domingo, 24 de abril de 2011

Cristo Nuestra Pascua. Parte 4



El cuerpo y la sangre del Señor

 
1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa,
sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo,
ya fue sacrificada por nosotros.
 
1 Corintios 11:23-26
23 Porque yo [Pablo] recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

E
sto que les transmite Pablo a los corintios es exactamente lo mismo que enseñó el señor Jesucristo a sus discípulos la misma noche que fue entregado. Pero la iglesia de Corinto no distinguía apropiadamente la representación que tenían los dos elementos que componen la pascua y como consecuencia de no discernir correctamente el significado del cuerpo y la sangre del señor Jesucristo, recibe un fuerte “tirón de orejas” por parte de Pablo. El apóstol los corrige por que no estaban creyendo correctamente lo concerniente a los logros del señor Jesucristo con su sacrificio en la cruz. Dios quiere salud para Su gente, Él se encuentra en el polo opuesto de la enfermedad y la muerte. Si Dios enviara esos males, como generalmente (y erróneamente) es enseñado, entonces el apóstol más grande de la cristiandad estaría trabajando en contra de Dios al confrontarlos en este error.
1 Corintios 11:27-30:
27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente[1], será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Estamos acostumbrados a que algo indigno es algo sin honor, sin excelencia,  mas bien humillante y vergonzoso y es así; pero además el vocablo digno también está asociado al mérito. Ellos no le daban la dignidad o el mérito que tenía la copa y el pan que representaban nada menos que la sangre y el cuerpo que a su vez representaban el perdón y la sanidad disponibles para los hijos de Dios.

Quien esto hiciera sería “culpado[2] del cuerpo y la sangre del señor”. Realmente uno no puede ser culpado del cuerpo y de la sangre de Jesucristo, sino mas bien de no darle dignidad o mérito al significado de esos dos elementos.

En el versículo veintiocho dice “por tanto pruébese[3] cada uno…”  Aquí el apóstol les dice que cada uno debe hacer su propio examen de sí mismo en cuanto si distinguían o no los logros obtenidos por el señor Jesucristo en la cruz. No iba a ser Dios quien los probase ni sus hermanos en Cristo. Cada uno era el que tenía que examinarse.

Finalmente en el versículo veintinueve dice que él que come el pan y bebe el vino sin darle mérito, sin discernir[4], sin distinguir los logros de ambos elementos de la pascua, lo que haría realmente sería comer y beber “juicio[5] para sí”. En ese “juicio para sí” uno resultaría  absuelto de culpa si discriminó los dos elementos; y resultaría culpable si no discriminó los dos elementos de la pascua. Siendo que el examen lo hace uno mismo sobre uno mismo entonces es –de nuevo- uno mismo quien es el juez y el sentenciado o el absuelto.

Nunca Pablo les dijo que la enfermedad y la muerte eran una señal de Dios o que Dios necesitaba un ángel al lado Suyo o que estaban siendo probados por Él para que sean mejores Cristianos o que aceptaran la muerte con resignación cristiana... ¡No! Pablo los confrontó y los corrigió por que ellos no distinguían los logros del señor Jesucristo por ellos en su cuerpo y su sangre en la cruz. Por eso –como algunos entre los corintios estaban enfermos y otros estaban muertos- debió intervenir Dios a través de Pablo para corregir la situación. La expresión “muchos duermen” es un eufemismo que significa que muchos estaban muertos. Pablo los confronta en conjunto, no individualmente. Ellos no habían entendido los logros de Jesucristo con su cuerpo y con su sangre en la cruz.

Para un adecuado entendimiento y agradecimiento por lo que tenemos como hijos de Dios hoy día, regresaremos a los tiempos anteriores al día de Pentecostés cuando las consecuencias eran muy diferentes para los desobedientes a la Ley de Moisés.
Deuteronomio 28:15, 22, 27 y 28, 35, 60 y 61:
15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
22 Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu;
35 Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
60 y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. 61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido
El tema en este registro es: los males y las enfermedades. La iglesia de los hijos de Dios de hoy día no está mas bajo la maldición de la Ley gracias al trabajo finalizado del señor Jesucristo a través del cual podemos vivir una vida abundante[6].
Gálatas 3:13:
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)
Si Cristo nos redimió de la maldición de la ley entonces no tenemos mas la maldición de la ley sobre nosotros. Dice “nos redimió” (tiempo pasado) de todos los males y enfermedades de la ley no de algunos sino de todos. Redimió está en el pasado la acción está consumada no es necesario repetirla. El mismo señor Jesucristo lo hizo una vez para siempre[7].

