miércoles, 28 de noviembre de 2018

LA ORACIÓN DE JABES 1 Cron 4:9-10



La Oración de Jabes 

A través de los tiempos los hombres sobre la tierra buscan la manera de cambiar sus vidas y alcanzar la bendición para los suyos, y muchas veces sin tener resultados. Pero en esta reflexión encontramos a un hombre llamado Jabes, personaje bíblico que encontró la manera de conquistar la bendición de Dios. Oró a Dios de una manera muy singular para obtener la bendición del cielo.
1 Cron 4:9-10... v. 9­­­___ Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. 10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Sus orígenes

¿Acaso Jabes es sólo una persona desconocida que por algún oscuro motivo aparece en los registros de las Crónicas? Sería erróneo pensar así, pues el Espíritu de Dios le dedica a este hombre dos importantes versículos, los cuales no sólo no han perdido su valor sino que además logran que nos interesemos en la lista de nombres que aparecen allí. ¿Quién fue Jabes? Es probable que haya sido un descendiente de los Ceneos que luego fue incorporado a la tribu de Judá (Jueces 1:16; 4:11; 1.º Samuel 1:6; 1.º Crónicas 2:55). Por lo tanto, inicialmente él no pertenecía al pueblo de Dios. Utilizando las palabras que Pablo escribió en Efesios 2:12, podemos decir que Jabes estaba alejado de la ciudadanía de Israel y ajeno a los pactos de la promesa. Efectivamente, sólo por la bondad de Dios, él recibió un lugar en dicha nación, y nada menos que en la tribu de Judá, que significa «alabanza». En este pasaje de 1.º Crónicas 4, hallamos la oración que Jabes eleva para alabar a su Dios, al nuevo Dios que había hallado. Como leemos en estos versículos, él invoca al Dios de Israel. Esto confirma el pensamiento de que como extranjero él se había unido a la nación de Dios y había hallado refugio en el Dios de Israel, tal como en tiempos anteriores lo habían hecho Rahab y Ruth. Jabes comprendió que estaría seguro bajo la protección de este Dios, el Dios vivo y verdadero, por lo cual se encomienda por completo a Él. La oración de este hombre es un testimonio de su gran fe.

Su nombre

La historia de Jabes comienza con dolor y tristeza. La palabra “dolor” es utilizada doce veces. Su madre le había dado el nombre de Jabes (= que causa dolor), debido a que ella lo había dado a luz con mucho sufrimiento (v. 9c). Jabes pide en oración ser librado del daño del mal (v. 10d). Aun cuando fue un hijo nacido del dolor, él fue prominente entre sus hermanos. Leemos que incluso fue más ilustre que sus hermanos(v. 9a). Jabes nos hace pensar en Benjamín, quien fue llamado por Raquel “hijo de mi aflicción”, pero a quien Jacob llamó “hijo de mi diestra” (Génesis 35:18). El sufrimiento y la aflicción son consecuencias del pecado del hombre (“con dolor darás a luz los hijos”, Génesis 3:16). Pero a estos sufrimientos les sigue la gloria: la gloria de Dios que se revela en toda la tierra, la gloria que a la diestra de Dios es ahora real para la fe. Esto fue real para Benjamín, como también lo fue para Jabes. Pero por sobre todo, es aplicable al Señor Jesús, y a nosotros, cristianos, también. Los sufrimientos de la cruz fueron seguidos por la exaltación de Cristo a la diestra de Dios en los cielos. Como creyentes, también somos llamados a participar de los sufrimientos de Cristo, y debido a que el Espíritu de gloria reposa sobre nosotros, sabemos que un día seremos glorificados juntamente con Cristo (1.ª Pedro 4:13,14).

La Oración

En la primera parte de este verso, dice la escritura que Jabes era más ilustre que sus hermanos. La biblia muestra una característica especial de Jabes. Y lo compara con sus restantes hermanos. Igualmente podemos ir comparándonos nosotros con nuestros hermanos en Cristo. Entre todos, dice que Jabes, nuestro hermano Jabes, era más ilustre que el resto de hermanos. 

Cuando investigamos la palabra ilustre, nos imaginamos que se trata de alguien grande a quien hay que brindarle honores, alguien digno de honra. Pero la palabra ilustre, viene de una persona que así mismo se ilustra, investiga, recopila, medita, de alguien que quiere conocer algo. 

Jabes era un hombre ilustre, más ilustre que todos sus hermanos. Porque Jabes buscaba el consejo de Dios, aprendía de Dios. Jabes se acercaba a Dios, Jabes meditaba en la palabra del Señor. Jabes no era un hombre pasivo, sino que era un hombre activo en el Señor. Un hombre que quería conocer los secretos de Dios, un hombre que quería alcanzar el éxito en el Señor. 

INVOCAR A DIOS 

Jabes reconocía que era un hombre débil, por lo tanto invocó al Dios de Israel. Jabes buscó la orientación de Dios. Jabes por revelación comprendió que tenía que pedirle a Dios algunas cosas de suma importancia. Muchas veces nosotros como creyentes llevamos una vida pasiva en el Señor, “Dios me llamó y voy a esperar que Dios haga en mi vida”, y allí utilizamos la palabra esperanza, y no la fe que es la que viene con obras, con acción.

Jabes no esperó que Dios lo usara, Jabes actuó en fe creyendo que Dios era poderoso para promoverlo a una posición superior. Jabes comprendió que tenía que depender de Dios. Y su dependencia a Dios era integral, porque muchas veces queremos depender de Dios en lo económico. 

Pero Jabes quería una dependencia absoluta en Dios. Y por esto Jabes invocó a Dios. La palabra invocar no solo significa orar. Hemos oído en el mundo la invocación de los muertos y sabemos que en esa invocación se pide que el muerto venga. 

Pero Jabes no invocó a un muerto, sino aquel que vive, Jabes invocó al Dios del cielo. Jabes quería que Dios estuviera allí con él. Él sabía que Dios podía descender y estar allí a su lado para comprender los secretos de Dios. Quería conocer los misterios del reino. La revelación de la palabra de Dios. 

Los mecanismos y estrategias para alcanzar las promesas que Dios había dado a sus hijos. Dios nos ha dado muchas promesas, pero sus promesas tienen unas condiciones que tenemos que cumplir para que se den. Jabes sabía esto, por lo cual invocó la presencia de Dios, pidió que fuera el Espíritu de Dios allí con él, en su vida en una comunión íntima y personal. 

“…nos abandonamos a las circunstancias y dependemos de las circunstancias, pero Dios nos llamó a nosotros para cambiar las circunstancias.” 

Jabes no se abandonó a la vida religiosa, Jabes no se abandonó a la asistencia de los cultos, Jabes no se abandonó a leer una predicación, sino que Jabes inquirió en la presencia de Dios, quería penetrar donde estaba Dios, quería conocer los secretos que Dios tenía para los hombres. 

Quería conocer los secretos de Dios, por eso se acercó de una manera estrecha a Dios, quería estar junto con Dios, quería contagiarse de ese Dios maravilloso. Quería comprender lo que Dios tenía para su vida. Pero muchas veces nosotros, no inquirimos, no investigamos en el Señor, no entramos en el secreto de Dios, sino que nos abandonamos a las circunstancias y dependemos de las circunstancias, pero Dios nos llamó a nosotros para cambiar las circunstancias. 

Jabes sabía que había un poder en la oración, que había algo en la oración, sabía que si entraba en la presencia y en la gloria del Señor podría alcanzar las preciosas promesas que Dios le había dado. Y por eso quiso ahondar en él, en su presencia, conocer la gloria del Señor. Experimentar que Dios estaba allí en su vida, que Dios podía penetrar y transformarle, por eso Jabes pudo orar como dice la escritura: E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo.

