miércoles, 18 de mayo de 2011

Para que tengan vida y vida en abundancia: 2ª Parte


La Vida Abundante, Hoy (II)
Juan 10:10:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir, yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” 

 “Este versículo cambió literalmente mi vida” (V.P.Wierwille)
 
 Desde que oímos por primera vez ese versículo -y entendimos su significado a la luz de la integridad de la Biblia, tal como nuestro Padre Celestial en su Palabra nos enseñó, también cambiaron nuestras vidas. Y en nuestro andar hacia una vida cada vez más abundante también hemos tenido que aprender y entender algo que a veces parecemos olvidar: que esa vida abundante no es una vida simple, sin situaciones, sin retos, sin desafíos y sin confrontación. 

Basta ver en la Biblia la vida de todos los hombres y mujeres que amaron a Dios y dedicaron sus vidas a la gloria de Él, todos confrontaron situaciones difíciles y afrontaron retos a veces de dimensiones épicas.
... taparon bocas de leones, v34 apagaron fuegos impetuosos... sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas... v35 mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. v36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. v37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
v 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y las cavernas de la tierra. Hebreos 11: 33c-38.
La vida abundante, no significa siempre que todo va a salir bien, que usted se llenará de dinero y tendrá una vida sin preucupaciones financieras o que gozará de buena salud siempre o no tendrá reveses en su vida o con su familia. No. Absolutamente no. La vida abundante es una vida plena llena de significados, y que de todas las cosas que Dios te haya dado sea mucho o sea poco que lo haya disfrutado plenamente. Que hayas vivido plenamente como Esposo, como Padre de familia, como hijo, como amigo, como hermano, como hijo de Dios, como compañero, como empleado, y en todas las fases de su vida. La vida abundante es un caminar diario tomado de la mano de nuestro Señor Jesucristo para que nos oriente, nos ayude y sirvamos a la fe con eficacia y eficientemente ante las situaciones difíciles que la vida nos depara. La vida abundante es tener esperanza cuando todo alredeor suyo se esté desboronando y destruyendo con la certeza de que Dios cambiará el rumbo de la história de nuestras vidas. La vida abundante es cuando la fe, la esperanza y el amor saldrán siempre victoriosos en su vida y la Gloria de Dios brillará en todo su ser renovandose y dando nuevas fuerzas para vivir plena y victoriosamente ante las circunstancias. La vida abundante es que cuando seas anciano puedas decir: Joven fui y ahora soy viejo, grandes cosas el Señor ha hecho por nosotros y que no hay un justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.  La vida abundante es que cuando ya está a las puertas de la muerte, puedas decir: " he luchado como soldado, como atleta, HE GUARDADO LA FE! y que Dios haya anotado su nombre en el libro de la vida

Como atletas espirituales estamos en una competencia espiritual que terminará cuando el Señor Jesucristo venga por nosotros; no sabemos que vendrá después, pero mientras eso sucede seguimos, día a día en la arena de la competencia de la vida más abundante. Somos, no solo atletas que compiten,  sino como aquellos que vencen: somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37)
De manera que la vida abundante debe ser una vida de triunfos a pesar de las visicitudes, es una vida confiante a pesar de las dificultades, es una vida de paz a pesar de las aflicciones y, por lo mismo, una vida de retos, pues sin lo segundo no puede lograrse lo primero. Así que de la manera que Cristo triunfó, nosotros que andamos en sus pisadas, debemos triunfar en los caminos del Señor. Por él, por su vida y por sus logros, nuestra victoria está garantizada.
 
Dicho de otra forma si sus palabras permanecen en nosotros y nosotros en ellas somos invencibles; siempre vamos a prevalecer sobre nuestro adversario y nuestro adversario es satanás ( y aunque el programa de escritura me diga que es un error lo dejo así mismo, con letras minúsculas) Él es el adversario del creyente y siempre lo ha sido.
 
Sal 106:10: Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario.
 
1ª. Ped 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
 
Nuestro adversario es satán, no es Dios. Aunque parezca obvio, y hasta absurdo decirlo, pues hay que decirlo, porque cuando algunos cristianos hablan de forma negativa de su situación, dá la impresión de que quien los adversa es Dios Todopoderoso: “el Señor hizo esto para probarme…los caminos del Señor son misteriosos y deben ser aceptados…tengo que resignarme pues él Señor sabe porque hace lo que hace…Dios escribe recto con líneas torcidas… y muchas otras frases que más que de aceptación -de la misteriosa voluntad del Señor- son de acusación a Dios Omnipotente.
¿Qué clase de Dios es ese que no le queda más remedio que enviarnos cosas malas para demostrarnos su amor, o que tiene que herirnos para después poder amorosamente sanarnos?
Y es que uno de los más grandes retos que nos plantea la vida abundante es llegar al convencimiento de que Dios es bueno siempre y que no debemos andar por allí culpándole a Él por cuanta tontería nos sucede por causa de nuestra incredulidad y por no querer razonar y someternos a su maravillosa Palabra.
 
Ahora hagamos un pequeño ejercicio mental y razonemos lo que sigue: Si algún adversario nuestro, en el área que fuere, arremete contra nosotros y nos ataca, eso inmediatamente provoca en nosotros una reacción de enojo: nos molesta y a veces hasta nos enfurece. Sin embargo, si LA PERSONA que nos agrede es un buen amigo, o alguna persona amada, eso nos duele, nos entristece y nos deprime ¿no es así?
Entonces la pregunta que aplica es: ¿por qué si satanás es nuestro enemigo, nos deprimimos cuando somos atacados por él? Si él es nuestro adversario, ¿por qué no nos enfurece esa osadía de su parte y por qué no le devolvemos el golpe de inmediato como haríamos, o desearíamos hacer, con cualquier otro oponente? Bien, para entender esto antes debemos entender que satanás es astuto y el secreto de su éxito es la forma secreta como actua; por ello cuando nos hiere lo menos que se nota es su presencia y por allí viene el truco: él nos ataca, y si logra alcanzarnos, trata de hacernos ver a Dios detrás de lo acontecido; y es eso precisamente, pensar que Dios tuvo algo que ver, por acción u omisión, con el mal recibido, lo que nos deprime y anula nuestros ánimos de lucha. Por lo tanto, debemos dejar de pensar de que "Dios trae sólo bendiciones, para aquellos que alcanzan tomar mucho crecimiento espiritual o que la bendición sólo está disponible  para pastores, profetas y apóstoles o para aquellas personas que oran mucho o leen libros espirituales, y si comenzar a pensar de que Dios hace llover sobre justos e injustos, y que la gente llegue a aceptar el hecho de que Dios es bueno siempre."
           
Entonces tenemos delante de nosotros quizá nuestro primer reto como hijos de Dios: debemos ser maduros y crecer espiritualmente a fin de que entendamos la bondad infinita de Dios y dejemos de culparlo a él por todo.
 
Sin duda el adversario es muy astuto y es por eso que en 2ª. de Corintios se nos amonesta a no desconocerlo:
2ª. Corintios 2:11: para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.  Y su mayor maquinación es camuflarse para no ser visto. Cualquier estratega sabe que la derrota del enemigo depende en gran parte del conocimiento que se tenga de él, de sus tácticas y sus movimientos. Por ello Dios quiere que le conozcamos y que reconozcamos las huellas que deja por donde se arrastra.
Satanás no debe ser subestimado nunca … y mucho menos Dios; y una cosa lleva a la otra porque cuando comenzamos a subestimar al diablo, terminamos subestimando a Dios, pues acusando a este ignoramos a aquel.
 
