede tener muchos significados. Stanley Porter da varios: (1) “por medio de”; (2) “durante el tiempo cuando”, posible pero queda eliminado al traducir “salvarse” como refiriéndose a la salvación final; (3) “a pesar de”, lo que no es usual; y (4) “con la experiencia de”, en un intento de tratar el pasaje de forma teológica. De todos estos, encuentra que sólo el primero es probable[63]. Por otro lado, Kroeger y Kroeger señalan que el significado apropiado es “a lo largo de”, o “dentro de una circunstancia concomitante”. Entonces la traducción sería: “ella se salvará en su función de engendradora de hijos”[64].

Sólo aquí aparece la palabra teknogonía en el Nuevo Testamento. Literalmente se refiere a engendrar hijos, como se ve en su uso no bíblico. Sin embargo, autores cristianos han tratado de ampliar su significado para que incluya la crianza de los niños además de su nacimiento[65]. Quizá sea mejor dejar la palabra con su significado normal, directo: dar a luz un niño.

Sintaxis.

Como ya se indicó, la primera frase del versículo 15 es la conclusión del versículo 14 y uno puede entender que el sujeto de la oración es la “mujer” que fue engañada. Si esta mujer era Eva, ¿quién es la mujer del versículo 15? La primera parte del versículo 15 está en singular: se salvará; la segunda, como se ve en el griego y no en las traducciones comunes, en plural: si permanecieren. ¿Quiénes son ellos/as? ¿Las mujeres en general? ¿Los hijos de las mujeres? ¿Los hombres y las mujeres? ¿El esposo y la esposa? Posiblemente la mejor interpretación es tomar el plural como una ampliación de la mujer de los versículos previos, la una que representaba a las muchas.

Entre la cláusula subordinada singular y la frase condicional en plural de la misma oración, el texto griego Nestlé-Aland pone un punto. Dado que en el original griego no había puntuación alguna, es interesante que las dificultades sintácticas del versículo confundieron a los eruditos y les hicieron añadir el punto. El versículo siguiente comienza con la frase “Palabra fiel”, seguida en el Nestlé-Aland, de un punto. Esto no simplifica la interpretación. ¿Va esta frase con la declaración sobre las mujeres? ¿O se aplica al deseo de liderazgo espiritual (1 Ti 3:1)?

Significado.

Si se lo entiende literalmente, este versículo diría que una mujer sin hijos no tendría ninguna esperanza de salvación. Por esta razón se han sugerido varias interpretaciones. De hecho, Porter afirma que “lo que el texto parece estar diciendo… es determinado más sobre la base de ideología que de exégesis crítica”[66]. Algunos han tratado de eliminar las dificultades negando que Pablo fuera el autor del pasaje. Otros han sugerido que “lo que Pablo quiere decir es que la salvación de la mujer se encuentra en que sea un modelo, una santa, que se la conozca por sus buenas obras”[67]. Sin embargo otros han relacionado este pasaje con el nacimiento –Jesús nacido de María– por el cual la salvación viene a todos[68]. También se ha interpretado como que las mujeres piadosas no correrían peligro al dar a luz, que en el siglo primero era una importante causa de muerte entre las mujeres.

El significado del versículo 15 se debe deducir del texto y de su contexto. Aun Moo, que encuentra en el versículo 12 una norma que prohíbe que las mujeres enseñen, está dispuesto a admitir que el consejo del versículo 15 “era claramente necesario como un antídoto para los falsos maestros, que aconsejaban abstenerse del casamiento (1 Ti 4:3) y, al parecer, generalmente buscaban denigrar aquellas virtudes y actividades que Pablo consideraba apropiadas para las mujeres cristianas”[69].

Es evidente que en esta epístola Pablo está combatiendo una herejía que promueve fábulas y genealogías (1 Ti 1:3-4) y prohíbe el casamiento (1 Ti 4:3). En vez de andar chismeando (5:13), dando así oportunidad a la blasfemia (6:1), las mujeres deben ocupar su debido rol doméstico, sin escuchar a falsos maestros que enseñaban que la salvación se alcanzaba por medio del ascetismo y de la abstención de las relaciones maritales. David Kimberly indica que 1 Timoteo 2:15 está formulado como respuesta a la errónea enseñanza gnóstica de Efeso en cuanto a que el engendrar hijos era un motivo de condenación para las mujeres cristianas. El sentido del texto es que las mujeres serán salvas al engendrar hijos, no condenadas, en tanto permanezcan en la fe. La intención de Pablo es restaurar esta vocación femenina a su justo lugar en contraste con la manera como era depreciada en los círculos gnósticos[70].

Según Van der Jagt, “engendrar hijos estaba asociado con elementos negativos” en la mayor parte del mundo antiguo. En el judaísmo, donde la pureza era tan importante para la salvación, el parto dejaba impura a la mujer, cortada de la comunidad del templo. En el pensamiento gnóstico, la sexualidad y la procreación obstaculizaban la salvación. Van der Jagt concluye: “1 Timoteo 2:15 contiene una rehabilitación de la mujer, de la femineidad y de la maternidad”. Aunque para nosotros el mensaje pueda parecer reaccionario, estas mismas palabras parecieron revolucionarias a quiénes recibieron el mensaje[71]. Kroeger y Kroeger encuentran en este pasaje una refutación de doctrinas falsas, “una afirmación de integridad espiritual de la femineidad y un manifiesto del derecho divino de las mujeres a engendrar hijos”[72].