Note que dijo “Diciendo”, él lo invocó por la palabra hablada, 

Jabes sabía que había poder en la palabra de confesión. Había poder en la invocación a Dios, cuando él hablara con Dios. No solo lo invocó para esperar en Dios, sino que declaró la palabra por sus labios de lo que quería, que sabía que Dios le iba a dar. Él sabía que declarando la palabra de las promesas, Dios iba a hacer cosas prodigiosas. 

Así como dice la escritura, “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” Marcos 11:23 La escritura dice que “cualquiera que dijere”, la confesión es poder de la ejecución de la voluntad de Dios de lo que te haya encargado o prometido. No es confesar de la voluntad de nuestro corazón sino de la voluntad del corazón de Dios. 

Así como el hombre tiene el libre albedrío para hacer a voluntad lo que quiera, agradando o desagradando a Dios. Hay un poder en la confesión para hacer realidades por medio de ella. El asunto es hacer confesión de lo que le agrade o esté en la voluntad de Dios. Por eso es que la escritura dice “cualquiera”, es un poder inherente en el hombre, pero para el hombre realmente de Dios su confesión es para gradar a Dios en lo que está en su voluntad. 

Así como el hombre tiene el don de la inteligencia, que la puede usar para bien o para mal, igual ocurre con la confesión. Puede usarla arbitrariamente o usarla a favor del reino y la voluntad de Dios. 

“Usemos el poder de la confesión, pero no para lo que sea a nuestro favor, sino para lo que esté en la voluntad de Dios.” 

Cuando una madre usa su boca para maldecir a un hijo, por ejemplo, esa maldición se puede convertir en una realidad, y no porque esté en la perfecta voluntad de Dios, sino porque hace parte de un don en la naturaleza del ser humano. Usemos el poder de la confesión, pero no para lo que sea a nuestro favor, sino para lo que esté en la voluntad de Dios. 

De allí que es necesario buscar la perfecta voluntad de Dios antes de ponernos a confesar y a decretar. Jabes sabía lo que estaba en la voluntad de Dios porque fue ilustrado en la presencia de Dios. Por eso clamó: “: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.”




DECLARAR BENDICIONES DEL CIELO 

Fíjese lo primero que pidió Jabes: “Si me dieras bendición”. Hoy en la gracia del Señor no vamos a pedir que Dios nos bendiga, porque usted y yo hemos sido bendecidos por el Señor. 

Hoy tenemos que decirle al Señor: Señor quiero que tu bendición sea manifestada a mi vida, quiero que la gracia de Dios se derrame sobreabundante sobre mí. Hoy tenemos que invocar a ese Dios maravilloso. Hoy tiene que decirle al Señor; quiero ver tu gracia manifestada en mi vida. 

Porque la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo, y a través de Cristo usted puede alcanzar, recibir y retener la bendición de Dios para su vida, no espere que la bendición llegue a su vida, ya Dios te bendijo, hoy tenemos que declarar la bendición sobre nosotros, el poder de la gracia de Dios sobre nuestras vidas. 

Cuando usted empiece a declarar: “Señor estoy en bendición, no estoy en ruina, estoy en bendición, creo que tu gracia está bañando mi vida, que tu gracia está transformando mi mente, que tu gracia me está sanando”, esto aumentará el poder y la gloria de Dios en tu vida. 

Pero es necesario abrir nuestras bocas delante de Dios, es necesario orar en el espíritu, y dejar que el Espíritu Santo opere en nuestras vidas. Dejar que el Espíritu Santo hable a través de nuestras bocas para recibir la bendición de Dios. 

Porque muchos no reciben las bendiciones de Dios porque no piden, pero dice la escritura: “pedid y se os dará”, cuando usted pide, cuando usted declara, cuando usted confiesa, cuando usted decreta la palabra de Dios, verá las bendiciones de Dios. Mientras usted no ejerza el ministerio de la oración con poder, siempre su vida será una vida árida y seca, porque Dios no puede hacer lo que ya hizo, ya Dios te bendijo, porque dice:” nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. 

Allí Dios nos bendijo y nos sentó juntamente con Cristo, nuestra posición es con Cristo, nuestra posición es en el Reino de los Cielos. Allí estamos sentados con Cristo. Y si estamos sentados con Cristo es porque él nos dio también autoridad. Entonces desde hoy usted tiene que decir: “mi vida será diferente, mi vida no puede seguir así, vacía, seca, árida. No puedo permanecer en derrota, yo puedo creer y confesar que Dios puede y hace cosas grandes sobre mí”. 

Eso fue lo que hizo Jabes. Dijo: “Si me dieres bendición”, todavía no estaba la gracia de Dios derramada al mundo a través de Jesús y ya Jabes estaba creyendo en la bendición que Dios iba a derramar sobre sus elegidos, sobre sus escogidos. 

Y por eso clamó a Dios, y por eso oró, y por eso se postró y por eso se doblegó delante de Dios, dejó la altivez, dejó el orgullo, dejo la prepotencia a pesar de ser un hombre ilustre se doblegó delante de Dios, dobló sus rodillas delante de Dios como todo ser en esta tierra que tiene que doblegarse delante de la presencia del Cristo de la gloria, tiene que doblegarse delante de Dios. 

Tenemos que dejar a fuera la altivez, tenemos que dejar la prepotencia, tenemos que humillarnos delante de Dios, para que él nos exalte cuando fuere tiempo. 

“Pero es necesario abrir nuestras bocas delante de Dios, es necesario orar en el espíritu, y dejar que el Espíritu Santo opere en nuestras vidas.” 

Jabes empezó a invocar a ese Dios poderoso y a declarar la bendición sobre su vida. Sabía que como estaba, estaba en maldición. Pero era un hombre ilustre. Un hombre entendido, que con diligencia investigaba en el Señor, que con diligencia quería conocer cómo podía Dios actuar en su vida, cómo Dios lo podía sacar del estado en que estaba.
Así mismo cada uno de nosotros, hombres, mujeres, niños, todos, tenemos que buscar diligentemente en el Señor que nos hable de los planes y propósitos que tiene con nuestras vidas. 

ENSANCHANDO EL TERRITORIO 

Así que ese Jabes invocó a ese Dios maravilloso: “: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio”. ¿De qué tamaño es tu territorio? 

Yo conozco hombre de Dios, que su territorio es el globo terráqueo, había un hombre de Dios que cuando oraba, tomaba un globo terráqueo entre sus manos y empezaba a clamar por las almas de todo el mundo, y mencionaba los países y continentes y a través de su ministerio la gloria de Dios se derramaba poderosamente. Y hacía obras por todo el mundo. 

Porque su territorio era el globo. Tenía un territorio mundial en Dios. Pero también conozco ministros, cuyo territorio es su país. Claman a Dios por su país, y se pueden mover ministerialmente en su país. Pero también conozco hombres cuyo territorio está limitado por su casa y su obsesión es sólo la salvación de su propia familia. Su obsesión es que su hermano, su hijo y los demás miembros de la familia se salven no importa lo que pase afuera. Ese es su territorio. Hasta allí llega su visión. 

Y hay otros cuyo territorio son ellos mismos, y oran y claman por sí mismos. Y oran y piden por sí mismos. Porque su territorio está limitado a sí mismos. Pero Jabes descubrió que Dios podía ensanchar su territorio. Jabes empezó a clamar porque sabía que Dios es un Dios de abundancias, que Dios es un Dios de ministerio y de visión amplia y que Él lo había llamado en un llamamiento supremo. En un llamamiento grande, y empezó a clamar a Dios.

¿Cuál es su territorio, hasta donde esta demarcado su ministerio, hasta donde está alcanzando su visión, hasta donde están corridas sus estacas? 

Jabes empezó a clamar a Dios, le pidió a Dios que ensanchara su territorio, tenemos que clamar a Dios y conocer que nuestro llamado es un llamado poderoso, capaz de transformar al mundo entero. Si sobre esta tierra existiera un solo hombre convertido a Cristo, tendría el poder suficiente para alcanzar y transformar todo el universo, porque Dios ha dado cosas grandes en el llamado. 