Si Cristo los había redimido a los corintios (como al resto de los hijos de Dios) entonces ¿porqué había entre ellos muchos enfermos y debilitados y muchos dormían?
1 Corintios 11:29 y 30:
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Ésta es la razón que muchos estaban debilitados y enfermos. No discernían el significado del cuerpo partido y de la sangre derramada del señor.
Salmos 105:37:
Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo.
Habla de cuando Dios sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto y dice que los sacó con plata, con oro y con salud. Dios no cambia según lo que Su misma Palabra dice en Malaquías 3.
Malaquías 3:6 a:
Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Si Dios no cambia entonces así como sacó al pueblo de Israel ricos y sanos de la esclavitud de Egipto ¿por qué pensar que podría hacer menos por Sus hijos? Cada vez que haya enfermedad o muerte prematura hay algo incorrecto en las personas nunca en el Padre Celestial. Hoy día después del sacrificio de Jesucristo Dios puede hacer no igual sino mas que lo que pudo en aquel entonces.
 Hechos 13:38 y 39:
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
El pueblo de Israel estuvo siendo maltratado como esclavos por los egipcios por cuatrocientos treinta años[8].
Éxodo 2:23 y 24:
23 Aconteció que después de muchos días murió el rey[9] de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
El pueblo de Israel tuvo que tolerar esa esclavitud hasta que apareció Moisés bajo cuyo liderazgo Dios los sacó. Moisés era el hombre y vocero de Dios.
Éxodo 3:10:
[le dijo Dios a Moisés] Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel [que era el padre de José]
Éxodo 12:1-3,6-8,11:
1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 Este mes [mes de Nisán] os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. 3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.
6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.
11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová.
Dios habló Su Palabra a través de Su vocero. Los resultados de la obediencia fueron evidentes para aquellos que justamente obedecieron como vimos en Salmos 105 anteriormente. Por otro lado ¡Qué excelente manera de comenzar un nuevo año! Haciendo memoria que Dios los sacó de la esclavitud a la tierra prometida.

En dos cosas fueron instruidos: 1) tomar la sangre del cordero y rociarla en el dintel y los marcos y 2) comer la carne. Ambas cosas eran igual de importantes en lo que a Dios concierne. Era la pascua de Jehová.

La vida de los primogénitos fue protegida por la sangre. Sólo eso los protegió: la sangre. Tan ridículo como pudo haberles parecido el hecho de pintar con sangre la puerta y el marco; de todos modos todos aquellos que lo hicieron fueron salvos del heridor y los que no lo hicieron tuvieron la desgraciada consecuencia de la muerte de su primer hijo.

La protección estaba dada por la sangre y  la carne era para darles la fortaleza física que iban a necesitar para emprender la marcha en el desierto. Eso ocurrió debido a que los israelitas actuaron sobre la Palabra de Dios que les fue presentada por medio de Moisés.

La creencia es indicada mediante el actuar sobre lo que Dios ha prometido. El pueblo de Israel liderado por Moisés demostró creencia. Dios les dio fortaleza física cuando comieron la carne del cordero y salvó sus vidas mediante la sangre del cordero por que siguieron al pie de la letra las instrucciones.

Ellos tuvieron resultados por que actuaron sobre la Palabra de Dios que Moisés habló. Los resultados siguieron a los que creyeron la Palabra que coincidentemente había hablado Moisés. A no confundirse con esto.
Mateo 8:17:
17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Jesucristo hizo estas dos cosas por nosotros: tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias. Eso mismo hizo el cordero pascual a la salida de Egipto. Por eso no hubo entre ellos quien estuviera débil o enfermo. Jesucristo es nuestra pascua.

