¿Qué quiso decir Jesús por “sus frutos los conoceréis”?
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los reconoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede un árbol bueno dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los reconoceréis” (Mateo 7:15-20).
Aquí, las palabras de Jesús son una poderosa advertencia de que habrá muchos que vendrán en Su nombre y que estarán buscando activamente alejarnos de la verdad, y que debemos estar en guardia contra esta amenaza. Las ovejas no deben preocuparse solo de los lobos cuando las cosas que se obtienen de estos son obviamente malas. Las ovejas siempre deben estar alertas y listas para tal clase de depredadores. Y si los lobos pueden vestirse como ovejas, la amenaza se vuelve infinitamente más severa. Jesús aquí escogió palabras muy fuertes para enfatizar nuestra necesidad para estar siempre vigilantes contra una amenaza sutil pero hostil a nosotros y a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
¿Pero cómo identificar una amenaza como esta? Si el falso profeta luce y actúa exactamente como una oveja, y si solo es un lobo interiormente, ¿cómo lo averiguaremos? No podemos ver el contenido del corazón. Por lo tanto, Jesús nos da una señal que debemos ver: “Por sus frutos los reconoceréis”. Claro está, que esto nos lleva a otra pregunta. ¿Cuáles son los frutos? El evangelio de Lucas nos da detalles adicionales que nos ayudarán a esclarecerlo:
“No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno. 44 Cada árbol es conocido por su fruto: No se recogen higos de los espinos, ni se vendimian uvas de la zarza. 45 El hombre bueno, del tesoro bueno del corazón saca lo bueno, y el malvado, del malo saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla su boca” (Lucas 6:43-45).
Por lo tanto, conoceremos al profeta por lo que habla. Lo que salga de su boca lo delatará. Él podrá, en todo sentido, parecer limpio y honesto en su exterior, pero si el engaño y la falsedad están en su corazón, esta falsa enseñanza, falsa profecía y otras perversiones de la verdad saldrán de su boca. El fruto de una vid, es los higos. El fruto de una uva es uvas. El fruto de un profeta es su profecía. En otra parte, Jesús dijo:
“Haced el árbol bueno y su fruto bueno, o haced el árbol malo y su fruto malo, porque por el fruto es conocido el árbol. 34¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del tesoro bueno saca cosas buenas; y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas. 36 Y Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, 37 porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:33-37).La epístola de Santiago, aparentemente se basó en las palabras de Jesús, y ofreció palabras similares sobre lo que es el fruto que expone el corazón:
“pero ninguno de los hombres puede domar la lengua, un mal incapaz de ser aquietado, llena de veneno mortal. 9 Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a semejanza de Dios. 10 De la misma boca sale bendición y maldición. No conviene que esto sea así, hermanos míos. 11 ¿Acaso de un manantial brota lo dulce y lo amargo por la misma abertura? 12 Hermanos míos: ¿puede la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Tampoco de lo salado brota agua dulce” (Santiago 3:8-12).Dios usó una analogía relacionada cuando se estaba dirigiendo a los falsos profetas en los días de Jeremías:
“25 He oído lo que dijeron aquellos profetas que en mi nombre profetizan mentira, diciendo: ‘¡He soñado, he soñado!’. 26 ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en el corazón de los profetas que profetizan mentira y que profetizan el engaño de sus propios corazones? 27 ¿Acaso con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, piensan hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, de la manera que sus padres se olvidaron de mi nombre por causa de Baal? 28 El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño; pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice el SEÑOR. 29 ¿No es mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el SEÑOR. 30 Por tanto, he aquí, yo estoy contra los profetas que hurtan mis palabras, cada uno de su vecino, dice el SEÑOR. 31 He aquí, yo estoy contra los profetas que con sus lenguas hablan lisonjas y proclaman: ‘El SEÑOR dice’. 32 He aquí, dice el SEÑOR, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos y los cuentan, haciendo errar a mi pueblo con sus mentiras y con su liviandad. Yo no los envié ni les mandé. Ningún provecho traerán a este pueblo, dice el SEÑOR.” (Jeremías 23:25-32).
Note especialmente la frase: “El profeta que tenga un sueño, cuente ese sueño, y el que reciba mi palabra, diga mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?”. La genuina palabra del SEÑOR es grano que sustenta la vida, mientras que los falsos profetas transmiten solo un tallo seco, muerto. Una vez más, usted reconocerá el verdadero y falso profeta por el contenido de sus palabras. Jesús, en otros lugares, advirtió:
“Porque se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y darán señales y prodigios, a fin de extraviar, si fuera posible, a los escogidos. 23 Pero vosotros, estad alerta. Os lo he predicho todo” (Marcos 13:22-23).
