jueves, 11 de diciembre de 2014

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2014


III DOMINGO DE ADVIENTO -C-



PRIMERA LECTURA

El Señor se alegra con júbilo en ti

Lectura de la profecía de Sofonías 3,14-18


Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán de Jerusalén: "No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. El se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta."

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Salmo responsorial 

Is. 12,2-3. 4bcd. 5-6



R/ Gritad jubilosos: "Que grande es en medio de ti el santo de Israel."

El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
"Que grande es en medio de ti el Santo de Israel."


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SEGUNDA LECTURA

El Señor está cerca

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4,4-7
Hermanos: Estad siempre alegres en el Señor; os repito, estad siempre alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobre pasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

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Aleluya

El Espíritu del Señor está sobre mí,
me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.

Evangelio


Qué hacemos nosotros?

Lectura del santo Evangelio según San Lucas. 3,10-18

En aquel tiempo la gente preguntaba a Juan: "¿Entonces qué hacemos?" El contestó: "El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo."

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: "¿Maestro, qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No exijáis mas de lo establecido." Unos militares le preguntaron: "¿Qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga."

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dejo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene uno que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con el Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga." Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.


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Comentario las lecturas


"¿Entonces qué hacemos?" Esta es la hermosa pregunta que le hacen a Juan Bautista. Hermosa porque denota que ya se ha visto el problema y se quiere trabajar para resolverlo. Juan les ha convencido de que tienen pecado y el corazón se ha abierto a la conversión como preparación a la venida del Mesías.

"¿Entonces qué hacemos?" Son palabras que demuestran interés por resolver un problema y confianza para dejarse guiar.

"¿Entonces qué hacemos?" Denota la actitud de un corazón bien dispuesto también hoy para preparase a recibir al Señor. Es un despertar de la frialdad y la indiferencia de un mundo que ya no espera a Dios.

¿Que has hecho hasta ahora para prepararte a la Navidad? ¿De que ha servido el adviento?

Aun puedes recapacitar. No es suficiente algunos cambios superficiales. Hace falta escuchar otra vez a Juan Bautista y comprender que nuestra vida se ha enredado en la cultura del mundo. Dios quiere irrumpir en nuestras vidas, que le dejemos actuar libremente.

No podemos servir a dos maestros. Si somos cristianos sabemos que nuestra visión y nuestro comportamiento no concuerdan con la cultura prevalente. No nos vale justificarnos: "todo el mundo lo hace" porque no seguimos a todo el mundo, seguimos a Jesucristo. Sabemos que no nos van a comprender. Vamos a tener conflictos en el trabajo y en todas partes porque actuamos en la luz y no cedemos a las tinieblas.

¿De veras quieres ser cristiano?

Lutero, nos exhorta a reconocer lo que significa querer: Me dices que sí, que quieres. —Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un pobrecito sensual su placer?

—¿No? —Entonces no quieres.

"¿Entonces qué hacemos?" Requiere una respuesta concreta. Un serio examen. Una buena confesión. Les exhorto a que se confiesen antes de Navidad. Entonces, un firme propósito de enmienda con decisiones concretas por las cuales voy a luchar hasta que se hagan habituales.

Creo que en específico debemos renovar:

1: Nuestro compromiso de oración diaria. Visitas a Jesús Sacramentado

2: Confesión frecuente

3: Renovar los lazos familiares. Orar juntos, compartir.

4: Participar mas en la vida de la comunidad cristiana que es la parroquia, compartiendo mis talentos y aprendiendo.

5: Renunciar a todo lo que ofende al Señor

Cuando preguntaron a Juan: "¿Entonces qué hacemos?", es porque creían en el. Su testimonio de vida respaldaba su palabras. Entonces el poder de Dios tocaba los corazones. Ellos confiaban que Juan les podía enseñar como recibir al Mesías de Dios.

