Desde los siglos eternos, Dios tuvo un misterio escondido.Tras la caída del hombre este misteriofue sistemáticamente anunciado con abundancia de señales,que pocos, sin embargo, vieron. Cumplido el tiempo,Dios reveló plenamente este misterio,el cual es Jesucristo su amado Hijo,como asimismo el plan concebidopara su preeminencia y gloria.
PRIMERA PARTE**
Deuteronomio 29:2929. Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta Ley.
Un secreto es una información que no se puede compartir. Es algo que se encuentra en oculto, que no se le puede seguir la pista. Un secreto es un misterio, sólo la persona involucrada lo conoce. Dios tiene cosas en secreto. Sin embargo las que él quiere revelar dice la Biblia que son para nosotros y para nuestros hijos, teniendo como objetivo el que podamos cumplir todas las palabras de esta Ley.
Dios tenía un secreto que nadie conocía. Un secreto que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, ni siquiera los propios ángeles, ni demonios y sus potestades lo sabían. Un secreto que era un verdadero misterio donde los hijos de Dios no tenían idea de que se trataba. Un misterio escondido donde ni los patriarcas, ni profetas, reyes o los príncipes de este siglo lo conocían. Sólo después de muchísimos años Él quiso revelarnos a través del Apóstol Pablo, veamos:
En el libro de Romanos cap. 16: 25 al 27, Pablo comienza a esclarecer el misterio:
25. Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27 al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.
Pablo habla que existía un misterio[1] que se había mantenido oculto por parte del Dios eterno, y que ahora ha sido manifestado porque a él fue dada la revelación, según el mandamiento de Dios, quiso darlo a conocer a las gentes, es decir, a todo el mundo, a ti, a mi, a ellos, a todas las personas. A Pablo se le encomendó un doble apostolado: el del evangelio relacionado con un Cristo glorificado y el de la Iglesia, el misterio escondido en Dios desde antes de la creación del mundo pero que ahora ha sido revelado por el Espíritu Santo. Este doble ministerio se encuentra detallado en Colosenses 1: 23-29 y Efesios 3:1-12. "El misterio" no es algo dificultoso ni de carácter misterioso en el sentido corriente de la palabra, sino un secreto sagrado que jamás supo la humanidad hasta el momento en que fue revelado por el Espíritu Santo por intermedio del apóstol Pablo, y él lo comunicó a todas las naciones para que fuera obedecido por medio de la fe. No estaba escondido en las Escrituras para que fuera sacado a luz eventualmente. Se nos dice de un modo terminante que estaba escondido en Dios hasta que llegara el tiempo en que Él lo haría manifiesto.
Y esto no tendría lugar hasta que Israel hubiese tenido toda clase de oportunidades de recibir a Cristo, tanto en su encarnación como en su resurrección. Recién cuando Israel rechazó definitivamente a Cristo, Dios hizo conocer lo que desde toda eternidad abrigaba en su corazón: que de entre todas las naciones, judíos y gentiles, Él redimiría y formaría una compañía electa, que bautizada por el Espíritu Santo se constituiría en un Cuerpo asociado con Cristo en la forma más íntima (Efesios 5 la asemeja a la unión del esposo con la esposa, y de la cabeza con el cuerpo), no solamente en esta era sino para todos los siglos por venir.
Este gran misterio de Cristo y de la Iglesia ha sido manifestado ahora y hecho conocer por las escrituras proféticas, no "por las Escrituras de los profetas" del Antiguo Testamento como dice la versión corriente. Es evidente que el significado es por los escritos de hombres inspirados, los profetas del Nuevo Testamento, quienes son los escritores de estos tiempos de la luz del evangelio y del testimonio cristiano. No es tampoco una teoría muy hermosa y maravillosa o un sistema doctrinario que ha de ser recordado por el intelecto. Comprende la identificación actual con Cristo durante la era en que se le rechaza y por consiguiente se hace conocer a todas las naciones para la obediencia a la fe.
