TEOLOGÍA DE LO COTIDIANO: PREFIRIERON MORIR
La noticia era corta y venía bien comprimida en medio de las otras. De las otras ya me olvidé. Pero de esta no me sale de la cabeza. La noticia que me llamó la atención, relata el suicidio de niños y niñas en Hong Kong. Una niña de 5 años un niño de 10, uno de 11 y uno de 14, todos ellos murieron saltando de los apartamentos donde vivían. Con estos cuatro, se eleva a 13 el número de niños que se suicidaron desde el início de las clases, en septiembre del año pasado. No se trata de un fenómeno nuevo, pues en aquel año fueron 17 los estudiantes que se mataron. Cosa semejante viene sucediendo en el Japón.
Me interesó la obra: El mito de Sísifo es un ensayo filosófico de Albert Camus, originalmente publicado en francés en 1942 como Le Mythe de Sisyphe. El ensayo se abre con la siguiente cita de Píndaro:
-
- No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.
El título del ensayo proviene de un atribulado personaje de la mitología griega. En él, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre. De esta forma planea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio? El ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.
El suicidio es la única cuestión filosófica verdadera, pues él tiene que ver con el dilema de que todos tenemos que enfrentarnos algún día, si la vida vale o no la pena de ser vivida. Algunas personas son de la opinión de que el suicidio sólo puede ser comprendido como resultado de la locura, de lo absurdo, o por la posesión de espíritus diabólicos o por ser cobarde y no un luchador en la vida lo que algunos llaman de fracasado. Permítame decirles que no concuerdo. Creo que, y con mucha frecuencia, es para huir de la locura que las personas se matan. Y soy del mismo sentir, donde concuerdo con el escritor alemán Hermann Hesse, cuando él afirma ser de la opinión que la persona que se mata usa, para matarse, el mismo derecho que tienen los otros de morir de muerte natural. Cuando pienso en ellos, me recuerdo de muchos suicidas, él dice: y considero su muerte más natural y sensata que de los otros que no se suicidaron.
Me acuerdo de una pareja de casados que conocí en la ciudad de Lima capital del Perú, en uno de mis viajes de misionero en la época de mis estudios de Seminario y aprendí mucho de ellos, a quererlos y a respetarlos. Él era un hombre brillante, de vitalidad fulgurante y de palabra fluida, presidente de una importante institución de enseñanza teológica. Ya estando viejo, tuvo un derrame cerebral, quedó prácticamente paralizado, perdió la capacidad de hablar, que era toda su alegría, y los dos se descubrieron condenados a una soledad sin remedio. Sin ninguna esperanza que les diera razones para vivir, el suicidio les pareció como la única alternativa para aquella situación sin salida. Arthur Koestler y su mujer hicieron la misma cosa. A veces es el dolor sin sentido que hace que la vida se torne insoportable y es frecuente que los torturados apelen para el suicidio como la única manera de huir a la crueldad del torturador.
Otros- y yo pienso que los poetas Maiakovski y Ana Cristina César, junto con un presbítero que conocí en la ciudad de Londrina (Estado de Parana - Brasil) y un diácono de la Iglesia de Vera Cruz (Estado de Sao Paulo- Brasil) donde fui su pastor, se encuadran en este caso - se suicidaron por no vislumbrar esperanzas de escapar de las cámaras de tortura que existían dentro de su propia alma.
"Es indudable que no carece de valor el que tranquilamente se mata, porque se necesita de gran fuerza de voluntad para sobreponerse al instinto más poderoso de la naturaleza, y en una palabra, el suicidio es un acto que prueba ferocidad que debilidad." François-Marie Arouet Voltaire.
Lo que lleva al suicidio no es el sufrimiento físico. Nosotros tenemos una capacidad casi infinita de soportar el dolor, desde que haya esperanza. Mientras que exista esperanza, la vida lucha. Se dice inclusive por ahí que la esperanza es la última que muere. Pero lo más cierto sería decir: la penúltima. Porque a su muerte, cuando la esperanza muere es el prenuncio de la última muerte, la muerte viene en aquel que concluye que no hay más razones para vivir. Cuando mueren las razones para vivir, entran en escena las razones para morir.