Nosotros debemos comparar las palabras de todo líder que profesa ser cristiano a las enseñanzas de Cristo y a las palabras de las Escrituras. El corazón humano anhela lo nuevo y novedoso, pero la Palabra de Dios es suficiente, y hemos sido advertidos para huir de aquellos que la contradicen o que van más allá de esta. No importa cuán agradable es la persona. No importa cuán santa, devota y piadosa sea la vida que ellos aparentan vivir. No importa cuánto se parezcan a una oveja. Las cosas que ellos enseñan los delatarán, y Jesús nos dijo que examináramos el fruto de sus bocas más que las ropas blancas de lino fino que ellos usan. Más adelante, Pedro nos advierte:
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, negando aun al Soberano que los adquirió, trayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos irán tras las lascivias de ellos, por causa de los cuales será difamado el camino de la verdad; 3 y por avaricia os explotarán con palabras manipuladas; sobre los cuales la sentencia pronunciada desde antiguo no está ociosa, y su perdición no dormita” (2ª Pedro 2:1-3).
Estos falsos profetas y maestros en forma secreta introducen herejías destructivas. Son sus enseñanzas las que son tan peligrosas, y son de estas enseñanzas de las que necesitamos ser cuidadosos y evaluarlas. De igual manera, Juan dice:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si proceden de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesús el Mesías ha venido en carne, procede de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no procede de Dios; y éste es el del anticristo, del que habéis oído que viene, y ahora está ya en el mundo. 4 Hijitos, vosotros procedéis de Dios, y los habéis vencido, pues mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. 5Ellos proceden del mundo, por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los escucha. 6 Nosotros procedemos de Dios; el que conoce a Dios, nos escucha; el que no procede de Dios, no nos escucha. Por eso conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error” (1ª Juan 4:1-6).
Lo que ellos dicen de Jesús, lo que ellos nos enseñan para que creamos, lo que sale de la boca de ellos, estos son los frutos que expone el lobo disfrazado de oveja. Las personas que viven con estilos de vida abierta y claramente pecaminosos ciertamente también deben ser rechazadas como profetas y maestros, pero no hay nada sutil o secreto para ese tipo de perversión. El lobo más letal, aquel contra el que tan cuidadosamente se nos advierte, es aquel que parece una oveja. Vemos a este lobo por el contenido de su enseñanza, lo que significa que debemos conocer la verdad nosotros mismos y tener cuidado de escuchar las palabras que están diciendo aquellos que profesan ser líderes cristianos. Como dijo Pablo:
“Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, proclamara un evangelio contrario al que os proclamamos, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora repetimos: Si alguno os proclama otro evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema” (Gálatas 1:8-9).
Esta siempre ha sido la prueba para el verdadero y falso profeta. Como Dios habló a través de Moisés:
“Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o un prodigio, 2 si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de otros dioses’ —que tú no conociste— ‘y sirvámosles’, 3 no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el SEÑOR su Dios los estará probando, para saber si aman al SEÑOR su Dios con todo su corazón y con toda su alma. 4 En pos del SEÑOR su Dios andarán, y a él temerán. Guardarán sus mandamientos y escucharán su voz. A él servirán y a él serán fieles. 5 Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el SEÑOR su Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el SEÑOR tu Dios te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13:1-5).
Y también:
20 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá’.21 “Puedes decir en tu corazón: ‘¿Cómo discerniremos la palabra que el SEÑOR no ha hablado?’. 22 Cuando un profeta hable en el nombre del SEÑOR y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, esa es la palabra que el SEÑOR no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él.(Deuteronomio 18:20-22).
El profeta que dice cosas en el nombre de Dios que no sucedan ni se verifiquen es un falso profeta. El profeta que nos aleje de la verdad, del Dios bíblico, es un falso profeta. El contenido de sus palabras revelará lo que son. Los conoceremos por su fruto. Esto es lo que ciertamente entendieron las primeras iglesias con respecto a lo que Jesús dijo. En uno de los escritos cristianos más tempranos, y fuera del Nuevo Testamento, leemos:
“Por tanto, cualquiera que venga y os enseñe todas estas cosas que han sido dichas antes, lo recibirán, pero si el maestro mismo se pervirtiera y enseñara una doctrina diferente a su destrucción, no lo escuchen” (La Didaché, Capítulo 11).