Si bien Pablo en este pasaje a los Romanos no desarrolla[2] el gran tema del Misterio que estaba escondido ya que habla más de la justicia de Dios revelada en el evangelio, con todo, la toca de paso para unir el desarrollo del evangelio en esta carta con la revelación del misterio, tal como lo presenta en las epístolas llamadas "de la prisión" especialmente. Esto de ninguna manera quiere decir que en Efesios o Colosenses tengamos alguna verdad nueva o superior a la que se nos ofrece en Romanos o los escritos anteriores. Todos forman parte de un todo y constituyen el cuerpo de enseñanza que el apóstol proclamara a través de sus largos años de ministerio, pero que no se encuentra completa en ninguna de sus epístolas. El "misterio" de Romanos 16:25 es el mismo que el que aparece en las cartas posteriores y que forma siempre parte integral de su mensaje. Veamos ahora Efesios 3: 1-6
1Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; 2si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,
Pablo se declara prisionero de Cristo por causa de los Gentiles, debemos destacar que Pablo no se convierte en apóstol y prisionero de Cristo por si mismo o por causa de otros, sino que él declara que por causa de Jesucristo y por concesión de la gracia divina obedeciendo al programa que Cristo había trazado para su ministerio tenía el propósito de favorecer a los gentiles. Se entiende que Pablo se refiriese a su prisión como medio para alcanzar a gentiles inconversos y llevarlos por medio del mensaje del evangelio a Cristo, para salvación.
Es importante destacar aquí dos cosas: 1.- Si habéis oído de la administración de la gracia de Dios y 2.- que también por revelación le fue declarado el misterio. La Administración de la Gracia es el inicio de un nuevo período que se le llama también la "era o dispensación de la gracia" y que fue inaugurado con la venida del Espíritu Santo hasta el día de hoy permanecemos en esta gracia y se termina con la 2ª venida de Cristo. La gracia es “la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor para con los hombres...nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho” (Tito 3: 4, 5). (Romanos 8: 3, 4) “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.
(Efesios 2: 11-22) 11 Por lo tanto ustedes, que por nacimiento no son judíos, y que son llamados «incircuncisos» por los que desde su nacimiento han sido físicamente circuncidados, deben recordar esto: 12 En aquel tiempo ustedes estaban sin Cristo, vivían alejados de la ciudadanía de Israel y eran ajenos a los pactos de la promesa; vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. 13 Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo, al derribar la pared intermedia de separación 15 y al abolir en su propio cuerpo las enemistades. Él puso fin a la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, una nueva humanidad, haciendo la paz, 16 y para reconciliar con Dios a los dos en un solo cuerpo mediante la cruz, sobre la cual puso fin a las enemistades. 17 Él vino y a ustedes, que estaban lejos, les anunció las buenas nuevas de paz, lo mismo que a los que estaban cerca. 18 Por medio de él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu. 19 Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, 20 y están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo. 21 En Cristo, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para llegar a ser un templo santo en el Señor; 22 en Cristo, también ustedes son edificados en unión con él, para que allí habite Dios en el Espíritu.El 2º aspecto es con relación al misterio que le fue revelado y declarado. Pablo hace referencia a una revelación por la que le fue dado a conocer "el Misterio", al que mencionó antes (vea Rom. 16:25), por tanto, se trata del ministerio de la voluntad divina, que en síntesis es el misterio de la instauración de todas las cosas en Cristo. Pablo dice que este misterio no lo recibió de hombres o por enseñanza de maestros humanos, sino por revelación divina. Este es el énfasis que el apóstol hace sobre el mensaje que predica, el evangelio de la gracia, de que dice que no lo recibió de hombres, ni por hombres, sino por revelación directa de Jesucristo (Gálatas 1:12). Fue Dios mismo a quien le agradó revelar a su Hijo en Pablo. El evangelio predicado por el apóstol no era un evangelio, sino el evangelio, el único evangelio verdadero, el procedente de Dios mismo, por lo que no existe otro (Gálatas 1:7). El mensaje del evangelio verdadero que contiene la expresión del misterio ha sido manipulado por muchos a lo largo del tiempo para desvirtuarlo, pero tales manipulaciones no son el evangelio, sino un mensaje que es anatema (Gá. 1:8-9). Dicho mensaje como no procede de hombres entroniza a Dios y reduce al hombre a incapacidad plena para su salvación. Es un mensaje que recalca que la salvación sólo es de Dios ( Sal. 3:8; Jonas 2:9). Si la salvación es de Dios, el mensaje tiene que tener la misma procedencia, es decir, es un mensaje divino, ya que sólo de esa manera puede calificársele de eterno (Apo. 14:6).
