jueves, 7 de febrero de 2019

CONOCIENDO LOS DERECHOS FILIALES: CAP. 23

CAPITULO 23

CONOCIENDO LOS DERECHOS FILIALES

Ninguna persona puede andar confiadamente en la mente renovada hasta que reconozca su posición legal en Cristo. Uno tiene que conocer sus derechos filiales. Yo soy un hijo de Dios, renacido del Espíritu de Dios. ¿Qué significa esta filiación para mí? Para entender esto tendré que saber lo que recibí cuando fui redimido, lo que obtuve cuando Dios me justificó. Tengo que descubrir qué es la justicia, qué es la santificación, y qué es el ministerio de la reconciliación. Tengo que entender todas estas cosas si voy andar con la grandeza y el poder de Dios.


Anteriormente hemos estudiado la redención y la filiación. Leímos que somos herederos de Dios y coherederos con Jesucristo. Sabemos que, con la redención, tenemos la simiente incorruptible de Dios nacida adentro y así tenemos vida eterna. Ahora, ¿qué de los demás beneficios?

Romanos 5:19:

Porque así como por la desobediencia de un hombre [Adán] los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno [Jesucristo], los muchos serán constituidos justos.

Si Dios, por medio de Jesucristo, constituye justa a una persona, entonces esa persona es justa.

1 Corintios 1:30:Mas por él [Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.
Si Dios nos ha dado estas cosas, tenemos la sabiduría de Cristo, su justificación, su santificación y su redención.

La palabra “santificado” quiere decir “ser puesto aparte”. Antes de que un hombre sea renacido del Espíritu de Dios, él es un hombre de cuerpo y alma; eso es todo. Pero cuando es renacido, él es separado por Dios para el cielo y ni siquiera el infierno puede impedirle que vaya.

Después de ser separado para el cielo, ¿qué viene con la justificación, la justicia, y los demás derechos filiales?
Filipenses 3:9:
y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley [Si usted guarda los diez mandamientos, no es hallado en él porque tiene su propia justicia por la ley.], sino la [justicia] que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
¿Cuán justo es Dios? El es Justo. Entonces, espiritualmente, un creyente es tan justo- tan libre del pecado-como Dios. Esto es lo que la Palabra dice.