Hoy día ¡Cuanta necesidad hay de cristianos que vivan su fe con la convicción de Juan Bautista! Tu también has sido llamado por Dios desde tu bautismo para evangelizar. La gente de tu trabajo, de tu casa, quizás se burlen de ti por tu fe. Pero en el fondo ellos te están observando y poniendo a prueba. Si tu vida da buenos frutos, si a pesar de todo los tratas con amor y hay en ti el gozo del que San Pablo escribió a los filipenses (segunda lectura), ellos van a querer lo que tu tienes. Estate preparado para las oportunidades en que puedas tu también responder a la pregunta: "¿Entonces qué hacemos?" y como Juan, llevarles a Cristo.

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COMENTARIOS AL CÁNTICO
 DE ISAÍAS
Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6



1.
• La salvación, una fuente inagotable.
El nombre de Isaías («Dios-salva») simboliza y localiza la fuente salvadora de Israel. Salvación que si en el pasado fue liberación de Egipto, en el presente es confianza sin temor. En uno y otro caso es lícito celebrar a Dios como fortaleza, poder y salvación.

La iniquidad de Israel consistió en haber abandonado a Dios, fuente inagotable de agua viva, salvadora, y haber excavado cisternas agrietadas que no pueden retener el agua.

A pesar de todo, el mensaje de Isaías se abre hacia el futuro al invitar a los sedientos a beber gratuitamente. Quien sienta sed está predispuesto a adherirse a Jesús, la roca de la que mana el agua, nuevo Templo y fuente abierta en Jerusalén. Quien bebe en el costado del Traspasado recibe el Espíritu de la nueva Creación. Es un hombre nacido de nuevo y de arriba; goza de la vida que caracteriza a la creación terminada. Este hombre nuevo forma parte de la comitiva del Exodo iniciado por Jesús,

• El testimonio, respuesta de la comunidad.
La comunidad posexílica puede proclamar ante el mundo cuanto Dios hizo por ella en el pasado. Corresponde a la comunidad restaurada celebrar jubilosamente las proezas de Dios, contar sus hazañas, proclamar la grandeza del "Santo de Israel", dar gracias a Dios salvador.

Es la misma misión confiada a la Iglesia: primero vive la salvación que brota de sus fuentes y después la difunde por el mundo entero. Ser testigos del Resucitado en Jerusalén, en Judea y Samaria y hasta los confines de la Tierra es el programa misionero de la Iglesia.

La finalidad del testimonio es llevar a otros hombres a la fe, a la adhesión personal a Jesús Mesías. Quienes aceptan el testimonio eclesial poseen en sí mismos el testimonio de Jesús, que es la Profecía de los tiempos nuevos. La sangre del Cordero y la Palabra del Testimonio son armas eficaces para vencer los poderes de la Bestia. Ser testigos de Jesús es gritar la grandeza del Santo de Israel.

Dios Padre Santo, nuestros padres nos han hablado de tu grandeza para con ellos: nos enseñaron a darte gracias, a invocar tu nombre, a contar a los pueblos tus hazañas; concédenos ser un vivo testimonio del Resucitado, para que todos los pueblos griten jubilosos que sólo Tú eres grande por los siglos de los siglos.


2.

El júbilo del pueblo redimido


1. El himno que se acaba de proclamar entra como canto de alegría en la Liturgia de las Laudes. Constituye una especie de culminación de algunas páginas del libro de Isaías que se han hecho  célebres por su lectura mesiánica. Se trata de los capítulos 6-12, que se suelen denominar "el libro del Emmanuel". En efecto, en el centro de esos oráculos proféticos resalta la figura de un soberano que, aun formando parte de la histórica dinastía davídica, tiene perfiles transfigurados y recibe títulos gloriosos:  "Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la paz" (Is 9, 5).

