sábado, 11 de mayo de 2019

COMO ESTUDIAR LA BIBLIA: EN SU USO PREVIO CAP. 14

COMO ESTUDIAR LA 
PALABRA DE DIOS

CAPITULO 14
EN SU USO PREVIO

Si la Escritura no se interpreta a sí misma en el versículo o en el contexto, entonces la interpretación se encuentra en su uso previo. En el primer uso de una palabra, expresión o idea, la explicación es generalmente lo suficientemente completa como para sostenerse en todas las otras referencias en la Biblia. Si Dios cambia alguna vez el uso de una palabra o expresión, El siempre lo explica.

Para ver esta gran verdad de cómo la Palabra se interpreta a sí misma en su uso previo, observe 2 Corintios 12:2. Corintios 12 es el pasaje sobre el aguijón en la carne de Pablo, el cual ha sido un problema para mucha gente. Tengo una colección en mi biblioteca de cosas distintas que ministros y teólogos han escrito a lo largo de los años para explicar el aguijón de Pablo. Estos hombres han salido con catorce conclusiones distintas. La Palabra nos dice qué era el aguijón en la carne de Pablo y así pues no nos apoyamos en adivinanzas y no podemos, por lo tanto, tener catorce opiniones contradictorias.
2 Corintios 12:7:

Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.
¿Dice ese versículo qué era el aguijón en la carne de Pablo? No. Pero nos dice quién envió el aguijón. La gente que enseña que el aguijón en la carne de Pablo era una enfermedad enviada por el Padre de nuestro Señor Jesucristo tiene que haber mentido porque este versículo dice que fue enviado por Satanás. ¿Por qué lo envió Satanás? Para estorbar y obstruir a Pablo en su trabajo.
2 Corintios 12:8-10:
respecto a lo cual [el aguijón en la carne] tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
Y me ha dicho [Dios]: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad [o humildad]. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades [no dice enfermedades], en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias;
porque cuando soy débil [humilde], entonces soy fuerte.
El aguijón en la carne no ha sido explicado todavía aunque sabemos más de él. Nada de lo que queda en el Nuevo Testamento explica el aguijón en la carne. ¿Entonces qué hacemos? Tenemos que volver en nuestras Biblias al lugar en que las palabras "aguijón en la carne" fueron usadas por primera vez. 
Números 33:55:

y si no echareis a los moradores del país[incrédulos] de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.
Los habitantes, la gente, serán por aguijones en sus ojos y por espinas en sus costados. ¿Quiere decir usted que un cananeo colgaba de su ojo y otro cananeo estaba pegado a su costilla? ¿Qué son "aguijones en vuestros ojos" y "espinas en vuestros costados"? Son figuras literarias y no se han de tomar literalmente.

Este versículo tan sólo, puesto que es el primer uso de la expresión en la Biblia, dice que "aguijones en vuestros ojos" y "espinas en vuestros costados" son gente. El uso previo explica entonces el aguijón en la carne de Pablo. No necesitamos adivinar o interpretar privadamente. Satanás envió a Pablo un aguijón en la carne para obstruirle en su trabajo. ¿Qué obstruía a Pablo? Gente. Este versículo en el libro de Números interpretó la figura literaria de modo que podemos entender 2 Corintios 12:7. Para completar la cosa revisemos dos escrituras más para afirmar más aun el significado del aguijón en la carne.
Josué 23:13:
Sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo [las naciones, las cuales están compuestas por gente], por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas[aguijones] para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.
Josué muestra la misma verdad porque la gente de nuevo era "por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas [aguijones] para vuestros ojos". ¿Puede imaginarse usted a una nación de gente como los amorreos dentro del ojo de una persona? Eso no es lo que quiere decir. El aguijón en la carne siempre representa gente que está aquijoneando y tratando de abofetear y desalentar.

Jueces 2:3 da testimonio de la misma verdad.
Por tanto, yo también digo: No los echaré [a la gente] de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero.
La gente sería por azote en sus costados. Ahora leamos de nuevo 2 Corintios 12:7.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee...
¿Qué era el aguijón en la carne de Pablo? Gente. En todos los lugares donde fue Pablo había gente que constantemente trataba de alterar el evangelio predicado por Pablo. Estas personas que le seguían eran espinas en sus costados, aguijones en sus ojos, aguijones en la carne. Esas personas eran los mensajeros de Satanás enviados para abofetear, para obstruir su ministerio, para debilitar su trabajo. 

Recuerde el pasaje en Hechos que dice que después de haber terminado de predicar Pablo, la gente lo sacó de la ciudad, lo apedreó y lo dejaron por muerto; pero a la mañana siguiente Pablo estaba predicando de nuevo. Escuchen otro testimonio de Pablo.
2 Corintios 11:24:
De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
Los judíos azotaron a Pablo cinco veces con un instrumento de cuero largo y bolillas de acero en las puntas. ¿Quién azota a la gente? Gente. Si hubiéramos sido Pablo me imagino que para ese momento hubiéramos estado orando también: "Señor, saca este aguijón fuera de mi carne, quita estas espinas".

2 Corintios 11:25:
Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar.
Tres veces fue Pablo azotado con varas, las cuales eran látigos que tenían pedazos de metal o hueso al final de las correas. Tres veces le azotaron con varas, treinta y nueve azotes cada vez. Yo oigo a gente que dice: "Oh, nosotros nos sacrificamos por el Señor; ponemos nuestras monedas en el cesto de la colecta". Mire el Apóstol Pablo. Cinco veces lo azotaron con látigo; tres veces lo azotaron con metal en las puntas de las correas; una vez lo apedrearon y lo dejaron por muerto.
2 Corintios 11:26-28:
En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
en trabajo y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.
¿Quién era responsable por todo esto que le sucedía a Pablo? Satanás, el Diablo. El inspiraba y poseía a la gente que obstruía a Pablo. Satanás inspiraba a gente religiosa tanto como a gente no religiosa para que actuasen como mensajeros suyos obstruyendo a Pablo.

No es de admirarse que Pablo dijera en 2 Corintios 12:8: "Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí". Cuando Pablo oró, el Señor contestó, según se presenta en el versículo 9: "Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad [tu humildad]". En otras palabras el Señor dijo: "Mientras mantengas tu vista en mí, Pablo, yo me encargare del resto, pues Mi poder se perfecciona en que tú eres desafiado a manejar la situación".

"El Aguijón en la carne de Pablo" es un capítulo en mi obra titulada Estudios sobre la vida abundante, Volumen I. Ahí es estudiado en más detalle que en el que acabamos de examinar. La clave que debe entenderse aquí es aquella de interpretación en el uso previo. Esto elimina toda la adivinanza y toda interpretación privada. 

"Entendiendo primero esto, que ninguna profecía [ni una sola palabra de aquello que es predicho o declarado en la Palabra de Dios]...es de interpretación privada". Tiene que interpretarse a sí misma en su propio versículo o en el contexto de todo lo escrito, o en su uso previo. Esas son las tres formas principales en que la Palabra de Dios se interpreta a sí misma.

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