Y usted como hombre de Dios, con un llamado de Dios, no puede tener la vista corta, sino que tenemos que buscar ensanchar el territorio, el llamado, el ministerio. Porque usted no es el único por quien murió Cristo, porque las almas no son las de su hogar, las almas no solamente son las de su calle, las almas no solamente son las de su comunidad, las almas no solamente son las de su país, sino que las almas a alcanzar son las de todo el mundo. Las de todo el globo terráqueo. 

Y Dios te ha llamado a transformar naciones, Dios te ha llamado a transformar pueblos, Dios te ha llamado a ir hasta los confines de la tierra, llevando el poder del evangelio. Para salvación de las naciones. Él te quiere enviar a las naciones, él quiere romper la barrera, él quiere correr las estacas para que el territorio sea ensanchado. Jabes pidió: Ensancha mi territorio, Jabes clamó: ensancha mi territorio. 

“Si sobre esta tierra existiera un solo hombre convertido a Cristo, tendría el poder suficiente para alcanzar y transformar todo el universo, porque Dios ha dado cosas grandes en el llamado.” 

Clame a Dios, ensancha mi territorio y no se quede confinado a usted, ni a su grupo familiar, ni a su comunidad, sino que sea extendido en una visión amplia, en una visión grande para Dios, para servirle a Dios. Porque las almas se pierden. La gente se está perdiendo, las iglesias se están enfriando, muchos se están volviendo al mundo, muchos se están desviando, gentes que se están torciendo, ministros desviados, doctrinas erradas, erráticas están fluyendo por el mundo. 

Porque no hay gente como Jabes, que busquen ser ilustres en el Señor, que busquen ser diligentes en los secretos de Dios, que busquen pedir a Dios cómo se maneja el don que tienen. 

¿Cómo se maneja el ministerio, como se manejan los dones, cómo se manejan los talentos? ¿Cómo se maneja el don por ejemplo de lenguas? Hay gente que recibe el don de lenguas y hasta allí llega. Pero hay otros que conocemos los misterios de hablar en lenguas, y sabemos que cuando oramos en lenguas estamos hablando con Dios, y estamos conociendo los secretos de Dios. Que cuando estamos orando en lenguas podemos reprender al diablo, y echar fuera los principados y las potestades, porque sabemos que es un don de poder. 

No ore en lenguas para que los demás lo vean, cuando usted ora en lenguas sabe que puede penetrar esa densidad de los aires y puede echar fuera al principado que actúa sobre una zona determinada. Porque es un don poderoso, y el don de lenguas atrae los demás dones, Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 1Cor.13:2 

Jabes indagaba con audacia en los misterios de Dios, usted así mismo tiene que investigar. Dios te dio el ministerio, Dios te dio el don, ¿cuál es ese don, cuál es ese ministerio? Si usted es maestro, investigue qué significa ser maestro de la palabra. Pero no para que tenga un concepto teológico e intelectual, no para tener una información racional, sino para que sepa que es ser maestro de la palabra de Dios. Para que sepa cómo se debe ejercer el ministerio de maestro. Porque mucha gente piensa que ser maestro es explicar la teología y la revelación de la palabra, no solo eso es ser maestro de la palabra. 

El mundo, desde que el hombre “cayó”, el enemigo empezó a confundir la mente del ser humano, allí hubo una transformación donde el espíritu del hombre quedó relegado, y la parte de "alma" del hombre era quien gobernaba junto con su carne. 

El pensamiento de Satanás empezó a fluir por el mundo desde ese entonces hasta nuestros días. Usando en este tiempo medios de comunicación, radio, televisión, las culturas, las costumbres y todo tipo de formación para extender sus principios de maldad, llenando la mente del hombre con la basura del mundo. Así al pasar las generaciones se trasmite la maldición y el concepto del príncipe de este mundo, de generación en generación. Es decir se va trasmitiendo la palabra del mundo. 

El que ha sido llamado a ser maestro tiene que ejercer la palabra de Dios para contrarrestar la palabra del mundo e implantar el reino de los cielos, la cultura de Dios. El que es maestro ejerce con autoridad la palabra para derrocar los pensamientos, las obsesiones, las ataduras mentales que tiene la gente, y lo realiza a través de la palabra eficaz de Dios. 

Entonces el ser maestro es un hombre que conoce el mundo espiritual y que puede derribar la fortaleza que hay en la mente de la gente producto del espíritu de derrota, ruina, maldad, etc. Para que reconozcan que hay una palabra de poder que puede habitar en su vida, y como dice el Señor:”Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” Juan 15:7 

Porque la palabra habita. Entonces el ser maestro implica que usted deposita la palabra de Dios en la persona que escucha el mensaje, la enseñanza. No introduce apenas el concepto teológico, sino imparte la palabra, pues Jesús dijo: “mis palabras son espíritu y son vida”. Y cuando esto ocurre se revientan cadenas, ataduras en los hombres y se levantan hombres que están llenos de la palabra de Dios. Y conociendo las artimañas del enemigo pueden entonces caminar en victoria. 

Es importante indagar en lo que Dios te ha dado, ¿Qué te dio Dios? Tenemos que ser ilustre como Jabes. Ser diligentes, inquirir en la presencia de Dios. Pedir a Dios sabiduría entendimiento, de los misterios de los dones, de los talentos, del llamado. Hay muchas personas que tienen el don de sanidades y su ejercicio se limita a ir a orar por sanidad en los enfermos, pero tenemos que ir al secreto del Señor y él nos revelará los misterios de los dones de sanidades, para que entonces se hagan cosas grandes y prodigiosas. Eso hizo Jabes, inquirió profundamente en el Señor. 

ANHELANDO LA MANO DE DIOS 

"y si tu mano estuviera conmigo". Gloria a Cristo, hermanos. Hay unas cosas bien poderosas en estas palabras: “y si tu mano estuviera conmigo”. 

Conozco gentes que se levantan desde muy de madrugada, y trabajan hasta que se oculta el sol y más allá, trabajando arduamente, trabajan duro, y nunca tienen nada. Y lo que tienen se va, se evapora. 

Jabes sabía que tenía que depender de Dios para que prosperara la obra que hacía. Necesitaba que Dios estuviera laborando con él en todo lo que se proponía hacer. Sin la mano de Dios, todo lo que tú hagas, aún para Dios, pede ser vano. 

Escucha: Lo que tú hagas aún para Dios, sino está la mano de Dios contigo, no prosperará. Porque no fructificará. Por eso Jabes oró:”Si tu mano estuviera conmigo”, necesitaba que Dios actuara en él, que Dios actuara con él. Que cuando él caminara era porque Dios estaba caminando con él. Que cuando hiciera algo para Dios, Dios estuviera en el asunto. 

Por eso Moisés también dijo: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” Y cuantas veces nosotros salimos a hacer sin que Dios esté con nosotros, aunque tengas la buena intención, y puedes querer hacerlo para Dios, pero nunca prosperará como debe prosperar.

“y si tu mano estuviera conmigo”, ¿sabe qué significa? Él imploró, él anheló vehementemente, entró profundamente en el Señor y le rogó a Dios. 

Usted tiene que entrar en esa presencia íntima con Dios, en lo más profundo en el secreto del Señor, orar allí con Dios. En el corazón de Dios. Allí con el Señor di: ¡oh, Señor, si tu mano estuviere conmigo! Necesito que tu mano esté conmigo. 

Usted tiene que entrar en esa presencia íntima de Dios. Conocer bien al espíritu de Dios. Para que allí el Señor esté con usted y le de nuevas fuerzas, y se levante con la fuerza de Dios para alcanzar los logros, las victorias con el poder de la mano de Dios en su vida.