Romanos habla de la justificación o la liberación de la penalidad del pecado. El contexto se refiere a Jesucristo.
Romanos 4:25:el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
El texto “original” dice: “El cual fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado cuando nosotros fuimos justificados”. Fuimos completamente liberados de la penalidad del pecado cuando Dios le resucitó. Romanos 3 dice que así como ningún hombre recibe justicia por la ley, tampoco es ningún hombre justificado por ella.
Romanos 3:20:Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Ninguna carne es justificada delante de Dios por la ley. Así que no importa con qué diligencia un hombre trabaje para guardar la ley, no importa cuántas veces él se arrodille y ore hasta el amanecer, él no va a ser justificado por estas acciones sinceras.
Romanos 3:21-25:
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
la justicia de Dios por medio de la fe en [de] Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente [no de mala gana o con vacilación] por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.
Romanos 5:1:
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Siendo justificados por la fe de Jesucristo, nosotros tenemos paz. La paz no es algo por lo que se trabaja; la obtenemos cuando le recibimos a él. Estamos en paz con él. Si renovamos la mente, estaremos en paz y actuaremos pacíficamente porque tenemos la paz de Dios.
Romanos 5:6-9:
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno [algún hombre] osara morir por el bueno.Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
¿Cómo puede la gente enseñar que los cristianos tienen que pasar por la tribulación como está escrito en el Libro del Apocalipsis? Romanos dice categóricamente que hemos sido salvos de la ira venidera.
Romanos 5:10:
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Mire usted a 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. No dice “Cristo en usted”. Cristo en una persona es salvación; una persona en Cristo es la mente renovada, la comunión que uno tiene con él.
2 Corintios 5:17,18:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas [en la mente de uno]pasaron; he aquí todas son hechas nuevas [en la mente de una persona al grado que él está en Cristo, comunión].Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió [tiempo pasado] consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación.
En los Evangelios Jesús tenía el ministerio de reconciliar a los hombres con Dios, Jesús dijo: “Yo edificare mi iglesia”. En la Administración de la Iglesia los creyentes renacidos, usted y yo, tenemos esta responsabilidad. Si él nos dio el ministerio de la reconciliación, somos responsables por su utilización, su operación, su funcionamiento. Nosotros que tenemos el ministerio de la reconciliación podemos sentarnos y no hacer nada. Pero a menos que otros sean informados sobre el nuevo nacimiento, sobre el espíritu santo y sus manifestaciones, a menos que se les diga lo que son sus derechos filiales, ellos nunca sabrán. Ahora usted y yo tenemos este ministerio.
2 Corintios 5:19:Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
¿De qué me sirve tener el ministerio de reconciliarle a usted con Cristo a menos que yo tenga la Palabra para informarle cómo ser reconciliado, cómo ser salvo, cómo ser lleno del espíritu santo, cómo operar las manifestaciones, cómo renovar la mente de Cristo en nosotros para manifestar los frutos del espíritu santo, cómo creer para que sus oraciones sean respondidas, cómo andar? Note usted que Dios no nos ha dado la palabra de la reconciliación; El nos la encargó. Si El nos la encargó, nos la entregó completamente, Dios se limitó a usted y a mí en esta administración.
2 Corintios 5:20,21:
Así que, somos [no cuando muramos, sino en este momento] embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Al que no conoció pecado [a Jesucristo], por nosotros [Dios] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El versículo 20 dice: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo…” ¿Por qué no comportarse como un embajador? Si el presidente de su país le llamase para ser un embajador, usted saldría a comprar un esmoquin nuevo y una corbata negra. Compraría un paraguas nuevo y un sombrero de copa nuevo, nuevas maletas, y los otros accesorios. ¿Por qué? Porque usted ha sido comisionado para representar mejor a su nación.

Cuando usted es renacido del Espíritu de Dios, la Palabra dice que usted es un embajador en nombre de Cristo. ¿Sabe usted cómo luce el embajador cristiano típico? Luce aplastado con todos los pecados del mundo y completamente vencido mientras “lleva su cruz”. Está desanimado, malhumorado y derrotado. No se sorprenda de que nadie se acerque para oír el mensaje de este embajador. El no podría entusiasmar ni siquiera a un ratón hacia un tarro de basura, mucho menos interesar al mundo seglar en su reconciliación con Dios. Si ser cristiano es un trabajo tan difícil, poca gente será impresionada por su ejemplo paupérrimo.

¿Cuándo vamos a creer nuestros derechos filiales? ¿Por qué no caminar por las calles en nuestras comunidades, en nuestras ciudades, en nuestros pueblos, en las varias regiones de nuestros países con nuestras espaldas rectas y nuestras cabezas en alto y decir: “Yo soy un hijo de Dios. Soy embajador para el Señor Jesucristo. ¿Cómo está usted esta mañana? Bueno, ¡yo estoy maravillosamente bien!”? Hemos llegado a acostumbrarnos tanto a ver al cristiano promedio apesadumbrado y derrotado que nadie proyecta la actitud del embajador de Dios con derechos filiales. Usted y yo somos lo que la Palabra de Dios dice que somos, tenemos lo que la Palabra de Dios dice que tenemos y seremos lo que la Palabra de Dios dice que seremos. Y ella dice que somos hijos de Dios.
1 Juan 3:2:Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Además de ser embajadores, como creyentes también somos llamados a ser mensajeros, testigos, soldados y obreros. Como mensajeros debemos, como Epafrodito, ministrar a las necesidades de los demás.
Filipenses 2:25:
Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades.
Como testigos debemos informar a otros sobre Cristo. Nuestra responsabilidad como testigos es muy extensa y exigente.
Hechos 22:15:
Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.
Hechos 1:8:
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Como soldados de Cristo no debemos enredarnos indebidamente en lo trivial de esta vida, como nos advierte 2 Timoteo.
2 Timoteo 2:3,4:
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Pero nosotros debemos pelear una buena batalla según amonesta 1 Timoteo.
1 Timoteo 6:12:
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
El lenguaje figurado de soldados y de lo militar se encuentra a través de toda la Biblia. Tal vez el consejo más crítico para nosotros como guerreros de Cristo se nos da en Efesios.
Efesios 6:12:
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo [mundo], contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Nuestra batalla no es física, es espiritual. Por lo tanto tenemos que equiparnos con armadura espiritual para pelear contra las potestades de maldad.
Efesios 6:13:
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Como obreros trabajamos con Dios, según lo dice 1 Corintios.
1 Corintios 3:9:
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Nosotros laboramos en muchos aspectos de la vida cristiana; pero nuestra responsabilidad más fundamental como obreros es la base de este curso de discipulado.
2 Timoteo 2:15:
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Además de ser embajadores, mensajeros, testigos, soldados y obreros, se nos ha dado el ministerio de la reconciliación, y se nos ha encargado la palabra de la reconciliación. ¿Cuándo vamos a declarar lo que dice la Palabra sin preocuparnos de lo que puedan decir los vecinos? Tenemos que renovar la mente a lo que dice la Palabra, no a nuestros vecinos.

