¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta família un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo. Miqueas 2:1-3
El Fiscal Segundo delegado ante la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, Germán Pabón, solicitó al Juez Cuarto con función de Control de Garantías, Juan Pablo Lozano, que dicte medida de aseguramiento por fraude procesal, peculado por apropiación y cohecho a Manuel Francisco y Miguel Eduardo Nule Velilla, Guido Alberto Nule Marino y Mauricio Antonio Galofre Amín, en desarrollo de la investigación que se adelanta por el llamado “carrusel” de la contratación. Galofre y los Nule solo aceptaron los cargos por el delito de peculado y rechazaron los demás delitos que les imputaron: cohecho, falsedad en documento privado, concierto para delinquir y fraude procesal.
El delito de peculado por apropiación se relaciona con los manejos de dinero referentes a anticipos de la calle 26 y con otros proyectos de la malla vial en la capital del país. Según lo establece el Código Penal, la pena por peculado sugiere cárcel entre 8 y 22 años y medio, sin considerar las rebajas.
Vivimos en una sociedad con grandes dosis de corrupción, la violencia se hace presente de una manera tal que está entrando a formar parte de lo cotidiano, las injusticias manifestadas de mil maneras y modos, claramente visibles o soterradas, incluso a veces amparada en leyes fácilmente transgredibles, pululan por todas partes, la falta de respeto a las convicciones de los otros, cuando se habla de libertad de opinión y de conciencia, está a la orden del día, pero a pesar de todo hay quien se empeña a decir que no hay pecado.
Y sí, hay pecado, hay mucho pecado, llamémosle como le llamemos o como no le queramos llamar. Hay mal, generamos mucho dolor buscado conscientemente, y a eso le llamamos pecado, porque además de herir la dignidad del hombre, hiere al mismo Dios. Todo mal que nos hacemos se vuelca con la misma fuerza en Dios, porque él está en la base que sustenta a todo ser humano, criatura suya, obra de su amor, hijo suyo, aunque no lo sepa e incluso lo rechace. Porque un hijo puede rechazar a su padre, pero no puede nunca dejar de ser su hijo.
Los seres humanos, en todo el desarrollo de la historia se han visto ante el dilema de aceptar los antivalores del reino del mal (la corrupción y la violencia) y los valores del reino del bien (la justicia y la paz). Es debido a estas fuerzas que operan en la historia de la humanidad (los seres humanos en particular y la sociedad en general) que vemos como actos hermosísimos como el de personas dando sus vidas por salvar las de otras a quienes no conocen, o países y gobiernos extendiendo la mano solidaria a otros países y gobiernos necesitados sin pretender nada a cambio y vemos actos horrorosos como el de hermanos matándose unos a otros, o como países ricos explotando y exprimiendo lo muy poco que tienen países miserables.
En esta lucha entre los que han optado por el reino del mal y los que han optado por el reino del bien, los cristianos no podemos rendirnos dándonos por vencidos y dejando a la humanidad en manos de los corruptos y violentos y dejar perpetuar la injusticia (los que han optado por el reino del mal) si esto hiciéramos, no estaríamos cumpliendo con nuestro papel de profetas, sal y luz del mundo (Jeremías 1: 4-10 el llamado de Dios a Jeremías a ser profeta “no digas soy un niño” y Mateo 5:13 -16 “vosotros sois sal de la tierra y luz del mundo”).
Si la corrupción y la violencia se han desarrollado con más amplitud en la historia de la humanidad es debido a que los cristianos no hemos sabido cumplir con mayor empeño la tarea que se nos encomendó, la promoción de justicia y la paz (Mateo 5: 9, “bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” y Mateo 26:52 “porque todos los que toman espada a espada perecerán”), incluso hasta hemos caído en la trampa de creer y practicar algunos de los antivalores, presentados como valores por los corruptos y violentos (Salmo 62:10 “no confiéis en la violencia”). Al contrario, el clamor permanente de los cristianos debe ser el no llegar a ser igual a ellos (Salmo 119:134 “líbrame de la violencia de los hombres”). Hacer justicia, misericordia y paz, es el llamado de Dios para el ser humano en particular y para las sociedades y naciones en general (Miqueas 6:8). De no hacer esto nos arriesgamos a sufrir el juicio de las naciones (Mateo 25:35 – 46 “porque tuve hambre, tuve sed, fui forastero, estuve desnudo y enfermo, en la cárcel…”).