“Si tu mano estuviera conmigo”. 

Muchos de nosotros salimos y hacemos y vamos, y negociamos y actuamos, pero la mano de Dios no está con nosotros, luego entonces le decimos: ¿Señor y dónde estás? Te he servido, mira cuantos años sirviéndote, mira cuanto tiempo predicando tu palabra, mira cuanto tiempo haciendo esto y no estoy viendo las bendiciones. Dios te dirá: Ven acá, es que hace mucho tiempo tú me dejaste atrás y saliste adelante.

“y si tu mano estuviera conmigo”, el anhelo, él sabía que era necesario que Dios estuviera con él en el asunto de su vida. Necesitas saber que Dios debe estar contigo en el asunto de tu llamado, de tu ministerio. Saber que Dios está allí. Hoy le aconsejo, que profundice mucho en eso: Que Dios esté con usted. 

A veces que nos da por orar, orar y orar. Gloria a Dios, pero ¿cuántas veces estamos gimiendo en la presencia de Dios? Anhelando que Dios more con poder en nuestros corazones. ¿Cuántas veces hemos anhelado que Dios esté con fuego en nuestros corazones? ¿Cuántas veces hemos gemido para que Dios permanezca en lo más profundo de nuestro corazón? Necesitamos gemir en su presencia, necesitamos gemir a Dios. Necesitamos llorar en la presencia, en la gloria del Señor. Entonces Dios hará maravillas.

“Usted tiene que entrar en esa presencia íntima con Dios, en lo más profundo, en el secreto del Señor, orar allí con Dios. En el corazón mismo de Dios.” 

La biblia dice que cuando ores, entra en su presencia, cierra la puerta y ora a Dios, que tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Esto significa que usted debe estar en lo más íntimo, en la presencia misma de Dios, allá escondido, en el corazón de Dios, gimiendo y rogando dentro de Dios. Cuando usted salga de allí va a ver la misma gloria del Señor. Dios te va a recompensar en público. Vendrán las almas, vendrán las sanidades, la palabra de poder, vendrán los milagros de Dios, porque él te va a recompensar afuera, en lo exterior. Pero búscalo en lo interior. Búscalo en el corazón. Penetra en su presencia, en lo más hondo de Dios, en la intimidad con Dios. 

Muchos hombres de la biblia hablaban así con Dios, como dice la escritura en Éxodo 33:11 “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como cualquiera a su compañero”. Moisés entraba en esa presencia de Dios. Muchas veces en esa presencia no hay palabras, a veces hay gemidos, a veces espera, pues estamos allí metidos en lo más íntimo con Dios. Cuando Moisés salía, su rostro era resplandeciente. Por la gloria del Señor. Queremos ser resplandecientes en lo exterior, cuando en realidad no hemos buscado la luz resplandeciente en lo interior. 

LIBRADOS DEL MALIGNO 

"y me libraras de mal, para que no me dañe". Todos tenemos la confianza en Dios. Pero Jabes sabía que él necesitaba que Dios le defendiera porque había fuerzas externas que podían arruinar el plan de Dios en su vida. Hay un mundo espiritual de maldad. 

Por eso Jesús dijo: “Hay viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí”. Jesús podía identificar la presencia y las fuerzas del mal, Jesús sabía que había alguien que se le estaba oponiendo. Y si Jesucristo hubiera sabido que el diablo tenía fuerzas de maldad para oponerse al plan de Dios, no lo hubiera ido a vencer en la cruz. Pero por cuanto lo supo fue y lo venció. Aún pablo dijo:”no ignoremos sus maquinaciones”. 

Muchas veces estamos trabajando en el ministerio, he escuchado ministros que dicen: “si yo no me meto con el diablo, él no se mete conmigo”. Desconociendo lo que dice la escritura, Jesús hablando: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”, habla de la naturaleza de un enemigo que ejecuta una acción conjunta: hurta y mata y destruye simultáneamente. Es un instinto animal, no es una reacción, sino la naturaleza de su acción. Su obsesión es acabar con la simiente de Dios. Acabar con su vida y su ministerio. Más Jesucristo dijo: “Y yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”

El diablo siempre va a querer traer enfermedad sobre tu vida, él siempre va a buscar que tu no surjas, porque el sabe que cuando se levante un hijo de Dios, con la estatura de Jesucristo, el varón perfecto, su ministerio va a empezar a temblar porque se vendrá abajo por la acción del poder de Dios en sus hijos. Por esa razón Satanás le tiene pánico a los hombres que conocen sus artimañas. Tratando siempre de esconderse para burlar a los hijos de Dios. Pero Jabes siendo un hombre ilustre, como muchos de nosotros que vamos a indagar en la presencia de Dios, vamos a discernir las fuerzas del mal que se opongan, pero no les tememos porque Dios nos dio la autoridad para hollar serpientes y escorpiones. 

DÁDIVA DIVINA 

"Y le otorgó Dios lo que pidió": Jabes estaba pidiendo de una manera correcta, pues Dios no solo le dio, sino que dice le otorgó, como si fuera un premio, como un reconocimiento, le otorgó, le concedió. No fue una respuesta simple a una oración, sino más bien la respuesta de Dios fue un reconocimiento a su actitud, a su búsqueda a su comunión, a una vida íntegra, a una dependencia que él tenía de Dios. Dios entonces lo premió respondiendo sus oraciones. 

Dios puede hacer cosas grandes con usted, así como lo hizo con Jabes. No sé cual sea su nivel espiritual y su compromiso con el Señor, pero aún hay más para usted, porque el depósito de Dios no está en escases.

SOLI DEO GLORIA. 

viernes, 23 de noviembre de 2018

LA IGLESIA NUEVA Y DINÁMICA: PRIMERA PARTE

LA IGLESIA NUEVA Y DINÁMICA
Primera Parte
LA IGLESIA DINÁMICA

La palabra "Dinámica" en el título de esta parte tiene un significado doble. "Dinámica" denota primordialmente la habilidad de cambiar; lo dinámico está en contraste directo con lo estático, que muestra inercia o invariabilidad.

Durante varias administraciones, Dios ordenó que Su pueblo fuera organizado en la ekklësia, la iglesia, los llamados. Bíblicamente a la ekklësia de Israel se le llama la esposa de Cristo, mientras que a la ekklësia de Gracia se le llama el Cuerpo de Cristo. Tanto error ha surgido a causa de confundir estas dos iglesias distintas y separadas que ciertamente se necesita hacer un estudio minucioso tanto de la Iglesia de Israel como de la Iglesia de la Gracia.

La iglesia dinámica es la iglesia transformada y en cambio constante. El plan de Dios para la Iglesia de Israel fue llevado a cabo durante la era de la Ley y durante la presencia de Jesucristo sobre la tierra. Sin embargo, desde el día de Pentecostés la ekklësia de Israel ha estado temporáneamente suspendida. Nosotros estamos viviendo durante la era de la ekklësia de Gracia. Pero algún día cuando el retorno de Cristo dé fin a esta era de Gracia la ekklësia de Israel será restablecida.

Históricamente la iglesia ha sido dinámica no sólo en el cambiar de una administración a otra, sino también en el poder que Dios le ha dado. Para usar nuestro poder dado por Dios con la máxima efectividad posible, nosotros, como miembros de la Iglesia, debemos tener primero el conocimiento de Su voluntad, la cual está declarada en Su Palabra. Entonces nosotros también podemos ser dinámicos; esto es, teniendo la habilidad de cambiar y enfrentar efectivamente cada situación nueva y diferente con el poder eficaz de Dios.

Ekklësia, ¿Esposa o cuerpo?