¿Y que pasa si se presentan Problemas? ¿Tenemos problemas en nuestras vidas? Claro que si, ¿Acaso alguien nos prometió que con el conocimiento de Dios y ser seguidores del camino del evangélio se acabarían los problemas? Pues no solo no se acabaron sino que ahora los problemas son diferentes y hasta mayores; pero ¿son los mismos problemas que tiene un niño en pre-escolar que los que tiene en el kinder o en primer grado? ¿No son mayores? Definitivamente lo son, ¿pero no está mejor preparado el niño a medida que va aprendiendo y subiendo de grado? Así nosotros, así la vida diaria, así también la vida en abundancia. Si un cristiano cree que por ser seguidor del evangelio y amar a Dios, no debe tener problemas, pues mucho menos debió tenerlos Jesucristo; y aun así, sabemos que él fue el hombre más grande que ha caminado sobre esta tierra, pues también deberíamos saber que en su grandeza enfrentó problemas que nadie antes o después ha enfrentado y venció todos los retos -hasta a la muerte de cruz.
 
Hagamos otro ejercicio mental: pensemos por un momento que estamos en un estadio durante un juego de pelota; En ese sitio de confrontaciones deportivas ¿quién afronta los mayores retos, el espectador que se divierte, sufre y vocifera en las gradas o el jugador que está en el campo de juego? ¿Quién debe poner alma y corazón en lo que está haciendo, sin perder el control de sus emociones? ¿Quién tiene más mérito y tiene la oportunidad de alzarse con una victoria? El jugador, ciertamente –de hecho si lo pensamos un poco más: a este le pagan, mientras que el espectador debe pagar para estar allí.  
Y Usted ¿Cuál de los dos quiere ser, el de la grada o el del uniforme en el campo de juego? ¿Ud. que prefiere, ver las cosas que suceden o hacer que las cosas sucedan? ¿Quiere ser campeón de grada o campeón en el campo de juego?
Nosotros como hijos de Dios con poder (Romanos 1:4) al igual que Jesucristo no fuimos hechos, formados y creados para algo menor que para la Gloria de Su Altísimo Dios Todopoderoso.  Él nos concibió y nos preparó de antemano para grandes obras (Efesios 2:10) para vencer los más grandes retos, para llevar la luz de su Palabra, que Él engrandeció sobre todas las cosas, sobre este mundo de tinieblas y para aplastar bajo nuestros pies al dios de este mundo, a sus huestes de maldad y a su obra de iniquidad; y eso, amado de Dios, no es poca cosa; eso no es sino el reto de los retos y el desafío de todos los desafíos, para la gloria de todas las glorias, la del Padre de las Luces (Santiago 1:17).
 
El Señor Jesucristo nos advirtió: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.(Juan 16:33b)
En el mundo tenemos, y tendremos, retos y como él los venció -y porque él lo hizo- nosotros también los venceremos; y la clave para lograr esto es: Sujetar la mente a la voluntad de Dios y jamás rendirnos.
 
En Salmos Dios nos dice como:
Sal 37:5:  Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
Debemos confiar en Dios confiando en su Palabra y no dejarnos desviar ni a derecha ni a izquierda de su camino (Josué 1:7) esa es la parte que nos corresponde a nosotros, entonces Dios hará la que le corresponde a Él; pero ni nosotros la de Él ni Dios la nuestra, cada quien hará su parte, y las dos juntas, ninguna sin la otra. Aqui se exhorta al creyente a la obediencia: encomendar a Jehová nuestros caminos, confiar en él y no desviarnos ni a la derecha ni la izquierda, entonces, sólo entonces ... Dios hará!
Para ilustrar un poco más la idea, me gustaría hacerles conocer una frase que dice:
 “No oréis pidiendo vidas fáciles; Orad para que seáis hombres fuertes. No pidáis tareas a la medida de vuestras energías; pedid energías a la medida de vuestras tareas.” (Phillip Brooks).
No oremos y roguemos para que el problema disminuya, se acabe o se achique, oremos y creamos por ser gigantes de Dios, por desplegar el poder de Dios en Cristo inherente en nosotros.
Cuando Dios le dijo a Josué esfuérzate y se valiente, se lo dijo porque le había encomendado una tarea que requería de muchas energías: porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.(Josué 1:6)
Dios no ha sido mezquino con nosotros, Dios no nos ha dado su espíritu con gotero, Él nos dio la totalidad del espíritu que necesitamos (Colosences 2:10) para hacer las obras que Cristo hizo y aun mayores (Juan 14:12) Y eso es poder ilimitado.
Y para ejercer ese poder se requiere una actitud vencedora -no derrotista. Se requiere que ciñamos nuestros lomos como varones y mujeres fuertes (Job 38:3a) por ello dice 1ª. de Corintios 16:13: Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Hemos de portarnos como hombres y mujeres adultos, no como niños asustados ni  como personas medrosas y pusilánimes (Deuteronomio 20:8).
            
Pablo le amonesta a Timoteo y le dice en 2ª. Timoteo 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Es decir soporta entrenamiento, resiste presiones mentales, no te rindas, no desmayes. Y esa, precisamente, es la clave que abre la puerta de la victoria: no importa lo que suceda, no te rindas.
          
Plantémonos sobre nuestros pies y tengamos paciencia y confianza en Dios, pues ¿Dónde estaría Ud. si su hijo enfrenta un reto? Dónde sino con él, alentándolo, soportándolo y no permitiendo que nada por encima de sus fuerzas lo derrote y así es Dios y mucho más. Y así lo garantiza en 1ª. de Corintios 10:13:

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
           
Cualquier cosa que estemos enfrentando es porque Dios sabe que la podemos resistir -y vencer. No dudemos eso. Jamás tendremos que enfrentar nada que no podamos, soportar, controlar y de lo cual salir victoriosos.
Santiago 4:7:
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Cuando satanás y el creyente que resiste se enfrentan, el resultado es un diablo en retirada.
 
-Según el lenguaje es bueno notar que resiste, esfuérzate, anímate, aliéntate, gózate, son todas formas imperativas del verbo, es decir son mandamientos, y son de Dios para nosotros, no son sugerencias ni alternativas entre muchas otras, son mandamientos y como tales deben ser obedecidos según Dios lo demanda.
En el Nuevo Testamento aprendimos que en las epístolas no se le dice al creyente que crea; y  tampoco se le dice que no tema porque un creyente no tiene nada que temer. Imagínese la tripulación de un tanque de guerra que marcha a enfrentarse a un grupo de soldados armados con pistolas; les diría a los del tanque que no tengan miedo de los de las pistolas, pienso que no; o les diría Ud. crean que están dentro de un tanque de guerra y que un disparo de pistola no les puede dañar, ¿se los diría sin temor de parecer tonto? Claro que no, de la misma manera, el creyente no tiene nada que temer (el creyente es uno que cree, que está plenamente convencido de su condición, de su posición, de su estado y de su poder que lo hace más que vencedor, eso, y no otra cosa,  es un creyente).
Por otro lado la Palabra nos manda:  Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.(Efesios 6:11).  Note que no se nos dice que luchemos contra el diablo, sino que estemos firmes contra él…Tenemos el poder de Dios en nosotros y tenemos su autoridad para ejercerlo. Según ejercemos este poder y autoridad, satanás lo reconoce y tiene que huir. 