A través de su vida y su ministerio Jesús nos dio un claro ejemplo de como denunciar a los corruptos y violentos y a la vez renunciar a la corrupción y la violencia que el reino del mal ofrece como el único medios de cambiar las cosas (Mateo 23:13 -36 “Jesús acusa a escribas y fariseos” y Mateo 26:47 – 56 “el injusto y violento arresto de Jesús”).
II. VISION SOCIOLÓGICA DE LA CORRUPCIÓN QUE GENERA VIOLENCIA
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE AGREDIR A UNA PERSONA Y VIOLENTAR A UNA PERSONA?
Violencia: Es la aplicación de exceso de fuerza a algo o a alguien.
Agresión: Fuerza con la que se busca causar daño a otro, siendo uno de ellos la corrupción, ya que deja vulnerable a un estado de derecho o una sociedad o a una persona.
La Violencia es un fenómeno individual y social.
Desde el punto de vista individual la violencia se caracteriza por el empleo de la fuerza, de la impulsividad y la emotividad. Es una exhibición vana, un desgaste inútil de energía y, no raras veces, una compensación de la cobardía y de la debilidad(2).
Desde el punto de vista social, es la fuerza utilizada para la obtención de determinados fines de grupo, clases o sistema social(3).
Solo si se toma en cuenta la perspectiva histórica y el contexto social de un pueblo, se podrá entender y explicar mejor el problema de la violencia. La violencia es un fenómeno psicosocial amplio que tiene que ver con el individuo pero también con la sociedad y el sistema donde este individuo se forma y actúa.
El peligro de reducir el enfoque de la violencia al ámbito personal esta en que el mismo corre el riesgo de ser sectorizado e ideologizado, o sea, decir que la violencia es un problema originado por los pobres, la delincuencia común y la organizada, o que la violencia es producto de los antisociales y disidentes del sistema. Con un enfoque tan reducido de la violencia limitamos la posibilidad de encontrar las múltiples causales que la generan, entre ellas las del sistema social imperante.
El orden social establecido que promueve el consumismo, el individualismo, la competitividad, etc. a una población donde el 80% de ella viven en la pobreza y no tienen acceso a los medios que les permitan formarse y a los recursos para poder consumir. Este mismo orden social define como violentos aquellos actos que se le oponen, pero no los que realizan el sistema para mantener el estatus quo. Promueven y justifican aquella violencia que va en beneficio de los intereses de las clases o sector dominante y en detrimento de los dominados.
Los contextos sociales o situacionales de violencia que institucionalicen o formalicen la misma, tienden a expandirla, la violencia se vuelve una espiral creciente, porque en si trae el engaño que solo a través de ella los individuos y los sistemas darán solución a los problemas, cuando en realidad lo que sucede en poco tiempo es que el problema se ha agrandado(4).
La violencia individual, común y callejera expresada en un ratero de carteras, cadenas y en mareros que se matan entre sí y a otras personas, la violencia organizada que roban casas, carros y bancos, es solo la pequeña parte visible de la totalidad de un sistema social lleno de violencia generalizada, institucionalizada, tolerada y promovida en los diferentes estratos de la sociedad, empezando por la familia y continuando por las comunidades, los organismos públicos y privados y terminando con las instancias internacionales que violentan y reprimen a los países más pobres.
También es importante reconocer la diferencia entre violencia y resistencia o violencia y defensa propia. Por ejemplo: No es lo mismo la fuerza utilizada por un grupo de ciudadanos y pobladores que en un plantón pacifico se toman las instalaciones de un edificio publico en protesta por el alza a los productos de la canasta básica familiar, que la violencia utilizada por un contingente militar que los desaloja por la fuerza con bombas lacrimógenas, golpes de macana y disparos de goma. La primera es una reacción en defensa propia de los y las ciudadanas a su derecho de subsistencia alimentaría que está siendo violentado por el Estado, la segunda es una acción de violencia represiva del mismo Estado contra aquellos que disienten de sus políticas(5).
Como cristianos y cristianas ¿cuáles pueden ser nuestras posibles alternativas de acción frente a la violencia:
Primero: ser conscientes y reconocer que la violencia no es un producto aislado de la frustración o la maldad de un individuo en particular en contra de otro. La violencia es una consecuencia psicosocial donde, si es cierto que intervienen la voluntad del individuo, pero preparada y alimentada por un entorno y contexto social determinado que se ha encargado de formar esa voluntad violenta.
