domingo, 27 de marzo de 2011

Amor Irreversible


"Quién nos separará del Amor de Cristo…?" 
( Epístola del  Apóstol Pablo a los Romanos, 8:35a) .


Jamás en esta vida seremos capaces de comprender y dimensionar cómo Dios nuestro Padre nos ha amado tanto desde la eternidad… ¿Cómo podemos entender esto? Entender que en un “tiempo”, cuando ni el tiempo existía, mucho antes de la fundación del mundo, Dios así lo decidió, de tal manera que hasta el día de hoy, no existen palabras para expresar la magnitud de ese Amor! El propio Jesucristo dijo que Él, su Padre, simplemente “amó al mundo de tal manera” (Juan 3:16a). Desde allá, estaba nuestro Dios Altísimo amando y amándonos con gran ternura creando verdaderos lazos de amor que nos unió a si mismo por Su propio hijo, Cristo Jesús.

Cuando nosotros, siendo sus hijos e hijas, encontramos un tiempo en la agitación de la vida para pensar sobre eso, nos damos cuenta que ese Amor nos ha alcanzado por todos los lados. Dios nos ha amado únicamente porque estamos en Cristo Jesús.

Porque Él intervino en la eternidad y suplió definitivamente todas nuestras necesidades espirituales; el sentimiento de culpa que, por el Espíritu Santo, nos lo reveló, no puede más perturbarnos, pues su Amor lo llevó a cancelar toda y cualquier condenación que existía sobre nosotros.

El pecado que nos conducía a la muerte está bajo nuestros pies, por Cristo Jesús, y los Cielos sobre nuestras cabezas. El Amor de nuestro Padre jamás puede ser afectado, ni siquiera por las  situaciones más extremas que cambian nuestra condición humana,… “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida (Rom. 8:38a); puede separarnos del Amor de Cristo, ni siquiera por la acción de seres de otra orden, “ni ángeles, ni principados, ni potestades (v.38b), que son fuerzas presentes en toda la creación.

Ese Amor de Dios, “está en Cristo Jesús, nuestro Señor” (v. 39b). Si estamos a Él unidos en amor por una fe viva, seremos “más que vencedores” (v. 37). Para entender mejor, no seremos apenas victoriosos, sino que sacaremos ventaja de las mismas cosas y circunstancias que antes lograban derrotarnos, como tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada (v.35).  
Ningún tipo de amor que conozcamos puede aproximarse un poco del Amor Divino, ni siquiera el amor de madre. Porque así dice el Señor:
“¿ Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¿yo no te olvidaré! (Isaías 49.15, NVI).

El amor de Dios por nosotros es único. Es un amor “fuera de este mundo”. Sobre la Tierra, el vínculo más fuerte es el de una madre con sus hijos. Pero Su amor por nosotros lo sobrepasa.

¡Él no se olvida de nosotros! No importa las circunstancias que nos rodean, podemos descansar en esta bella declaración de amor. Con razón Pablo dijo: “¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas?” (Romanos 8.31-32, DHH).

Una cosa estoy seguro amigo: ¡Dios no se ha olvidado de ti! ¡Sigue confiando!. Vamos entonces, dar gracias a Dios eternamente, por habernos escogido para que seamos amados tan intensamente, y agradecer también por la garantía de que jamás habrá nada que pueda separarnos de ese amor.

 En Cristo Jesús, 
            Rev. Ruben Dario Daza

3 comentarios:

  1. hermano Ruben, este blog me ha parecido bueno y positivo, Dios le bendiga, espero verte pronto un saludo... Llamame, y no se le olvide sobre los libros que te envié.

    ResponderEliminar
  2. El amor de Dios para con sus hijos y su creación es la cosa más maravillosa que todo hombre puede experimentar. De verdad que lo más lindo e indescriptible es el amor de Dios. Porque Dios es amor, Jesucristo su hijo es amor, el Espíritu Santo es Amor, y su Palabra Divina nos muestra y enseña ese amor. Ojalá pudiesemos entenderlo así como lo explica usted en este link. Muchas gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  3. Quiero tener el corazón y la sinceridad de un niño,....Regocijarme con la presencia de Dios, que el señor me de la fortaleza en espiritud, que me conduzca por el camino del bien,.. he comprendido que sin él no somos nada, Jesucristo llevame a mi y a mi flia. de la mano, sananos mi Dios y bendice a los hermanos que perseveran y levanta al caído, amen.

    ResponderEliminar