Lo único que satanás puede hacer es tratar de engañarnos –hacernos dudar de la Palabra de Dios –primer paso de la caída de Eva- Pero nada puede contra nosotros si nos soldamos a esa Palabra de Vida. Así que si el creyente obedece y se viste con toda la armadura de Dios ¿Qué puede temer? Note que no dice la armadura de los hombres sino la de Dios; las armaduras del hombre -por buenas que sean- son limitadas e imperfectas, no así la de Dios, así que un cristiano vestido de esa manera está enteramente protegido y no tiene nada que temer.  
Entonces, si estamos protegidos, reforzados y acorazados, lo importante no es el problema, lo que importa es la actitud que tengamos ante el problema, así que no hemos de concentrarnos en el problema sino en nuestra actitud: en como estamos reaccionando, si de acuerdo al viejo hombre o si de acuerdo a Dios en Cristo en mi. Si nuestra actitud es la correcta entonces vendrán el triunfo y la solución, pero no de otra forma. Así que olvidemos el problema y enfoquémonos en nuestra actitud, porque meditar en las tinieblas no introduce más luz; meditar en la luz es lo que la enciende en nuestras vidas. Cambie la situación cambiando su actitud, lo que piensa de Dios, de su Palabra y de Ud. mismo. Piense de Ud. lo que Dios piensa de Ud. no le contradiga llamandole mentiroso, pues Ud. es, tiene y puede todo lo que Dios dice.
Definitivamente no somos distintos a lo que pensamos  (Proverbios 23:7a) así que somos lo que decidimos pensar.
Seamos mansos cristianos y no cristianos mensos, haciéndonos daño a nosotros mismos, pensando que Dios aprueba nuestra actitud derrotista.
Veamos un par de lecturas sobre la importancia de la actitud del creyente.
1ª. de Samuel 17:45-47
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
Un razonamiento de acuerdo a la lógica de los cinco sentido dice que es imposible que un muchacho, sin experiencia en el combate hombre a hombre y armado solo con una honda y cinco piedras pueda ser capaz de derrotar a un soldado de talla gigantesca, armado de espada, lanza y jabalina de gran tamaño, un guerrero acostumbrado a la batalla y a dar cuenta de muchos, como aquellos muchos israelitas que temían siquiera acercarse a él.
Leer las palabras con las cuales David desafía al filisteo, podría ser tomado como la bravuconada de un imprudente, pero David sabía muy bien lo que decía pues dentro de él ardía el celo por su pueblo y por su Dios.
Si seguimos leyendo veremos que aquel día el joven David, cortó la cabeza del gigante Goliat y los israelitas inspirados por su ejemplo hirieron a los filisteos y saquearon su campamento. He allí lo que está disponible si tan solo no dejamos que nos hurten la decisión de vencer ante dificultades gigantescas. En Dios haremos proezas imposibles de lograr por medio de nuestras fuerzas y que contradicen la lógica de los sentidos, pero, como dice el himno, Dios se especializa en cosas imposibles –aquellas que absolutamente no pueden ser hechas por el hombre.
           
Ahora veamos en Isaías 35  lo que manda Dios a aquellos corazones temerosos.
Isaías 35:3-8 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará…
           
Todos estos son mandamientos, son cosas que el creyente debe decidirse y hacerlas
5Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos…  
           
Según los cinco sentidos, a los ojos del mundo, todas estas cosas son imposibles, no pueden ocurrir; pero solo los que creen verán la gloria de Dios (Juan 11:40)
 8Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
Gracias a Dios nuestras habilidades no vienen de nosotros mismos sino de Dios que es nuestra suficiencia; así que por torpes que seamos, como el niño que está aprendiendo a andar, no nos perderemos porque Jehová es nuestro amparo y fortaleza. (Salmos 46:1)
 
-En días recientes hemos leído en la prensa sobre soldados en el frente de guerra que se quitan la vida: para ellos el escape a la muerte es la muerte misma. Esas son las cosas absurdas que provoca satanás. Y es que “hay quien de miedo se muere y quien de miedo se mata”
La mejor defensa es el ataque, dice un viejo adagio bélico; entonces ante el desafío lo mejor es hacer algo, actuar; si estamos paralizados Dios no puede hacer mucho por nosotros, pero si empezamos a movernos Dios empieza a abrir puertas, vías de escape, pero es necesario que nos movamos y caminemos a través de esas salidas que Dios nos presenta.  Porque la creencia motiva la acción y la acción consolida más creencia. Por el contrario la inacción atrae más miedo y el miedo la derrota.
           
Hay otro enemigo acechando, sutil, silencioso pero muy peligroso: la autocompasión.
No encontraremos ni una vez esa actitud en el señor Jesucristo, sin embargo esa parece ser la actitud normal de muchos que se dicen cristianos y que pasan por la vida dándose palmaditas en la espalda mientras culpan a Dios de todas sus faltas de creencia.
La autocompasión seduce, adormece nuestro ánimo y nos derrota. Guardémonos,  pues, de ese falso amigo.
           
Otra excusa para no hacer lo debido es que ante un problemas nos sentimos mal... y ¿que esperaba? si no fuera así ¿para que está la renovación mental?
Renovar la mente es un trabajo que se opone a lo que pensamos, opinamos o sentimos para que se imponga en nosotros lo que Dios opina: su Palabra. Pues su Palabra es mi guía y no lo que siento, bueno o malo, sino su Palabra.
2ª Corintios 4:8
que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
Nunca derrotados. Cambiamos nuestras vidas al cambiar nuestra actitud.
             
Así que ante la próxima situación difícil no olvidemos que ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.  37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:35-39)
  Dios dice que nosotros, Ud. y yo, somos más que vencedores, super-conquistadores, invencibles, de manera que Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?(Romanos 8:31)
Esa es la verdad, así que cambiemos nuestras vidas al cambiar nuestra actitud,
Esa es la voluntad de Dios y ese nuestro mensaje a todo aquel que quiera escuchar; esa es nuestra labor, ese nuestro ministerio y esa nuestra vida más abundante.

Nota del Autor

Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[i] a menos que se especifique algo en contrario.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: phobos). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos se puede utilizar la palabra raíz como cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la familia de palabras.

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas información disponible para consulta en dicha fuente.

Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.

Esta enseñanza somete a consideración del lector el tema que trata. Es mas bien en algunos casos un punto de partida que propone, orienta y -desde ya- concluye con lo que el autor ha estudiado y debido a eso presentado de las Escrituras. No obstante, la Palabra de Dios es simplemente inagotable. El único que no necesita revisión es Dios mismo y Su Palabra según fue originalmente inspirada. Pero nuestro conocimiento y entendimiento de las distintas maravillas presentadas en la Palabra de Dios siempre pueden ser sometidas al escrutinio del estudiante. Entonces, el presente trabajo es presentado al estudiante Bíblico como una ayuda, una fuente mas de consulta, de referencia y de estudio de la Palabra de Dios. La obra está lejos de pretender ser la única ni mucho menos la más sobresaliente obra de este tipo que exista. Ella no posee eminencia sobre ninguna otra ni es autoridad última sobre el tema. La autoría de la Palabra de Dios es la exclusividad del Padre Celestial y como tal es la fuente de conocimiento y autoridad única.


SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA


lunes, 16 de mayo de 2011

Para que tengan vida y vida en abundancia: 1ª Parte



La Vida Abundante, Hoy
Dijo el Señor Jesucristo en Juan 10:10: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir, yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”

La vida abundante está disponible hoy en día y para todo creyente que crea en esas palabras dichas por el propio señor Jesucristo. Si Dios es verdad, su hijo Jesucristo es verdad, por tanto la Palabra de Dios es verdad.  Ahora quiero reflexionar con ustedes lo siguiente; estoy plenamente convencido que este versículo de Juan 10:10, "debe transformar nuestras vidas de manera literal y radicalmente" . El autor del libro traducido al español Poder Para La Vida Abundante escrito por el doctor Víctor Paul Wierwille, dice: "mi esposa y yo comenzamos en el Ministerio Cristiano afanándonos con las cosas de Dios", esa palabra afanándonos en el original es: plodding ahead  y quiere decir trabajando con ahínco, esforzándonos; de repente la traducción afanándonos nos da una idea así como de angustia, pero no, no es eso, es trabajando con ahínco con las cosas de Dios. Seguimos leyendo "pero, de un modo u otro, nosotros carecíamos de una vida abundante, entonces, en una cierta ocasión fui especialmente alertado cuando leí en la Palabra de Dios que Jesucristo dijo que él había venido para darnos vida abundante” y dice el doctor, “fui sorprendido sobremanera por este conocimiento". 