Segundo: comprender que la violencia como vía para la solución de los problemas históricamente ha demostrado que es una alternativa muy dolorosa y que en muchas ocasiones a aumentado los problemas y no ha dado las soluciones esperadas. La violencia engendra violencia. Para los y las cristianas la vía de la violencia entendida -como la imposición de fuerza a algo o a alguien- no debe ser opción para la búsqueda de soluciones.
Tercero: Entender que la violencia (la imposición de fuerza a algo o a alguien de manera incorrecta), no es lo mismo que la defensa de la vida y los derechos, esto último es la fuerza legítima que tienen los seres humanos contra cualquier tipo de violencia que producto de cualquier injusticia pretenda dañarles.
Cuarto: Los cristianos y cristianas tenemos varias armas poderosas para combatir la violencia, entre ellas podemos mencionar las siguientes:
- La Oración: La Biblia dice que la oración del justo puede mucho, que si los cristianos se ponen de acuerdo cualquier cosa que pidiéremos en la tierra nos será dada por Dios, que si pedimos con fe y con el corazón y las manos limpias se nos concederá.
- La Organización y la Unidad: si estamos organizados como grupos y mantenemos la unidad en torno al anhelo de solucionar el problema de la violencia, producto de la injusticia, seguro avanzaremos en lograrlo.
- La Resistencia Pacifica pero activa: si mantenemos nuestros principios del Reino y no accedemos a la tentación de usar de la violencia como recurso de solución a los problemas o a los ataques de los violentos.
- La denuncia y la demanda de Justicia: como cristianos y cristianas estamos llamados a denunciar todo tipo de violencia que se cometa contra otros y a la vez debemos exigir que se haga justicia.
- La movilización: estar dispuestos a exigir ante otros el respeto a la integridad física, psíquica y social de todo ser humano, en especial los más vulnerables. En pocas palabras debemos estar dispuestos a defender nuestros derechos y a respetar los de los demás.
- Propuestas concretas: la violencia debe ser atacada con justicia individual pero también social, los violentos deben ser controlados por la vía de la justicia, deben ser rehabilitados, deben ser reinsertados y finalmente cuando han dado muestras de cambio, (perdonados). En la medida en que se abran espacios alternativos para combatir la violencia y los violentos, en esa medida el problema y los violentos irán en disminución.
- Comenzar a combatir la violencia y a los violentos desde el espacio más cercano: el seno de las familias, las iglesias y las comunidades, son los espacios más cercanos donde podemos comenzar a combatir el flagelo de la violencia. Primero cambiando comportamientos, prácticas y concepciones violentas y luego practicando y difundiendo la justicia, la paz, la tolerancia y el amor.
Notas:
(1) Textos bíblicos de la versión Reina Valera de 1960.
(2) Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia, Fernando Bastos de Ávila, Editorial San Pablo, Santa Fe Bogotá, Colombia, Págs. 652-54
(3) Acción e Ideología, Ignacio Martín-Baro, Editores UCA, San Salvador, El Salvador, C.A.,
Pág. 421.
(4) Ídem. Pág. 374.
(5) Acción e Ideología, Pág. 371.
Y sí, hay pecado, hay mucho pecado, llamémosle como le llamemos o como no le queramos llamar. Hay mal, generamos mucho dolor buscado conscientemente, y a eso le llamamos pecado, porque además de herir la dignidad del hombre, hiere al mismo Dios. Todo mal que nos hacemos se vuelca con la misma fuerza en Dios, porque él está en la base que sustenta a todo ser humano, criatura suya, obra de su amor, hijo suyo, aunque no lo sepa e incluso lo rechace. Porque un hijo puede rechazar a su padre, pero no puede nunca dejar de ser su hijo.
Muchas personas viven agobiadas por la situación difícil de la crisis económica, porque son víctimas de un sistema que no responde a una mejor calidad de vida. Otros ávidos de dinero ven como explotar mejor los recursos naturales sin importarles el medioambiente, sino como extraer más riqueza y que no les cobren las sobre ganancias multimillonarias, porque así ganarán más. Han convertido el dinero en su dios. Lo mismo sucede de aquellos que se expropian de los dineros del pueblo y que de manera corrupta lo gastan en lo que no es pan ni en lo que sacian sino para su propio deleite. Ese es el caso de los Nule con sus contratos millonarios facilitado por los lideres que nos gobiernan, ese es el caso de las EPS que administran la salud de las manera más infame y perjudicial robando y saqueando las arcas de este pais logrando perjudicar a las clases sociales menos favorecidas, manchando con sus actos de corrupción y sus deseos de tener más hacen juego con los representantes del Estado y empleados del gobierno que un concierto para delinquir cometen con avidez toda clase de maldad.