Conclusión

Para resumir, la intención primaria de 1 Timoteo 2:8-15 no es especificar la relación que debería existir entre los hombres y las mujeres. Antes bien contiene consejos dirigidos a una situación específica de Éfeso. Dentro de las instrucciones para el culto, Pablo anima a las mujeres a vivir vidas santas, a aprender en quietud, a evitar ser engañadas por los falsos maestros como Eva había sido engañada por la serpiente, y a engendrar y criar hijos, permaneciendo continuamente en una fe razonable inmersa en amor. En palabras de Van der Jagt:
Las mujeres pueden tener una buena vida y esperanza de salvación eterna sin involucrarse en luchas por el poder. Pueden alcanzar las mismas alturas espirituales que los hombres sin renunciar a su femineidad. Lo que ahora suena tan negativo en los oídos de algunos debe haber sonado positivo en los oídos de quienes escucharon el mensaje en un mundo diferente al nuestro.[73]
La preocupación de este pasaje no es el ministerio de las mujeres, ni mucho menos la ordenación de la mujer, ya que éstos no eran asuntos en discusión en la iglesia de Éfeso. Aunque la escasez de información y la complejidad de la construcción del pasaje hacen difícil que los lectores modernos sepan con precisión total lo que Pablo tenía en mente, es claro que estaba tratando algún asunto que Timoteo y los cristianos de Éfeso habrían entendido inmediatamente. Lo que es más, tomar como norma eterna la prohibición limitada de que las mujeres enseñen (v.12) –cuando en otros pasajes Pablo aprueba claramente la participación femenina en la enseñanza, la oración y la profecía–, violenta el principio hermenéutico de la unidad de la Escritura. De la misma manera, determinar basados en el versículo 13 que la prioridad en la creación le da a los hombres el derecho a regir sobre las mujeres, va más allá de la interpretación bíblica seria.

SOLI DEO GLORIA

Referencias

[1] Véase Gerhard Hasel, Biblical Interpretation Today (Washington, DC: Biblical Research Institute, 1985), 101-103.

[2] Grant R. Osborne, “Hermeneutics and Women in the Church”, Journal of the Evangelical Theological Society 20 (1977): 338.

[3] Hasel, 106-108.

[4] Sharon Hodgin Gritz, Paul, Women Teachers, and the Mother Goddess at Ephesus (Lanham, NY: University Press of America, 1991), 3.

[5] Gordon D. Fee, “Women in Ministry: The Meaning of 1 Timothy 2:8-15 in Light of the Purpose of Timothy”, Journal of the Christian Brethren Research Fellowship, nº 123 (Noviembre 1990): 11.

[6] Véase Thomas C. Geer, Jr., “Admonitions to Women in 1 Tim. 2:8-15”, en Essays on Women in Earliest Christianity, ed. Carroll D. Osburn (Joplin, MO: College Press, 1993), 1:284-288.

[7] Gritz, 39

[8] Ibíd., 41-42.

[9] Markus Barth, Ephesians, Anchor Bible (Garden City, NY: Doubleday, 1974), 2:661. Esta conclusión va en contra de las afirmaciones hechas por S. M. Baugh, “A Foreign World: Ephesus in the First Century”, in Women in the Church: A Fresh Analysis of 1 Timothy 2:9-15, ed. Andreas J. Köstenberger, Thomas R. Schreiner y H. Scott Baldwin (Grand Rapids: Baker, 1995), 13-63.

[10] Horacio, Sátiras, 2.6.77-78.

[11] Cicerón, Sobre la naturaleza de los dioses, 3.5.12-13; Estrabón, Geografía, 1.2.8.

[12] Diodoro de Sicilia, 3.52.4-54.7.

[13] Estrabón, 11.5.3.

[14] Herodoto, 7.99; 8.101-103; Filostrato, La vida de Apolonio de Tiana, 4.21.

[15] Richard Clark Kroeger y Catherine Clark Kroeger, I Suffer Not a Woman (Grand Rapids: Baker, 1992), 194-195.

[16] “Invocation of Isis”, papiro 1380, Oxyrhynchus Papyri (Londres: Egypt Exploration Fund, 1915), 11:214-216.

[17] Josefo, Contra Apión, 2.199.

[18] Filón, Acerca de los querubines, 9-14, 61.

[19] Apocalipsis de Adán, 1.3.

[20] Hipóstasis de los arcontes, 2.4.89.14-17.

[21] Acerca del origen del mundo, 115.

[22] Ibíd., 104; Apócrifo de Juan, 67-71.

[23] Truena, mente perfecta, 6.2.13.30-32.

[24] Véase Clemente de Alejandría, Miscelánea, 45.

[25] El evangelio de Tomás, 114.

[26] Diálogo del Salvador, 90-95; El evangelio de Tomás, 27.

[27] Zostriano, 8.1.131.

[28] Epifanio, Panarion, 26.3-5.

[29] Gritz, 43.

[30] Por ejemplo, apoyan una amonestación general: Martin Dibelius y Hans Conzelmann, The Pastoral Epistles, Hermeneia (Filadelfia: Fortress, 1972), 44. Apoya un escenario de adoración: Thomas Schreiner, “An Interpretation of 1 Timothy 2:9-15: A Dialogue with Scholarship”, en Women in the Church: A Fresh Analysis of 1 Timothy 2:9-15, 113; Gritz, 182; Thomas Oden, First and Second Timothy and Titus, Interpretation (Louisville: John Knox, 1989), 91-93.

[31] Algunos autores, como Richard Davidson en el capítulo 12 de este libro, indican que “mujeres” aquí se debería traducir por “esposas”. Su posición es lógica, pero como el griego permite ambas traducciones, yo elegí usar la palabra más general. Sobre esta discusión erudita, véase Geer, 289.

[32] Gritz, 125; véase también Gordon P. Hugenberger, “Women in Church Office: Hermeneutics or Exegesis? A Survey of Approaches to 1 Tim. 2:8-15”, Journal of the Evangelical Theological Society 35 (1992): 341-360. Luego de estudiar los diferentes enfoques del texto, Hugenberger concluye que aquí Pablo prohíbe que una esposa enseñe o tenga autoridad sobre su propio marido. Véase también el capítulo de Richard Davidson en este libro.

