Son las dos y media de la madrugada. Ya hace tres horas que estoy trabando una batalla de seis contra el insomnio: durante el insomnio el tiempo es contado por dos, pareciendo que el tiempo se duplicara. Sin embargo, por más que intento ponerle un fin a esa conmoción que las ideas resolvieron hacer en mi cabeza, todo fue en vano. Trato de Mentalizar imaginándome una oscuridad total, con la esperanza de que las ideas piensen que la fiesta se acabó. Pero nada sucede, todo es inútil. La fiesta continúa. Los pensamientos son cosa infernal, es como si fuese la maquinaria de un reloj suizo, máquina que no para. Por más que supliquemos. Si tan sólo pudiese parar apenas por un segundo: sería el tiempo suficiente para conciliar el sueño y, con su llegada me traerá la bendición de olvidar. Pero la máquina de pensar no tiene misericordia.
Desisto de la lucha. Por ahí dice un dictado inglés: If you cannot beat them, join them. Resuelvo entrar en la fiesta. Me pongo a bailar con un teléfono, pues fue con él que todo comenzó. El día me dejó extenuado. Llegué a la casa casi arrastrándome, el cuerpo pidiendo a gritos un baño, la boca pidiendo sopa, pan con ajo y tomate, los ojos pidiendo un momento de sereno descanso al frente de la dulce e hipnótica televisión. Después, llegó el sueño. A las diez y media ya estaba durmiendo.
Pero mi nirvana duró poco tiempo. En seguida sonó el celular con su musiquita infernal, desperté asustado sin saber que horas eran, llamadas de media noche, sólo pueden ser cosas malas o de mal presagio, ¿Qué puede haber sucedido? El corazón acelerado, atendí rápidamente el condenado aparatico:
- Aló !
- ¿Es el pastor Ruben Daza?
La voz del otro lado de la línea, era suave y tranquila. Ahí supe entonces que no sería alguna cosa grave.
- Si, soy Yo, Ruben ... - Que alegría!
La persona que llamó se identificó. Era una persona muy querida, que llamaba de muy lejos.
- No mira, es que yo estaba leyendo una copia de tu trabajo de la Monografía del curso de Teología del Seminario, sentí nostalgia, quería saludarte y resolví llamarte. No tengo nada de especial para decirte. Sólo quería oír tu voz.
Conversamos un poquito, mi corazón quedó conmovido con aquella prueba de amor. ¿Pero saben una cosa? Mi cuerpo estaba bravo. Y por más argumentos que le diera, él no se conformaba de haberle arrancado del sueño de una manera atrevida. Ahí intenté calmarlo, mostrándole que no había alguna razón para tanta rabietas y acciones de enfado. Lo mejor sería volver para la cama y dormir así sea a regañadientas. Porque al final de cuentas, no era tan tarde así, eran apenas las once y media de la noche. Ahí él cuerpo bien enojado me dice que no aceptaba ningún tipo de explicaciones. Y como prueba de su enojo, me lanzó arena y pimienta en los ojos !! Imagínense lo atrevido que fue conmigo.
Sin embargo, intenté de nuevo hablarle dándole argumentos para calmarlo un poco. Le cité algunas frases célebres de San Agustín de Hipona, por ejemplo: "La medida del amor es el amor sin medida... " " Ama y haz lo que quieras..." Le citaba esos versos porque hasta ese momento esas palabras eran los pilares fundamentales para mi formulación ética absoluta como cristiano: El amor. El argumento se desarrollaba como un silogismo. Concluyendo: que aquella llamada que había recibido fue el fruto del amor más puro y desinteresado. Finalmente, estaba moralmente justificado. !A dormir pues! ... Que dormir ni que nada... Mis ojos que estaban llenos de arena y pimienta, protestaron firmemente a una sola voz: San Agustín dijo sólo eso porque en la casa de él no había celulares ni teléfonos. Porque si él tuviera esos aparaticos en casa, su moraleja ética más sublime sería un poquito diferente: Ama y haz lo que se le antoje. Pero, en este caso, decir que todo este problema fue por causa de un acto de amor más puro y desinteresado por esa llamadita, por favor, ni lo piense que lo voy aceptar ! mira la hora que es ! casi media noche!!.
¿Sabe que hice? Desistí. Y me entregué cual soldado capturado en campo de batalla. Convencido por los argumentos del cuerpo que eran más fuertes que los míos. Me dejé llevar por la rabia de aquel insomnio tan tenaz y maquiavélico. Llegué a convencerme de que esos actos de amor pueden ser tan terribles y perjudiciales para la salud. Y me puse a pensar sobre ese tirano, el teléfono celular.
Algunos científicos y médicos han estado discutiendo en las altas esferas de la salud, si el bendito teléfono celular causa o no el cáncer. Que horror ! Como pueden estar tan equivocados! La verdad es todo lo contrario. Es el cáncer que produce el teléfono celular. El teléfono celular es una enfermedad que no tiene cura, crea dependencia y una profunda perturbación mental, obsesiva, compulsiva y bipolar. Pues sólo alguien puede estar tan loco que quiere llevarse para todos los lados semejante aparatico tan fastidioso.