Jesús se fija en este detalle del corazón ambicioso y codicioso de algunos, que ponen su acento en el tener, no importa cómo, si es en base a la corrupción, si es el manejo de las naciones, como si fuera su propiedad. No hay una política económica que responda al bien común. No nos agobiemos por lo material, sino busquemos el sentido profundo de la vida. Jesús nos invita a fijarnos en las flores, en los pájaros, como no trabajan ni hilan, sin embargo Dios está allí. ¡Cuánto más con nosotros, gente de poca fe!(v.30). Y es que la fe es creer y aceptar a Jesús como el camino que da sentido a nuestra vida y que nos invita a buscar el reino de Dios que es su justicia.
Jesús nos marca una pauta de vida: el reino de Dios está aquí en medio de nosotros. Porque El ha venido a señalarnos que debemos trabajar por mejores condiciones de vida de igualdad y de respeto por los derechos de la persona, que se basa en la justicia. Al respecto algunas entidades religiosas y equipos del Departamento de Justicia del Consejo Episcopal latinoamericano, nos dicen: “es notable el crecimiento económico en la región en el 2010, pero la pobreza, sigue afectando a la tercera parte de la región, y el índice promedio de desigualdad es el más alto en comparación a otros continentes del mundo. La tasa del desempleo de la PEA es del 8%, el empleo precario o subempleo afecta a más de la tercera parte de la región. Prevalecen políticas de desregulación en las relaciones laborales, que impide un trabajo digno y justo, como el derecho a la sindicalización. Se da la degradación de suelos y agua. Peligra la biodiversidad. El enfoque económico no tiene en cuenta los recursos renovables y no renovables. El desarrollo económico se basa en el libre mercado, que sólo busca maximizar la ganancia, quedando así la persona humana relegada”.
Como cristianos tenemos que hacer realidad el evangelio de la vida que promueve la justicia de Dios, la defensa del más pobre, que requiere una toma de conciencia en el cambio de los modelos económicos, que sólo miran la ganancia y no el bienestar común de las personas. La conciencia de la verdad, nos interroga, buscar el reino de la justicia, para que en la región se desarrolle una economía solidaria, que se reinvierta en la diversificación de fuentes de trabajo, mejoras salariales, educación, salud, protección y defensa del medio ambiente. Dios tiene un corazón de padre y de madre, porque cuida a sus hijos, pero también exige de sus hijos el camino de la libertad y del esfuerzo por recrear y cuidar la creación. Servir a Dios con alegría te humaniza y te hace solidario. La codicia oscurece tu vida. Es irreconciliable el Dios de la Felicidad con el dios Mamón, el dinero.
En esta lucha entre los que han optado por el reino del mal y los que han optado por el reino del bien, los cristianos no podemos rendirnos dándonos por vencidos y dejando a la humanidad en manos de los corruptos y violentos y dejar perpetuar la injusticia (los que han optado por el reino del mal) si esto hiciéramos, no estaríamos cumpliendo con nuestro papel de profetas, sal y luz del mundo (Jeremías 1: 4-10 el llamado de Dios a Jeremías a ser profeta “no digas soy un niño” y Mateo 5:13 -16 “vosotros sois sal de la tierra y luz del mundo”).
Si la corrupción y la violencia se han desarrollado con más amplitud en la historia de la humanidad es debido a que los cristianos no hemos sabido cumplir con mayor empeño la tarea que se nos encomendó, la promoción de justicia y la paz (Mateo 5: 9, “bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” y Mateo 26:52 “porque todos los que toman espada a espada perecerán”), incluso hasta hemos caído en la trampa de creer y practicar algunos de los antivalores, presentados como valores por los corruptos y violentos (Salmo 62:10 “no confiéis en la violencia”). Al contrario, el clamor permanente de los cristianos debe ser el no llegar a ser igual a ellos (Salmo 119:134 “líbrame de la violencia de los hombres”). Hacer justicia, misericordia y paz, es el llamado de Dios para el ser humano en particular y para las sociedades y naciones en general (Miqueas 6:8). De no hacer esto nos arriesgamos a sufrir el juicio de las naciones (Mateo 25:35 – 46 “porque tuve hambre, tuve sed, fui forastero, estuve desnudo y enfermo, en la cárcel…”).