[33] J. Keir Howard, “Neither Male nor Female: An Examination of the Status of Women in the New Testament”, Evangelical Quarterly 55 (1983): 40.

[34] Gloria Neufeld Redekop, “Let the Women Learn: 1 Timothy 2:8-15 Reconsidered”, Studies in Religion/Sciences religieuses 19 (1990): 238, 240.

[35] Kroeger y Kroeger, 103.

[36] Leland Wilshire, “1 Tim. 2:12 Revisited: A Reply to Paul W. Barnett and Timothy J. Harris”, Evangelical Quarterly 65 (1993): 48.

[37] Ibíd.

[38] Andrew C. Perriman, “What Eve Did, What Women Shouldn’t Do: The Meaning of Authente ˙ in 1 Timothy 2:12, Tyndale Bulletin 44 (Enero 1993): 137.

[39] Dictionnaire étymologique de la langue grecque: Histoire des mots (París: Klincksieck, 1968), ver “authenteo”.

[40] New Testament Studies 34 (1988): 120-134; “1 Timothy 2:12 Revisited”, 44-50. Es interesante que después de estudiar la misma base de datos, H. Scott Baldwin saca como conclusión lo opuesto, que “ejercer dominio” es el significado normal del verbo en el primer siglo; sin embargo, su estudio presta mucha más atención al uso de la palabra en siglos posteriores (en especial por los Padres de la iglesia) que a su uso antes de Pablo (H. Scott Baldwin, “A Difficult Word: Authente ˙ in 1 Timothy 2:12”, y “Appendix 2: Authente ˙ in Ancient Greek Literature”, en Women in the Church: A Fresh Analysis of 1 Timothy 2:9-15, 65-80, 269-306).

[41] Perriman, 138.

[42] Wilshire, “TLG”, 130.

[43] Wilshire, “1 Timothy 2:12 Revisited”, 47.

[44] Perriman, 138.

[45] Wilshire, “TLG”, 125.

[46] Ibíd., 127.

[47] Ibíd., 125.

[48] Wilshire, “1 Tim. 2:12 Revisited”, 48.

[49] Perriman, 148.

[50] Algunos consideran que este versículo se refiere a la relación entre el esposo y la esposa antes que a la relación entre hombres y mujeres, ya que sostienen que este versículo es paralelo a 1 Corintios 11:1-6; 14:34-35; 1 Pedro 3:1-6. De esta manera, 1 Timoteo 2:11-12 ordenaría que las esposas no enseñen a sus propios esposos o que no asuman la autoridad de sus esposos “en el lugar de adoración” (Gritz, 131; véase también 125, 130). Davidson toma esta posición en el capítulo 12.

[51] Douglas J. Moo, “1 Timothy 2:11-15: Meaning and Significance”, Trinity Journal 1 (1980): 70.

[52] Filón (Bohl, 1885), IV, 306; citado por Stanley Glen, Pastoral Problems in First Corinthians (Filadelfia: Westminster, 1964), 135-136

[53] A. T. Robertson, A Grammar of the New Testament Greek, 1.189-1.191.

[54] Philip B. Payne, “Libertarian Women in Ephesus: A Response to Douglas J. Moo’s Article ‘1 Timothy 2:11-15: Meaning and Significance’”, Trinity Journal 2 (1981): 176-177.

[55] Ibíd., 177.

[56] Alan Padgett, “Wealthy Women at Ephesus: 1 Timothy 2:8-15 in Social Context”, Interpretation 41 (1987): 26.

[57] Moo, 68; véase también el capítulo 12 de este libro.

[58] Redekop, 243.

[59] Timothy J. Harris, “Why Did Paul Mention Eve’s Deception? A Critique of P. W. Barnett’s Interpretation of 1 Timothy 2”, Evangelical Quarterly 62 (1990): 348.

[60] David M. Scholer, “Feminist Hermeneutics and Evangelical Biblical Intepretation”, Journal of the Evangelical Theological Society 30 (1987): 417.

[61] S. Jebb, “Suggested Interpretation of 1 Tim. 2:15, Expository Times 18 (1970): 220-221

[62] David R. Kimberley, “1 Tim. 2:15: A Possible Understanding of a Difficult Text”, Journal of the Evangelical Theological Society 35 (1992): 481-482.

[63] Stanley E. Porter, “What Does it Mean to Be ‘Saved by Childbirth’ (1 Timothy 2:15)?”, Journal for the Study of the New Testament 49 (1993): 96-98.

[64] Kroeger y Kroeger, 176.

[65] Ibíd., 96.

[66] Porter, 87.

[67] Gordon Fee, 1 and 2 Timothy, Good News Commentary (San Francisco: Harper, 1984), 38.

[68] Payne, 180.

[69] Moo, 72.

[70] Kimberley, 486.

[71] Krijn A. van der Jagt, “Women Are Saved through Bearing Children”, Bible Translator 39 (1988): 207.

[72] Kroeger y Kroeger, 176.