La figura concreta del rey de Judá que Isaías promete como hijo y sucesor de Ajaz, el soberano de entonces, que estaba muy lejos de los ideales davídicos, es el signo de una promesa más elevada:  la del rey Mesías que realizará en plenitud el nombre de "Emmanuel", es decir, "Dios con nosotros", convirtiéndose en la perfecta presencia divina en la historia humana. Así pues, es fácilmente comprensible que el Nuevo Testamento y el cristianismo hayan intuido en esa figura regia la fisonomía de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre solidario con nosotros.

2. Los estudiosos consideran que el himno al que nos estamos refiriendo (cf. Is 12, 1-6), tanto por su calidad literaria como por su tono general, es una composición posterior al profeta Isaías, que vivió en el siglo VIII antes de Cristo. Casi es una cita, un texto de estilo sálmico, tal vez para uso litúrgico, que se incrusta en este punto para servir de conclusión del "libro del Emmanuel". En efecto, evoca algunos temas referentes a él:  la salvación, la confianza, la alegría, la acción divina, la presencia entre el pueblo del "Santo de Israel", expresión que indica tanto la trascendente "santidad" de Dios como su cercanía amorosa y activa, con la que el pueblo de Israel puede contar.

El cantor es una persona que ha vivido una experiencia amarga, sentida como un acto del juicio divino. Pero ahora la prueba ha pasado, la purificación ya se ha producido; la cólera del Señor ha dado paso a la sonrisa y a la disponibilidad para salvar y consolar.

3. Las dos estrofas del himno marcan casi dos momentos. En el primero (cf. vv. 1-3), que comienza con la invitación a orar:  "Dirás aquel día", domina la palabra "salvación", repetida tres veces y aplicada al Señor:  "Dios es mi salvación... Él fue mi salvación... las fuentes de la salvación". Recordemos, por lo demás, que el nombre de Isaías -como el de Jesús- contiene la raíz del verbo hebreo ylsa", que alude a la "salvación". Por eso, nuestro orante tiene la certeza inquebrantable de que en la raíz de la liberación y de la esperanza está la gracia divina.

Es significativo notar que hace referencia implícita al gran acontecimiento salvífico del éxodo de la esclavitud de Egipto, porque cita las palabras del canto de liberación entonado por Moisés:  "Mi fuerza y mi canto es el Señor" (Ex 15, 2).

4. La salvación dada por Dios, capaz de suscitar la alegría y la confianza incluso en el día oscuro de la prueba, se presenta con la imagen, clásica en la Biblia, del agua:  "Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación" (Is 12, 3). El pensamiento se dirige idealmente a la escena de la mujer samaritana, cuando Jesús  le ofrece  la  posibilidad  de  tener  en  ella  misma una  "fuente  de agua  que salta para la vida eterna" (Jn 4, 14).

Al respecto, san Cirilo de Alejandría comenta de modo sugestivo:  "Jesús llama agua viva al don vivificante del Espíritu, por medio del cual sólo la humanidad, aunque abandonada completamente, como los troncos en los montes, y seca, y privada por las insidias del diablo de toda especie de virtud, es restituida a la antigua belleza de la naturaleza... El Salvador llama agua a la gracia del Espíritu Santo, y si uno participa de él, tendrá en sí mismo la fuente de las enseñanzas divinas, de forma que ya no tendrá necesidad de consejos de los demás, y podrá exhortar a quienes tengan sed de la palabra de Dios. Eso es lo que eran, mientras se encontraban en esta vida y en la tierra, los santos profetas y los Apóstoles y sus sucesores en su ministerio. De ellos está escrito: Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación" (Comentario al Evangelio de san Juan II, 4, Lutero, pp. 272. 75).