A través de su vida y su ministerio Jesús nos dio un claro ejemplo de como denunciar a los corruptos y violentos y a la vez renunciar a la corrupción y la violencia que el reino del mal ofrece como el único medios de cambiar las cosas (Mateo 23:13 -36 “Jesús acusa a escribas y fariseos” y Mateo 26:47 – 56 “el injusto y violento arresto de Jesús”).
II. VISION SOCIOLÓGICA DE LA CORRUPCIÓN QUE GENERA VIOLENCIA
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE AGREDIR A UNA PERSONA Y VIOLENTAR A UNA PERSONA?
Violencia: Es la aplicación de exceso de fuerza a algo o a alguien.
Agresión: Fuerza con la que se busca causar daño a otro, siendo uno de ellos la corrupción, ya que deja vulnerable a un estado de derecho o una sociedad o a una persona.
La Violencia es un fenómeno individual y social.
Desde el punto de vista individual la violencia se caracteriza por el empleo de la fuerza, de la impulsividad y la emotividad. Es una exhibición vana, un desgaste inútil de energía y, no raras veces, una compensación de la cobardía y de la debilidad(2).
Desde el punto de vista social, es la fuerza utilizada para la obtención de determinados fines de grupo, clases o sistema social(3).
Solo si se toma en cuenta la perspectiva histórica y el contexto social de un pueblo, se podrá entender y explicar mejor el problema de la violencia. La violencia es un fenómeno psicosocial amplio que tiene que ver con el individuo pero también con la sociedad y el sistema donde este individuo se forma y actúa.
El peligro de reducir el enfoque de la violencia al ámbito personal esta en que el mismo corre el riesgo de ser sectorizado e ideologizado, o sea, decir que la violencia es un problema originado por los pobres, la delincuencia común y la organizada, o que la violencia es producto de los antisociales y disidentes del sistema. Con un enfoque tan reducido de la violencia limitamos la posibilidad de encontrar las múltiples causales que la generan, entre ellas las del sistema social imperante.
El orden social establecido que promueve el consumismo, el individualismo, la competitividad, etc. a una población donde el 80% de ella viven en la pobreza y no tienen acceso a los medios que les permitan formarse y a los recursos para poder consumir. Este mismo orden social define como violentos aquellos actos que se le oponen, pero no los que realizan el sistema para mantener el estatus quo. Promueven y justifican aquella violencia que va en beneficio de los intereses de las clases o sector dominante y en detrimento de los dominados.
Los contextos sociales o situacionales de violencia que institucionalicen o formalicen la misma, tienden a expandirla, la violencia se vuelve una espiral creciente, porque en si trae el engaño que solo a través de ella los individuos y los sistemas darán solución a los problemas, cuando en realidad lo que sucede en poco tiempo es que el problema se ha agrandado(4).
La violencia individual, común y callejera expresada en un ratero de carteras, cadenas y en mareros que se matan entre sí y a otras personas, la violencia organizada que roban casas, carros y bancos, es solo la pequeña parte visible de la totalidad de un sistema social lleno de violencia generalizada, institucionalizada, tolerada y promovida en los diferentes estratos de la sociedad, empezando por la familia y continuando por las comunidades, los organismos públicos y privados y terminando con las instancias internacionales que violentan y reprimen a los países más pobres.
También es importante reconocer la diferencia entre violencia y resistencia o violencia y defensa propia. Por ejemplo: No es lo mismo la fuerza utilizada por un grupo de ciudadanos y pobladores que en un plantón pacifico se toman las instalaciones de un edificio publico en protesta por el alza a los productos de la canasta básica familiar, que la violencia utilizada por un contingente militar que los desaloja por la fuerza con bombas lacrimógenas, golpes de macana y disparos de goma. La primera es una reacción en defensa propia de los y las ciudadanas a su derecho de subsistencia alimentaría que está siendo violentado por el Estado, la segunda es una acción de violencia represiva del mismo Estado contra aquellos que disienten de sus políticas(5).
Primero: ser conscientes y reconocer que la violencia no es un producto aislado de la frustración o la maldad de un individuo en particular en contra de otro. La violencia es una consecuencia psicosocial donde, si es cierto que intervienen la voluntad del individuo, pero preparada y alimentada por un entorno y contexto social determinado que se ha encargado de formar esa voluntad violenta.