[73] Van der Jagt, 208.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

LA ORACIÓN DE JABES 1 Cron 4:9-10



La Oración de Jabes 

A través de los tiempos los hombres sobre la tierra buscan la manera de cambiar sus vidas y alcanzar la bendición para los suyos, y muchas veces sin tener resultados. Pero en esta reflexión encontramos a un hombre llamado Jabes, personaje bíblico que encontró la manera de conquistar la bendición de Dios. Oró a Dios de una manera muy singular para obtener la bendición del cielo.
1 Cron 4:9-10... v. 9­­­___ Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. 10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Sus orígenes

¿Acaso Jabes es sólo una persona desconocida que por algún oscuro motivo aparece en los registros de las Crónicas? Sería erróneo pensar así, pues el Espíritu de Dios le dedica a este hombre dos importantes versículos, los cuales no sólo no han perdido su valor sino que además logran que nos interesemos en la lista de nombres que aparecen allí. ¿Quién fue Jabes? Es probable que haya sido un descendiente de los Ceneos que luego fue incorporado a la tribu de Judá (Jueces 1:16; 4:11; 1.º Samuel 1:6; 1.º Crónicas 2:55). Por lo tanto, inicialmente él no pertenecía al pueblo de Dios. Utilizando las palabras que Pablo escribió en Efesios 2:12, podemos decir que Jabes estaba alejado de la ciudadanía de Israel y ajeno a los pactos de la promesa. Efectivamente, sólo por la bondad de Dios, él recibió un lugar en dicha nación, y nada menos que en la tribu de Judá, que significa «alabanza». En este pasaje de 1.º Crónicas 4, hallamos la oración que Jabes eleva para alabar a su Dios, al nuevo Dios que había hallado. Como leemos en estos versículos, él invoca al Dios de Israel. Esto confirma el pensamiento de que como extranjero él se había unido a la nación de Dios y había hallado refugio en el Dios de Israel, tal como en tiempos anteriores lo habían hecho Rahab y Ruth. Jabes comprendió que estaría seguro bajo la protección de este Dios, el Dios vivo y verdadero, por lo cual se encomienda por completo a Él. La oración de este hombre es un testimonio de su gran fe.

Su nombre

La historia de Jabes comienza con dolor y tristeza. La palabra “dolor” es utilizada doce veces. Su madre le había dado el nombre de Jabes (= que causa dolor), debido a que ella lo había dado a luz con mucho sufrimiento (v. 9c). Jabes pide en oración ser librado del daño del mal (v. 10d). Aun cuando fue un hijo nacido del dolor, él fue prominente entre sus hermanos. Leemos que incluso fue más ilustre que sus hermanos(v. 9a). Jabes nos hace pensar en Benjamín, quien fue llamado por Raquel “hijo de mi aflicción”, pero a quien Jacob llamó “hijo de mi diestra” (Génesis 35:18). El sufrimiento y la aflicción son consecuencias del pecado del hombre (“con dolor darás a luz los hijos”, Génesis 3:16). Pero a estos sufrimientos les sigue la gloria: la gloria de Dios que se revela en toda la tierra, la gloria que a la diestra de Dios es ahora real para la fe. Esto fue real para Benjamín, como también lo fue para Jabes. Pero por sobre todo, es aplicable al Señor Jesús, y a nosotros, cristianos, también. Los sufrimientos de la cruz fueron seguidos por la exaltación de Cristo a la diestra de Dios en los cielos. Como creyentes, también somos llamados a participar de los sufrimientos de Cristo, y debido a que el Espíritu de gloria reposa sobre nosotros, sabemos que un día seremos glorificados juntamente con Cristo (1.ª Pedro 4:13,14).

La Oración

En la primera parte de este verso, dice la escritura que Jabes era más ilustre que sus hermanos. La biblia muestra una característica especial de Jabes. Y lo compara con sus restantes hermanos. Igualmente podemos ir comparándonos nosotros con nuestros hermanos en Cristo. Entre todos, dice que Jabes, nuestro hermano Jabes, era más ilustre que el resto de hermanos. 

Cuando investigamos la palabra ilustre, nos imaginamos que se trata de alguien grande a quien hay que brindarle honores, alguien digno de honra. Pero la palabra ilustre, viene de una persona que así mismo se ilustra, investiga, recopila, medita, de alguien que quiere conocer algo. 

Jabes era un hombre ilustre, más ilustre que todos sus hermanos. Porque Jabes buscaba el consejo de Dios, aprendía de Dios. Jabes se acercaba a Dios, Jabes meditaba en la palabra del Señor. Jabes no era un hombre pasivo, sino que era un hombre activo en el Señor. Un hombre que quería conocer los secretos de Dios, un hombre que quería alcanzar el éxito en el Señor. 

INVOCAR A DIOS 

Jabes reconocía que era un hombre débil, por lo tanto invocó al Dios de Israel. Jabes buscó la orientación de Dios. Jabes por revelación comprendió que tenía que pedirle a Dios algunas cosas de suma importancia. Muchas veces nosotros como creyentes llevamos una vida pasiva en el Señor, “Dios me llamó y voy a esperar que Dios haga en mi vida”, y allí utilizamos la palabra esperanza, y no la fe que es la que viene con obras, con acción.

Jabes no esperó que Dios lo usara, Jabes actuó en fe creyendo que Dios era poderoso para promoverlo a una posición superior. Jabes comprendió que tenía que depender de Dios. Y su dependencia a Dios era integral, porque muchas veces queremos depender de Dios en lo económico. 

Pero Jabes quería una dependencia absoluta en Dios. Y por esto Jabes invocó a Dios. La palabra invocar no solo significa orar. Hemos oído en el mundo la invocación de los muertos y sabemos que en esa invocación se pide que el muerto venga. 

Pero Jabes no invocó a un muerto, sino aquel que vive, Jabes invocó al Dios del cielo. Jabes quería que Dios estuviera allí con él. Él sabía que Dios podía descender y estar allí a su lado para comprender los secretos de Dios. Quería conocer los misterios del reino. La revelación de la palabra de Dios. 

Los mecanismos y estrategias para alcanzar las promesas que Dios había dado a sus hijos. Dios nos ha dado muchas promesas, pero sus promesas tienen unas condiciones que tenemos que cumplir para que se den. Jabes sabía esto, por lo cual invocó la presencia de Dios, pidió que fuera el Espíritu de Dios allí con él, en su vida en una comunión íntima y personal. 

