La Vida Abundante, Hoy (II)
Juan 10:10:"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir, yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”
“Este versículo cambió literalmente mi vida” (V.P.Wierwille)
Desde que oímos por primera vez ese versículo -y entendimos su significado a la luz de la integridad de la Biblia, tal como nuestro Padre Celestial en su Palabra nos enseñó, también cambiaron nuestras vidas. Y en nuestro andar hacia una vida cada vez más abundante también hemos tenido que aprender y entender algo que a veces parecemos olvidar: que esa vida abundante no es una vida simple, sin situaciones, sin retos, sin desafíos y sin confrontación.
Basta ver en la Biblia la vida de todos los hombres y mujeres que amaron a Dios y dedicaron sus vidas a la gloria de Él, todos confrontaron situaciones difíciles y afrontaron retos a veces de dimensiones épicas.
... taparon bocas de leones, v34 apagaron fuegos impetuosos... sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas... v35 mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. v36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. v37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;La vida abundante, no significa siempre que todo va a salir bien, que usted se llenará de dinero y tendrá una vida sin preucupaciones financieras o que gozará de buena salud siempre o no tendrá reveses en su vida o con su familia. No. Absolutamente no. La vida abundante es una vida plena llena de significados, y que de todas las cosas que Dios te haya dado sea mucho o sea poco que lo haya disfrutado plenamente. Que hayas vivido plenamente como Esposo, como Padre de familia, como hijo, como amigo, como hermano, como hijo de Dios, como compañero, como empleado, y en todas las fases de su vida. La vida abundante es un caminar diario tomado de la mano de nuestro Señor Jesucristo para que nos oriente, nos ayude y sirvamos a la fe con eficacia y eficientemente ante las situaciones difíciles que la vida nos depara. La vida abundante es tener esperanza cuando todo alredeor suyo se esté desboronando y destruyendo con la certeza de que Dios cambiará el rumbo de la história de nuestras vidas. La vida abundante es cuando la fe, la esperanza y el amor saldrán siempre victoriosos en su vida y la Gloria de Dios brillará en todo su ser renovandose y dando nuevas fuerzas para vivir plena y victoriosamente ante las circunstancias. La vida abundante es que cuando seas anciano puedas decir: Joven fui y ahora soy viejo, grandes cosas el Señor ha hecho por nosotros y que no hay un justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. La vida abundante es que cuando ya está a las puertas de la muerte, puedas decir: " he luchado como soldado, como atleta, HE GUARDADO LA FE! y que Dios haya anotado su nombre en el libro de la vida
v 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y las cavernas de la tierra. Hebreos 11: 33c-38.
Como atletas espirituales estamos en una competencia espiritual que terminará cuando el Señor Jesucristo venga por nosotros; no sabemos que vendrá después, pero mientras eso sucede seguimos, día a día en la arena de la competencia de la vida más abundante. Somos, no solo atletas que compiten, sino como aquellos que vencen: somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37)
De manera que la vida abundante debe ser una vida de triunfos a pesar de las visicitudes, es una vida confiante a pesar de las dificultades, es una vida de paz a pesar de las aflicciones y, por lo mismo, una vida de retos, pues sin lo segundo no puede lograrse lo primero. Así que de la manera que Cristo triunfó, nosotros que andamos en sus pisadas, debemos triunfar en los caminos del Señor. Por él, por su vida y por sus logros, nuestra victoria está garantizada.
Dicho de otra forma si sus palabras permanecen en nosotros y nosotros en ellas somos invencibles; siempre vamos a prevalecer sobre nuestro adversario y nuestro adversario es satanás ( y aunque el programa de escritura me diga que es un error lo dejo así mismo, con letras minúsculas) Él es el adversario del creyente y siempre lo ha sido.
Sal 106:10: Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario.
1ª. Ped 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
Nuestro adversario es satán, no es Dios. Aunque parezca obvio, y hasta absurdo decirlo, pues hay que decirlo, porque cuando algunos cristianos hablan de forma negativa de su situación, dá la impresión de que quien los adversa es Dios Todopoderoso: “el Señor hizo esto para probarme…los caminos del Señor son misteriosos y deben ser aceptados…tengo que resignarme pues él Señor sabe porque hace lo que hace…Dios escribe recto con líneas torcidas… y muchas otras frases que más que de aceptación -de la misteriosa voluntad del Señor- son de acusación a Dios Omnipotente.