Segundo: comprender que la violencia como vía para la solución de los problemas históricamente ha demostrado que es una alternativa muy dolorosa y que en muchas ocasiones a aumentado los problemas y no ha dado las soluciones esperadas. La violencia engendra violencia. Para los y las cristianas la vía de la violencia entendida -como la imposición de fuerza a algo o a alguien- no debe ser opción para la búsqueda de soluciones.
Tercero: Entender que la violencia (la imposición de fuerza a algo o a alguien de manera incorrecta), no es lo mismo que la defensa de la vida y los derechos, esto último es la fuerza legítima que tienen los seres humanos contra cualquier tipo de violencia que producto de cualquier injusticia pretenda dañarles.
Cuarto: Los cristianos y cristianas tenemos varias armas poderosas para combatir la violencia, entre ellas podemos mencionar las siguientes:
- La Oración: La Biblia dice que la oración del justo puede mucho, que si los cristianos se ponen de acuerdo cualquier cosa que pidiéremos en la tierra nos será dada por Dios, que si pedimos con fe y con el corazón y las manos limpias se nos concederá.
- La Organización y la Unidad: si estamos organizados como grupos y mantenemos la unidad en torno al anhelo de solucionar el problema de la violencia, producto de la injusticia, seguro avanzaremos en lograrlo.
- La Resistencia Pacifica pero activa: si mantenemos nuestros principios del Reino y no accedemos a la tentación de usar de la violencia como recurso de solución a los problemas o a los ataques de los violentos.
- La denuncia y la demanda de Justicia: como cristianos y cristianas estamos llamados a denunciar todo tipo de violencia que se cometa contra otros y a la vez debemos exigir que se haga justicia.
- La movilización: estar dispuestos a exigir ante otros el respeto a la integridad física, psíquica y social de todo ser humano, en especial los más vulnerables. En pocas palabras debemos estar dispuestos a defender nuestros derechos y a respetar los de los demás.
- Propuestas concretas: la violencia debe ser atacada con justicia individual pero también social, los violentos deben ser controlados por la vía de la justicia, deben ser rehabilitados, deben ser reinsertados y finalmente cuando han dado muestras de cambio, (perdonados). En la medida en que se abran espacios alternativos para combatir la violencia y los violentos, en esa medida el problema y los violentos irán en disminución.
- Comenzar a combatir la violencia y a los violentos desde el espacio más cercano: el seno de las familias, las iglesias y las comunidades, son los espacios más cercanos donde podemos comenzar a combatir el flagelo de la violencia. Primero cambiando comportamientos, prácticas y concepciones violentas y luego practicando y difundiendo la justicia, la paz, la tolerancia y el amor.
Notas:
(1) Textos bíblicos de la versión Reina Valera de 1960.
(2) Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia, Fernando Bastos de Ávila, Editorial San Pablo, Santa Fe Bogotá, Colombia, Págs. 652-54
(3) Acción e Ideología, Ignacio Martín-Baro, Editores UCA, San Salvador, El Salvador, C.A.,
Pág. 421.
(4) Ídem. Pág. 374.
(5) Acción e Ideología, Pág. 371.
Delitos Contra la Administración Publica
CAPÍTULO PRIMERO
Del Peculado
Art. 133. - Peculado por apropiación. Modificado. Ley 190 de 1995, Art. 19. El servidor público que se apropie en provecho suyo o de un tercero de bienes del Estado o de empresas o instituciones en que éste tenga parte o de bienes o fondos parafiscales, o de bienes de particulares cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado por razón o con ocasión de sus funciones, incurrirá en prisión de seis (6) a quince (15) años, multa equivalente al valor de lo apropiado e interdicción de derechos y funciones públicas de seis (6) a quince (15) años.
Si lo apropiado no supera un valor de cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes, dicha pena se disminuirá de la mitad (1/2) a las tres cuartas (3/4) partes.
Si lo apropiado supera un valor de doscientos (200) salario mínimos legales mensuales vigentes, dicha pena se aumentará hasta en la mitad (1/2).
Art. 138. -Peculado por Extensión. Modificado Ley 190 de 1995, Art. 20. También incurrirá en las penas previstas en los artículos anteriores, el particular que realice cualesquiera de las conductas en ellos descritas sobre bienes:
1- Que administre o tenga bajo su custodia perteneciente a empresas o instituciones en que el estado tenga mayor parte o recibidos a cualquier título de éste.