“…nos abandonamos a las circunstancias y dependemos de las circunstancias, pero Dios nos llamó a nosotros para cambiar las circunstancias.” 

Jabes no se abandonó a la vida religiosa, Jabes no se abandonó a la asistencia de los cultos, Jabes no se abandonó a leer una predicación, sino que Jabes inquirió en la presencia de Dios, quería penetrar donde estaba Dios, quería conocer los secretos que Dios tenía para los hombres. 

Quería conocer los secretos de Dios, por eso se acercó de una manera estrecha a Dios, quería estar junto con Dios, quería contagiarse de ese Dios maravilloso. Quería comprender lo que Dios tenía para su vida. Pero muchas veces nosotros, no inquirimos, no investigamos en el Señor, no entramos en el secreto de Dios, sino que nos abandonamos a las circunstancias y dependemos de las circunstancias, pero Dios nos llamó a nosotros para cambiar las circunstancias. 

Jabes sabía que había un poder en la oración, que había algo en la oración, sabía que si entraba en la presencia y en la gloria del Señor podría alcanzar las preciosas promesas que Dios le había dado. Y por eso quiso ahondar en él, en su presencia, conocer la gloria del Señor. Experimentar que Dios estaba allí en su vida, que Dios podía penetrar y transformarle, por eso Jabes pudo orar como dice la escritura: E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo.

Note que dijo “Diciendo”, él lo invocó por la palabra hablada, 

Jabes sabía que había poder en la palabra de confesión. Había poder en la invocación a Dios, cuando él hablara con Dios. No solo lo invocó para esperar en Dios, sino que declaró la palabra por sus labios de lo que quería, que sabía que Dios le iba a dar. Él sabía que declarando la palabra de las promesas, Dios iba a hacer cosas prodigiosas. 

Así como dice la escritura, “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” Marcos 11:23 La escritura dice que “cualquiera que dijere”, la confesión es poder de la ejecución de la voluntad de Dios de lo que te haya encargado o prometido. No es confesar de la voluntad de nuestro corazón sino de la voluntad del corazón de Dios. 

Así como el hombre tiene el libre albedrío para hacer a voluntad lo que quiera, agradando o desagradando a Dios. Hay un poder en la confesión para hacer realidades por medio de ella. El asunto es hacer confesión de lo que le agrade o esté en la voluntad de Dios. Por eso es que la escritura dice “cualquiera”, es un poder inherente en el hombre, pero para el hombre realmente de Dios su confesión es para gradar a Dios en lo que está en su voluntad. 

Así como el hombre tiene el don de la inteligencia, que la puede usar para bien o para mal, igual ocurre con la confesión. Puede usarla arbitrariamente o usarla a favor del reino y la voluntad de Dios. 

“Usemos el poder de la confesión, pero no para lo que sea a nuestro favor, sino para lo que esté en la voluntad de Dios.” 

Cuando una madre usa su boca para maldecir a un hijo, por ejemplo, esa maldición se puede convertir en una realidad, y no porque esté en la perfecta voluntad de Dios, sino porque hace parte de un don en la naturaleza del ser humano. Usemos el poder de la confesión, pero no para lo que sea a nuestro favor, sino para lo que esté en la voluntad de Dios. 

De allí que es necesario buscar la perfecta voluntad de Dios antes de ponernos a confesar y a decretar. Jabes sabía lo que estaba en la voluntad de Dios porque fue ilustrado en la presencia de Dios. Por eso clamó: “: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.”




DECLARAR BENDICIONES DEL CIELO 

Fíjese lo primero que pidió Jabes: “Si me dieras bendición”. Hoy en la gracia del Señor no vamos a pedir que Dios nos bendiga, porque usted y yo hemos sido bendecidos por el Señor. 

Hoy tenemos que decirle al Señor: Señor quiero que tu bendición sea manifestada a mi vida, quiero que la gracia de Dios se derrame sobreabundante sobre mí. Hoy tenemos que invocar a ese Dios maravilloso. Hoy tiene que decirle al Señor; quiero ver tu gracia manifestada en mi vida. 

Porque la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo, y a través de Cristo usted puede alcanzar, recibir y retener la bendición de Dios para su vida, no espere que la bendición llegue a su vida, ya Dios te bendijo, hoy tenemos que declarar la bendición sobre nosotros, el poder de la gracia de Dios sobre nuestras vidas. 

Cuando usted empiece a declarar: “Señor estoy en bendición, no estoy en ruina, estoy en bendición, creo que tu gracia está bañando mi vida, que tu gracia está transformando mi mente, que tu gracia me está sanando”, esto aumentará el poder y la gloria de Dios en tu vida. 

Pero es necesario abrir nuestras bocas delante de Dios, es necesario orar en el espíritu, y dejar que el Espíritu Santo opere en nuestras vidas. Dejar que el Espíritu Santo hable a través de nuestras bocas para recibir la bendición de Dios. 

Porque muchos no reciben las bendiciones de Dios porque no piden, pero dice la escritura: “pedid y se os dará”, cuando usted pide, cuando usted declara, cuando usted confiesa, cuando usted decreta la palabra de Dios, verá las bendiciones de Dios. Mientras usted no ejerza el ministerio de la oración con poder, siempre su vida será una vida árida y seca, porque Dios no puede hacer lo que ya hizo, ya Dios te bendijo, porque dice:” nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. 