Esta experiencia vivida y experimentada por este autor me llamó la atención   tremendamente al decir que un hombre que había andado muchos años en el camino de la investigación bíblica y que para el momento de  re-encontrarse con este versículo, había leído la Biblia quizá más de cien veces, súbitamente se halla con este versículo y dice que cambió literalmente su vida y que había sido sorprendido sobremanera por este nuevo conocimiento. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué fue lo que él vio que antes no había visto? Ya lo había leído muchas veces, y sin embargo repentinamente comprende algo que hizo de Juan 10:10 "la escritura fundamental de este libro". ¿Qué fue lo que el doctor descubrió en Juan 10:10? Ese versículo ha estado allí, cerca de dos mil años y él prácticamente lo había leído durante toda su vida de creyente cristiano; sin embargo, vio ese versículo y percibió algo que hasta ese momento le estuvo oculto o más bien incomprendido.  ¿Que fue lo que percibió el doctor Wierwille en Juan 10:10?.

Como hemos aprendido, Juan 10:10 compara en una forma realmente maravillosa, grandiosa, y quizá por primera vez en un solo versículo la bondad de Dios contra la maldad del diablo, Ud. dirá, bueno, pero eso lo sabe todo el mundo; pues no, eso lo lee todo el mundo, pero muy pocos lo comprenden, claro, el autor también lo había leído muchas veces y sabía lo que decía, pero en ese momento pudo realmente comprenderlo mejor, y lo entendió en forma tal, que en base a ese versículo levantó una Iglesia, levantó un Ministerio a nivel mundial y todo gracias a que él entendió en ese momento el divino significado de ese versículo.

Mi experiencia personal dentro del ministerio pastoral veía que dentro de las comunidades donde trabajaba, incluyendo líderes y ministros observaba con frecuencia, que la vida abundante no era evidente, inclusive en la mia. Y eso que  significa ?. Eso quiere decir que estos ministros estaban siendo hurtados, matados y destruidos; ellos no tenían una vida abundante, porque donde no hay vida abundante está la parte "a" de Juan 10:10 que dice: "El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir"; y yo veía que era esto lo que estaba sucediendo, no entre los que rechazan a Dios, sino en el mundo llamado cristiano. Y la realidad es que esto ocurre en la Iglesia Cristiana, que se supone que debe ser el lugar donde la vida abundante debe manifestarse, y es precisamente donde menos se evidencia. Si ese versículo ha estado allí durante dos mil años y las iglesias de hoy lo leen ¿Qué pasa que los cristianos no manifiestan por lo menos vida? esta pregunta debe llamarnos la atención, porque tengo la convicción de que los cristianos deben manifestar una vida más que abundante.

Hoy en día muchas personas leen este versículo y lo siguen leyendo pero pocos lo entienden, y menos lo creen ¿Cuál es el problema? Sí, lo leemos, pero lo tomamos como una lectura habitual y sin trascendencia, y sin embargo, fíjense en el impacto que causó este versículo en la vida de un hombre que levantó un Ministerio a nivel mundial en base a ese sólo versículo bien entendido. Ahora, debemos preguntarnos:¿Hemos entendido nosotros realmente Juan 10:10? ¿Llegaremos alguna vez nosotros a entender la plenitud de ese versículo?  Sino estamos viendo una vida más abundante, lamentablemente aun no lo hemos entendido, aun no lo hemos creído.

Mateo capítulo 13, en el Versículo 58, nos cuenta de Jesucristo cuando fue a la tierra donde él se crió, Nazareth. Dice en el versículo 58 "que no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.” El unigénito de Dios, que vino a deshacer las obras de satanás; Jesús el Ungido Hijo de Dios, con el poder de Dios, no logró, no pudo hacer allí muchos milagros, y ¿quién se lo impidió? pues, la incredulidad de ellos. La incredulidad de las personas que le conocían, sus vecinos de toda la vida, simplemente no creían en él. 

Y ¿En el caso nuestro? pues nosotros conocemos la ley de la creencia, sabemos que creer es igual a recibir, sabemos que si creemos en las promesas de Dios las recibiremos y sin embargo, todavía tenemos problemas para manifestar esa vida en abundancia. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué anda mal con nosotros? ¿Qué está sucediendo?
La base de todo está allí precisamente, en la creencia. Lo que sucede es que, de una forma u otra, influidos por ese pasado religioso que todos arrastramos de las iglesias de la que venimos, no importa cuál, seguimos pensando, consciente o inconscientemente que todo lo que nos ocurre, bueno o malo, es de una u otra forma, la voluntad de Dios. La inmensa mayoría del mundo cristiano hoy piensa que lo que les sucede ocurre porque es la voluntad de Dios; y desde los altares nos repiten: “Dios da y Dios quita, Alabado sea Dios; Hermano, lo que le sucede es la volunta de Dios y usted se tiene que resignar.” Nosotros internamente seguimos pensando que aún las cosas malas que nos suceden tiene algo que ver con Dios o que Dios tiene algo que ver con ellas y nada puede estar más lejos de la verdad. A veces pensamos que Dios nos manda ciertas “pruebas” que no nos bendicen y no es raro ese pensamiento de “Dios, porqué me pasa esto”. Como si Dios tuviera algo que ver con ello. 

Bien, esa es la forma del viejo cristianismo que nosotros no deberíamos manifestar; es esa forma religiosa de pensar la que nos dice que las cosas que no son buenas vienen de Dios; sin embargo podemos notar que en la parte "a" de ese versículo quien viene para hurtar y matar y destruir es el ladrón, Satanás, y que Jesucristo vino para que tengamos vida, porque esa es la voluntad de Dios; de manera que las cosas malas no pueden venir de Dios, no tenemos porque aceptarlas y mucho menos resignarnos.

Estoy convencido que Dios trae sólo bendiciones, y esta afirmación parece tomar mucho crecimiento espiritual antes de que la gente llegue a aceptar el hecho de que Dios es bueno siempre. Parece que no es tan sencillo como pensar "Bueno si, yo ya me hice cristiano y ahora entiendo que Dios es bueno siempre; perfecto lo entendí, no hay problema". Pues no,  la verdad es que en la práctica si toma mucho crecimiento espiritual para llegar al punto en que un cristiano o, una persona renacida, entienda y acepte que Dios es bueno siempre. Eso es lo que afecta nuestra creencia. A veces pensamos que las cosas malas, las desgracias y el caos pueden venir de Dios; pero Dios es bueno siempre. Lo dice toda la Biblia: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él y cuando dice ningunas es ningunas, ni un lunar de sombras hay en Él.
 

Lo que sucede con el cristiano hoy en día (incluido muchos de nosotros, pues nos pasa más veces de las que quisiéramos) sigue pensando que, las cosas malas, Dios por lo menos las permite, Dios tiene algo que ver, y por ello nos tenemos que resignar.