Por esto es que murió Cristo; por esto es que Dios dio a Su Hijo unigénito. Usted y yo deberíamos tener la valentía de declarar lo que dice la Palabra de Dios. Vea Colosenses.
Colosenses 2:6,7:
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Efesios 1:17-23:
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo [mundo], sino en el venidero;
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
El tener la mente renovada mientras nos mantenemos firmes en nuestros derechos filiales es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos. Cuando nosotros pongamos la mente de Cristo en nuestras mentes, y empecemos a vivir a su manera, no solamente serán abundantes nuestras vidas, sino que las vidas de otros serán cambiadas por nuestro ministerio de reconciliación.


LOS CINCO MINISTERIOS EN LA IGLESIA, CAP. 24



CURSO DE DISCIPULADO CAPITULO 24

LOS CINCO MINISTERIOS EN LA IGLESIA

La Iglesia fue establecida en el día de Pentecostés. A cada miembro -a todo aquel que ha creído, cree o creerá en Jesucristo- le ha sido encargado el ministerio de reconciliar a otros con Dios. Además de este encargo global que fue hecho, Dios designó específicamente cinco dones de ministerios para la Iglesia. El propósito de estos ministerios es capacitar a los creyentes para que anden con el poder de Dios mientras añaden nuevos miembros al Cuerpo y ayudan a los miembros antiguos a mantenerse en comunión. Los cinco dones de ministerios están establecidos en Efesios 4. Antes de empezar a leer, note que los versículos 9 y 10 están entre paréntesis. Un paréntesis es una figura literaria insertada como explicación. Entonces para mayor claridad leamos el versículo 8 y saltemos al versículo 11 para continuar el punto en cuestión.

Efesios 4:8 y 11:
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.

Y él mismo [Dios en Cristo] constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.

Algunas personas sostienen que cuando los apóstoles del Nuevo Testamento murieron, no hubo más apóstoles o profetas. Este no puede ser el caso porque Dios dijo que “Subiendo a lo alto, [Cristo] llevó cautiva la cautividad, Y dio dones” a la Iglesia. Vivimos durante la Administración de la Iglesia así que estos dones todavía tienen que sernos dados. Efesios dice que El dio (1) apóstoles, (2) profetas, (3) evangelistas, (4) pastores y (5) maestros. Si quedan algunos pastores, tiene que haber algunos apóstoles; si quedan algunos maestros, tiene que haber algunos profetas; si quedan algunos evangelistas, tiene que haber algunos apóstoles, profetas, pastores y maestros.

Los dones espirituales son citados en Romanos 12; 1Corintios cap. 12-14; Efesios cap. 4 y 1Pedro 4. 


El apóstol Pablo expresa a la Iglesia de Corinto que no quiere que estén ignorantes acerca de los dones espirituales, y al enseñárselos hace tres clasificaciones: diversidad de dones, los cuales son dados por el Espíritu Santo; diversidad de ministerios, que son dados por el Hijo y diversidad de operaciones, dadas por el Padre. Este estudio aborda los ministerios, es decir, los dones dados por Cristo a su Iglesia, para el perfeccionamiento de su Cuerpo.