Por desgracia, la humanidad con frecuencia abandona esta fuente que sacia a todo el ser de la persona, como afirma con amargura el profeta Jeremías:  "Me abandonaron a mí, manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua" (Jr 2, 13). También Isaías, pocas páginas antes, había exaltado "las aguas de Siloé, que corren mansamente", símbolo del Señor presente en Sión, y había amenazado el castigo de la inundación de "las aguas del río -es decir, el Éufrates- impetuosas y copiosas" (Is 8, 6-7), símbolo del poder militar y económico, así como de la idolatría, aguas que fascinaban entonces a Judá, pero que la anegarían.

5. La segunda estrofa (cf. Is 12, 4-6) comienza con otra invitación -"Aquel día diréis"-, que es una llamada continua a la alabanza gozosa en honor del Señor. Se multiplican los imperativos para cantar:  "dad gracias, invocad, contad, proclamad, tañed, anunciad, gritad".

En el centro de la alabanza hay una única profesión de fe en Dios salvador, que actúa en la historia y está al lado de su criatura, compartiendo sus vicisitudes:  "El Señor hizo proezas... ¡Qué grande es en medio de ti  el Santo de Israel!" (vv. 5-6). Esta profesión de fe tiene también una función misionera:  "Contad a los pueblos sus hazañas... Anunciadlas a toda la tierra" (vv. 4-5). La salvación obtenida debe ser testimoniada al mundo, de forma que la humanidad entera acuda a esas fuentes de paz, de alegría y de libertad.


SOLI DEO GLORIA
Rev. Ruben Daza



viernes, 5 de diciembre de 2014

ADVIENTO 2014





VEN SEÑOR JESUS TE ESPERAMOS!!

Lecturas del Domingo 2º de Adviento - Ciclo B

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Domingo, 7 de diciembre de 2014

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (40,1-5.9-11):

«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/.
 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

Palabra de Dios

Evangelio

Evangelio según san Marcos (1,1-8), del domingo, 7 de diciembre de 2014
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Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Palabra del Señor

lunes, 11 de agosto de 2014

JUDAS EL ISCARIOTE: CUÁNDO, CÓMO Y DÓNDE MURIÓ



Cuándo, cómo y  dónde murió Judas


Ni falta haría que lo mencionemos; Judas fue quien entregó en manos enemigas a nuestro Señor Jesucristo. En general, al momento de su muerte, se lo ubica erróneamente como inmediatamente después que él devuelve el dinero a los líderes religiosos. Pero la Palabra de Dios muestra claramente algo totalmente diferente.

En este tema estaremos estudiando cuándo, cómo y dónde murió Judas.

Al estudiar estos detalles apreciaremos una de las realidades más contundentes que tenga que ver con el perdón. Estas circunstancias que rodean a Judas nos dejan un ejemplo inmenso que debiera ser indeleble en nuestras vidas dentro de la familia de Dios.Dios es amor, Jesucristo su hijoes amor, el Espiritu Santo es amor, por lo tanto Judas tuvo la oportunidad de ser salvo y redimido pero algunas circunstancias él no lo aceptó ese perdón.


ô   ¿Cuándo murió?

E
ste registro de Mateo, que veremos en primer lugar, está ubicado en el relato justo después que Jesús es entregado a Pilato.

Mateo 27:5:Arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.

Una lectura rápida nos indicaría que luego que Jesús fue trasladado a Pilato, el apóstol fue al templo, arrojó el precio que le pagaron los líderes religiosos por la traición, y fue a ahorcarse.El texto parece indicar que todo esto ocurrió en ese mismo día. Pero veamos lo que el libro de Hechos de los Apóstoles nos aclara:

Hechos 1:16-20: v.16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, v. 17 y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. v. 18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

He aquí, entre estos dos registros, una gran discrepancia. En Mateo dice:

Arrojó las piezas de plata 
Salió
y fue y Se ahorcó

El versículo 18 del registro de Hechos 1 en cambio dice:

Adquirió un campo 
Cayó de cabeza
Se reventó por la mitad
Todas sus entrañas se derramaron

Ya sabemos ciertísimamente que no puede haber errores en Dios ni en Su Palabra. De tal manera que estamos ante una contradicción pero solo en apariencia. Veamos por qué. El primer conflicto que se da aquí es en el factor tiempo. En Mateo daría la impresión que una cosa fue inmediata a la otra y en Hechos que hubo más cosas que hizo Judas antes de morir y de una forma diferente a la descrita en Mateo.