Veamos el significado de resignarse: El diccionario de la lengua dice, "Resignarse.- Someterse a la voluntad de otro" Ahora bien, ¿a la voluntad de quién se supone que debemos estar sometidos nosotros? Como cristianos, como hijos del Padre, deberíamos estar sometidos a la voluntad de Dios. Y la Biblia, en Romanos12:2, nos habla de “
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Dice que es buena, es agradable y es perfecta. Entonces es agradable someterse a ella; no hay nada que sufrir. Entonces, todo lo que yo estoy manifestando en mi vida debería estar impregnado de esa voluntad de Dios, que siempre es buena, que siempre es agradable, que siempre es perfecta, y que nunca, jamás es mala para nada. Pura Vida Abundante. Esa es la Voluntad de Dios. Me “resigno” con entusiasmo “como el que halla un tesoro”.
De “resignarse”, también dice "Conformidad ante las adversidades". Yo no sé si hay una palabra más usada en el mundo cristiano que eso de Resignación. La palabra no habla de resignarse en ninguna parte, sin embargo, ¿cuánto se usa comúnmente hoy en la iglesia cristiana del mundo? si, se sigue usando “-hermano, resígnese, acepte la voluntad de Dios”, yo, como hijo de Dios, estoy, no solo dispuesto a aceptar la voluntad de Dios, más que eso: estoy deseoso de recibir la voluntad de Dios todos los días; porque la Biblia dice que la voluntad de Dios es buena, es agradable y es perfecta; así que es maravilloso someterse a ella. Sin embargo no me someto, ni quiero someterme a ninguna otra voluntad que no tenga esas características de constante y eterna bondad y perfección. Nunca me someteré. Más bien, me resistiré; porque la Palabra de Dios lejos de decir resignarse, dice resistirse, y eso deberíamos hacer nosotros resistirnos, que es lo opuesto de resignarse, la Palabra dice: “
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7) resistid al adversario, resistidlo, y él huirá de nosotros; pero esto nosotros debemos creerlo y no debemos resignarnos al diablo y sus maldiciones, antes debemos resistirlo y correrá despavorido ante la presencia de un hijo de Dios sometido a la voluntad del Padre y solo a la de Él.

Por todo esto vamos a tener que entender  Juan 10:10, vamos a tener que volver a Juan 10:10; hay que trabajarlo, y re-leerlo, y volver  a  trabajarlos, hasta que entendamos y nos convenzamos en nuestras mentes que las cosas buenas viene de, y sólo de Dios, porque entonces, en ese momento las vamos  a recibir, no antes.
Dice Deuteronomio Capítulo 10, Versículo 12: "Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; 13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?...”
 Ahora yo pregunto: ¿dice que te vaya regular, o dice para que los problemas te venzan, o te resignes ante ellos? No, dice para que tengas  prosperidad,  esa es una promesa de Dios. 

Pero dirá el cristiano “-Bueno, es que yo hago las cosas como Dios dice y no tengo prosperidad” Entonces, que está diciendo ¿que Dios miente? Adórnelo si quiere pero eso está diciendo. Y ¿No será más bien que yo no he creído sus promesas? Pues eso, precisamente, eso es. No podemos cuestionar la Palabra de Dios y decir que estamos creyendo, si yo estoy creyendo lo que Dios dice, lo debo estar recibiendo, pues esa es la promesa, entonces hay que edificar creencia en nuestras mentes, pues la Palabra ha sido siempre la Verdad, sigue siendo verdad, y siempre lo será aunque nadie la crea, aunque nadie la vea, aunque nadie la manifieste. La Palabra de Dios es verdad. La Palabra de Dios ES.
En el mismo libro de Deuteronomio, en el capítulo 29, hay grandiosas, hermosas promesas de Dios, pero hay que creer para poder recibirlas. Esa es la ley. ¿Cuál ley? la más grande en la Palabra de Dios: la ley de la creencia. Creer es igual a recibir. Pues ¿Quién puede recibir algo si antes no lo cree? Nadie. O acaso ¿puede usted ir a la oficina de correos a retirar un regalo que le enviaron si antes no cree que se lo enviaron? No es ni siquiera sencillo de entender, es simple.
Deuteronomio, 29:9 dice:  "Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis". 
Pero, entonces, ¿Qué es lo que pasa conmigo? ¿Qué está fallando? Pues algo debe de estar fallando. Y si creemos que Dios no falla, si las leyes de Dios no fallan, si las leyes de Dios se cumplen, debería estar recibiendo lo que Dios dice. Debo recibir, si estoy creyendo. Pero hay otra cosa que le impide al cristiano de hoy en día creer, que le impide recibir de Dios y es que piensa, que a lo mejor (o a lo peor) hay alguna cosa que Dios quiere que nosotros padezcamos, alguna prueba puesta por Dios que nos exige sufrir un poco. ¿No han oído eso? “Hay que sufrir para perfeccionarnos” y toda esa basura, ¿Dónde dice eso, que un padre hace que su hijo sufra para que sea mejor hijo? ¿qué padre quiere ver a su hijo sufriendo? ¿qué padre quiere ver a su hijo diciendo –“pero papá ¿por qué me haces esto?” cuando usted castiga a su hijo, que es correcto que lo corrija, como dice la Palabra,  usted le dice –“te estoy castigando, te estoy corrigiendo por esta razón” y le explica, porque Ud. quiere que aprenda y corrija; sin embargo, los cristianos de hoy, sufren y no saben por qué están sufriendo y le echan la culpa a Dios; y Dios es quien siempre recibe las culpas de nuestra incredulidad, y eso ocurre porque hemos sido religiosamente enseñados que las cosas malas pueden venir de Dios,  lo cual hace del diablo un tremendo desocupado y desempleado porque si Dios hace las cosas buenas y Dios hace las cosas malas, ¿qué hace el diablo?... La Palabra nos advierte que no debemos ignorar sus maquinaciones: sus trampas, sus trucos.
 
Entonces ¿Qué es lo que nos ha impedido, recibir más de Dios? Simplemente que no hemos entendido que la voluntad de Dios es que seamos prosperados  en todas las cosas y  que Dios es bueno siempre y que de Dios no debemos esperar, ni pensar, ni vamos a recibir un ápice de cosas malas? Ese es el gran éxito del diablo, hacerle pensar a la gente que las cosas malas vienen de Dios y “hay que aceptarlas, porque ¿quién se puede oponer a la voluntad de Dios? Nadie”. Y por eso el creyente incrédulo las acepta con resignación, y eso es del diablo, es diabólico.
Nosotros reclamamos nuestros derechos filiales pues esa era la idea de Dios cuando hizo los Cielos y la Tierra, tener hijos, tener  una familia, y que esa familia disfrutara una vida más abundante; acaso ¿no es eso lo que quiere un buen padre de familia? ¿no es eso de lo que se siente orgulloso un padre? Un padre se complace en decir algo así como:-“mis hijos, todos están bien, todos están casados, todos estudiaron, todos trabajan, todos son prosperados” O ¿No se siente complacido un padre cuando sus hijos prosperan? Ustedes, que son padres, díganlo. Ustedes no son mejores que Dios, yo no soy mejor que Dios, y esa es mi voluntad para mis hijos. Bueno, esa misma, y aun más, es la voluntad de Dios para nosotros: Él quiere que prosperemos en todo, así que mejor creamos eso y no aceptemos nada malo, porque lo malo no viene de Dios, nunca.
 

En mis momentos de consejería pastoral  observo lo siguiente:  "...las personas piensan que tienen que luchar para llegar a ser buenas para que Dios las pueda bendecir".  Repito, "las personas piensan que tienen que luchar para llegar a ser buenas para que Dios las pueda bendecir". Pero yo le aseguro que Dios nunca los bendecirá debido a lo bueno que usted sea sino más bien a causa de la creencia que usted tenga". ¿Qué tal? Pues así es: Dios nunca lo va a bendecir a usted porque usted sea San Francisco de Asís, y no peque. ¡No pecar está muy bien! Pero para recibir de Dios necesariamente hay que creer, porque Dios lo va a bendecir a usted, no por lo bien que usted se porte, no por lo bueno que usted sea, sino por la creencia  que usted tenga. No debería sorprendernos. Jesucristo dijo momentos antes de resucitar a Lázaro: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces si no creemos, aunque nos portemos bien, no veremos la gloria de Dios. Ahora bien, lea con cuidado: ¿acaso estoy diciendo yo que hacer las cosas bien está mal, que hacer buenas obras está mal? No!, para nada, no estoy diciendo eso. Pero de la misma forma que las buenas obras no ganan salvación, tampoco sustituyen a la ley de la creencia, la más grande de la creación. Las buenas obras no nos hicieron salvos y no nos hacen recibir nada de Dios, porque todo lo que usted recibe de Dios, es por creencia. Entonces dirá Ud. ¿alguien que sea malo también puede recibir...? ¡Claro! porque esa, es la ley, la ley de la creencia, la más grande de la creación. ¿Por qué prosperan los incrédulos? Porque aplican la ley, que no fue hecha para ellos, pero la usan, claro limitadamente pues no tienen acceso a todo lo que nosotros como hijos tenemos, pero la aplican.
 