Allí Dios nos bendijo y nos sentó juntamente con Cristo, nuestra posición es con Cristo, nuestra posición es en el Reino de los Cielos. Allí estamos sentados con Cristo. Y si estamos sentados con Cristo es porque él nos dio también autoridad. Entonces desde hoy usted tiene que decir: “mi vida será diferente, mi vida no puede seguir así, vacía, seca, árida. No puedo permanecer en derrota, yo puedo creer y confesar que Dios puede y hace cosas grandes sobre mí”. 

Eso fue lo que hizo Jabes. Dijo: “Si me dieres bendición”, todavía no estaba la gracia de Dios derramada al mundo a través de Jesús y ya Jabes estaba creyendo en la bendición que Dios iba a derramar sobre sus elegidos, sobre sus escogidos. 

Y por eso clamó a Dios, y por eso oró, y por eso se postró y por eso se doblegó delante de Dios, dejó la altivez, dejó el orgullo, dejo la prepotencia a pesar de ser un hombre ilustre se doblegó delante de Dios, dobló sus rodillas delante de Dios como todo ser en esta tierra que tiene que doblegarse delante de la presencia del Cristo de la gloria, tiene que doblegarse delante de Dios. 

Tenemos que dejar a fuera la altivez, tenemos que dejar la prepotencia, tenemos que humillarnos delante de Dios, para que él nos exalte cuando fuere tiempo. 

“Pero es necesario abrir nuestras bocas delante de Dios, es necesario orar en el espíritu, y dejar que el Espíritu Santo opere en nuestras vidas.” 

Jabes empezó a invocar a ese Dios poderoso y a declarar la bendición sobre su vida. Sabía que como estaba, estaba en maldición. Pero era un hombre ilustre. Un hombre entendido, que con diligencia investigaba en el Señor, que con diligencia quería conocer cómo podía Dios actuar en su vida, cómo Dios lo podía sacar del estado en que estaba.
Así mismo cada uno de nosotros, hombres, mujeres, niños, todos, tenemos que buscar diligentemente en el Señor que nos hable de los planes y propósitos que tiene con nuestras vidas. 

ENSANCHANDO EL TERRITORIO 

Así que ese Jabes invocó a ese Dios maravilloso: “: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio”. ¿De qué tamaño es tu territorio? 

Yo conozco hombre de Dios, que su territorio es el globo terráqueo, había un hombre de Dios que cuando oraba, tomaba un globo terráqueo entre sus manos y empezaba a clamar por las almas de todo el mundo, y mencionaba los países y continentes y a través de su ministerio la gloria de Dios se derramaba poderosamente. Y hacía obras por todo el mundo. 

Porque su territorio era el globo. Tenía un territorio mundial en Dios. Pero también conozco ministros, cuyo territorio es su país. Claman a Dios por su país, y se pueden mover ministerialmente en su país. Pero también conozco hombres cuyo territorio está limitado por su casa y su obsesión es sólo la salvación de su propia familia. Su obsesión es que su hermano, su hijo y los demás miembros de la familia se salven no importa lo que pase afuera. Ese es su territorio. Hasta allí llega su visión. 

Y hay otros cuyo territorio son ellos mismos, y oran y claman por sí mismos. Y oran y piden por sí mismos. Porque su territorio está limitado a sí mismos. Pero Jabes descubrió que Dios podía ensanchar su territorio. Jabes empezó a clamar porque sabía que Dios es un Dios de abundancias, que Dios es un Dios de ministerio y de visión amplia y que Él lo había llamado en un llamamiento supremo. En un llamamiento grande, y empezó a clamar a Dios.

¿Cuál es su territorio, hasta donde esta demarcado su ministerio, hasta donde está alcanzando su visión, hasta donde están corridas sus estacas? 

Jabes empezó a clamar a Dios, le pidió a Dios que ensanchara su territorio, tenemos que clamar a Dios y conocer que nuestro llamado es un llamado poderoso, capaz de transformar al mundo entero. Si sobre esta tierra existiera un solo hombre convertido a Cristo, tendría el poder suficiente para alcanzar y transformar todo el universo, porque Dios ha dado cosas grandes en el llamado. 

Y usted como hombre de Dios, con un llamado de Dios, no puede tener la vista corta, sino que tenemos que buscar ensanchar el territorio, el llamado, el ministerio. Porque usted no es el único por quien murió Cristo, porque las almas no son las de su hogar, las almas no solamente son las de su calle, las almas no solamente son las de su comunidad, las almas no solamente son las de su país, sino que las almas a alcanzar son las de todo el mundo. Las de todo el globo terráqueo. 

Y Dios te ha llamado a transformar naciones, Dios te ha llamado a transformar pueblos, Dios te ha llamado a ir hasta los confines de la tierra, llevando el poder del evangelio. Para salvación de las naciones. Él te quiere enviar a las naciones, él quiere romper la barrera, él quiere correr las estacas para que el territorio sea ensanchado. Jabes pidió: Ensancha mi territorio, Jabes clamó: ensancha mi territorio. 

“Si sobre esta tierra existiera un solo hombre convertido a Cristo, tendría el poder suficiente para alcanzar y transformar todo el universo, porque Dios ha dado cosas grandes en el llamado.” 

Clame a Dios, ensancha mi territorio y no se quede confinado a usted, ni a su grupo familiar, ni a su comunidad, sino que sea extendido en una visión amplia, en una visión grande para Dios, para servirle a Dios. Porque las almas se pierden. La gente se está perdiendo, las iglesias se están enfriando, muchos se están volviendo al mundo, muchos se están desviando, gentes que se están torciendo, ministros desviados, doctrinas erradas, erráticas están fluyendo por el mundo. 

Porque no hay gente como Jabes, que busquen ser ilustres en el Señor, que busquen ser diligentes en los secretos de Dios, que busquen pedir a Dios cómo se maneja el don que tienen. 