A menudo los comentarios bíblicos y los que escriben acerca de la Biblia hacen referencia tanto a la Iglesia de los Evangelios como a la Iglesia de las Epístolas llamándolas la esposa de Cristo. Como resultado hacen que ambos usos sean sinónimos. Por lo tanto, no se ha entendido apropiadamente la relación de Cristo con la Iglesia de los Evangelios y con la Iglesia del Libro de Apocalipsis en contraste con la Iglesia de las Epístolas. La Palabra de Dios separa estos dos cuerpos declarando que la esposa de Cristo es la Iglesia de los Evangelios y el Cuerpo de Cristo es la Iglesia de las Epístolas
Pero antes de comenzar un estudio del significado de las dos iglesias, examinemos lo que queremos decir por la palabra "iglesia".

Cuando vemos un edificio con un campanario lo señalamos y decimos: "Eso es una iglesia". Este es uno de sus usos --un edificio. Otro uso corriente de "iglesia" es un grupo de gente que se reúne para participar en ciertos ritos religiosos. También nos referimos a distintas denominaciones tales como la Metodista, la Presbiteriana o la Católica Romana como iglesias. Otro uso de la palabra "iglesia" es un grupo de personas que son renacidas del Espíritu de Dios. El significado de "iglesia" varía con su contexto.

La palabra griega para nuestra palabra en español "iglesia" es ekklësia, que quiere decir "los llamados". La gente puede ser llamada por varias razones; por ejemplo, si un grupo de gente decide ir a jugar fútbol y entonces se reúne en la cancha, ellos serían una ekklësia porque ellos son llamados a jugar fútbol. En Hechos 19 una turba es llamada una iglesia, una ekklësia. ¿Por qué? Porque una turba está compuesta de un grupo de gente que se ha reunido para un propósito específico.
Hechos 19:23-32:
Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino.
Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices;
a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza;
pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.
Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. 
Cuando oyeron estas cosas [que decía Demetrio], se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios!
y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.
Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia [ekklësia, la iglesia] estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido.
Una gran compañía de plateros bajo la influencia de Demetrio fue agitada por miedo de que la venida de Pablo al pueblo estaba disminuyendo su cómodo ingreso económico. Pablo predicaba la grandeza de la Palabra de Dios que está en contra del uso de medallas, amuletos y talismanes para representar a Dios y Sus bendiciones. Aunque la turba no estaba segura de cuál era el verdadero asunto bajo consideración, Demetrio los había incitado emocionalmente en contra de Pablo. Un grupo gritaba una cosa y otros otra porque la iglesia, la concurrencia, la ekklësia, estaba confusa. "Y los más no sabían por qué se habían reunido". Esto es una turba --todos se dejan llevar por la asamblea confusa. La palabra "concurrencia" en Hechos 19 es ekklësia, iglesia, los llamados.

La ekklësia o los llamados de Israel, la esposa de Cristo, abarca el espacio de tiempo de los Evangelios. Jesucristo vino a la gente de Israel, a los suyos. Esta era de la ekklësia de la esposa es llamada el Reino del Cielo porque el rey proveniente del cielo estaba sobre la tierra.

Antes de seguir adelante es necesario aclarar la diferencia entre el Reino del Cielo y el Reino de Dios. El Reino de Dios no tiene principio ni fin. El Reino de Dios abarca toda la existencia. Sin embargo, bajo este Reino de Dios que lo abarca todo, hay varios períodos, uno de los cuales es el Reino del Cielo. El período del Reino del Cielo es para los llamados de Israel, la Iglesia de Israel, la cual es la esposa de Cristo. Cada vez que se hace referencia al Reino del Cielo, se indica la presencia personal del rey mismo sobre la tierra.

USO DE LA PALABRA “IGLESIA”
EKKLESIA - LLAMADOS
----------------REINO DE DIOS -------------------

EKKLESIA

      Israel

     Esposa
     de Cristo

    Reino
    del cielo

   LEY
   Evangelios

EKKLESIA

   Judío y Gentil

   Cuerpo
   de Cristo

   El
   gran misterio

   GRACIA
   Epístolas



EKKLESIA

      Israel

      Esposa
     y Esposo

    Reino del cielo


    LEY
   Apocalipsis

___________Mantenido-en-suspenso___________

La raíz de la palabra "reino" es "rey". La palabra "reino" quiere decir "el gobierno de un rey". No puede haber un reino sin un rey. Gran Bretaña puede decir de sí misma que es un reino a causa del reinado de un rey o de una reina. Los ciudadanos de los Estados Unidos de América no pueden decir que su tierra es un reino pues no hay un monarca. Mientras Jesucristo estaba sobre la tierra, era su reinado. Durante su reinado él llamó a aquellas personas de Israel que creyeron que él era el Mesías. No sólo le ministró Jesús mismo a Israel, sino que envió también a los doce apóstoles a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Cuando Jesús envió a los setenta, él los dirigió también a las ovejas perdidas de la casa de Israel. El les dijo que no fueran a los gentiles porque Jesús había venido a los de Dios, Israel, y llamó de Israel a aquellos que formarían la esposa. Jesucristo era el esposo. La iglesia, los llamados de Israel, se llamaba la esposa mientras el esposo estaba sobre la tierra.

Pero, ¿qué le pasó al esposo? El fue clavado a la cruz. Cuando el rey del reino fue crucificado, la Iglesia de la Esposa fue interrumpida porque el esposo estaba muerto. Dios prometió que no habría fin para el Reino del Cielo.* pero el hombre mató al rey. ¿Qué le pasó a la promesa de Dios? Dios prometió que cuando el rey viniera él edificaría la Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerían contra ella. Pero cuando el rey fue crucificado, el esposo estaba muerto, y parecía que el Reino había sido derrotado. Sin embargo, esto no es así, pues la Iglesia de la Esposa todavía se ha de cumplir en el futuro. La misma iglesia a la cual se hace referencia en Apocalipsis será nuevamente la Iglesia de la Esposa, al igual que lo era en los Evangelios.**

Con la muerte del rey, el Reino del Cielo fue interrumpido; pero Dios levantó a Jesucristo de los muertos y él regresará a la tierra. Cuando Jesucristo retorne él no nacerá en un establo ni le acostarán en un pesebre. El no viene para ser escarnecido y ser clavado a una cruz. El hombre no le va a escupir en la cara ni le va a apretar una corona de espinas sobre la cabeza. Cuando Jesucristo regrese, él vendrá como rey de reyes y señor de señores. El Reino de la Iglesia de Israel se está manteniendo en suspenso hasta que sucedan estos acontecimientos. Entonces la esposa y el esposo estarán juntos otra vez, y las "puertas del Hades no prevalecerán contra ella [la Iglesia en el Reino del Cielo]”. Entonces estará en vigencia otra vez. Pero mientras tanto, mientras no esté el esposo, se ha hecho un arreglo diferente. El versículo a continuación, en Efesios 1, explica lo que es la Iglesia con Cristo como la cabeza.
Efesios 1:23: la cual [la Iglesia] es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Mientras el esposo esté ausente, los miembros de la Iglesia forman el Cuerpo de Cristo. En esta Iglesia del Cuerpo, hay sólo una cabeza y ésta es el Señor Jesucristo.
___________________________________

*Lucas 1:33: y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

**La iglesia que se describe y de la cual se habla en Apocalipsis no tiene nada que ver con nuestra época y nuestra administración.
La Iglesia del Cuerpo, que en esta Administración de la Gracia es la Iglesia de Gracia, se llama también la Iglesia de Dios.
Efesios 1:22,23: “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.
Efesios 3:2 “si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros”.
I Corintios 1:2 “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”.
Jesús vino a cumplir la ley y a hacer disponible la Iglesia de Gracia. Cuando todas las cosas estuvieron dispuestas, se fundó la Iglesia de Gracia y fue hecho disponible el nuevo nacimiento. Desde el día de Pentecostés hasta el retorno de Cristo todo aquel que es renacido por el Espíritu de Dios es un miembro de la Iglesia de Gracia, el Cuerpo de Cristo. Los miembros de esta Iglesia del Cuerpo son todos los que son llamados, tanto de entre los judíos como de entre los gentiles. Por lo tanto, cualquier judío o gentil que confiesa a Jesucristo como su señor y cree que Dios le levantó de los muertos se hace miembro del Cuerpo de Cristo.