Ahora veamos los versículos 4, 5 y 6:
4Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio... (Ef. 3:1-6).
La carta en sí es una exposición del conocimiento que el apóstol había alcanzado por capacitación divina del misterio que le había sido revelado por Dios mismo. Esa comprensión es también divina, por cuanto el misterio fue revelado y procede de Dios, es decir, Dios capacitó al apóstol para entender con claridad lo que había de proclamar en la predicación del evangelio. Este misterio escrito es Palabra de Dios, plenariamente inspirada por el Espíritu (2 Tim. 3:16), por tanto, como procedente de Dios, es doctrina y, en este caso, al ser doctrina de la salvación y de la ejecución del programa divino para esta dispensación, es doctrina fundamental. Con sólo lo que ha escrito, es suficiente para que los lectores se percaten del conocimiento que Pablo tiene sobre el misterio de Cristo. Realmente el misterio es Cristo mismo, ya que en Cristo y por Cristo se provee de salvación a todos los hombres y todos los salvos se unen vitalmente a Cristo y en Cristo para la formación de un cuerpo en Él; YA QUE CRISTO ES A LA VEZ RAZÓN Y SUSTANCIA DEL MISTERIO. Sin embargo, el contenido pleno del misterio se dará un poco más adelante (v. 6).
En el versiculo 5. el misterio ahora revelado y predicado a los gentiles, había sido desconocido antes, esto es, en dispensaciones anteriores a la Iglesia. La revelación de este misterio para que sea comunicado a los hombres por medio de los apóstoles alcanza, no solo a Pablo, sino a todos los "santos apóstoles" y también "kai profetais", a los profetas. Ese misterio de Cristo no fue dado a conocer en otros tiempos a otras generaciones, o a los hijos de los hombres, es decir a la humanidad. Pudiera parecer como que los gentiles quedaban excluídos de la providencia salvadora de Dios, pero, mediante la revelación del misterio, se entiende que Dios opera en la salvación de un pueblo único, escogido, sin distinción de razas ni de condición.
Debemos destacar también que existe un contraste con, los hijos de los hombres y los santos apóstoles y profetas, a quienes Dios comunica y revela el misterio que había estado escondido para los hombres de generaciones anteriores. Pablo desea enfatizar bien esto, como una nota de oposición, usando para ello el adverbio de modo "como" (en griego hós), que hace funciones de conjunción comparativa, procurando dar a entender por medio del contraste que lo que había sido negado conocer a la humanidad antes, es revelado ahora a los hombres por el ministério de los apóstoles y profetas. Esto quiere indicar, que la revelación del misterio fue dada a conocer a los santos, apóstoles y profetas, es decir, se manifestó la revelación a los creyentes en general, así como a los apóstoles y profetas. Bien que por medio de la revelación a los apóstoles y profetas es el conocimiento de los santos. Pero en cualquier caso, lo que Pablo quiere destacar es que la revelación procede del Espíritu ( gr. én Pneúmati).
v.6.- que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio...