¿Cómo se maneja el ministerio, como se manejan los dones, cómo se manejan los talentos? ¿Cómo se maneja el don por ejemplo de lenguas? Hay gente que recibe el don de lenguas y hasta allí llega. Pero hay otros que conocemos los misterios de hablar en lenguas, y sabemos que cuando oramos en lenguas estamos hablando con Dios, y estamos conociendo los secretos de Dios. Que cuando estamos orando en lenguas podemos reprender al diablo, y echar fuera los principados y las potestades, porque sabemos que es un don de poder. 

No ore en lenguas para que los demás lo vean, cuando usted ora en lenguas sabe que puede penetrar esa densidad de los aires y puede echar fuera al principado que actúa sobre una zona determinada. Porque es un don poderoso, y el don de lenguas atrae los demás dones, Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 1Cor.13:2 

Jabes indagaba con audacia en los misterios de Dios, usted así mismo tiene que investigar. Dios te dio el ministerio, Dios te dio el don, ¿cuál es ese don, cuál es ese ministerio? Si usted es maestro, investigue qué significa ser maestro de la palabra. Pero no para que tenga un concepto teológico e intelectual, no para tener una información racional, sino para que sepa que es ser maestro de la palabra de Dios. Para que sepa cómo se debe ejercer el ministerio de maestro. Porque mucha gente piensa que ser maestro es explicar la teología y la revelación de la palabra, no solo eso es ser maestro de la palabra. 

El mundo, desde que el hombre “cayó”, el enemigo empezó a confundir la mente del ser humano, allí hubo una transformación donde el espíritu del hombre quedó relegado, y la parte de "alma" del hombre era quien gobernaba junto con su carne. 

El pensamiento de Satanás empezó a fluir por el mundo desde ese entonces hasta nuestros días. Usando en este tiempo medios de comunicación, radio, televisión, las culturas, las costumbres y todo tipo de formación para extender sus principios de maldad, llenando la mente del hombre con la basura del mundo. Así al pasar las generaciones se trasmite la maldición y el concepto del príncipe de este mundo, de generación en generación. Es decir se va trasmitiendo la palabra del mundo. 

El que ha sido llamado a ser maestro tiene que ejercer la palabra de Dios para contrarrestar la palabra del mundo e implantar el reino de los cielos, la cultura de Dios. El que es maestro ejerce con autoridad la palabra para derrocar los pensamientos, las obsesiones, las ataduras mentales que tiene la gente, y lo realiza a través de la palabra eficaz de Dios. 

Entonces el ser maestro es un hombre que conoce el mundo espiritual y que puede derribar la fortaleza que hay en la mente de la gente producto del espíritu de derrota, ruina, maldad, etc. Para que reconozcan que hay una palabra de poder que puede habitar en su vida, y como dice el Señor:”Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” Juan 15:7 

Porque la palabra habita. Entonces el ser maestro implica que usted deposita la palabra de Dios en la persona que escucha el mensaje, la enseñanza. No introduce apenas el concepto teológico, sino imparte la palabra, pues Jesús dijo: “mis palabras son espíritu y son vida”. Y cuando esto ocurre se revientan cadenas, ataduras en los hombres y se levantan hombres que están llenos de la palabra de Dios. Y conociendo las artimañas del enemigo pueden entonces caminar en victoria. 

Es importante indagar en lo que Dios te ha dado, ¿Qué te dio Dios? Tenemos que ser ilustre como Jabes. Ser diligentes, inquirir en la presencia de Dios. Pedir a Dios sabiduría entendimiento, de los misterios de los dones, de los talentos, del llamado. Hay muchas personas que tienen el don de sanidades y su ejercicio se limita a ir a orar por sanidad en los enfermos, pero tenemos que ir al secreto del Señor y él nos revelará los misterios de los dones de sanidades, para que entonces se hagan cosas grandes y prodigiosas. Eso hizo Jabes, inquirió profundamente en el Señor. 

ANHELANDO LA MANO DE DIOS 

"y si tu mano estuviera conmigo". Gloria a Cristo, hermanos. Hay unas cosas bien poderosas en estas palabras: “y si tu mano estuviera conmigo”. 

Conozco gentes que se levantan desde muy de madrugada, y trabajan hasta que se oculta el sol y más allá, trabajando arduamente, trabajan duro, y nunca tienen nada. Y lo que tienen se va, se evapora. 

Jabes sabía que tenía que depender de Dios para que prosperara la obra que hacía. Necesitaba que Dios estuviera laborando con él en todo lo que se proponía hacer. Sin la mano de Dios, todo lo que tú hagas, aún para Dios, pede ser vano. 

Escucha: Lo que tú hagas aún para Dios, sino está la mano de Dios contigo, no prosperará. Porque no fructificará. Por eso Jabes oró:”Si tu mano estuviera conmigo”, necesitaba que Dios actuara en él, que Dios actuara con él. Que cuando él caminara era porque Dios estaba caminando con él. Que cuando hiciera algo para Dios, Dios estuviera en el asunto. 

Por eso Moisés también dijo: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” Y cuantas veces nosotros salimos a hacer sin que Dios esté con nosotros, aunque tengas la buena intención, y puedes querer hacerlo para Dios, pero nunca prosperará como debe prosperar.

“y si tu mano estuviera conmigo”, ¿sabe qué significa? Él imploró, él anheló vehementemente, entró profundamente en el Señor y le rogó a Dios. 

Usted tiene que entrar en esa presencia íntima con Dios, en lo más profundo en el secreto del Señor, orar allí con Dios. En el corazón de Dios. Allí con el Señor di: ¡oh, Señor, si tu mano estuviere conmigo! Necesito que tu mano esté conmigo. 

Usted tiene que entrar en esa presencia íntima de Dios. Conocer bien al espíritu de Dios. Para que allí el Señor esté con usted y le de nuevas fuerzas, y se levante con la fuerza de Dios para alcanzar los logros, las victorias con el poder de la mano de Dios en su vida.