¿Qué clase de Dios es ese que no le queda más remedio que enviarnos cosas malas para demostrarnos su amor, o que tiene que herirnos para después poder amorosamente sanarnos?
Y es que uno de los más grandes retos que nos plantea la vida abundante es llegar al convencimiento de que Dios es bueno siempre y que no debemos andar por allí culpándole a Él por cuanta tontería nos sucede por causa de nuestra incredulidad y por no querer razonar y someternos a su maravillosa Palabra.
Ahora hagamos un pequeño ejercicio mental y razonemos lo que sigue: Si algún adversario nuestro, en el área que fuere, arremete contra nosotros y nos ataca, eso inmediatamente provoca en nosotros una reacción de enojo: nos molesta y a veces hasta nos enfurece. Sin embargo, si LA PERSONA que nos agrede es un buen amigo, o alguna persona amada, eso nos duele, nos entristece y nos deprime ¿no es así?
Entonces la pregunta que aplica es: ¿por qué si satanás es nuestro enemigo, nos deprimimos cuando somos atacados por él? Si él es nuestro adversario, ¿por qué no nos enfurece esa osadía de su parte y por qué no le devolvemos el golpe de inmediato como haríamos, o desearíamos hacer, con cualquier otro oponente? Bien, para entender esto antes debemos entender que satanás es astuto y el secreto de su éxito es la forma secreta como actua; por ello cuando nos hiere lo menos que se nota es su presencia y por allí viene el truco: él nos ataca, y si logra alcanzarnos, trata de hacernos ver a Dios detrás de lo acontecido; y es eso precisamente, pensar que Dios tuvo algo que ver, por acción u omisión, con el mal recibido, lo que nos deprime y anula nuestros ánimos de lucha. Por lo tanto, debemos dejar de pensar de que "Dios trae sólo bendiciones, para aquellos que alcanzan tomar mucho crecimiento espiritual o que la bendición sólo está disponible para pastores, profetas y apóstoles o para aquellas personas que oran mucho o leen libros espirituales, y si comenzar a pensar de que Dios hace llover sobre justos e injustos, y que la gente llegue a aceptar el hecho de que Dios es bueno siempre."
Entonces tenemos delante de nosotros quizá nuestro primer reto como hijos de Dios: debemos ser maduros y crecer espiritualmente a fin de que entendamos la bondad infinita de Dios y dejemos de culparlo a él por todo.
Sin duda el adversario es muy astuto y es por eso que en 2ª. de Corintios se nos amonesta a no desconocerlo:
2ª. Corintios 2:11: para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. Y su mayor maquinación es camuflarse para no ser visto. Cualquier estratega sabe que la derrota del enemigo depende en gran parte del conocimiento que se tenga de él, de sus tácticas y sus movimientos. Por ello Dios quiere que le conozcamos y que reconozcamos las huellas que deja por donde se arrastra.
Satanás no debe ser subestimado nunca … y mucho menos Dios; y una cosa lleva a la otra porque cuando comenzamos a subestimar al diablo, terminamos subestimando a Dios, pues acusando a este ignoramos a aquel.
¿Y que pasa si se presentan Problemas? ¿Tenemos problemas en nuestras vidas? Claro que si, ¿Acaso alguien nos prometió que con el conocimiento de Dios y ser seguidores del camino del evangélio se acabarían los problemas? Pues no solo no se acabaron sino que ahora los problemas son diferentes y hasta mayores; pero ¿son los mismos problemas que tiene un niño en pre-escolar que los que tiene en el kinder o en primer grado? ¿No son mayores? Definitivamente lo son, ¿pero no está mejor preparado el niño a medida que va aprendiendo y subiendo de grado? Así nosotros, así la vida diaria, así también la vida en abundancia. Si un cristiano cree que por ser seguidor del evangelio y amar a Dios, no debe tener problemas, pues mucho menos debió tenerlos Jesucristo; y aun así, sabemos que él fue el hombre más grande que ha caminado sobre esta tierra, pues también deberíamos saber que en su grandeza enfrentó problemas que nadie antes o después ha enfrentado y venció todos los retos -hasta a la muerte de cruz.