Los cinco ministerios son dones de ministerio dados por el espíritu santo, en forma humana que Jesucristo ha repartido a su Iglesia, hasta que alcance la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta llegar a la estatura del varón perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo; para equipar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo (Ef. 4:12), y no ser niños fluctuantes, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por vientos de doctrina (Ef. 4:14). La misión de los cinco ministerios es arrancar, derribar, destruir y derrocar (Jer. 1:10) toda obra de tinieblas en nuestra vida, para luego edificar y plantar sobre el fundamento que es Cristo. Estos cinco ministerios son: apostólico, profético, magistral, Evangelístico y pastoral.

Jesucristo cuando se fue, dotó a la iglesia de estos 5 ministerios, a través del Espíritu Santo, porque ella haría mayores obras que las que Él hizo (Jn. 14:12), por lo tanto, así como Jesús evangelizó, pastoreó y enseñó al pueblo de Israel, así mismo, Dios levanta hombres para que realicen esta tarea, veamos:

1. MINISTERIO APOSTÓLICO (Alas de águila). La palabra apóstol se traduce del griego apostolos, que significa uno que es enviado y mensajero (Strong 652) y del griego apostello que quiere decir enviar para un servicio o una comisión (Strong 649). Este vocablo describe la relación que existe entre el ministro y Cristo (Diccionario Vine), que no le importa morir, si fuera necesario para cumplir con su llamamiento (Hch. 20:24), y no podrá callar lo que ha visto y oído (Hch. 4:19-20). La Biblia muestra apóstoles enviados por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo.

a. APÓSTOLES DEL PADRE: JESUCRISTO, Hebreos 3:1: La Biblia nos enseña que Jesucristo es el Apóstol enviado por Dios Padre para realizar Su Obra.

b. APOSTOLES DEL HIJO: LOS DOCE APÓSTOLES (Mt. 10:2-4; Ap. 21:14). Los doce discípulos son elegidos por el Señor para recibir una instrucción especial, ellos fueron: Simón Pedro, Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Simón el Zelote, Judas hijo de Jacobo y Judas Iscariote, el que le traicionó. Estos doce le acompañaron en su ministerio terrenal, vivieron con él, fueron testigos oculares de los milagros, maravillas y portentos que hizo en diversas situaciones, y luego, enviados para que hicieran todo lo que Jesús había hecho y aún más. Las instrucciones para ellos fueron: ir a las ovejas perdidas de la casa de Israel a predicar que el reino de los cielos se había acercado, que sanaran enfermos, resucitaran muertos, limpiaran leprosos, expulsaran demonios, dando de gracia lo que de gracia recibieron (Mt. 10:6-8), se les denomina apóstoles del Cordero y sus nombres están escritos en los cimientos de la ciudad celestial.

c. APOSTOLES DEL ESPÍRITU SANTO: Posterior a la ascensión de Cristo a los cielos, fue el Espíritu Santo el encargado de designar quienes desarrollarían las diferentes funciones apostólicas para alcanzar el propósito de capacitar a los santos y de perfeccionar la Iglesia (Ef. 4:11-13), teniendo la mención de algunos de ellos en la Biblia.

I. BERNABÉ. (Hch. 14:4,14)     III. SILAS. (1 Ts. 1:1; 2:6)
II. PABLO. (Hch. 14:4, 14)        IV. TIMOTEO. (1 Ts. 1:1; 2:6)