Mucho se enseñó acerca de que Jesucristo llevó nuestros pecados pero poco que también llevó nuestras enfermedades y dolencias. Ambas cosas están íntimamente asociadas[10], van de la mano de manera permanente y de ambas Dios tomó cuidado a través de Su hijo.

1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Según el registro de Éxodo 12 Israel iniciaba un viaje desde la tierra de Egipto, la tierra de esclavitud hacia la tierra prometida. Aquella gente miraba hacia adelante, a la venida del señor Jesucristo y nosotros miramos hacia atrás, al momento en que Jesucristo estaba logrando cosas para nosotros en la cruz.

Recapitulando, Jesucristo nos hizo disponible el perdón de los pecados y nos hizo disponible la sanidad. Salvación del pecado y salvación de la enfermedad. El señor Jesucristo fue un salvador completo.
1 Corintios 10:16:
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Nuevamente los dos elementos de la pascua de Israel también cubiertos para el beneficio de los hijos de Dios de hoy día.
Salmos 103:3:
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
Iniquidades y dolencias. Dos elementos uno removido por la sangre y el otro por la carne del cordero.
Éxodo 15:26:
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
En Su Palabra Dios recibe varios nombres uno de los cuales es el de éste registro: Jehová tu sanador. Esto demuestra a la claras la naturaleza de Dios de sanar. Su preocupación por el bienestar de las personas es inmensa. El es el mismo Jehová hoy día para nosotros que El que fue para el pueblo de Israel a la salida de Egipto con una inconmensurable diferencia: nosotros no necesitamos sacrificar un cordero cada año y comer panes sin levadura por una semana. En aquella época cada jefe de familia seleccionaba el cordero que iba a ser sacrificado y comido entre todos. En esta época, Dios fue quien proveyó el cordero y  ya fue sacrificado una vez para siempre. Como el sacrificio fue perfecto no hubo necesidad de repetirlo.
1 Pedro 2:24:
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

2 Corintios 5:21:
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Podemos estar profundamente agradecidos por el trabajo completo que hizo Dios por nosotros a través de Su hijo Jesucristo.
Juan 19:17:
Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
En realidad quien llevó la cruz de madera fue un tal Simón de Cirene. Para el entonces que el señor Jesucristo fue llevado al Gólgota apenas si podría llevar su propio cuerpo. La cruz que llevó fue los pecados de todos nosotros. Todo lo que había en contra nuestra.
Colosenses 2:14:
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
Cuando el señor Jesucristo soportaba la tortura, las ofensas y los golpes estaba pagando el precio de la integridad física de la humanidad y nos estaba redimiendo del pecado original y sus consecuencias (muerte y enfermedades). Fue su cuerpo maltratado lo que nos proveyó con el derecho de estar sanos y fue su sangre lo que nos limpió del pecado y la ley del pecado:"...el alma que pecare esa morirá".
Mateo 26:28:
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Así dijo el señor Jesucristo en ocasión de la última cena que tuvo con sus discípulos respecto del vino: “esto es mi sangre”. No era su sangre literalmente sino que representaba su sangre que iba a ser derramada en algunas horas más tarde. Él fue nuestro perfecto, nuestro completo sustituto, fue nuestra pascua. Murió por nosotros y ya no estamos mas bajo la maldición de la ley por la gracia que recibimos a través del trabajo finalizado de Jesucristo, el cordero de Dios.

El pecado y la enfermedad perdieron su poder sobre nosotros cuando discernimos el cuerpo y la sangre del señor. Cuando sea y donde sea que nos reunamos para comer, la copa representa la sangre y con ésta lo logrado a través de ella y el pan representa el cuerpo partido de Jesucristo y lo logrado a través de él.

El cuerpo del señor Jesucristo fue “partido” para nosotros. En realidad, su cuerpo estaba deteriorado por las torturas pero entero no estaba literalmente partido. Las palabras partir y compartir están asociadas[11]. Cuando una familia se sienta a la mesa parte y comparte la comida. Partimos el pan como partimos cada comida que hay sobre la mesa, como compartimos el vino entre los mayores.