Hagamos otro ejercicio mental: pensemos por un momento que estamos en un estadio durante un juego de pelota; En ese sitio de confrontaciones deportivas ¿quién afronta los mayores retos, el espectador que se divierte, sufre y vocifera en las gradas o el jugador que está en el campo de juego? ¿Quién debe poner alma y corazón en lo que está haciendo, sin perder el control de sus emociones? ¿Quién tiene más mérito y tiene la oportunidad de alzarse con una victoria? El jugador, ciertamente –de hecho si lo pensamos un poco más: a este le pagan, mientras que el espectador debe pagar para estar allí.
Y Usted ¿Cuál de los dos quiere ser, el de la grada o el del uniforme en el campo de juego? ¿Ud. que prefiere, ver las cosas que suceden o hacer que las cosas sucedan? ¿Quiere ser campeón de grada o campeón en el campo de juego?
Nosotros como hijos de Dios con poder (Romanos 1:4) al igual que Jesucristo no fuimos hechos, formados y creados para algo menor que para la Gloria de Su Altísimo Dios Todopoderoso. Él nos concibió y nos preparó de antemano para grandes obras (Efesios 2:10) para vencer los más grandes retos, para llevar la luz de su Palabra, que Él engrandeció sobre todas las cosas, sobre este mundo de tinieblas y para aplastar bajo nuestros pies al dios de este mundo, a sus huestes de maldad y a su obra de iniquidad; y eso, amado de Dios, no es poca cosa; eso no es sino el reto de los retos y el desafío de todos los desafíos, para la gloria de todas las glorias, la del Padre de las Luces (Santiago 1:17).
El Señor Jesucristo nos advirtió: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.(Juan 16:33b)
En el mundo tenemos, y tendremos, retos y como él los venció -y porque él lo hizo- nosotros también los venceremos; y la clave para lograr esto es: Sujetar la mente a la voluntad de Dios y jamás rendirnos.
En Salmos Dios nos dice como:
Sal 37:5: Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
Debemos confiar en Dios confiando en su Palabra y no dejarnos desviar ni a derecha ni a izquierda de su camino (Josué 1:7) esa es la parte que nos corresponde a nosotros, entonces Dios hará la que le corresponde a Él; pero ni nosotros la de Él ni Dios la nuestra, cada quien hará su parte, y las dos juntas, ninguna sin la otra. Aqui se exhorta al creyente a la obediencia: encomendar a Jehová nuestros caminos, confiar en él y no desviarnos ni a la derecha ni la izquierda, entonces, sólo entonces ... Dios hará!
Para ilustrar un poco más la idea, me gustaría hacerles conocer una frase que dice:
“No oréis pidiendo vidas fáciles; Orad para que seáis hombres fuertes. No pidáis tareas a la medida de vuestras energías; pedid energías a la medida de vuestras tareas.” (Phillip Brooks).
No oremos y roguemos para que el problema disminuya, se acabe o se achique, oremos y creamos por ser gigantes de Dios, por desplegar el poder de Dios en Cristo inherente en nosotros.
Cuando Dios le dijo a Josué esfuérzate y se valiente, se lo dijo porque le había encomendado una tarea que requería de muchas energías: porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.(Josué 1:6)
Dios no ha sido mezquino con nosotros, Dios no nos ha dado su espíritu con gotero, Él nos dio la totalidad del espíritu que necesitamos (Colosences 2:10) para hacer las obras que Cristo hizo y aun mayores (Juan 14:12) Y eso es poder ilimitado.
Y para ejercer ese poder se requiere una actitud vencedora -no derrotista. Se requiere que ciñamos nuestros lomos como varones y mujeres fuertes (Job 38:3a) por ello dice 1ª. de Corintios 16:13: Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Hemos de portarnos como hombres y mujeres adultos, no como niños asustados ni como personas medrosas y pusilánimes (Deuteronomio 20:8).
Pablo le amonesta a Timoteo y le dice en 2ª. Timoteo 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Es decir soporta entrenamiento, resiste presiones mentales, no te rindas, no desmayes. Y esa, precisamente, es la clave que abre la puerta de la victoria: no importa lo que suceda, no te rindas.
Plantémonos sobre nuestros pies y tengamos paciencia y confianza en Dios, pues ¿Dónde estaría Ud. si su hijo enfrenta un reto? Dónde sino con él, alentándolo, soportándolo y no permitiendo que nada por encima de sus fuerzas lo derrote y así es Dios y mucho más. Y así lo garantiza en 1ª. de Corintios 10:13:
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Cualquier cosa que estemos enfrentando es porque Dios sabe que la podemos resistir -y vencer. No dudemos eso. Jamás tendremos que enfrentar nada que no podamos, soportar, controlar y de lo cual salir victoriosos.