De igual manera, en otro escrito cristiano antiguo, encontramos:
“Todo aquel que enseña algo más allá de lo que se le manda, aunque sea [considerado] digno de crédito, aunque tenga la costumbre de ayunar, aunque viva en continencia, aunque obre milagros, aunque tenga el don de la profecía, Él estará en tu presencia como un lobo vestido de oveja” (Pseudo – La Epístola de Ignacio a Hero el Diácono, capítulo 2).1
Y Tertuliano, el antiguo teólogo latino, escribió:
“Pero más bien tengamos en cuenta las palabras del Señor, y las cartas de los apóstoles; porque ambos nos han dicho de antemano que habría herejías, y nos han dado anticipadamente, advertencias para evitarlas; y puesto que no nos alarmamos porque estas existen, no debemos preguntarnos de lo que son capaces de hacer, por lo cual deben ser evitadas. El Señor nos enseña que muchos ‘lobos rapaces vendrán vestidos de ovejas’. Ahora bien, ¿cuál es la ropa de estas ovejas, sino la superficie externa de la profesión cristiana? ¿Quiénes son los lobos rapaces, sino aquellos razonamientos y espíritus engañosos que están al acecho en el interior para desolar el rebaño de Cristo? ¿Quiénes son los falsos profetas sino los que se predican engañosamente del futuro? ¿Quiénes son los falsos apóstoles, sino los predicadores de un falso evangelio?” (Tertuliano, La Prescripción Contra los Herejes, Capítulo 4).
Por lo tanto, debemos estar en guardia. Debemos ser fieles a las Escrituras, al evangelio, y al Señor. No debemos ser engañados por las apariencias externas de justicia, ni por nuevas ideas novedosas y prácticas fascinantes, ni aun por lo que parecen ser milagros poderosos y entendimiento profético. Debemos aferrarnos a las buenas nuevas de Jesucristo y a las sencillas enseñanzas de las Escrituras. Jesús pensó que esto era lo suficientemente importante como para advertirnos. Los apóstoles y los profetas hicieron eco de esto. Consideremos lo suficientemente importante como para mantenerlo siempre como frontal en nuestra mente para que no seamos extraviados. Nuestro Señor nos advirtió benignamente de antemano. Miren el fruto.
En la Biblia
Jesús dijo:
“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Entonces les protestaré: Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!” (Mateo 7:22-23).
Pablo escribió:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1ª Timoteo 4:1).
El autor a los Hebreos escribió:
“Jesús el Mesías es el mismo, ayer, y hoy, y por los siglos. 9 No seáis llevados por enseñanzas diversas y extrañas, pues mejor es que el corazón sea fortalecido con la gracia, no con régimen de alimentos, del que no sacaron ningún provecho los que lo observaban” (Hebreos 13:8-9).
Judas escribió:
“Pero vosotros, oh amados, acordaos de las palabras dichas anteriormente por los apóstoles de Jesús el Mesías, nuestro Señor, 18 pues os decían: En el tiempo final habrá burladores, que vivirán según sus propias pasiones impías. 19 Éstos son los que causan divisiones, los sensuales, que no tienen el Espíritu. 20 Pero vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Jesús el Mesías, nuestro Señor, para vida eterna” (Judas 1:17-21).
En las Iglesias Cristianas
¿Cómo identificar a un falso maestro?
Podemos identificar a un falso maestro o a un falso profeta al examinar primeramente sus enseñanzas y posteriormente su conducta a la luz de las Escrituras. Si lo que ellos están enseñando no es consistente con lo que el Espíritu Santo ha revelado claramente en las Escrituras, son falsos maestros y deberán ser ignorados, aunque vivan vidas extraordinarias, incluso si parecen tener visiones sobrenaturales, o aun si parecen realizar grandes milagros.
¿Cómo protege a su familia contra los falsos maestros?
Es difícil ser un pueblo de verdad en un mundo de falsedad, y es correcto que un hombre se preocupe, no sólo por sí mismo, sino también por su esposa e hijos. Sin embargo, la Biblia no nos deja andar en la oscuridad. Existen algunos pasos fundamentales que podemos tomar para proteger a nuestra esposa e hijos en su juventud y prepararlos para que permanezcan firmes en la madurez en la medida en que crecen y dejar nuestros hogares.
SOLI DEO GLORIA
Por, Luke Wayne
EDITOR DE TEXTO:
REV. RUBEN DARIO DAZA
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