Claro que hay que ser bueno pero eso no basta, hay que creer las promesas de Dios, y entonces las vamos a recibir. Y para recibir cualquier cosa de Dios, debemos saber primero qué está disponible, cómo recibirlo, ¿ y cuál es el cómo de recibir...? Creer; es creer.  Y por supuesto, el diablo no quiere que nosotros sepamos estas cosas. Como dijimos la salvación no se gana por obras, tampoco las bendiciones se reciben por obra si no por creencia. ¿No somos salvos por creer Romanos 10:9? Sin creencia no hubiésemos podido recibir salvación. Sin creencia no podemos recibir absolutamente nada de Dios. Usted, puede discutir todo lo que quiera con Dios y pensar que Dios tuvo que haber hecho las leyes del Universo y de la vida de otra forma, a nuestra manera, pero eso no va a cambiar a Dios.  Usted va a tener que cambiar; yo voy a tener que cambiar; porque si Dios tuviera que complacer la voluntad de cada uno de nosotros ¿qué Dios sería ese? ¿que palabra de Dios sería esa? Una es la ley, y nosotros debemos cambiar nuestras mentes y aceptar la ley de la creencia y someternos a ella pues establecida es por Dios.

Entonces, estemos claros: Dios nos va a bendecir por la creencia que tengamos. Esa es una idea religiosa que yo me porto bien, y todo me va bien. Eso solo no basta; sino que además yo creo, y todo me va bien porque Dios hace llover sobre justos e injustos y el sol sale para justos e injustos. ¿No es así? Eso es amor. Si yo fuera Dios los malos no recibieran nada. Pero Dios no es así. Gracias a Dios... Porque Dios tiene sus leyes. No es justo según los hombres, pero es justo según la ley de Dios. Así es como Dios lo ve y lo establece. Por otro lado si solo los buenos fueran los que reciben de Dios, ¿Para quién es el arrepentimiento?¿Para los que nunca pecan? Como dijo Jesucristo en Marcos 2:17 “
Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” Y todos, tanto justos como pecadores, deben creer. Esa es la ley, pues entonces “verán la gloria de Dios”.

Hebreos, Capítulo 11- Versículo 6.- Dice, "Pero sin fe, sin creencia, es imposible agradar a Dios". ¿Cómo vamos a agradar a Dios? Con creencia; no hay otra forma de agradar a Dios. Dice, "
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. O es que acaso Ud. se agrada de los que no confían en Ud. y los acosa para bendecirlos? No, antes deben creer. Así que si usted no tiene creencia, usted no va a agradar a Dios no va a recibir de Dios, y punto.

Vamos a ver un ejemplo de esto en el libro de Job. En el libro de Job tenemos tan claramente magnificada y ejemplificada la bondad de Dios contra la maldad del diablo, y precisamente, eso es lo primero que Dios quiere que sepamos, que Él es bueno, y que de Él podemos esperar todo lo bueno, que el diablo es malo, que de él no podemos esperar nada bueno; y si Job es la primera revelación, debe ser porque Dios quiere que sepamos eso, ante todo. No que lo ignoremos.
 
Vamos a ver la historia de un buen hombre. Leamos Job: Capítulo 1, Versículo 1: “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.” ¿Puede usted ser mejor que Job? Muy difícilmente. Este era un hombre perfecto y recto, sin tachas, impecable, apartado del mal, recto, y eso es lo primero que Dios quiere que sepamos: que Dios era un hombre intachable. Sin embargo, usted ve la historia de Job, y ve que en un solo día, en solo unas pocas horas, pierde a sus diez hijos, pierde toda su hacienda, y sólo le queda la vida, porque hasta la salud la pierde. Y nos preguntaremos: ¿cómo le puede pasar esto a un buen hombre? ¿Cómo es posible que Dios permita que le pase esto a un buen hombre? Cuántas veces no escuchamos esta frase ante algo similar: “¿Cómo Dios pudo permitirlo?”

En Job Capítulo 3, Versículo 25, tenemos la respuesta. ¿Era Job un buen hombre? ¡claro que lo era, difícilmente hubiera podido ser mejor, era tan perfecto como se puede ser! Pero veamos ahora la causa de por qué le sucedió todo eso a un hombre recto: Job 3-25 dice: "Porque el temor que me espantaba me ha venido y me ha acontecido lo que yo temía” Job confiesa que le vino lo que temió, ahora bien ¿Era bueno que Job fuera un hombre recto y perfecto y temeroso de Dios, respetuoso de Dios? ¡Claro que era bueno! Pero qué pasó con Job, tuvo miedo, y entonces, el diablo le hizo daño. Porque fue satanás quien lo hirió de toda forma posible sin tocar su vida; si usted lee el libro de Job verá que fue satanás quien lo dañó en esa forma terrible, no Dios. Entonces  está muy bien que seamos rectos y perfectos delante de Dios pero sin miedos, con la creencia imperturbable de que Dios es bueno siempre. Pero Job tenía un gran miedo. Si leemos Job 1-5; veremos que: "Acontecía que habiendo pasado en turno los días de convite, Job enviaba y los  santificaba"; -esto a sus hijos-, "y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos" -de sus hijos- "Porque decía Job: quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra  Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días". Job tenía miedo de que sus hijos estuvieran blasfemando contra Dios. Y Job recibió el fruto de su miedo, de su creencia, porque es una ley: recibes lo que crees. Y Dios tendría que haber cambiado todas sus leyes, para que esto no sucediera y no lo hizo. No lo hizo por Job que era un hombre recto y perfecto; y ¿lo va a hacer por mí? No. Yo tengo que cambiar. Y debo creer que Dios es bueno, siempre. Y que Dios me va a bendecir porque yo creo en Él. Y creo en la prosperidad que Él me va a dar. Y no dudo, y no tengo miedo. El diablo le dice a Dios acerca de Job: “tú lo cercaste, pusiste una cerca alrededor de él y todo lo que él hace prospera,” y era verdad. Pero una vez que Job tuvo miedo esa cerca empezó a derrumbarse y el diablo pudo meter sus sucias pezuñas por ahí, y pudo hacerle daño como le hizo. ¿Si lo ven como tenemos que cuidar nuestro pensamientos, nuestras creencias, y aun nuestras palabras? porque el diablo, como dice la Palabra, anda como león rugiente alrededor de esa cerca buscando a quien devorar  y ruge para que nosotros tengamos miedo y para que por nuestro miedo se abran huecos en esa cerca, en esa muralla que tenemos alrededor y entonces nos puede hacer daño.

Éste es un ejemplo de cómo Job, un buen hombre, dejó de creer y tuvo consecuencias. Entonces, ¿puede pasar lo malo a la gente buena? Claro, por supuesto que sí. Ya lo vimos ¿Por qué? Por su creencia, o más bien por su incredulidad; y Dios no puede hacer nada para evitarlo, Dios permite eso, tiene que permitirlo porque Dios no puede quebrantar sus propias leyes, que Él estableció para nuestro beneficio. O es que acaso un legislador de la república ¿no debe cumplir las leyes de la republica que el mismo ha hecho?

Ahora reflexionemos un poco sobre la pregunta que la gente se hace: ¿Por qué Dios lo permite? Le contestaré con otra pregunta: Supónganse que yo no amo a Dios. ¿Por qué Dios lo permite? ¿Por qué Dios debería permitir que yo no lo amara? Es más: hay gente que aborrece a Dios, que levanta su voz y blasfema contra Dios. ¿Por qué Dios lo permite? Porque la gente tiene libre albedrío, tiene la libertad de amar o no amar a Dios y Él quiere que yo lo ame por la libertad que tengo de hacerlo y no porque Él me obliga a amarlo, porque eso no sería amor. Dios nos dice cuál es su Palabra, pero no nos obliga a hacerla. Porque ¿cuál sería el amor? Dios tiene que permitir que yo decida amarlo o no, Dios no puede hacer nada para obligarme a amarlo, esa es la permisión de Dios, la permisividad de Dios: que Él no puede hacer nada en contra de mi voluntad.  Porque es mi creencia lo que determina lo que voy a recibir, no Dios. Esa es la ley. ¿No me cree? Lea la Biblia.

Ahora bien, Si yo digo que estoy creyendo y no estoy recibiendo, si yo digo que esto es mentira, entonces todo es mentira, Dios miente y mejor nos olvidarnos de todo, hagamos como los epicúreos: comamos y bebamos que mañana moriremos. Pero no es mentira, y yo debo buscar el error en mí no en Dios. Dios es perfecto, Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en Él.
 
Lo otro que ocurre es que la conciencia de algún pecado pasado, o que no nos sentimos lo suficientemente buenos como para merecer las bendiciones de Dios, nos impide recibir. (Más religión). Pero si Jesucristo me limpió del pecado y yo lo creo, ¿cómo puedo seguir viviendo condenado, sintiéndome culpable por pecados que ya no existen, pues Cristo los limpió cuando renací. Y ¿los que he cometido después de haber renacido? dice 1ª. de Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” entonces, le confieso al Padre mi comunión rota y enseguida vuelvo a estar en comunión con Él, restablezco la comunión con mi Padre. Entonces tampoco esa es una excusa para no recibir el fruto de la obra de Jesucristo, para lo que él vino, para que yo tenga una vida más abundante. No hay ningún pecado pasado por el cual yo tenga que pagar, Jesucristo pagó por todos, ya yo estoy limpio, me puedo presentar delante Dios sin ninguna conciencia de culpa, pecado, mancha, condenación, y creer para recibir sus bendiciones, sintiéndome digno de ellas.

En Marcos, Capítulo 9. Versículo 23, leemos; "Jesús le dijo: si puedes qué creer, al que cree todo le es posible". Qué más queremos. Si entendemos eso, al que cree todo le es posible y si todas las cosas que yo necesito están disponibles, entonces todas son posibles de recibir, si YO soy capaz de creer. Porque si puedes creer, al que cree todo le es posible. ¿Recuerdan la historia de Naaman el sirio?, Está en segunda de Reyes capítulo 5 empezando el relato en el versículo 1; y dice que Naaman era un general sirio muy valeroso pero leproso. Y Naaman fue al hombre de Dios para que éste lo sanara, lo limpiara de la lepra. Y el hombre de Dios le dijo, es más, le mando a decir,  ni siquiera le dijo personalmente, anda al Jordán y te zambulles siete veces y serás limpio. Y Naaman, creyó, aunque no a la primera pero finalmente creyó, y fue limpio de su lepra. Y Naaman e
ra sirio, no hebreo, pero CREYÓ y recibió.

Pienso que entonces podemos entender en Juan 10:10, entendemos por qué ese versículo puede cambiar su vida, puede cambiar la vida de un hombre de Dios, no la de un impío, no la vida de un hombre que nunca había leído la Palabra sino de aquellos que creen en la Palabra de Dios. Por lo tanto, de una vez y para siempre, debemos tener toda certeza que de Dios viene todo lo bueno, y que quien hurta, mata y destruye es satanás, es el ladrón, el diablo. Y en base a ese único versículo estableció todo su ministerio, todos sus libros; esa fue la Palabra que Dios le enseñó como nunca antes le había sido enseñada. Si lo creemos o no, es problema de cada uno de nosotros; pero es mejor que lo creamos pues estamos a un pensamiento de la vida más abundante.

Muchas veces yo pienso, bueno, yo quizá podría pertenecer a otra Iglesia, y he ido a otra Iglesia, me han invitado, y yo he ido, pero no encuentro Juan 10:10 en ninguna otra Iglesia. Y veo programas de televisión y no encuentro a Juan 10:10, y escucho programas de radio y no veo a Juan 10:10, y hablo con cristianos de otras Iglesias y no veo a Juan 10:10. ¿Saben qué es lo que veo? Duda, preguntas, ¿por qué Dios permitió tal cosa?; y veo tragedias y veo preguntas sin respuestas, o a lo sumo, la respuesta que pueden tener es un no sé y una resignación. Yo no podría pertenecer a otra Iglesia. ¿Podría Ud.? Alguien me dijo alguna vez: “yo estoy en otra Iglesia que igual que ustedes leen la Biblia”. Bien, ¿Y? Con la Biblia hasta hacen magia los brujos, con la Biblia se han hecho y aun hacen cantidad de barbaridades. Leer la Biblia, cualquiera puede hacerlo; eso, no quiere decir nada; creerle a Dios y agradarle, eso es el todo del hombre; ¿Cuál es la diferencia de nuestra Iglesia con cualquier otra Iglesia? JUAN 10:10, pues creemos fundamentalmente QUE DIOS ES BUENO SIEMPRE; esa fue la diferencia que hizo que vários estudiosos de la bíblia buscara y trabajara la Palabra de Dios para encontrar esa vida abundante que Juan 10:10 prometía. Y esa es la diferencia. Por eso, debemos insistir en la vida abundante; y enseñar Juan 10:10. Les digo a ustedes coordinadores de Iglesia, nosotros coordinadores de Iglesia, nosotros creyentes, personas que hablamos Su Palabra, debemos decirle a nuestros vecinos “–oye, Dios tiene vida abundante para ti”.  Y esa es la verdad, y debemos enseñarle que si lo creen, todo les es posible. Eso debemos hacer.

Salmo 34. En el versículo 4 dice: "busqué a Jehová y Él me oyó y me libró de todos mis temores. ¿Dice mis problemas? No, dice mis temores; Dios me libró con su Palabra de toda mi creencia negativa, ¿y qué pasó con los problemas? Se resolvieron solos. Dios ni siquiera tuvo que tocarlos porque es una ley. Cuando yo creo positivamente ya los problemas desaparecen, se solucionan. ¿Por qué no dice ahí que Dios me libró de mis problemas? porque lo que causa mis problemas y de mi derrota es mi creencia negativa, mis temores, mis miedos, igual que vimos con Job. El diablo no puede, ni necesita, tocarnos; con hacernos creer negativos, nos hará recibir negativos, porque es una Ley. El miedo es  aceite en el piso del creyente, y el diablo, extiende su aceite de creencia negativa . ¿Tiene que tumbarnos? ¿Tiene que empujarnos? No, lo que tiene que hacer es hacernos caminar sobre ese aceite... y ahí vamos.... Así es cómo funciona. El miedo es aceite donde nosotros pisamos. El miedo es arena en la maquinaria de la vida, él nos derrota, nos deja vulnerables y perdedores.

La creencia está en el corazón, con el corazón que se cree dice Romanos 10:10. Y  sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida, dice Proverbios 4:23 y la vida es vida en abundancia,  la vida está allí, pues, en nuestra creencia.

La vida más abundante encaja con toda la Palabra de Dios. Ustedes
verán a Juan 10:10 en formas diferentes en toda la Palabra de Dios. Aunque en ese versículo lo tenemos todo  condensado y declarado por el Señor Jesucristo.