Santiago 4:7:
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Cuando satanás y el creyente que resiste se enfrentan, el resultado es un diablo en retirada.
-Según el lenguaje es bueno notar que resiste, esfuérzate, anímate, aliéntate, gózate, son todas formas imperativas del verbo, es decir son mandamientos, y son de Dios para nosotros, no son sugerencias ni alternativas entre muchas otras, son mandamientos y como tales deben ser obedecidos según Dios lo demanda.
En el Nuevo Testamento aprendimos que en las epístolas no se le dice al creyente que crea; y tampoco se le dice que no tema porque un creyente no tiene nada que temer. Imagínese la tripulación de un tanque de guerra que marcha a enfrentarse a un grupo de soldados armados con pistolas; les diría a los del tanque que no tengan miedo de los de las pistolas, pienso que no; o les diría Ud. crean que están dentro de un tanque de guerra y que un disparo de pistola no les puede dañar, ¿se los diría sin temor de parecer tonto? Claro que no, de la misma manera, el creyente no tiene nada que temer (el creyente es uno que cree, que está plenamente convencido de su condición, de su posición, de su estado y de su poder que lo hace más que vencedor, eso, y no otra cosa, es un creyente).
Por otro lado la Palabra nos manda: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.(Efesios 6:11). Note que no se nos dice que luchemos contra el diablo, sino que estemos firmes contra él…Tenemos el poder de Dios en nosotros y tenemos su autoridad para ejercerlo. Según ejercemos este poder y autoridad, satanás lo reconoce y tiene que huir.
Lo único que satanás puede hacer es tratar de engañarnos –hacernos dudar de la Palabra de Dios –primer paso de la caída de Eva- Pero nada puede contra nosotros si nos soldamos a esa Palabra de Vida. Así que si el creyente obedece y se viste con toda la armadura de Dios ¿Qué puede temer? Note que no dice la armadura de los hombres sino la de Dios; las armaduras del hombre -por buenas que sean- son limitadas e imperfectas, no así la de Dios, así que un cristiano vestido de esa manera está enteramente protegido y no tiene nada que temer.
Entonces, si estamos protegidos, reforzados y acorazados, lo importante no es el problema, lo que importa es la actitud que tengamos ante el problema, así que no hemos de concentrarnos en el problema sino en nuestra actitud: en como estamos reaccionando, si de acuerdo al viejo hombre o si de acuerdo a Dios en Cristo en mi. Si nuestra actitud es la correcta entonces vendrán el triunfo y la solución, pero no de otra forma. Así que olvidemos el problema y enfoquémonos en nuestra actitud, porque meditar en las tinieblas no introduce más luz; meditar en la luz es lo que la enciende en nuestras vidas. Cambie la situación cambiando su actitud, lo que piensa de Dios, de su Palabra y de Ud. mismo. Piense de Ud. lo que Dios piensa de Ud. no le contradiga llamandole mentiroso, pues Ud. es, tiene y puede todo lo que Dios dice.
Definitivamente no somos distintos a lo que pensamos (Proverbios 23:7a) así que somos lo que decidimos pensar.
Seamos mansos cristianos y no cristianos mensos, haciéndonos daño a nosotros mismos, pensando que Dios aprueba nuestra actitud derrotista.
Veamos un par de lecturas sobre la importancia de la actitud del creyente.
1ª. de Samuel 17:45-47Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
Un razonamiento de acuerdo a la lógica de los cinco sentido dice que es imposible que un muchacho, sin experiencia en el combate hombre a hombre y armado solo con una honda y cinco piedras pueda ser capaz de derrotar a un soldado de talla gigantesca, armado de espada, lanza y jabalina de gran tamaño, un guerrero acostumbrado a la batalla y a dar cuenta de muchos, como aquellos muchos israelitas que temían siquiera acercarse a él.
Leer las palabras con las cuales David desafía al filisteo, podría ser tomado como la bravuconada de un imprudente, pero David sabía muy bien lo que decía pues dentro de él ardía el celo por su pueblo y por su Dios.