“Si tu mano estuviera conmigo”. 

Muchos de nosotros salimos y hacemos y vamos, y negociamos y actuamos, pero la mano de Dios no está con nosotros, luego entonces le decimos: ¿Señor y dónde estás? Te he servido, mira cuantos años sirviéndote, mira cuanto tiempo predicando tu palabra, mira cuanto tiempo haciendo esto y no estoy viendo las bendiciones. Dios te dirá: Ven acá, es que hace mucho tiempo tú me dejaste atrás y saliste adelante.

“y si tu mano estuviera conmigo”, el anhelo, él sabía que era necesario que Dios estuviera con él en el asunto de su vida. Necesitas saber que Dios debe estar contigo en el asunto de tu llamado, de tu ministerio. Saber que Dios está allí. Hoy le aconsejo, que profundice mucho en eso: Que Dios esté con usted. 

A veces que nos da por orar, orar y orar. Gloria a Dios, pero ¿cuántas veces estamos gimiendo en la presencia de Dios? Anhelando que Dios more con poder en nuestros corazones. ¿Cuántas veces hemos anhelado que Dios esté con fuego en nuestros corazones? ¿Cuántas veces hemos gemido para que Dios permanezca en lo más profundo de nuestro corazón? Necesitamos gemir en su presencia, necesitamos gemir a Dios. Necesitamos llorar en la presencia, en la gloria del Señor. Entonces Dios hará maravillas.

“Usted tiene que entrar en esa presencia íntima con Dios, en lo más profundo, en el secreto del Señor, orar allí con Dios. En el corazón mismo de Dios.” 

La biblia dice que cuando ores, entra en su presencia, cierra la puerta y ora a Dios, que tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Esto significa que usted debe estar en lo más íntimo, en la presencia misma de Dios, allá escondido, en el corazón de Dios, gimiendo y rogando dentro de Dios. Cuando usted salga de allí va a ver la misma gloria del Señor. Dios te va a recompensar en público. Vendrán las almas, vendrán las sanidades, la palabra de poder, vendrán los milagros de Dios, porque él te va a recompensar afuera, en lo exterior. Pero búscalo en lo interior. Búscalo en el corazón. Penetra en su presencia, en lo más hondo de Dios, en la intimidad con Dios. 

Muchos hombres de la biblia hablaban así con Dios, como dice la escritura en Éxodo 33:11 “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como cualquiera a su compañero”. Moisés entraba en esa presencia de Dios. Muchas veces en esa presencia no hay palabras, a veces hay gemidos, a veces espera, pues estamos allí metidos en lo más íntimo con Dios. Cuando Moisés salía, su rostro era resplandeciente. Por la gloria del Señor. Queremos ser resplandecientes en lo exterior, cuando en realidad no hemos buscado la luz resplandeciente en lo interior. 

LIBRADOS DEL MALIGNO 

"y me libraras de mal, para que no me dañe". Todos tenemos la confianza en Dios. Pero Jabes sabía que él necesitaba que Dios le defendiera porque había fuerzas externas que podían arruinar el plan de Dios en su vida. Hay un mundo espiritual de maldad. 

Por eso Jesús dijo: “Hay viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí”. Jesús podía identificar la presencia y las fuerzas del mal, Jesús sabía que había alguien que se le estaba oponiendo. Y si Jesucristo hubiera sabido que el diablo tenía fuerzas de maldad para oponerse al plan de Dios, no lo hubiera ido a vencer en la cruz. Pero por cuanto lo supo fue y lo venció. Aún pablo dijo:”no ignoremos sus maquinaciones”. 

Muchas veces estamos trabajando en el ministerio, he escuchado ministros que dicen: “si yo no me meto con el diablo, él no se mete conmigo”. Desconociendo lo que dice la escritura, Jesús hablando: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”, habla de la naturaleza de un enemigo que ejecuta una acción conjunta: hurta y mata y destruye simultáneamente. Es un instinto animal, no es una reacción, sino la naturaleza de su acción. Su obsesión es acabar con la simiente de Dios. Acabar con su vida y su ministerio. Más Jesucristo dijo: “Y yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”

El diablo siempre va a querer traer enfermedad sobre tu vida, él siempre va a buscar que tu no surjas, porque el sabe que cuando se levante un hijo de Dios, con la estatura de Jesucristo, el varón perfecto, su ministerio va a empezar a temblar porque se vendrá abajo por la acción del poder de Dios en sus hijos. Por esa razón Satanás le tiene pánico a los hombres que conocen sus artimañas. Tratando siempre de esconderse para burlar a los hijos de Dios. Pero Jabes siendo un hombre ilustre, como muchos de nosotros que vamos a indagar en la presencia de Dios, vamos a discernir las fuerzas del mal que se opongan, pero no les tememos porque Dios nos dio la autoridad para hollar serpientes y escorpiones. 

DÁDIVA DIVINA 

"Y le otorgó Dios lo que pidió": Jabes estaba pidiendo de una manera correcta, pues Dios no solo le dio, sino que dice le otorgó, como si fuera un premio, como un reconocimiento, le otorgó, le concedió. No fue una respuesta simple a una oración, sino más bien la respuesta de Dios fue un reconocimiento a su actitud, a su búsqueda a su comunión, a una vida íntegra, a una dependencia que él tenía de Dios. Dios entonces lo premió respondiendo sus oraciones. 

Dios puede hacer cosas grandes con usted, así como lo hizo con Jabes. No sé cual sea su nivel espiritual y su compromiso con el Señor, pero aún hay más para usted, porque el depósito de Dios no está en escases.

SOLI DEO GLORIA.