Como vimos; la tradición ubica el momento de su muerte entre la entrega traicionera y la crucifixión. Sin embargo, veremos, que Judas no pudo haberse matado antes de la crucifixión.

Veamos en Lucas 24 un relato que documenta un momento posterior a la resurrección. Ese es un detalle muy importante.


Lucas 24:33-36: 
v. 33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos [dice “once” lo que lógicamente quiere decir que faltaba uno de los doce], y a los que estaban con ellos, v.34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. 35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. v.36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.

Estos versículos claramente dicen que Jesús se apareció en medio de “los once” que estaban reunidos. Este Evangelio no dice cuál de los doce faltaba. Muchos asumieron que debió haber sido Judas. Pero en el Evangelio de Juan presenta esta misma escena pero deja en claro cuál de “los doce” faltaba.

Juan 20:19-27:
v.19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.

Aquí dice “discípulos” y en Mateo dice “los once”. Los apóstoles eran lógicamente también discípulos de Jesús. No todos los discípulos son necesariamente apóstoles, pero todo aquel que es apóstol sin duda tiene que ser discípulo[1]. No se comienza siendo apóstol y se termina siendo discípulo.

v.20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. v.21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. v.22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. v.23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

 Como tenemos bien establecido, los Evangelios se complementan entre si. Si continuamos leyendo encontraremos quien de los doce faltaba.

Juan 20: v.24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

Quien no estaba con ellos era Tomás. Si Judas no hubiese estado contado entre los apóstoles este versículo diría: “Tomás uno de los once”. Pero no dice eso. Así que 11 + Judas= 12. Eso significa que Judas aun estaba vivo y se reunía con ellos despues de la resurrección de Jesucristo.

Juan 20: v.25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. v.26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás…

Por el contexto estos discípulos tienen que ser los doce que además eran apóstoles. Esta vez sí Tomás estaba con ellos. Todos frente al Cristo resucitado.

 …Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. v. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

La palabra de Dios es maravillosa, observe en 1a. de Corintios.
1 Corintios 15:5 y 7:Y que apareció a Cefas, y después a los doce.  v.7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles.

Al decir los doce y todos los apóstoles Judas está incluido. Matías[2] fue su reemplazó justo antes del día de Pentecostés. Estos relatos son de los momentos previos a la ascensión cuando Cristo resucitado les enseñaba sobre el Reino de Dios durante los cuarenta días que estuvo sobre la Tierra.

Hechos 1:1-3:
v.1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, v. 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
  
¿Quiénes eran los apóstoles que Jesús había escogido? Los “originales doce” lo que incluía a Judas. Además dice hasta cuando estuvo con los otros once: “hasta el día que fue recibido arriba”.

v. 3 a quienes también [¿qué quiénes? ¡Los doce originales!], después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Judas participó de estas enseñanzas del Reino de Dios y vio con sus propios ojos las pruebas indubitables de las apariciones de Jesucristo resucitado.

Hasta aquí estaba Judas entre los doce. Uno no puede evitar preguntarse cómo habría sido la relación de los once con Judas y cómo habría sido la conducta de Judas dentro del grupo y para con Jesús durante esos cuarenta días. Una cosa es muy cierta: es un hecho que Judas estuvo con ellos y con Jesús. Ese hombre, Judas, había traicionado al redentor hace pocos días atrás por un precio miserable que la ley obligaba como mínimo el pago por un esclavo[3].