Aunque los creyentes en el día de Pentecostés recibieron el nuevo nacimiento, el poder desde lo alto, ellos no podían explicar ni comprender la plenitud del milagro que había ocurrido, igual como yo no puedo explicar la electricidad y sin embargo disfruto de su uso. En el día de Pentecostés, y por un período de tiempo a continuación, los creyentes se beneficiaron del nuevo nacimiento y del poder proveniente del Espíritu Santo, pero no podían explicar lo que tenían. Finalmente, años más tarde, la revelación para explicar el don que vino en Pentecostés le fue dada al Apóstol Pablo. A Pablo se le reveló el misterio más grande que el mundo jamás haya conocido --el misterio del Cuerpo de Cristo, el cual es su Iglesia.

Para descubrir cuándo le fue revelado el misterio a Pablo, examinemos Romanos 16 y Efesios 3.
Romanos 16:25,26:
Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,
pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas [no los profetas del Antiguo Testamento, sino los profetas de después de Pentecostés que son miembros de la Iglesia del Cuerpo], según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.
Efesios 3:2-5:
si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;
que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,
leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu.
La fundación de la Iglesia del Cuerpo no se dio a conocer en otras generaciones; así que los profetas del Antiguo Testamento no sabían acerca de la Iglesia de Gracia; ni tampoco lo sabía la gente que vivía en el tiempo de los Evangelios. Pero "ahora [recientemente] es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu".

Una vez aclarado el momento de la revelación del misterio, queda una pregunta esencial: ¿Qué es el misterio?
Efesios 3:6: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.
No era misterio alguno que los gentiles serían bendecidos bajo los ministerios de Abraham y de David y durante el reino de Israel. Ejemplos de bendiciones sobre los gentiles se encuentran esparcidos a través del Antiguo Testamento. Pero el Antiguo Testamento no da la menor indicación de que los gentiles serían "coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio". La revelación de que los gentiles son coherederos en Cristo fue, como mínimo, una noticia revolucionaria.
Efesios 3:7,8:
del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.

La palabra "inescrutables" significa "que no se puede rastrear". Literalmente, el misterio de las riquezas de la gracia de Dios para con los gentiles no se podía rastrear (no se le podía seguir la pista) en la Palabra de Dios desde el Antiguo Testamento hasta el fin de los Evangelios. Que los gentiles serían coherederos y del mismo Cuerpo era un secreto, escondido desde el principio del mundo.
Efesios 3:9:y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas la cosas.
La revelación fue dada a conocer para "aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio". La palabra "dispensación" en el texto griego es la palabra "administración". La "dispensación del misterio" es literalmente la "Administración de la Iglesia de Gracia".
Colosenses 1:26,27:
el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
El misterio, tan importante que fue mantenido oculto desde la fundación del mundo, es que todos los creyentes renacidos, judíos y gentiles, serían coherederos con Cristo y que Cristo estaría en cada uno de ellos. ¡Imagínense! Cuando Jesucristo estaba aquí sobre la tierra, él podía estar solamente en un sitio a la vez. Pero una vez que él ascendió al cielo, y que Dios dio el poder del espíritu santo en el día de Pentecostés, entonces Cristo podía estar en cada creyente renacido. Donde quiera que esté un creyente, allí está Cristo presente.

Si el Diablo hubiera conocido este misterio él nunca habría crucificado a Jesús. Mediante la muerte, resurrección y ascensión de Jesús, se hizo disponible un poder hasta entonces desconocido en la historia. El Diablo ignoraba totalmente el plan de Dios, como lo dice 1 de Corintios.
1 Corintios 2:7,8:
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
El Diablo, como príncipe soberano, hubiera preferido mucho haber tenido a Jesucristo presente personalmente en la tierra en vez de tener a miles de creyentes con Cristo en ellos esparcidos a través del mundo. Al crucificar al señor de gloria, Satanás contrajo para sí mismo un problema insoluble.

Obviamente el Diablo no era el único que ignoraba las intenciones de Dios. Muchos hombres antes de la Era de la Iglesia de Gracia trataron de averiguar acerca de este período. Pedro habló de las búsquedas de los profetas del Antiguo Testamento.
I Pedro 1:10,11:
Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
La traducción literal del versículo 11 de acuerdo al uso lee: "Escudriñando o buscando hasta el tiempo que el espíritu que estaba sobre ellos indicaba de Cristo al anunciar de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos".

Estos profetas del Antiguo Testamento diligentemente indagaron la Palabra buscando aquel lapso de tiempo entre los Evangelios y el Libro del Apocalipsis, entre el sufrimiento de Cristo y su gloria. Pero este período de gracia no se podía encontrar porque estaba completamente oculto.

El período de gracia está indicado en la lectura que hizo Jesús de Isaías 61, lo cual se relata en Lucas.
Lucas 4:16:Vino [Jesús] a Nazaret, donde se había criado y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Una sabia e interesante tradición en las sinagogas de aquel tiempo era que cuando un hombre leía de la Palabra de Dios, siempre se ponía de pie para mostrar respeto por los sagrados pergaminos y para indicar que estaba leyendo, no simplemente hablando por su cuenta. Cuando una persona terminaba de leer la Palabra de Dios y comenzaba a enseñar o explicar, el hombre se sentaba. Cuando un hombre se sentaba, los oyentes no estaban seguros de si el hombre que les ministraba estaba dando la Palabra; pero cuando el ministro estaba de pie y leyendo, la congregación sabía que lo que oían era la Palabra de Dios. Por eso es que Jesús se puso de pie para leer.
Lucas 4:17:
Y se le dio el libro [pergamino] del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito.
¡Cuán a fondo debe haber estudiado Jesús el pergamino de Isaías! Aunque él no tenía la ayuda de capítulos y versículos o referencias, él “habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito”.

Hay una historia de un hombre que decía que él no tenía que estudiar para llegar a saber el mensaje de la Biblia para él. Lo único que tenía que hacer para encontrar la guía de Dios cada mañana era hojear la Biblia y, cubriéndose los ojos, poner el dedo en un versículo. El versículo en donde caía su dedo era su guía para el día. Una guía interesante le fue dada a este hombre una mañana cuando despreocupadamente hojeó su Biblia y llegó a una página en el Nuevo Testamento. El puso el dedo en un versículo, abrió los ojos, y leyó: "Y Judas fue y se ahorcó". El hombre no quedó muy satisfecho con esta guía, así que fue a otra página y esta vez leyó: "Ve, y haz tú lo mismo". Disgustado, el hombre le dio una tercera oportunidad a su método pero lo que leyó fue: "Lo que vas a hacer, hazlo más pronto".

En contraste con este individuo, Jesús halló el lugar donde estaba escrito; él deliberadamente localizó la escritura que necesitaba en ese preciso momento. Jesús estaba preparado, como lo demuestra Lucas 4.
Lucas 4:18-21:El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Jesús paró de leer con la frase: "A predicar el año agradable del Señor", y se sentó diciendo: "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros". Comparen Lucas 4 con Isaías 61 de donde Jesús leyó.
Isaías 61:2:a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro...
Isaías dice: "a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro", pero Jesús no llegó a leer las últimas ocho palabras. ¿Por qué se detuvo en medio de la frase? Si Jesús hubiera leído las palabras "el día de venganza del Dios nuestro", y luego hubiera dicho: "Hoy se ha cumplido esta Escritura", Jesús hubiera estado equivocado. Jesús no podía decir: "Hoy se ha cumplido el día de venganza del Dios nuestro delante de vosotros", porque el día de venganza no había venido todavía. El "día de venganza del Dios nuestro" se cumplirá con la profecía de Apocalipsis cuando Cristo regrese como rey de reyes y señor de señores con todo el poder de Dios.