El señor Jesucristo no celebró con sus discípulos la pascua el año de su muerte y resurrección por que él mismo era la pascua y no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero en ocasión de la última cena instituyó la celebración del recordatorio de lo que iba a significar para ellos y nosotros el sacrificio de sí que en pocas horas iba a ofrecer. Ello quedó registrado en las mismas Escrituras.
1 Corintios 11:23-25:
23 Porque yo recibí del Señor [Pablo lo recibió del Señor] lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
La iglesia de los corintios fue alentada a continuar celebrando la cena del señor y dijo además “en memoria de mi”. No es meramente hacerlo sino hacerlo en memoria… todas la veces que la bebiereis, no algunas ocasiones en el año sino todas las veces. El pueblo de Israel debía celebrar por una semana cada año, nosotros los hijos de Dios podemos celebrar cada vez que tengamos ocasión.

Por todo esto es importante ir a la Palabra de Dios para conocer el significado de lo que hizo Jesucristo y así obtener los resultados de su amoroso ofrecimiento de sí mismo. Sin ese conocimiento no habría posibilidad que tengamos memoria y sin memoria no podríamos estar agradecidos.

Cuando uno tiene la ocasión de estar frente a una copa de vino  y un trozo de pan puede hacer una agradecida memoria de lo que significaron la sangre y el cuerpo del señor Jesucristo para uno y recibir entonces los beneficios de ello en su vida.

1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Nota del  Autor

Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 1960[12] a menos que se especifique algo en contrario.

Esta enseñanza forma parte de una serie de enseñanzas relativas a Jesucristo nuestro cordero pascual. Se recomienda el estudio conjunto de dichas enseñanzas junto con esta.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: diakrino). Y si se usara una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YADAH).

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas información disponible de consulta en dicha fuente.

Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar, ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.



[1] La dos veces que aparece la palabra “indignamente en el registro es una traducción de la palabra griega anaxios. La definición del vocablo castellano digno e indignamente fue tomado del Diccionario Enciclopédico Ilustrado Larousse, Editorial Planeta Internacional S. A., 1992, Páginas 753 y 1234
[2] Culpado en griego es Enochos: Thayer dice que en un sentido forense, denota la conexión de una persona ya sea con su crimen o con el juicio o el castigo o contra aquello o contra quien ha ofendido. E Sword versión 7.7 de Rick Meyers
[3] La palabra pruébese en griego es dokimazo  que según Strong sería probar, (literalmente o figurativamente) por ende aprobar. Y Thayer en la misma fuente dice que es probar, examinar, escudriñar (ver si una cosa es genuina o no) como con los metales, reconocer como genuino después de un examen, aprobar, considerar digno. E Sword versión 7.7 de Rick Meyers
[4] La palabra discernir es la traducción del griego al castellano de diakrino y según Bullinger (A Critical Lexicon and Condordance to the English and Greek New Testament, E. W. Bullinger, Zondervan Publishing House, 1979, Página 225) quiere decir separar totalmente, completamente de aquí que es distinguir, hacer una distinción.
[5] la palabra juicio proviene del griego krima que en un sentido forense es la sentencia de un juez, el castigo con el cual una persona es sentenciada.
[6] Juan 10:10
[7] Hebreos 7:27: que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Hebreos 9:12 y 26: 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Hebreos 10:10-12: En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
[8] Éxodo 12:40 y 41
[9] Éste es el Faraón que había reconocido que José era un hombre en quien estaba el espíritu de Dios y que a causa de ello acogió en Egipto a Israel (el padre de José) y toda su familia. Génesis Capítulos 39 al 47.
[10] Mateo 9:1-8
[11] Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, Dr. Pedro Felipe Monlau, Joaquín Gil, 1946, Página 519 dice: compartir; cum con y partiri, partir. Diccionario Enciclopédico Larousse, Editorial Planeta, 1992, Página 576 dice: Repartir, distribuir, distribuir en partes, usar, participar en algo.
[12] La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano de Valera (1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993

1 comentario:

  1. Caro hermano Ruben, paz y parabiene por el blog.
    Excelente mensage.

    Att.,
    http://wwwteologiavivaeeficaz.blogspot.com/

    Profº Francisco Netto.

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