¡Qué locura! Eso es lo que valió para Judas y para los líderes religiosos la vida de nuestro magnífico Señor. Todo hombre tiene un precio. Para Dios, Jesús nuestro Señor tiene mucho valor; Jesús vale el haber sido exaltado por Su diestra y que su nombre esté sobre todo nombre que se nombra en este siglo y en el venidero y que toda rodilla se doble ante él. Dios lo hizo Señor y Cristo. Lo sentó  a Su derecha en los lugares celestiales… ¡Eso vale nuestro Señor! A su vez nosotros, los hijos de Dios, valemos en la misma proporción que vale Cristo a los ojos de nuestro bendito Padre Celestial. Él fue el precio que se pagó por nuestra redención. Para Judas, Jesús valió treinta piezas de plata.

Ni Dios ni Jesucristo le impidieron que estuviera dentro y fuera parte de lo que el primer resucitado de entre los muertos[4] tenía para decirle en tan solo cuarenta días. Jesús había muerto por Judas al igual que por Pedro que lo negó, y por los otros diez apóstoles que no estuvieron cerca de Jesús ni siquiera para negarlo y por el resto de la humanidad que están en los cuatro vientos. 

Aqui vale la pena preguntarnos, ¿cómo hubiésemos reaccionado nosotros de haber estado en el lugar de Judas o en el de Pedro por poner un ejemplo? ¿Acudiríamos al suicidio como lo hizo Judas?, o nos fortaleceríamos y aceptaríamos el perdón de Jesús como lo hizo Pedro. No hay mención y estos registros nos dejaron una declaración y ejemplo del amor y perdón de Dios y del amor y perdón de nuestro resucitado Señor.

Ahora hay un pequeño giro en la historia. Justo al momento que los apóstoles están enfocados mirando la subida de nuestro Señor; se aparecen dos ángeles.

Hechos 1:9-11: v. 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. v.10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

Judas no era de Galilea. En una nota al margen Lacueva[5]  indica que tiene que haber sido nativo de Kerioth. ISH es hebreo para varón y luego Kerioth que era una ciudad al Este del Mar Muerto hacia el lado de la actual Jordania. Hay otros autores[6] que concuerdan que Judas era “keriotita”.  Miremos un ejemplo del uso de la palabra ISH.

En Génesis 2:23

Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona [ISHA], porque del varón [ISH] fue tomada.

Así que Iscariote viene de ISH + KERIOTH. Los únicos galileos eran los once. De tal manera que Judas debió haber partido entre la ascensión y la aparición de los dos varones con vestiduras blancas.

Hechos 1:12-26: v.12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. v. 13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 
Aquí la cuenta da once como resultado. Todos son nombrados menos Judas iscariote.

v. 14 Todos éstos [los once restantes] perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. v. 15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: v.16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, v. 17 y era contado con nosotros [11+1=12], y tenía parte en este ministerio. v.18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

Ahora están por cubrir el puesto dejado vacante por Judas. Pedro dirige la reunión.

v.19 Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. v.20 Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio. v. 21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, v.22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. v.23 Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. v.24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, v. 25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. v. 26 Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.

Si Judas hubiese muerto antes de la ascensión, Jesús mismo hubiese seleccionado un reemplazo. Pero el reemplazo fue hecho entre la ascensión y Pentecostés. 




ô   ¿Cómo murió?

Mateo 27:5:Arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.

V
eremos que Judas no murió por ahorcamiento. La palabra “ahorcó” en griego es apangchomai y varios autores dicen que significa apretar, ahogar, es como exprimir la vida de alguien. En el mundo oriental antiguo la gente no se ahorcaba como hoy en día esa palabra significa que es através de una soga en el cuello. Este versículo muestra más bien la angustia por la que estaba pasando Judas en lugar de la forma en la que murió. Él estaba ahogado, como ahorcado por el dolor y la desesperación de haber traicionado a su Señor. Seguramente esta condición se agravó con el correr de los días hasta que se hizo intolerable y tomó su propia vida. Luego de haber traicionado a Jesús, Judas, se dio cuenta de lo que había hecho arrojó el dinero de la traición y se angustió por lo que había hecho.