2- Que recaude, administre o tenga bajo su custodio pertenecientes a asociaciones profesionales, cívicas, sindicales, comunitarias, juveniles, benéficas o de utilidad común no gubernamentales.
Art. 139. - Circunstancias de atenuación punitiva. Si antes de iniciarse la investigación, el agente, por sí o por tercera persona, hiciere cesar el mal uso, reparare lo dañado o reintegrare lo apropiado, perdido, extraviado, o su valor, la pena se disminuirá hasta en las tres cuartas partes.
Si el reintegro se efectuare antes de dictarse sentencia de segunda instancia, la pena se disminuirá hasta en la mitad.
Cuando el reintegro fuere parcial, el juez podrá, en casos excepcionales y teniendo en cuenta las circunstancias previstas en el artículo 61, disminuir la pena hasta en una cuarta parte.
Informe del Periódico del Espectador:
La trilogía del grupo Nule negó los demás delitos que le imputó la fiscalía, como son cohecho, falsedad ideológica en documento privado, concierto para delinquir y fraude procesal.
En referencia concreta a las obras de la Fase 3 de Transmilenio, Miguel Nule aseguró ante el juez:
“Quiero que sepan que nosotros cumplimos hasta el momento mismo que entregamos la obra”.
Añadio que salieron del contrato “sin una multa, sin una caducidad”.
Sin embargo, en la audiencia de imputación de cargos, el fiscal Pabón sustentó los cargos rechazados por los implicados.
Citó, por ejemplo, que en el interrogatorio de Manuel Nule, rendido el 18 de diciembre de 2010, el empresario aceptó que 25 mil millones de pesos del contrato 137 de 2007 correspondiente a la Fase 3 de Transmilenio se utilizaron para otras obras.
Añadió que los Nule adulteraron documentación presentada al IDU, fotocopiando documentos, a los cuales les pegaban las firmas y además, les anexaban documentos provenientes del exterior.
El fiscal Pabón advirtió que el propio Guido Nule admitió que adulteraban los balances financieros y los estados económicos, por ejemplo, donde decía diez millones de euros, se le ponía 100 millones de euros.
Sobre el delito de cohecho, reiteró que hubo ofrecimiento de dádivas a funcionarios públicos y citó el caso del exsubdirector jurídico del IDU, Inocencio Meléndez, quien habría recibido un apartamento, una camioneta y por lo menos 50 millones de pesos en efectivo.
Según la Fiscalía, Meléndez le exigió al grupo Nule 4 mil 500 millones de pesos por la adjudicación del contrato de la calle 26.
Este lunes, el Juez del caso deberá pronunciarse frente a la petición de medida de aseguramiento que formuló el fiscal Germán Pabón para los tres procesados.
Pabón señalo que la libertad de los Nule resulta peligrosa para la comunidad por la apropiación injusta y manejo irregular de los dineros de anticipos de obras, conductas que calificó como de elevada gravedad.
HABLA LA FISCAL GENERAL
La Fiscal General de la Nación, Vivian Morales, en declaraciones a la revista Semana, se pronunció sobre el caso de los Nule y admitió que si el juez les concede la reducción de la pena del 50 por ciento, resultarian pagando alrededor de cinco años de cárcel.
La periodista le pregunto: Entonces, es probable que los Nule, que han defraudado al Estado desde hace seis años y que no tienen antecedentes penales, podrían pagar menos cárcel que los cuatro jóvenes funcionarios del Ministerio de Agricultura, quienes podrían enfrentar una pena mucho más alta.
¿Qué clase de justicia tenemos?
Respuesta de la fiscal: Pero es que eso no es culpa de la Fiscalía, sino de la incoherencia de la política criminal. Así los Nule no se hubieran acercado a la Fiscalía, la ley dice que cuando una persona comete un concierto de delitos se le impone una pena correspondiente al delito más grave aumentado hasta en otro tanto. Para esos efectos es lo mismo que a usted le imputen dos o cuatro delitos. Pero como a ellos se les imputa como delito más grave el del peculado, hay que tener en cuenta que ese es un delito solo para los funcionarios públicos. Y como ellos no son funcionarios públicos, usted no le puede aplicar la misma pena, sino que tiene que haber una rebaja porque son intervinientes. Eso dice el Código Penal!, concluyó.
LA GLORIA SEA PARA DIOS
REV. RUBEN DARIO DAZA B.
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