En este versículo 6, Pablo revela el misterio escondido. "Que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo". Nosotros, los gentiles, vivimos hoy en "la dispensación de la gracia de Dios". Esta dispensación o programa que Dios está administrando ahora, es nuevo y diferente de Su programa con la nación de Israel. En esta presente dispensación o administración, el programa de Dios con Israel es puesto a un lado, y permanece temporalmente en espera, y la condición de "tiempo pasado" de Israel como pueblo "cercano" a Dios, y la de los gentiles "como lejos", no existe ya, lea Romanos 11:11-25; Efesios 2:11-22.
Note ahora que Pablo dice que la gracia llegó a los gentiles para que sean copartícipes de la promesa. ¿Que promesa?. Pues si leemos el capítulo anterior (2), el apóstol Pablo dice: " Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne... en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la CIUDADANÍA DE ISRAEL Y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación... para crear en si mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz... vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca... Así que ya no sois extranjeros y advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:11-19).
Que bendición!... ¡Este es el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo! Que ahora nosotros, los gentiles, somos participantes de la promesa de los pactos de Dios con Israel, y miembros de la família de Dios. Los gentiles ahora, por la gracia, pueden ser **coparticipes** y coherederos de la promesa de los pactos hechos a los padres, que incluyen la herencia del mundo venidero (pacto Abrahámico - Gn 12:1-3, Rom 4:13). El misterio que estaba escondido y que fue revelado por Pablo significa que los gentiles, como los judíos creyentes en Cristo, son un solo cuerpo y herederos de Dios, y beneficiarios por igual de los pactos que él hizo con los padres. Ahora los gentiles tienen a Abraham como padre por la fe (Gálatas 3:7-9) y como sus descendientes legales tienen el privilegio y el derecho de ser herederos del mundo venidero de justicia y de cogobernar con Cristo en su reino en el milenio de justicia. Este es el verdadero evangelio de la gracia de Pablo.
Que bendición!... ¡Este es el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo! Que ahora nosotros, los gentiles, somos participantes de la promesa de los pactos de Dios con Israel, y miembros de la família de Dios. Los gentiles ahora, por la gracia, pueden ser **coparticipes** y coherederos de la promesa de los pactos hechos a los padres, que incluyen la herencia del mundo venidero (pacto Abrahámico - Gn 12:1-3, Rom 4:13). El misterio que estaba escondido y que fue revelado por Pablo significa que los gentiles, como los judíos creyentes en Cristo, son un solo cuerpo y herederos de Dios, y beneficiarios por igual de los pactos que él hizo con los padres. Ahora los gentiles tienen a Abraham como padre por la fe (Gálatas 3:7-9) y como sus descendientes legales tienen el privilegio y el derecho de ser herederos del mundo venidero de justicia y de cogobernar con Cristo en su reino en el milenio de justicia. Este es el verdadero evangelio de la gracia de Pablo.
En esta nueva revelación, hay un elemento distintivo en el contenido del misterio del evangelio, y es lo que llamamos de "igualdad". Esa igualdad - judíos y gentiles unidos en un cuerpo - era desconocida anteriormente. El mensaje distintivo de la iglesia es que tanto judíos como gentiles pueden creer el evangelio y estar unidos en UN CUERPO (1 Co.12:13) con el propósito de manifestar y dar testimonio de Cristo, quien es la Cabeza soberana de este organismo vivo y único.
Algunos estudiosos han reconocido hace tiempo el elemento distintivo de la predicación del evangelio en esta era de la iglesia:
La idea de que los gentiles estarían exactamente en el mismo plano como los israelitas y, además, en íntima relación como miembros del mismo cuerpo, es absolutamente ajena al Antiguo Testamento. De acuerdo con Isaías 61:5, 6, los gentiles eran representados como siendo los siervos e Israel como los sacerdotes de Dios. Aunque es cierto que a los gentiles fueron prometidas bendiciones en el futuro reino milenial, nunca se les daba igualdad con los judíos en el Antiguo Testamento (Walwoord, La Iglesia en la Profecía).