Jesús dividió con exactitud la Palabra de Dios, Jesucristo había de predicar el año agradable del Señor--eso se había cumplido. El día de venganza aún no había venido. En Isaías 61:2 hay una coma después de la expresión "a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová", mientras que en Lucas 4:19 lo que sigue a la expresión equivalente es un punto. La coma en Isaías 61:2 representa todos los años desde el día de Pentecostés hasta el momento en que el Señor Jesucristo venga otra vez. El tiempo entre estos dos acontecimientos es el período de Gracia, la Iglesia a la cual pertenecen los creyentes de después de Pentecostés, la cual todavía era un misterio en la época en que escribió Isaías y que le era desconocida a Jesús.
La época de la Iglesia de Gracia es el día del tribunal humano.
I Corintios 4:3:
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano...
Las palabras "tribunal humano" son "el día del hombre". El hombre es el que juzga hoy durante la Era de Gracia pues es el día del hombre. Si esto no fuera así, un hombre no podría maldecir a Dios, usar Su nombre en vano, ni vivir como el Diablo mismo. En esta Era de Gracia el hombre es libre, pero vendrá otro juicio como lo indica Apocalipsis.
Apocalipsis 1:10:Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor...
¿Qué es exactamente el Día del Señor? Algunos dicen que el Día del Señor es el domingo, y sin embargo para otro grupo de gente el Día del Señor es el día de reposo, el sábado. Hablando bíblicamente, el Día del Señor no tiene nada que ver con el día de la semana. El Día del Señor es la era en la cual el señor es el que juzga. En esa era nadie lo clavará a una cruz, nadie lo maldecirá, nadie se burlará de él, pues su regreso como rey de reyes dará comienzo a la era de la venganza de Dios de la cual se habla en Isaías 61.

Vivir en esta Era de Gracia, una era que se mantuvo oculta desde la fundación del mundo hasta que le fue revelada a Pablo, es un grandioso privilegio. El hombre tiene un poder y una posición en Cristo que ninguna otra era ha conocido.

La Iglesia de la Esposa no sabía acerca de la Iglesia de Gracia que había de venir. La Iglesia de Gracia, la Iglesia del Cuerpo, se fundó después de que la Iglesia de la Esposa fue suspendida en el momento de la crucifixión y muerte del esposo. La Iglesia de la Esposa permanecerá en ese estado hasta que Cristo regrese. Mientras tanto, durante el período de la Iglesia del Cuerpo, todos los creyentes son uno en Cristo Jesús, la cabeza de ese Cuerpo. Cada creyente renacido tiene a Cristo en él, la esperanza de gloria. Ninguna otra era ha tenido este poder potencial para manifestar la grandeza de Dios como lo tienen los miembros de la Iglesia de Gracia. No debemos permitir que este poder de Cristo en nosotros permanezca inactivo. Ahora que Cristo está en nosotros espiritualmente, vistámonos de su mente y demostremos nuestro poder para derrotar al Diablo y sus fuerzas del mal. ¡Somos más que vencedores ahora! Ahora tenemos a Cristo en nosotros y ahora somos coherederos con él.

SOLI DEO GLORIA.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Dios nos rescató



LA BIBLIA ME LO DICE .

Dios nos rescató

Para entender que Dios nos rescató, primero debemos saber cómo fue que llegamos a necesitar rescate. Las raíces del dilema de la humanidad emanan del relato en Génesis. Génesis 1:28 dice que Dios originalmente dio al hombre el gobierno, el dominio y la autoridad sobre este mundo. El hombre fue puesto en este mundo como gobernador y guardián. Pero cuando el pecado entró al reino terrenal a causa de la desobediencia del hombre hacia Dios, el hombre perdió su autoridad de gobierno y el Diablo la obtuvo. El Diablo le dijo a Jesucristo en Lucas 4:6 “…porque a mí me ha sido entregada [la potestad y la gloria de los reinos de la tierra]…” Por tanto, hasta este mismo día el mundo en que usted y yo vivimos es el reino de Satanás. Vivimos en el reino que está bajo la gobernación de Satanás. De acuerdo con Efesios 2:1 todos los individuos nacen en este mundo “…muertos en…delitos y pecados” y, según Efesios 2:12…”sin esperanza y sin Dios…” Estando muertos, sin esperanza y sin Dios, nosotros definitivamente necesitábamos rescate.

Observe lo que Dios hace por nosotros según se relata en Colosenses.
Colosenses 1:13
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas,y trasladado al reino de [por] su amado Hijo.
La palabra “liberado” se traduce más enfáticamente “rescatado”. Dios, por las obras de Su hijo, Jesucristo, nos ha “rescatado”. Note que este verbo está en tiempo pasado. Por lo tanto, Dios ya no tiene que rescatarnos; El ya lo ha hecho. La palabra “de” es la palabra griega ek que quiere decir “fuera de” o “fuera del centro” (como de un circulo). ¿Fuera de qué o fuera de en medio de qué nos rescató El? De “la potestad de las tinieblas”.

Este mundo, el cual es oscuridad y está bajo el domino del Diablo, es fuera de en medio de lo cual Dios nos ha rescatado. El nos rescató fuera de este mundo aun cuando todavía estamos morando aquí. Que Dios pudiera hacer esto es uno de los más grandes milagros.

La palabra “potestad” en el versículo susodicho (“…de la potestad de las tinieblas…”) es la palabra griega exousia de la cual el español deriva la palabra “ejercicio”. El nos ha liberado de la potestad ejercida de las tinieblas, la influencia en ejercicio de este reino de oscuridad.

La palabra “trasladado” (“…trasladado al reino de su amado Hijo”) en sánscrito es “ciudadanía”. El nos rescató fuera de entre la potestad ejercida de las tinieblas y nos dio ciudadanía. Esta es una tremenda verdad.

¿Qué implica esta ciudadanía en el Reino de Dios? Para empezar, miremos la palabra griega para “ciudad”, polis. Las ciudades en los tiempos bíblicos estaban rodeadas por murallas. La muralla de la ciudad protegía esa ciudad. La ciudad amurallada era la polis. La gente dentro de la muralla era llamada la gente de la polis. Las murallas los protegían de ser atacados. Las murallas nunca eran construidas para mantener a la gente dentro de la ciudad sino para mantener al enemigo fuera. Las murallas formaban una protección, no para mantener encerrada a la gente libre de una ciudad o estado, sino para mantener alejado al enemigo de la gente libre. Un ciudadano libre en una ciudad es llamado un politës, de donde obtenemos la palabra “política”. Hablando bíblicamente, nosotros somos ciudadano de un reino—somos unos políticos.

Abraham buscaba una ciudad, polis.
Hebreos 11:9-10
Por la fe habitó [Abraham] como extranjero en la tierra prometidacomo en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,coherederos de la misma promesa;porque [Abraham] esperaba [ya] la ciudad [polis] que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Abraham en su día esperaba una ciudad, no aquí sobre la tierra, sino una polis “…cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Esta ciudad está protegida con la cerca de Dios dentro de la cual las personas serían ciudadanos libres.

Un ejemplo no de polis sino de politeia, “comunidad”, se encuentra en Efesios.
Efesios 2:12
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía[comunidad, politeia] de Israel y ajenos a los pactos de la promesa,sin esperanza y sin Dios en el mundo.
En el tiempo al cual se refiere Efesios 2, Israel se había separado de Dios y por lo tanto Dios no podía bendecirlos. Puesto que ellos se habían alejado de El, ya no tenían libertad y protección donde moraban. Estaban en esclavitud.