Si seguimos leyendo veremos que aquel día el joven David, cortó la cabeza del gigante Goliat y los israelitas inspirados por su ejemplo hirieron a los filisteos y saquearon su campamento. He allí lo que está disponible si tan solo no dejamos que nos hurten la decisión de vencer ante dificultades gigantescas. En Dios haremos proezas imposibles de lograr por medio de nuestras fuerzas y que contradicen la lógica de los sentidos, pero, como dice el himno, Dios se especializa en cosas imposibles –aquellas que absolutamente no pueden ser hechas por el hombre. Ahora veamos en Isaías 35 lo que manda Dios a aquellos corazones temerosos.
Isaías 35:3-8 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará…
Todos estos son mandamientos, son cosas que el creyente debe decidirse y hacerlas
5Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos…
Según los cinco sentidos, a los ojos del mundo, todas estas cosas son imposibles, no pueden ocurrir; pero solo los que creen verán la gloria de Dios (Juan 11:40)
8Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
Gracias a Dios nuestras habilidades no vienen de nosotros mismos sino de Dios que es nuestra suficiencia; así que por torpes que seamos, como el niño que está aprendiendo a andar, no nos perderemos porque Jehová es nuestro amparo y fortaleza. (Salmos 46:1)
-En días recientes hemos leído en la prensa sobre soldados en el frente de guerra que se quitan la vida: para ellos el escape a la muerte es la muerte misma. Esas son las cosas absurdas que provoca satanás. Y es que “hay quien de miedo se muere y quien de miedo se mata”
La mejor defensa es el ataque, dice un viejo adagio bélico; entonces ante el desafío lo mejor es hacer algo, actuar; si estamos paralizados Dios no puede hacer mucho por nosotros, pero si empezamos a movernos Dios empieza a abrir puertas, vías de escape, pero es necesario que nos movamos y caminemos a través de esas salidas que Dios nos presenta. Porque la creencia motiva la acción y la acción consolida más creencia. Por el contrario la inacción atrae más miedo y el miedo la derrota.
Hay otro enemigo acechando, sutil, silencioso pero muy peligroso: la autocompasión.
No encontraremos ni una vez esa actitud en el señor Jesucristo, sin embargo esa parece ser la actitud normal de muchos que se dicen cristianos y que pasan por la vida dándose palmaditas en la espalda mientras culpan a Dios de todas sus faltas de creencia.
La autocompasión seduce, adormece nuestro ánimo y nos derrota. Guardémonos, pues, de ese falso amigo.
Otra excusa para no hacer lo debido es que ante un problemas nos sentimos mal... y ¿que esperaba? si no fuera así ¿para que está la renovación mental?
Renovar la mente es un trabajo que se opone a lo que pensamos, opinamos o sentimos para que se imponga en nosotros lo que Dios opina: su Palabra. Pues su Palabra es mi guía y no lo que siento, bueno o malo, sino su Palabra.
2ª Corintios 4:8
que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
Nunca derrotados. Cambiamos nuestras vidas al cambiar nuestra actitud.
Así que ante la próxima situación difícil no olvidemos que ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:35-39)
Dios dice que nosotros, Ud. y yo, somos más que vencedores, super-conquistadores, invencibles, de manera que Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?(Romanos 8:31)
Esa es la verdad, así que cambiemos nuestras vidas al cambiar nuestra actitud,
Esa es la voluntad de Dios y ese nuestro mensaje a todo aquel que quiera escuchar; esa es nuestra labor, ese nuestro ministerio y esa nuestra vida más abundante.
Nota del Autor
Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[i] a menos que se especifique algo en contrario.
Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: phobos). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos se puede utilizar la palabra raíz como cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la familia de palabras.
Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.
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Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.
Esta enseñanza somete a consideración del lector el tema que trata. Es mas bien en algunos casos un punto de partida que propone, orienta y -desde ya- concluye con lo que el autor ha estudiado y debido a eso presentado de las Escrituras. No obstante, la Palabra de Dios es simplemente inagotable. El único que no necesita revisión es Dios mismo y Su Palabra según fue originalmente inspirada. Pero nuestro conocimiento y entendimiento de las distintas maravillas presentadas en la Palabra de Dios siempre pueden ser sometidas al escrutinio del estudiante. Entonces, el presente trabajo es presentado al estudiante Bíblico como una ayuda, una fuente mas de consulta, de referencia y de estudio de la Palabra de Dios. La obra está lejos de pretender ser la única ni mucho menos la más sobresaliente obra de este tipo que exista. Ella no posee eminencia sobre ninguna otra ni es autoridad última sobre el tema. La autoría de la Palabra de Dios es la exclusividad del Padre Celestial y como tal es la fuente de conocimiento y autoridad única.
SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA