lunes, 13 de abril de 2015

MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS



Qué es la Misericordia:

La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren y brindarles apoyo. La palabra misericordia proviene del latín “misere” que significa “miseria, necesidad”; cor, cordis que indica “corazón” y “ia” que expresa “hacia los demás”.

La misericordia puede manifestarse de diversas formas, sea por medios materiales como dar albergue, dar de comer, dar de beber, vestir al que no tiene, entre otros y, por medios espirituales por ejemplo enseñar, dar buenos consejos, consolar al que este triste, rogar a Dios por el bienestar de los seres humanos, etcétera.

El término misericordia tiene diferentes significado todo depende del contexto que en que se usa. Misericordia es una pequeña pieza prominente ubicada en los asientos de los coros de las iglesias que permite descansar cuando se está de pie. Asimismo, la misericordia es el puñal con que los caballeros medievales proporcionaban el golpe de gracia al rival caído.

En ocasiones, la palabra misericordia es confundida con lástima lo cual es errado ya que lástima es enternecimiento y compasión que provocan los males de otras personas, es decir, es un sentimiento temporal y no procura un acto bondadoso para finalizar con los problemas de los demás, en cambio, misericordia es la capacidad de sentir la desdicha de los demás y ofrecerles ayuda.

El término misericordia se puede utilizar como sinónimo de: compasión, piedad, bondad, entre otros. Algunos antónimos de la palabra misericordia son: impiedad, inclemencia, maldad, condena.

El término misericordia en hebreo en el antiguo testamento es “rehamîm” que significa “vísceras” en sentido figurado expresa un sentimiento íntimo, profundo y amoroso que liga a dos personas. El segundo término es “hesed” que es sinónimo al anterior término. Asimismo, existen las palabras “sonhanan” que manifiesta “mostrar gracia, ser clemente”, “hamal” que expresa “compadecer, perdonar” y, por último “hus” que significa “conmoverse, sentir piedad”.


Misericordia de Dios

Para los CRISTIANOS, la misericordia es la cualidad de Dios por la cual perdona los pecados de los fieles. La misericordia es un atributo divino mediante el cual los creyentes piden a Dios para que tenga piedad por sus pecados, desobediencias y sean perdonados.

La Divina Misericordia es la fe que sienten los cristianos por la misericordia de Dios creyendo que él se sacrificó por los pecados de sus creyentes. Por medio de esta fe, la iglesia garantiza a los fieles que Jesús perdonara sus faltas, no a través de un juicio, sino como un gesto de salvación. De igual forma, la misericordia es un estilo de vida que propone el cristianismo a través de acciones interiores como el cumplimiento de sus promesas, practicar las buenas obras semejantes a las de Cristo en obrar bien, creer en Dios, entre otros y, acciones exteriores por ejemplo la oración e intercesión que debemos hacer diariamente por el prójimo, la meditación y la lectura diaria de su Palabra y la reunión de los Santos cuando vamos a celebrar culto a Dios en la Iglesia, etcétera.

Para entender un poco lo alusivo anteriormente, en la Biblia en el Nuevo testamento se encuentra la parábola del “Buen Samaritano” conocida como “las parábolas de la misericordia” narrada en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37, la misma enseña a los fieles que la caridad y la misericordia son las virtudes que encaminaran a los hombres a la piedad y a la santidad.

La misericordia y la gracia son confundidas con frecuencia aunque parezcan similares no lo son ya que misericordia se refiere al perdón concedido por Dios debido al arrepentimiento sincero, en cambio, gracia es don gratuito de Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo.

Misericordia como valor

La misericordia como valor es la virtud del ánimo que lleva a los seres humanos a conmoverse por los trabajos y miserias ajenas. La misericordia es una actitud bondadosa que una persona muestra a otra que esté atravesando por un mal momento.

La misericordia está relacionada con el término amor ya que misericordia es la capacidad que nos hace tener compasión de los males ajenos y nos incita a perdonar, mientras que el amor nos inclina a no guardar rencor, a perdonar.

Jesús como ejemplo de Misericordia

Su misericordia entrañable nos visitó en Jesús, él es la Palabra Misericordia encarnada. Gran parte del Evangelio nos muestra a Jesús conmovido en sus entrañas, llorando por y con el dolor ajeno, perdonando, liberando, levantando, curando, dando esperanza y futuro… tantas y tantas personas recobraron vida en contacto con su ternura y compasión: la MUJER con hemorroísa, la viuda de Naím y su hijo, el ciego Bartimeo, el paralítico, el de la mano seca, el sordo, la mujer encorvada la otra acusada de adulterio, Zaqueo, el buen ladrón, la multitud que andaba como ovejas sin pastor… a todos les visitó la Misericordia, y se volvieron compasivos y misericordiosos como él.

La oración nos permite experimentar en el corazón de qué manera somos amados por Dios. Y nos permite escuchar en el corazón la frase “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37). Practica la misericordia y la compasión como el buen samaritano, como el Buen Padre Dios tiene contigo.

Si nuestra oración es auténticamente evangélica dará frutos de compasión. Si no los da, preguntémonos qué estamos haciendo mal.

Fijos los ojos en Jesús, hagamos nuestros los sentimientos de su corazón y caminemos hacia la Pascua, rehabilitados por su perdón y misericordia. Estrenando cada día un corazón de carne, que se conmueve por lo que ve y siente. Esforzándonos en combatir la indiferencia, como nos recomienda LA PALABRA DE DIOS.

CONCLUSIÓN

La Biblia nos dice que a Dios le gusta más la misericordia (acoger en el corazón la desgracia de otro, lo cual me lleva a la compasión, a sufrir-con) que los sacrificios (Mt 9, 13). Podríamos decir que la religión cristiana, en línea con la tradición profética del AT, va más a los hechos que a los ritos. Más a los frutos que a las buenas intenciones, más a la autenticidad que al “cumplimiento” de algo externo.

Es bueno ponerse en los zapatos del próximo para ver el mundo como él o ella lo ve, desde su perspectiva. Poder sentir lo que de verdad necesita y no lo que yo creo que necesita. Mirar a los ojos de quienes me rodean y pensar cómo hacerles fácil el camino que recorren. Salir de mí mismo e ir, entrar en esos “lugares” donde se sufre y se malvive. Es una buena terapia para relativizar mi desgracia. Y una buena acción pascual.Parece que es una virtud más trabajada en otras religiones que en el cristianismo, especialmente el budismo, y sin embargo, tenemos en el Dios cristiano el fundamento más fuerte, porque si algo podemos decir de Dios es que “es compasivo y misericordioso” (Ex 34, 6-7; Sal 86,5; Sal 103; Sal 145,8; Joel 2, 13; Eclo 2,11; Lc 6, 26). Dios muestra su amor y su misericordia entrañable perdonando a quien vuelve a Él de todo corazón ¡veréis lo que hará con vosotros: él volverá a vosotros, le daréis gracias a boca llena…!

La meditación cristiana nos ayuda en este sentido a conectar con nosotros mismos con serenidad y verdad. Nos permite acogernos con paz.

SOLI DEO GLORIA
RUBEN DARIO DAZA

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