2. FUNCIONES APOSTÓLICAS. La Biblia muestra las funciones que realizan los apóstoles:
a. ESTABLECER DOCTRINA (Hch. 2:41-42; Ef. 2:20) El apóstol establece la sana doctrina como fundamento para crecer hasta ser un templo santo en el Señor. El águila es figura del apóstol, este animal es de fuerte musculatura,
vuelo rápido a grandes alturas, posee una gran visión, fabrica su nido en lo más alto de la peña (Job 39:28-29), representa la ligereza de un ejército (La. 4:19), es enemiga de la serpiente y finalmente, cuando come algo que la intoxica, busca una roca alta y caliente para desintoxicarse, figura de que el apóstol buscará la Roca Eterna que es Cristo y el fuego del Espíritu para escudriñar la doctrina, desechar lo que no sirve y entregar al pueblo la sana doctrina. El apóstol  es un elemento pionero en el trabajo como misionero. Romanos 15:20 dice: Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno... él se preocupó en predicar el evangelio en lugares donde Cristo no había sido conocido.

b. CUBRIR (Mt. 28:18-20). Cuando el Señor Jesús resucitó, le fue dada toda potestad en el cielo y en la tierra, promete que estaría cubriendo a los suyos todos los días hasta el fin del mundo, este poder de cubrir fue delegado a los cinco ministerios. Cuando Jesús entró en la casa del centurión (Mt. 8:8), éste se sentía indigno porque en las costumbres judías cualquiera que entraba en una casa, quedaba bajo cobertura, protección y autoridad. Es importante estar bajo cobertura apostólica para que la casa no sea desierta (Mt. 23:37-39), para recibir la enseñanza y doctrina (Ef. 2:20-22). El apóstol recibe de parte de Dios una capacitación especial para iniciar ministerios. Las señales y prodigios y los poderes de milagros son recursos que Dios le permite usar para dar testimonio de su veracidad de la obra que se ha propuesto. Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. (2Corintios 12:12).

c. ENVIAR (Hch. 7:35, 9:5-18; Mt. 10:6-8). Así como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo enviaron a sus mensajeros con comisiones específicas, así el apóstol tiene la facultad de enviar, guiado por el Espíritu Santo, a ministros para realizar funciones Ministeriales de: apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro.

d. El sufrimiento es parte integrante del misterio apostólico.

1 Corintios 4:9-139 Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres.10 Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.11 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos.13 Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.

Por último un apóstol es uno que trae nueva luz a su generación. Puede ser revelación antigua, pero es nueva para la generación a quien él habla.


3. MINISTERIO PROFÉTICO 

(Alas de gallina). La palabra en griego que designa profeta, es la expresión prophétes, es un sustantivo compuesto de la raíz "phé" (decir, proclamar), que tiene siempre una connotación religiosa, y el prefijo "pro", es un adverbio de tiempo que tiene el significado de "antes", "de antemano". Se sugiere, entonces, el significado de "aquel que predice el futuro", "aquel que predice de antemano", que parece ser confirmado por el empleo de la palabra de prophemi (predecir, proclamar de antemano).Un profeta es uno que habla por Dios a la gente de Dios. El no es un evangelista; él trabaja dentro del cuerpo de creyentes. Un profeta es un hombre que habla a la gente de Dios para que ellos vuelvan a la Palabra de Dios y a la comunión que ordenó el Padre. Algunos ejemplos de profetas en el Nuevo Testamento son:
a. JUAN EL BAUTISTA (Mt. 11:9-10)
b. ANA (Lc. 2:36)
c. PROFETAS EN LAS IGLESIAS (Hch. 13:1)
d. AGABO (Hch. 11:27-28; 21:10)
e. LAS HIJAS DE FELIPE (Hch. 21:9).

4. FUNCIONES PROFÉTICAS EN LA IGLESIA. La Biblia enseña que las funciones del ministerio profético, en el cuerpo de
Cristo son:
a. HABLAR DE PARTE DE DIOS (He. 1:1). Dios utiliza cualquier medio para hablar a su pueblo, sin embargo, envía mensajes por medio de los profetas, anunciando su consejo, el profeta debe mantener sus sentidos espirituales sensibles a la voz de Dios en todo tiempo, para hablar de parte de Él, y no de su propia cuenta (Dt. 18:18-20).


b. PROTEGER (Mt. 23:37-39; Lc. 13:34). El profeta se identifica con las características de las alas de la gallina, quien reúne a sus polluelos para protegerlos de los embates del enemigo. En el antiguo Testamento, Dios envió
profetas para reunir a su pueblo bajo sus alas protectoras, pero los hirieron y los mataron (Mt. 23:37), envió a Jesucristo, y también lo hirieron y lo mataron (Lc. 24:46), y ahora en el tiempo de la iglesia, Dios levanta profetas cuyo propósito es proteger al pueblo de Dios.

5. MINISTERIO EVANGELISTA (Alas de paloma). “Evangelista” se traduce del griego euanguelistes y significa mensajero de la bueno, proclamar las gratas nuevas (Strong 2099), esto indica que los evangelistas son mensajeros que llevan buenas noticias del reino: la salvación y la vida eterna. Un evangelista saca de la cautividad a muchos (Lc. 4:18-19), «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, [19] a pregonar el año del favor del Señor». El evangelista se caracteriza por el amor hacia las almas perdidas, debe estar lleno del Espíritu Santo (Hch. 2:2-4). Es un ministerio que debe soportar las aflicciones al hacer la Obra (2 Ti. 4:5) y son pescadores de hombres (Mr. 1:17).

Algunos evangelistas que se mencionan en el Nuevo Testamento son:
FELIPE (Hch. 21:8). Este es el único personaje a quien se le denomina evangelista, era uno de los siete varones de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, elegidos para servir las mesas de la iglesia en Jerusalén (Hch. 6:5). Felipe evangelizó Samaria, donde se convirtieron muchos, efectuaba milagros (Hch. 8:4-8;21:8), fue llevado en el Espíritu por donde pasaba el eunuco, quien fue evangelizado y bautizado (Hch. 8:26-40). Evangelizó Azoto (Asdod) y las ciudades de la región, hasta Cesarea.

6. FUNCIONES DEL MINISTERIO EVANGELISTA.

a. ANUNCIAR LAS BUENAS NUEVAS (PREDICAR EL EVANGELIO). La función primordial del evangelista es predicar el evangelio en el poder del Espíritu Santo (Hch. 2:2-4), como consecuencia le seguirán prodigios y señales que confirman la Palabra que predica (Hch. 6:8). A través del ministerio Evangelístico, el Espíritu Santo derrama un espíritu de arrepentimiento en las personas que escuchan, y como consecuencia, trae reconciliación entre Dios y ellas (2 Co. 5:19), y Dios les otorga su paz (Ef. 2:14). El evangelista es tipificado en las alas de paloma (Sal. 55:6; 68:11-12), ya que la paloma es un animal símbolo de reconciliación y paz.

b. SANAR Y LIBERAR (Mt. 10:1-3). En el evangelista se mueven los dones de poder para sanar dolencias, liberar literal y espiritualmente, como lo hacía el Señor Jesús (Mt. 4:23-24). En Hechos (8:5-7) se ve que Pablo tenía poder para sanar; a Felipe, las señales le seguían, cumpliéndose así, lo dicho por Jesús, que quien creyera en Él, podría hacer, no sólo las mismas obras que Él hacía, sino aún mayores (Jn. 14:12).

c. RECORRER ALDEAS Y CIUDADES PREDICANDO (Hch. 8:40; 15:36; 16:4-5). Por el amor que tiene a las almas perdidas, recorre aldeas y ciudades, predicando el evangelio, sin importarle las incomodidades o peligros.

7. MINISTERIO PASTORAL 

La palabra “pastor” se traduce del griego poimen que significa uno que cuida manadas o rebaños, no meramente uno que los alimenta (Strong 4166), entendiéndose que un pastor conduce y apacienta la iglesia; con un cuidado tierno y una supervisión llena de atención (Diccionario Vine). Un buen pastor se reconoce porque da su vida por las ovejas (Jn. 10:11), con la vara corrige y con el cayado pastorea (Sal. 23). Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se describe como este ministerio es desarrollado, veamos algunos ejemplos:

a. JESUS, EL PASTOR POR EXCELENCIA (Mt. 26.31; Mr. 14.27; Jn. 10.11, 14,16; He 13.20; 1 P. 2.25). Jesús se presentó como el buen Pastor, que dio su vida por las ovejas muriendo en la cruz del calvario, el que cuidó al rebaño, lo alimentó y lo condujo a nuevos pastos, fue un pastor conforme al corazón de Dios (Jer. 3:15).

b. EN EL NUEVO TESTAMENTO (Ef. 4:11; Hch. 20:28; 1 P. 5:2). En estos pasajes se menciona que Jesús encargó a los ancianos para que pastorearan su Iglesia, de manera voluntaria y no por avaricia u obligación, puesto que esa Iglesia costó su sangre derramada en la cruz.