Para iniciar esta conversación, quiero decir de antemano, que el teléfono celular es el tipo más mal educado que yo conozco. En verdad, la gente le enseña a los hijos que sean bien educados, que tengan buenas y refinadas maneras de comportarse con las visitas en casa y en los establecimientos públicos. Que no interrumpan las conversaciones de los mayores, que pidan permiso primero antes de actuar. En cambio para el teléfono celular eso no vale... eso no se cumple. Aún más a él no le interesa esas cosas tan de vital importancia para esta sociedad moderna. Él invade su casa y su cuarto de dormir a cualquier hora, llamando a los gritos, sin pedir permiso, en completa desconsideración si usted está ocupado o no haciendo sus cosas privadas; a él poco le importa si la persona está durmiendo, o haciendo su siesta de medio día, o si se encuentra en el baño haciendo sus necesidades más íntimas o dándose una ducha refrescante, o si está trabajando, o si está orando o rezando un Ave María Purísima; o haciendo sexo... o llorando a su ser más querido en una sala de velación... nada... a él no le interesa nada, él sólo termina de gritar cuando sus deseos son atendidos, cual niñito mal educado y mimado que llora y patalea haciendo un escándalo a su madre en el supermercado para que le compre lo que él quiere. Me pongo a analizar que, el sólo hecho de atender tan singular aparatico, da la impresión al otro que llama que nosotros estábamos alli, esperando indefinidamente con todo el tiempo del mundo disponible sólo para él.
Y lo peor es que todo el mundo le obedece. ¿Ustedes ya se dieron cuenta el desorden tan tenaz que hace en una casa con sus gritos histéricos? Que estrés... tan pequeñito y cuanta algarabía produce. Y como si fuese un rey, cuyas órdenes deben ser inmediatamente obedecidas, así es ese condenado celular.
Y, después vienen los insultos. Para ser sinceros, lo más detestable es que cuando haces una llamada la persona que atiende le dice: Un momentico por favor ! Y sin consultarnos, pone una musiquita de radio medio fastidiosa. Y ahí uno se queda, esperando, sin alternativas, siendo obligado a escuchar anuncios, música de Celia Cruz con su famoso: " azucarrrrrrrrrr "; o música vallenata: "ayyy ombeee"; o un reggaeton medio vulgar, y si yo no lo hago, nunca podré saber cuando la persona atiende. También hay la situación inversa, cuando del otro lado nos llaman y la telefonista dice: Un minutico por favor !... Y ahí nos toca esperar el tiempo necesario porque la persona que nos llamó la están buscando por los altoparlantes, porque justo en aquel momento, debe estar en otro lugar y que se imagina que su tiempo es tan valioso para ponerse a esperar, y que somos nosotros los desocupados, los que tenemos que esperar. Pero esa situación lo resuelvo bien rápido. Cuento hasta diez y si no aparece, cuelgo. Y si llama de nuevo, digo que la llamada se cortó.
Yo quiero preguntarles algo. ¿A ustedes no les ha pasado, que después de recibir o hacer llamadas, terminan en insultos o humillaciones por personas sin educación por cosas que están fuera de su control? Por ejemplo haces una llamada y le dices a la telefonista que atiende con quien deseas hablar y ahí ella pregunta: ¿ De donde? . Cuando me preguntan eso, yo me quedo perplejo, confundido. Imagínese usted... de cuando acá dejé de ser una persona para transformarme en un lugar: Yo soy de donde. Pues la pregunta ¿de donde? presupone que lo que importa, lo que me define, es el lugar donde estoy. A ella no le interesa mi nombre, para ella yo soy donde estoy ! Que filosofía tan maluca ! Sin embargo, yo decido a jugar un poquito con la telefonista. En el momento que ella me pregunte: ¿De donde? Yo le respondo dándole mi dirección: Avenida Jimenez con Caracas en toda la esquina. No, no señor, ella me interrumpe, espantada con la respuesta tan boba y sin sentido, como si fuera un idiota el que habla. No, no, es el nombre de su firma ... Ahí pregunto de nuevo: Y si no tengo firma o empresa ? Veo que ella se queda callada. No le enseñaron cómo proceder en tal situación. Ella no sabe que hacer porque cuando le dieron la inducción de sus funciones, nunca le explicaron cómo proceder en situaciones tan peculiares, cuando del otro lado de la línea, quien habla es una persona y no un lugar.
Concluyendo, estoy con mucha rabia del teléfono. La pimienta y la arena desbordaron de mis ojos como sunamis sin control. Entraron en los pensamientos y no me dejan dormir. Voy a regresar a mi cama, con la esperanza de poder dormir y con deseos de que no haya otra llamadita de amor que me despierte. Para eso, oprimo un botón de desconectar y punto. Resuelto el problema. A dormir pues !!