Pedro no había traicionado a Jesús pero estando cerca y habiendo sido reconocido seis veces no dijo: “sí, lo conozco”. No obstante; su reacción posterior a su conducta fue diferente a la de Judas. Después de seis negaciones finalmente su mirada se cruzó con la de Jesús que estaba siendo maltratado verbal y físicamente.

Lucas 22:61 y 62: v.61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 62 Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Pedro estaba perturbado por su proceder y lloró amargamente pero revirtió la situación y estuvo con el Señor hasta el final y siguió firme luego de Pentecostés. Pedro logró tomar las riendas de sus emociones, pedir perdón y perdonarse a si mismo y seguir adelante. Judas pudo haber hecho lo mismo como su colega. En cambio es evidente que no supo, no pudo hacerlo o no quiso revertir esa situación de tal manera que se dejó llevar por sus pensamientos y su conciencia y fué a cometer suicidio.

Cuando supo que su Maestro estaba siendo torturado salvajemente; arrojó las treinta piezas de plata en el templo y se fue emocionalmente cargado y ahogado en pesar y condenación. Finalmente luego de cuarenta días de estar con sus colegas y con su Rabí resucitado; alcanzó el punto de no retorno en su angustia. Se retiró de la escena de la ascensión de Jesucristo dejando a los otros apóstoles frente a los varones con vestiduras blancas y se suicidó de la manera que era común en aquellos días. Seguramente se lanzó sobre una espada o estaca y eso produjo su muerte. Miremos en la Palabra de Dios, de cómo era la manera de suicidarsen los soldados o personas en momento de angustia y dolor profundo.

1 Samuel 31:4 y 5: v. 4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. v.5 Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él.

Si Judas se hubiese ahorcado al estilo occidental (mediante una soga amarrada al cuello colgado en un árbol) ¿cómo se entendería lo que dijo Pedro acerca de cómo quedó su cuerpo?

Hechos 1:18:Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

¿Cómo hace un ahorcado para quedar en esta condición, con sus entrañas deramadas? Judas se arrojó sobre un objeto puntiagudo, tal vez una estaca enterrada en la tierra. Esto lo hizo luego que Jesús ascendiera. Recién entonces Pedro y el resto buscaron reemplazo ya que antes no había hecho falta.

ô   ¿Dónde murió?

Mateo 27:8Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. Hechos 1:19:Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.

E
stos versículos en apariencia estarían refiriéndose al mismo campo de sangre siendo que ambos fueron traducidos de la misma manera. Para un completo entendimiento veamos a cada uno en su contexto.

Mateo 27:3-10: v.3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, v.4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! v. 5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. v. 6 Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. v. 7 Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. v. 8 Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. v. 9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; v.10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.

Hechos 1:15-19: v.15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: v.16 Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,

Aquí es necesaria una aclaración muy importante. Es evidente que las Escrituras hebreas habían dejado registrada la futura traición de Judas. Pero de ninguna manera eso quiere decir que esa infamia haya sido la voluntad de Dios. Sí fue Su voluntad hacerle saber a todo el que leyera lo que dijo David que iba a ocurrirle al Cristo pero eso no significa para nada que Dios planeó que el apóstol lo traicionara. Seguramente el mismo Jesús leyó ese registro y así se enteró de lo que le iba a hacer uno de los suyos. Judas no hizo ningún trabajo de, para o en nombre de Dios al traicionar a su Rabí. Jesús debía morir por nosotros y de una u otra forma lo hubiese hecho sin necesidad de la traición.

v.17 y  era contado con nosotros [se refiere a Judas], y tenía parte en este ministerio. v.18 Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. v.19 Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.

Muchas personas piensan que el Campo de sangre mencionado en ambos registros se refiere al mismo lote y que para comprarlo Judas usó las treinta piezas de plata, pero no es verdad. La evidencia Bíblica es en contra de esta postura.