El Antiguo Testamento ciertamente predice la bendición de los gentiles para el período milenial (Is.61:5-6; 2:1-4), pero las bendiciones específicas no incluyen igualdad con los judíos como ocurre en el cuerpo de Cristo hoy. Grandes bendiciones se prometen a los gentiles en las predicciones del Antiguo Testamento, pero no a base de igualdad de posición con los judíos. Esta igualdad es la esencia del misterio revelado a los apóstoles y profetas en tiempos del Nuevo Testamento (Ryrie, Dispensacionalismo Hoy, p. 125).
Podemos decir entonces, que el Misterio del cual Pablo habló en Romanos 16, como ahora lo dice en Efesios, que tanto Judios como Gentiles eran tratados por Dios sobre la base de total igualdad y que, al creer en Cristo, ellos serían unidos en un cuerpo con el propósito de mostrar las excelencias de aquel que los llamó de las tinieblas a Su Luz admirable. De dos, Dios hizo UN NUEVO HOMBRE (Efesios 2:11-18) y UN NUEVO REBAÑO (Juan 10:16). Si bien ahora, somos herederos, esa herencia de Dios no se divide, se comparte por igual por todos los herederos, como herencia de los santos en luz (Col. 1:12). Cristo es el Unigénito del Padre (Jn. 1:14), de modo que la herencia total es suya por esa condición. Pero por estar en Él, lo es también del creyente. Todos los creyentes, tanto judíos como gentiles, hombres o mujeres, maridos o esposas, son coherederos de la gracia de la vida (1Pedro 3:7). La segunda bendición común a todos los creyentes es que son "miembros del mismo cuerpo". El apóstol utiliza aqui un adjetivo que literalmente significa co-cuerpo y que es un hápax legómenon, la única vez que aparece en todo el nuevo testamento, y enfatiza el hecho de que todos los creyentes, tanto gentiles como Judios han venido constituir un solo cuerpo en Cristo. Como coparticipes en el cuerpo, todos están al mismo nivel. La unión de judios y gentiles salvos se verifica por la incorporación a Cristo, pasando a ser los procedentes de los dos pueblos, un mismo cuerpo bajo una misma cabeza, que es Cristo. La tercera bendición común a todos los creyentes es su, copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, esto es, partícipes comunes en la promesa de bendición. El pueblo gentil ya no tiene ninguna exclusión. Los que antes, por no pertenecer a la circuncisión estaban apartados de las promesas, sin ningún tipo de esperanza, porque tampoco tenían a Dios en el mundo, han venido a ser herederos y copartícipes de la promesa, a causa de haber alcanzado la bendición de una nueva posición, en Cristo Jesús.
Todo esto se ha logrado, por medio del evangelio, instrumento providencial que expresa el mensaje a creer y el poder de salvación para todo el que crea. El apóstol dice que el evangelio "es poder de Dios" que produce o genera la energia salvadora. Lo es por cuanto proclama la obra de Cristo y su Persona como único medio y Salvador. La salvación procede únicamente de Dios, es operada únicamente por Él, y es aplicada exclusivamente por Él. Por tanto, en el evangélio se revela la fuerza divina que salva al pecador creyente. El evangelio es la palabra de la Cruz. Locura a los que se pierden, pero potencia de Dios a los que se salvan. El evangelio no es un poder reformador, sino salvador, en un proceso de liberación del esclavo del pecado. Esa liberación en el pasado se manifiesta en la justificación, por cuya operación el creyente es liberado de la responsabilidad penal del pecado, por la que deja de haber condenación para él. (Rom 8:1). Esta salvación, como Pablo enseña, es de alcance universal: "al judio primeramente" pero también "al griego". El evangelio es un mensaje para todos los hombres (Ef. 2:17). No hay, pues, distinción alguna entre judio y gentil en la esfera de la salvación. El evangelio es el instrumento providencial por el cual se llega a la union con Cristo, mediante la aceptación por fe de su mensaje.
Y es nuestro privilegio, en los días en que vivimos, dar a conocer este misterio, revelar el secreto, descubrir la revelación que había estado oculta. Este es un caso en que Dios quiere que seamos buenos para contar secretos (en contraste con Prov. 11:13 donde contar secretos es condenado).
No obstante, a pesar de que este mistério ya fue revelado, no está del todo tratado en el tema, tenemos que seguir escudriñando e inquirir diligentemente acerca de esta salvación para saber qué persona y en qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucito de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios (1Pedro 1:11, 20-21). Para ello preparamos la Segunda Parte que es el complemento de este tema.
Para accesar la 2 Parte, clique en este link:
http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2012/01/cristo-en-nosotros-la-esperanza-de.html
SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA B.
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Quiero honrar primeramente a Dios por su Santa y Bendita Palabra que nos dió para su estudio y beneficio de todos sus hijos en Cristo Jesús y a mi Maestro Dr. Victor Paul Wierwille por ser pionero e instrumento en las manos de Dios en enseñarnos y mostrarnos el Camino a través de sus estudios que entre todos ellos se encuentra este Tema, el Mistério Escondido, en su tema central: La Vida Abundante (Clase Avanzada). Como Él bien lo dijo: "Soy ese puente que Dios usó para que otros puedan construir y avanzar y profundizar la exactitud y la grandeza de la Palabra de Dios que es su Voluntad".**
[1] “Según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” – Este misterio, que había estado oculto, ahora es revelado. Ya no es un secreto. Lo que estaba escondido, ahora es dado a conocer. “Es el secreto “silenciado” durante las largas edades del pasado, pero que ahora es dado a conocer” (Moule). La frase “desde el principio del mundo” es literalmente traducido “desde los tiempos de las edades” (Darby) o “desde tiempos eternos (Kelly). Es el misterio que ha estado escondido desde edades y desde generaciones (Col.1:26).
Hay cinco pasajes que definen claramente lo que es un misterio en el Nuevo Testamento. Son los siguientes:
- “Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Efesios 3:4-5).
- “Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas” (Efesios 3:9).
- “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos” (Colosenses 1:26).
- “Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:35).
- “Según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Romanos 16:26).
A la luz de estos cinco pasajes podemos deducir la siguiente definición de lo que es un misterio en el Nuevo Testamento: Un misterio en el Nuevo Testamento es algo que estaba oculto, que se guardaba en secreto y no se había dado a conocer a los hombres en generaciones anteriores (anteriores a la generación de Pablo), pero que se manifestó y fue revelado en el tiempo del Nuevo Testamento a y por los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento.
De acuerdo con esta definición basada en la Biblia, los dispensacionalistas han mantenido la posición de que un misterio en el Nuevo Testamento es algo que nunca se había revelado en generaciones anteriores (en el período del Antiguo Testamento), pero que Dios tuvo a bien revelar en los tiempos de Pablo. Como ya se ha esbozado, esos misterios fueron dados a conocer primero por Cristo (parcialmente) y luego por Su apóstol Pablo (totalmente). Contrario a esta posición es la Teología Reformada (Teología del Pacto), que dice que los misterios del Nuevo Testamento fueron revelados en tiempos del Antiguo Testamento, pero que no fueron entendidos tan claramente como hoy día. Ellos enseñan que esos misterios no estaban del todo ausentes del Antiguo Testamento. De modo que ellos enseñan que los misterios fueron revelados parcialmente, pero que no fueron entendidos hasta más tarde. Sin embargo, esto es contrario a los cinco pasajes indicados anteriormente. Estos versículos no dicen que el misterio hubiese sido dado a conocer parcialmente, sino que no había sido dado a conocer en absoluto. Estaba oculto y guardado en secreto y encerrado en el amante corazón de Dios.
Ilustremos esto con un ejemplo específico. En 1 Corintios 15:51-52 Pablo dio a conocer un misterio que había estado escondido en tiempos anteriores. El secreto que él reveló es que habría toda una generación de creyentes vivos que no gustarían la muerte física. El Antiguo Testamento no dice nada, en ninguna parte, acerca de un evento tal. Moisés, Elías, David e Isaías nunca tuvieron la más mínima indicación de que tal cosa sucedería algún día. Esto estaba totalmente oculto para ellos y no se podía encontrar en sus santas Escrituras. Dios nunca dijo una palabra de ésto hasta los tiempos del Nuevo Testamento, cuando fue insinuado por nuestro Señor (Juan 14:1-3) y explicado totalmente por Pablo (1 Co.15:51-52 y 1 Ts.4:13-18). Este es un verdadero misterio del Nuevo Testamento.
[2] La verdad del misterio no es desarrollada tanto en Romanos como es desarrollada en Efesios y Colosenses, pero la epístola a los Romanos alude a algunas de estas cosas. La singularidad de estar en el cuerpo de Cristo es tratada en Romanos 12 y la singular UNIDAD e IDENTIFICACIÓN con Cristo, que disfrutan tanto judíos como gentiles en virtud de estar “en Cristo”, es tratada admirablemente en Romanos 6. El precioso y glorioso misterio de “Cristo en vosotros” (Col. 1:26-27) es esbozado en Romanos 8:9-10. La unión del creyente con Cristo, que es comparada con una relación matrimonial (Efesios 5:29-32) es presentada en Romanos 7:1-4. Las muchas riquezas que judíos y gentiles comparten por igual en Cristo, son expuestas maravillosamente en Romanos 8. El misterio del endurecimiento parcial y temporal de Israel es referido en Romanos 11:25. En verdad, Romanos nos ayuda a entender, más que cualquier otra epístola, el propósito y programa de Dios para Israel a la luz de lo que Dios está haciendo hoy entre los gentiles y a la luz de lo que Dios hará en el futuro (Romanos 9-11). De modo que el libro de Romanos contribuye de manera significativa a nuestro entendimiento de la verdad del misterio. ¡Qué Dios nos ayude a ser buenos y fieles administradores de estas cosas (1 Co.4:1-2)!
en conclusion: El misterio de Dios es Cristo... o el Misterio de Dios es la iglesia'????
ResponderEliminarEl gran misterio escondido es: que tanto el pueblo de Israel (su pueblo escogido)como los gentiles (el resto de la gente)forman un solo cuerpo espiritual que se llama el cuerpo de Cristo, es lo que se llama la Iglesia de la Gracia, y cada una de estas personas creyentes tiene Cristo en el, que significa esto, el espíritu santo de Dios renacido dentro de ellos, ellos forman un cuerpo espiritual, una unidad inseparable de Dios hasta que retorne el Sr. Jesucristo. Saludos desde Buenos Aires, Argentina.
ResponderEliminarMe encanto y mil bendiciones y mejores deseo Lara used y su familia no cave duda Que todo lo podemos Cristo a traves De su Espiritu solos una familia muy poderosa cuando andamos en santidad haciendo LA voluntad del Padre De las luces
ResponderEliminarTodas estas afirmaciones permiten ver lo común que puede ser el sentimiento de esperanza. Todos vivimos esperando que suceda algo, y cuando ya no hay más esperanza, no queda más que desistir y darse por vencido. Incluso cuando no podemos predecir o suponer el resultado, siempre esperamos que el desenlace sea bueno, como si pusiéramos toda nuestra confianza nada más que en la buena suerte.
ResponderEliminarEsta es la esperanza humana de todos los días. Pero la esperanza de la que habla San Pablo es algo diferente. No se trata de aspiraciones ilusorias ni de una serie de anhelos que nos gustaría que algún día se hicieran realidad, pero sin la menor certeza de que en efecto vaya a ocurrir. Cuando Pablo escribe que Cristo en nosotros es nuestra “esperanza de la gloria,” habla de algo mucho más concreto y seguro que la incertidumbre de los deseos y las ilusiones.