Dios les bendiga
Rev. Ruben Dario Daza
1. Sobre dioses y rezanderos: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/06/teologia-de-lo-cotidiano-buenas.HTML
2. El Teléfono celular: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-el-telefono.HTML
3. La alegría y el placer: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-la-alegria-y.HTML
Y lo peor es que todo el mundo le obedece. ¿Ustedes ya se dieron cuenta el desorden tan tenaz que hace en una casa con sus gritos histéricos? Que estrés... tan pequeñito y cuanta algarabía produce. Y como si fuese un rey, cuyas órdenes deben ser inmediatamente obedecidas, así es ese condenado celular.
Y, después vienen los insultos. Para ser sinceros, lo más detestable es que cuando haces una llamada la persona que atiende le dice: Un momentico por favor ! Y sin consultarnos, pone una musiquita de radio medio fastidiosa. Y ahí uno se queda, esperando, sin alternativas, siendo obligado a escuchar anuncios, música de Celia Cruz con su famoso: " azucarrrrrrrrrr "; o música vallenata: "ayyy ombeee"; o un reggaeton medio vulgar, y si yo no lo hago, nunca podré saber cuando la persona atiende. También hay la situación inversa, cuando del otro lado nos llaman y la telefonista dice: Un minutico por favor !... Y ahí nos toca esperar el tiempo necesario porque la persona que nos llamó la están buscando por los altoparlantes, porque justo en aquel momento, debe estar en otro lugar y que se imagina que su tiempo es tan valioso para ponerse a esperar, y que somos nosotros los desocupados, los que tenemos que esperar. Pero esa situación lo resuelvo bien rápido. Cuento hasta diez y si no aparece, cuelgo. Y si llama de nuevo, digo que la llamada se cortó.
Yo quiero preguntarles algo. ¿A ustedes no les ha pasado, que después de recibir o hacer llamadas, terminan en insultos o humillaciones por personas sin educación por cosas que están fuera de su control? Por ejemplo haces una llamada y le dices a la telefonista que atiende con quien deseas hablar y ahí ella pregunta: ¿ De donde? . Cuando me preguntan eso, yo me quedo perplejo, confundido. Imagínese usted... de cuando acá dejé de ser una persona para transformarme en un lugar: Yo soy de donde. Pues la pregunta ¿de donde? presupone que lo que importa, lo que me define, es el lugar donde estoy. A ella no le interesa mi nombre, para ella yo soy donde estoy ! Que filosofía tan maluca ! Sin embargo, yo decido a jugar un poquito con la telefonista. En el momento que ella me pregunte: ¿De donde? Yo le respondo dándole mi dirección: Avenida Jimenez con Caracas en toda la esquina. No, no señor, ella me interrumpe, espantada con la respuesta tan boba y sin sentido, como si fuera un idiota el que habla. No, no, es el nombre de su firma ... Ahí pregunto de nuevo: Y si no tengo firma o empresa ? Veo que ella se queda callada. No le enseñaron cómo proceder en tal situación. Ella no sabe que hacer porque cuando le dieron la inducción de sus funciones, nunca le explicaron cómo proceder en situaciones tan peculiares, cuando del otro lado de la línea, quien habla es una persona y no un lugar.
Concluyendo, estoy con mucha rabia del teléfono. La pimienta y la arena desbordaron de mis ojos como sunamis sin control. Entraron en los pensamientos y no me dejan dormir. Voy a regresar a mi cama, con la esperanza de poder dormir y con deseos de que no haya otra llamadita de amor que me despierte. Para eso, oprimo un botón de desconectar y punto. Resuelto el problema. A dormir pues !!
Dios les bendiga
Rev. Ruben Dario Daza
Estos escritos sobre "teología de la cotidiano" son reflexiones sobre la vida y la condición religiosa del hombre, allí expongo lo que mis sentimientos desean, añoran y analiza la situación humana actual sin darle un tono quejumbroso. Estos son los diferentes temas:
1. Sobre dioses y rezanderos: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/06/teologia-de-lo-cotidiano-buenas.HTML
3. La alegría y el placer: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-la-alegria-y.HTML
4. El Gallo: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/07/teologia-de-lo-cotidiano-el-gallo.HTML
5. El suicidio: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/10/el-suicidio-y-ellos-prefirieron-morir.HTML
6. Dios existe?: http://teologiaycienciarubedaza.blogspot.com/2011/10/dios-existe.HTML
Hola papi, vamos a ver si ahora si logro escribir mi comentario, solo queria decir que los maleducados somos nosotros que no apagamos los celulares, ni los ponemos en vibrador cuando estamos en una reunion o en algo importante, creo que nos hemos vuelto despersonalizados, tanto asi que ya no importa quien eres sino de donde eres es decir a quien o que representas, esta buenísimo.
ResponderEliminarHola Hijo, gracias por tu comentário y tus palabras de aprecio y cariño. Esto me dá estímulos para seguir adelante con este blog. Un abrazo y que Dios te bendiga!
ResponderEliminarNo solo me produce sonrisa la descripción tan perfecta que haces sobre este fenómeno que nos invade y nos carcome como un virus letal.
ResponderEliminarGracias por hacer esta reflexión aunque la haya inspirado un amor secreto.
Estoy admirada por tu inteligencia y tu manera de escribir.
Un beso.