8. FUNCIONES DEL MINISTERIO PASTORAL.
a. CONOCER A SUS OVEJAS (Jn. 10:14). “Conocer” se traduce del griego ginosko que significa estar tomando en conocimiento, venir a saber, reconocer y entender totalmente (Strong 1097), esto implica que el pastor de una congregación debe conocer a sus ovejas y que las ovejas lo conozcan, desarrollar una estrecha relación personal.
b. MANTENER EL REBAÑO UNIDO (Jn. 10:16). El buen pastor mantiene su rebaño unido, Jesús dijo que hay algunas ovejas que hay que traerlas al rebaño para que haya un solo pastor, la acción de “traerlas” viene de la raíz griega ago que significa: arrastrar, celebrar, conceder, guiar, ir, llevar, meter (Strong 71), implicando que la tarea de mantener unido el rebaño es una serie de acciones, algunas veces muy suaves (celebrar, conceder, llevar) pero otras un poco fuertes (arrastrar, guiar, meter), pero todas son necesarias.
c. DEFIENDEN DEL MALIGNO A LAS OVEJAS (1 S. 16:19). El estilo de David era defender al rebaño de osos y leones. Los pastores defienden a las ovejas; cuando se han extraviado, las buscan hasta encontrarlas. El mismo Señor dijo que levantaría pastores conforme a su corazón, para que apacentaran al rebaño con conocimiento y con inteligencia (Jer. 3:15).
d. VELAN Y DAN CUENTA DE LAS ALMAS DE LAS OVEJAS (He. 13:17; 1 P. 5:2). El Señor, a través de Pablo, les pide a los pastores que pastoreen su rebaño, velando por él, no por obligación sino voluntariamente, no esperando una recompensa, sino por amor, para agradar al amado, ya que el pastor dará cuenta a Dios acerca de aquellos que Él puso a su cuidado.

9. MINISTERIO MAGISTRAL, MAESTRO (Alas de halcón). (Ef. 4:11). El término “maestro” se traduce del griego didaskalo que significa enseñar (Strong 1320). Los maestros se ocupan de la enseñanza, en la exposición inteligente de la verdad mediante el Espíritu Santo. El que es llamado a este ministerio tiene sus oídos circuncidados, para poder enseñar la doctrina que se le es dada y poder delinear la Palabra de Dios (1 P. 4:11; 2 Ti. 2:15), así mismo, debe vivir lo
que está trasladando, no como los fariseos (Mt. 23:3). Aman la Palabra (Sal. 119;97). Su lengua es un punzón de escribiente que sirve para grabar la ley de Dios en los corazones del pueblo, son los que explican los misterios de Dios de una manera sencilla. Veamos algunos ejemplos:
a. CRISTO, EL MAESTRO POR EXCELENCIA (Mt. 7:28-29). La gente se maravillaba y admiraba de la forma como el Señor Jesús enseñaba, porque lo hacía con autoridad y al enseñar, guiaba, instruía, delineaba bien la Palabra, enseñando verdades que libertan (Jn. 8:32).