Politeuma, de la palabra raíz polis, se usa en Filipenses.
Filipenses 3:20
Mas nuestra ciudadanía [politeuma] está en los cielos,de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Nuestra ciudadanía, nuestra vida libre, está en los cielos. Aun mientras todavía estamos sobre la tierra, tenemos la promesa de ser ciudadanos en un estado libre.
Hebreos 13:14
Porque no tenemos aquí [sobre esta tierra] ciudad [polis]permanente, sino que buscamos la por venir.
Si no tenemos una ciudad permanente aquí, nunca podremos tener completa libertad; por lo tanto, “…buscamos la por venir”. Esa ciudad que está por venir debe ser incorrupta por dentro y protegida en todo su alrededor para asegurar a los ciudadanos la libertad total. Esta ciudad sólo podría ser la ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Ahora buscamos la ciudad permanente. Pero, ¿qué hay sobre nuestra vida antes de que fuéramos liberados de la potestad de las tinieblas? Efesios nos habla sobre nuestra ciudadanía anterior.
Efesios 2:3
Entre los cuales también todos nosotros vivimos [vida de conducta negativa] en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Por el simple hecho de nacer en este mundo, éramos hijos ¿del reino de quién? Del de Satanás. Este es el significado de la palabra “ira” en “hijos de ira”. Nacimos hijos del reino de Satanás—no espiritualmente, sino físicamente. Físicamente yo nací hijo bajo el gobierno de Satanás, muerto en delitos y pecados sin Dios y sin esperanza en este mundo. Pero Dios cambió todo esto, según esta relatado en Efesios 2.
Efesios 2:4-6
Pero Dios, que es rico en misericordia,por su gran amor con que nos amó,aun estando nosotros muertos en [llenos de] pecados,nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),y juntamente con él [con Cristo] nos resucitó [tiempo pasado],y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales[el texto lee “en los celestiales”] con Cristo Jesús.
¿Quién nos dio vida? ¿quién nos resucitó? ¿quién nos hizo sentar en los celestiales? Dios.
Efesios 2:7-9
Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezasde su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;y esto no de vosotros, pues es don de Dios;no por obras, para que nadie se gloríe.
 Cuando nacimos en este mundo, estábamos vivos físicamente pero muertos espiritualmente, sin Dios y sin esperanza. Algo tenía que sucedernos. Dios que es rico en misericordia y gracia, nos salvó.
Efesios 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Si Dios nos salvó, entonces no somos nuestra propia hechura; somos Sus hijos, hechura Suya, la hechura de Dios se efectuó cuando estábamos muertos espiritualmente; en aquel entonces Dios nos hizo vivos.

Colosenses 2:13
Y a vosotros, estando muertos en pecados yen la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él[Cristo], perdonándoos todos los pecados.
 Dios nos creó en Cristo Jesús y tiernamente perdonó nuestras faltas. Pero antes que Dios pudiera vivificarnos, El tenia que tenernos como “materia prima” para trabajar. De este modo, la pregunta viene a ser: ¿Cómo nos gana Él para poder crearnos en Cristo Jesús?
Juan 6:44
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere…
Podemos ser vivificados, podemos obtener esta ciudadanía, solamente si el Padre nos trae. No nos podemos alzar nosotros mismo por nuestros propios esfuerzos; no podemos salvarnos a nosotros mismos. Ningún hombre, ninguna persona, puede venir a Cristo y ser salvo a menos que el Padre le trajere. Para recibir vida eterna el hombre tiene que ser traído por Dios, alejándose así de las garras y gobernación de Satanás. Jesús usó la misma palabra (aquí traducida “atraer”) en Juan.
Juan 12:32
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré [traeré] a mí mismo.
Jesús dijo en Juan 6:44 que solamente el Padre puede traer; y sin embargo aquí dice que Cristo va a atraer. ¿Cuál es la respuesta? Al mundo gobernado por Satanás en el cual usted y yo vivimos, vino una persona que fue concebida por el Espíritu Santo y nacida de María. Esta persona vino al mundo del Diablo no teniendo tiniebla alguna en él pues él era la luz del mundo. El no conoció pecado. Por nosotros fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Además, él estaba en este mundo, pero no era de —no pertenecía a— este mundo. Cuando Cristo estaba en el mundo la Escritura dice que Dios estaba obrando en él.
2 Corintios 5:19
…Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo[la gente en el mundo]…
Dios en realidad trae por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo quien, de acuerdo con Isaías 53:6, cargó “…el pecado de todos nosotros”. A causa de la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios podía entonces traer o rescatar a los creyentes de la gobernación de Satanás y darle ciudadanía en Su reino.

Antes de que Dios nos rescatara, estábamos muertos en pecados. Pero Dios envió a Su Hijo unigénito quien era el medio por el cual podíamos ser rescatados. Nosotros somos hechura de Dios creados a través de los logros de Jesucristo. Dios nos rescato.
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…
Dios envió a Su Hijo, quien no tenía tiniebla ni pecado alguno, y trajo a Su Hijo a Sí mismo. A causa de la muerte y resurrección de Jesús, Dios nos trae. Dios hizo posible nuestra gran esperanza de gloria: “…Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Dios nos rescató de este reino de Satanás y nos dio ciudadanía en Su reino.
Colosenses 1:13
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas,y trasladado al reino de [por] su amado Hijo.
Este reino no puede ser el “...reino de su amado Hijo” pues el Hijo no tiene su propio reino; el “reino” es el Reino de Dios. La palabra “de” debería ser “por”. Es el genitivo de origen. Dios nos rescató del poder ejercido del reino de las tinieblas, la gobernación de Satanás, y nos dio ciudadanía en Su reino por lo que Su Hijo Jesucristo hizo por nosotros aquí sobre la tierra.
Gálatas 1:4
El cual [Jesucristo] se dio a sí mismo por nuestros pecadospara librarnos [rescatarnos] del [fuera de en medio del]presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.
Hasta que renacemos, somos hijos de ira; estamos en un mundo físico que pertenece al Diablo, es su reino. Al ser renacidos, nos hacemos “…irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha [proveniente de Dios] en medio de una generación [un reino] maligna y perversa…” de acuerdo a Filipenses 2:15.

Dios nos trajo y nos rescató fuera de en medio de las influencias ejercidas de Satanás. Hay gente, sin embargo, en el mundo de Satanás quienes nunca serán salvos porque rehúsan creer. Pero, para aquellos de nosotros que queremos creer, Dios por su presciencia nos ha rescatado fuera del poder de Satanás. Cuando Dios nos separo y nos rescató, El nos trajo como ciudadanos a Su reino por los esfuerzos de Su amado Hijo.

Fue Dios quien envió a Su Hijo unigénito al mundo para buscar y salvar a aquellos que están perdidos, específicamente aquellos de nosotros que deseamos ser salvos. Dios nos rescató aun mientras todavía estamos viviendo en este mundo. 

Ya tenemos la ciudadanía en el Reino de Dios. El ya “…nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”, como dice en Efesios 2:6. Hablando legalmente, fuimos circuncidados en la circuncisión de Cristo. Cuando Cristo murió, nosotros morimos con él. Cuando él fue enterrado, fuimos enterrados en el bautismo de su entierro. Cuando resucitó nosotros resucitamos con él. Cuando ascendió, nosotros ascendimos con él. Cuando Cristo venció, vencimos con él. Cuando fue sentado, fuimos sentados con él. Cuando él llevó “cautiva la cautividad” y “dio dones a los hombres”, nos fue dado el poder para vivir victoriosamente aun en el reino de Satanás, teniendo la habilidad de manifestar el poder de Dios en la vida más abundante. ¡Qué revelación para el alma del hombre! ¡Qué gloria, qué gozo, qué paz! Porque Cristo nació y vivió hace 2000 años, estamos rescatados y ahora mismo tenemos ciudadanía en el Reino de Dios.