Mateo 27: 6 y 7:6 Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. 7 Y después de consultar, compraron con ellas el campo [agros[7]] del alfarero, para sepultura de los extranjeros.

La primera cosa que debiera haber llamado nuestra atención es el hecho que Judas no pudo haber comprado nada con un dinero que había devuelto[8]. Lo debió haber comprado con dinero de distinta procedencia. El hecho es que Judas fue y arrojó las piezas de plata y los principales sacerdotes tomaron ese dinero mal habido y compraron el campo del alfarero con el propósito de sepultar a los extranjeros. Fueron los principales sacerdotes quienes compraron este campo del alfarero.

Hechos 1:18:Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo [chorion[9]], y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

Ahora sí este es el campo que compró Judas con su “propio” dinero que seguramente era mal habido también pues de otro modo Pedro no hubiese usado la expresión “salario de iniquidad”. En cuanto a este dinero ilícito tiene que ver con lo que dice la Palabra de Dios que Judas hacía.

Juan 12:5 y 6: v.5 [quien habla es Judas] ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? v. 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.

Este era el salario de la iniquidad de Judas. Él había comprado un campo con el dinero que había robado de la bolsa.

Hay otro detalle que deja muy en claro que ambos registros hablan de lotes diferentes. La palabra agros usada de la tierra que compraron los sacerdotes es la única que puede ser traducida campo. Pero chorion es un lugar, una parcela, un terreno. Judas compró un terreno de sangre. En cambio los nefarios sacerdotes querían hacer sepulturas y lógicamente entran más cadáveres en un campo que en un lote. Los sacerdotes compraron un agros de sangre pues fue el dinero que ellos colocaron como precio de la sangre de Cristo.  Judas compró un chorion de sangre pues se suicidó en su propio terreno que había comprado con dinero robado.

Recapitulando:
Cuándo
Después de la ascensión y antes de Pentecostés


Cómo
Arrojándose a algo puntiagudo


Dónde
En el terreno que había comprado con el dinero robado


Esperamos que este estudio sea de provecho para su vida.
SOLI DEO GLORIA


Nota del  Autor


Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[10] a menos que se especifique algo en contrario. Cada vez que aparezca resaltada alguna palabra dentro del texto de la Biblia, se trata del énfasis añadido por el autor.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: atomos). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos se puede utilizar la palabra raíz como cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la familia de palabras.

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas información disponible para consulta en dicha fuente.



Dios lo bendiga
EDITOR: REV. RUBEN DAZA B.
Corrección:
Adriana Di Benedetto
Fanny González Alonso






[1] Es conveniente aclarar que una vez que un hijo de Dios es, por ejemplo, apóstol nunca debiera de dejar de ser un discípulo del Señor Jesucristo. Ser discípulo es un pre requisito y un post requisito. El discipulado es antes y durante.
[2] Hechos 1:20-26
[3] Éxodo 21:32
[4] Hubo otros antes de Jesús que se levantaron de los muertos pero luego murieron definitivamente. Jesús fue el único hasta ahora (pues seguirán los santos al regreso de él) que resucitó para nunca más morir. Di Noto, Eduardo, Sobre la Vida, la Muerte y la Resurrección. Ediciones de la Palabra de Dios sobre el Mundo. CABA, Argentina. 2009. Págs. 124, 144 y especialmente 187.
[5] Lacueva Francisco,  Nuevo Testamento Interlineal Griego Español. Editorial CLIE, Barcelona, España. 1984 Pág. 37
[6] Mickelson y Thayer de In the beggining was the Word por Costas Stergiou
[7] Según Thayer es lote, campo
[8] Mateo 27:5ª Arrojando las piezas de plata…
[9] Según Thayer: Campo Tierra, parcela
[10] La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano de Valera (1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993
[11] Hechos 17:11