10. FUNCIONES DEL MINISTERIO MAGISTRAL

a. HACER DISCÍPULOS (Mt. 20:18; 2 Ti. 2:2). El mandamiento del Señor Jesucristo es hacer discípulos, por lo que necesariamente deben existir maestros para que desarrollen esta función. Debe buscar gente que sea idónea, que se deje equipar primero y luego enseñar a otros.
b. TRAZAR BIEN LA DOCTRINA APOSTÓLICA (2 Ti. 2:15). El término trazar bien se traduce de la palabra griega orthotomeo que denota la acción de cortar recto (Strong 3718), cuya figura principal es el trazado de carreteras. En el término la acción recae sobre la raíz orthos, que denota que la Palabra de Dios tiene que ser empleada de manera estricta siguiendo las líneas de su enseñanza. La responsabilidad del maestro es trazar bien la Palabra ya que esto repercutirá en los oyentes. El peligro de una mala enseñanza es que el oyente se pierda, pues la doctrina no salva, pero muchos pueden llegar a perderse por mala instrucción recibida.
c. ENSEÑAN A DISCERNIR LA DOCTRINA (Hch.17:11). El término discernir se traduce del griego anakrino que significa examinar, escudriñar, distinguir o separar (Strong 350). La tarea del maestro es ardua, pues debe desarrollar la capacidad en los oyentes (discípulos) de examinar, saber distinguir entre la mala y la buena doctrina.
d. ABRIR EL OÍDO PARA OÍR LA SANA DOCTRINA (Mr. 7:33-35). Abrir se traduce del término griego anoigo que denota la acción de abrir una puerta o una verja (Strong 455). Una de las funciones del maestro es abrir los oídos con la finalidad de que el oyente adquiera la capacidad de recibir la buena semilla del evangelio. En este tiempo, Dios está mostrando a su pueblo el beneficio de los dones del Hijo, dones en forma de hombres que Él ha levantado con autoridad para la edificación del cuerpo de Cristo, al apóstol le da la autoridad para dirigir y pone una palabra de justicia en su boca, al profeta le da palabra de ciencia y sabiduría, al maestro para trazar la palabra, al pastor para guiar al pueblo hacia él y al evangelista para que se enfrente a las huestes del enemigo y arrebatar las almas de la condenación. El apóstol Pedro exhorta a que la Iglesia se cobije bajo la poderosa mano de Dios, ya que establece la protección para los hijos de Dios.

Efesios 4:11 dice que Dios constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Luego el versículo 12 dice para qué propósito los dio.

Efesios 4:12:
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.

Estos ministerios no pueden ser para la perfección espiritual de los santos porque espiritualmente los santos son perfectos. Como aprendimos antes, los santos tienen a Cristo adentro. Pero los ministerios fueron dados para la perfección de los santos en su andar en la mente renovada. Estos ministerios son para edificar y mantener el cuerpo de Cristo.

El versículo 13 de Efesios 4 nos dice cuánto tiempo estos ministerios van a existir.

Efesios 4:13:
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

¿Cuándo será el tiempo? 1 Corintios 13 nos dice que esto será cuando Cristo regrese. Entonces le veremos tal como él es y seremos semejantes a él porque él nos ha comprado y llamado y recogido. Hasta el momento de su regreso, tenemos apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros en la Iglesia para el perfeccionamiento de los santos y la edificación de todos los creyentes.

Efesios 4:14-16:
Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,

de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

“Para que ya no seamos niños”. Debemos crecer y no ser nenes que tiene que ser alimentados por un biberón toda la vida.

Estas son las razones por las que los ministerios han sido dados a la Iglesia. La Iglesia debe ser edificada y no llevada “…por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”. Usted y yo como hijos de Dios debemos saber lo que tenemos en Cristo Jesús y ser capaces de andar con la eficacia y el poder de Dios en nuestra vida. Tenemos apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para ayudarnos en nuestra vida abundante en Cristo Jesús.

Hebreos 4:16:
Acerquémonos, pues, confiadamente [no con duda] al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Nosotros vamos a nuestro Padre confiadamente y decimos: “Padre, tú sabes mi necesidad, y te agradezco por su cumplimiento en este mismo momento”. Tenemos que aprender a mantenernos firmes en nuestros derechos legales como hijos de Dios. Romanos 8:17 nos dice que somos “herederos de Dios y coherederos con Cristo”. Si la Iglesia comparte plenamente lo que Cristo ha heredado, nosotros, como miembros de la Iglesia, tenemos una riqueza tremenda. El texto arameo en Colosenses 2:10 dice: “Nosotros estamos completamente completamente absolutamente completos en él”. ¿Cómo entonces puede faltarnos alguna cosa?