Esfesios 1:19. Dice "
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos” no dice dudamos, dice los que creemos, pues allí, y entonces, se manifiesta el Poder de Dios y de Su Fuerza, según nuestra creencia. Allí es donde se manifiesta el Poder maravilloso de Dios. ¿No te han dicho que si creyeres verás la Gloria de Dios? Esto es el poder de Dios manifestado.

Leamos Marcos Cap.5 vers. 35: “
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.” La niña del principal de la sinagoga, luego de su agonía, acababa de morir, estaba muerta, sin vida. Sin embargo, Jesús le dijo: "No tengas miedo, cree solamente". No importa lo que veamos, si la Palabra de Dios nos dice cree, entonces creemos, no importa lo absurdo que pueda parecer (como en el caso de una niña muerta que, según la ciencia del hombre ¿qué más se puede hacer? Pero Dios hace caminos en donde no los hay, para Dios no hay nada imposible) Y por la creencia de ese padre, gracias a que él no tuvo miedo sino que creyó lo que Jesús le decía, esa niña le fue devuelta de entre los muertos. Vemos entonces, El Poder de la Creencia (así con mayúsculas), vemos lo que la creencia puede hacer; si solamente somos capaces, si tan solo nos atrevemos a creer, veremos maravillas como ésta ocurrir delante de nuestros ojos. ¿Quién dice que estas maravillas eran para hace dos mil años? bueno, algunos cristianos sinceros, pero sinceramente equivocados. El poder de Dios no cambia, el poder de Dios no se disminuye con los años, no envejece hasta desaparecer, son los hombres, con su incredulidad, los que limitan al Omnipotente, que no puede hacer nada por aquellos que no confían el Él, que no se agrada con nuestra incredulidad, y que, muy a pesar suyo, porque nos ama, no puede hacer nada en contra de nuestra creencia. Pues bien, esas maravillas son para hoy, en este mismo día y momento, si yo soy capaz de creer.


Mateo 21:22 dice: "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis" Dice creyendo, no dice dudando, ni cuestionando, ni fabricándonos excusas para racionalizar nuestra incredulidad. Dice creyendo. Pero a veces pensamos que la sola oración es sustituto de la creencia. No es así, la oración nunca sustituye a la creencia y tampoco puede. Si, es importante, vital, imprescindible, orarle al Padre, pero con una oración creyente. Hay quien dice: “Lo más importante es orar”, pero no es lo único que La Palabra de Dios dice. Se requiere oración creyente. Las cosas no suceden si yo oro sin creencia...”pues todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”

En Lucas Capítulo 17 verso 5 los discípulos le piden
al Señor “Auméntanos la fe. 6Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.”...  Ellos le piden: “auméntanos la creencia”... y fíjense lo que les responde Jesucristo: si tuvieseis fe como un grano de mostaza... ¿Saben de qué tamaño es un grano de mostaza? Muy pequeño, tendrá un milímetro de diámetro aproximadamente. Jesús lo que les estaba diciendo era “ustedes no tienen fe, ni siquiera del tamaño de un grano de mostaza, porque si la tuvieran, le dirían a este sicómoro, pásate de aquí para allá, y se pasaría”. En el mismo relato registrado en Mateo 17:20 Jesucristo agrega “y nada os será imposible” si tenemos fe, creencia, del tamaño de un grano de mostaza.
Ahora bien, yo quiero recibir de Dios sus maravillosas promesas y quiero creer ¿cómo hago para tener creencia? Pues bien: voy a la Palabra de Dios, leo la Palabra de Dios, estudio la Palabra de Dios, y la creo, porque en qué otro sitio tengo yo referencia de los hombres que creyeron. ¿En el periódico? ¿En el noticiero? ¿en la última página del periódico local, la de sucesos? La última página del periódico es buena para los que quieran ejemplo de los que no creyeron; ahí se abunda en casos de incredulidad o creencia negativa, miedo y los consecuentes dramas y tragedias. El único sitio que edifica creencia en mí es La Palabra De Dios.

Uds. han leído Hebreos 11, el Hall de la fama de los Creyentes, todo lo que pudieron hacer aquellos hombres y mujeres que le creyeron a Dios. El único sitio donde voy a edificar creencia es en la Palabra de Dios, en la lectura diaria, en el estudio, y todos sabemos que simple lectura no es estudio, el estudio requiere tiempo, disciplina y constancia. Si no es así nos sorprenderán diciendo, como hacen muchos que dicen leerla, que hay un versículo que... "yo lo leí una vez que dice... cómo es que dice... espérate... espérate...eso:  Dios dice ayúdate que yo te ayudaré" y Dios nunca ha dicho eso, eso no está en la Biblia. ¿Cuántas cosas se dicen que están en la Palabra de Dios y no están? Y sin embargo como bíblicas han sido enseñadas. A nosotros nadie nos va a  engañar si tenemos la Palabra de Dios correctamente dividida, y la leemos y la estudiamos. Pero debemos ser diligentes. La palabra dice que en lo que requiere diligencia, no perezosos, y yo tengo que tener disciplina en mi vida y pasearme un poco por todo lo que hicieron esos grandes hombres que creyeron, ellos levantaron muertos, sanaron enfermos, dieron vista a los ciegos, etc. Yo tengo que meter mi cabeza un poco más en la Palabra de Dios y olvidarme un poco de las malas noticias del mundo porque esas no van a edificar creencia en mí, esas lo que van es a causar en mi es creencia negativa, derrota, ruina y muerte. Yo no digo que no lean el periódico, digo que si tienen que leerlo, sean sabios y ni siquiera pongan los ojos en lo que daña y envenena el alma. No nos interesa la obra del diablo. Y eso es lo que hacen los noticieros, con sus malas noticias: exaltan la obra del diablo, no la de Dios. Y en lugar de decir “¡Miren lo que hizo el diablo!” Es mejor comentar... “Oye, viste lo que hizo Eliseo, o lo que hizo Elías o lo que hizo Moisés o lo que hizo David...” Esas son las buenas nuevas, las que edifican mi creencia en la Palabra de Dios. Como la edificó en aquellos verdaderos super-heroes que se atrevieron a creer Su Palabra y hoy podemos, miles de años después, leer y saber de ellos y su creencia en el Padre.

Por último, nuestra prosperidad y salud dependen de cuan renovadas estén nuestras mentes a lo que dice la Palabra de Dios. Mi prosperidad y mi salud dependen de cuanto yo crea que Dios quiere que yo sea prosperado y que tenga salud. ¿Recuerdan  3ra. de Juan 2? Entonces Dios, es bueno y su bondad es para ser manifestada. Eso es maravilloso, pues de qué vale un Dios bueno pero “del servicio secreto”, para que nadie sepa que es bueno. No, Dios es Bueno y Él quiere que todo el mundo lo sepa, Él quiere que su bondad sea manifestada y proclamada. El Diablo nunca está satisfecho hasta reducir al hombre a la más completa ruina. La voluntad de Dios es siempre abundancia para su pueblo creyente. La voluntad de Dios es una abundancia de prosperidad y bendiciones ilimitadas para sus hijos”. Bien, entonces sí podemos decir con confianza y entusiasmo: Hágase la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios es una abundancia de prosperidad y bendiciones ilimitadas para sus hijos. Esa es la voluntad de Dios, eso es Juan 10:10, Jesucristo vino para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia.  Nosotros tenemos que creerlo; nosotros tenemos que reclamarlo; nosotros tenemos que enseñarlo. No son solo las buenas obras, (que están muy bien) pero es la creencia lo que nos permite recibir esas bendiciones de Dios. No hay ningún pecado por el cual yo tenga que pagar, Jesucristo pagó por todo. No hay ninguna excusa para que yo no manifieste una vida más abundante hoy.
Volvamos a Juan 10:10 en nuestras mentes y vivamos así una vida más que abundante.


SOLI DEO GLORIA

REV. RUBEN DARIO DAZA