Estoy de acuerdo con Camus, cuando el dice que un acto como este es preparado en el silencio del corazón, como una gran obra de arte. El acto suicida no es solamente un acto físico que pone fin a la vida. El futuro suicida imagina cómo hacerlo, en qué lugar es el más apropiado, imagina hasta los últimos detalles. Pero lo más sorprendente, el futuro suicida se imagina a los otros, a sus seres queridos, a sus amigos, imagina sus miradas, sentimientos y pensamientos, delante de su cuerpo muerto. Su acto es un gesto que desea ser comprendido, una palabra que desea ser escuchada.
Aquellos niños y niñas que murieron suicidándose en Hong Kong, ¿que experiencia terrible, pregunto yo, las habría llevado a concluir, luego de unos pocos años de vida, que era preferible morir?
Ellos no estaban enfermos y no pasaban por privaciones físicas: vivían en un paraíso de progreso, vivían en el país considerado uno de los tigres asiáticos, aquellos países que se han destacado por la capacidad de producir riqueza.
Eran estudiantes. Frecuentaban a los colegios de alto nivel. Allí en esos colegios iban a ser preparados para entrar en este fabuloso mundo de ciencia, tecnología, trabajo y riqueza, un futuro asegurado...
Y todo eso, sin embargo, no les dio muy buenas razones para seguir viviendo.
Tal vez por el contrario, que haya sido este mismo mundo, representado por las escuelas y sistemas educativos que les haya dado razones para morir. La noticia afirma que los suicidios de estos niños estaban íntimamente ligado a las presiones insoportables que escuelas y colegios les imponían, en el sentido del desempeño intelectual. Pues es con esto que el progreso es hecho. El progreso es hecho con competición impiedosa. No hay en él lugar para personas que son sensibles a los valores éticos, suaves, humanos. Apenas los implacables sobreviven.
Creo que aquellos niños concluyeron y determinaron que no valía la pena vivir en un mundo como este. Se suicidaron por no soportar la violencia que la producción de riqueza exige. En el mundo de la riqueza, todo niño debe ser destruido con el fin de ser transformada en una unidad de producción económica. Y es para esto que son mandadas a las escuelas y colegios de alto nivel.
Las plantas más delicadas son las primeras en morir. Sobreviven los cactus, los espinos y cardos, las especies salvajes, los parásitos feroces...
Pero en eso aquellos niños no querían ser... Si les hubieran dado una oportunidad de vivir es posible que se hubieran transformado en poetas, en teólogos o artistas. Aquel último gesto, donde se lanzaron de sus edificios lujosos, en verdad, fue un poema sin palabras. Se lanzaron al vacío, quisieron transformarse en pajaritos...
Alguien me preguntó si la persona que comete suicidio siendo cristiana perdía la salvación, puesto que el suicidio es pecado. La respuesta no es fácil, simplemente respondí, si Cristo intercedió por sus detractores que permitieron su muerte en la cruz del calvario, gritando: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen", demuestra su gran amor por la humanidad independiente de lo que hicieron o harán. Un hijo de Dios que llegue a esa situación de cometer suicidio como en el caso de Alex, y yo era su pastor, que respuesta debo dar ante semejante hecho. Primero no descarto el amor de Dios que es grande y poderoso y Romanos 8:1 y 2, nos dan luces sobre la posición del creyente en Cristo Jesús, ya en los versículos 32-39 ni la muerte puede separarnos del amor de Cristo.
Ahora en la Epístola 1 Juan 1:9,10 y 2:1,2- establecen que Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados. En conclusión, no pierde la salvación.
Se que no es suficiente la respuesta para justificar a un cristiano suicida que haya tomado esa determinación. Pero yo se que Dios condenó la ley del pecado en la Cruz a través de su hijo Jesucristo.
SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA B.
Me acuerdo de una pareja de casados que conocí en la ciudad de Lima capital del Perú, en uno de mis viajes de misionero en la época de mis estudios de Seminario y aprendí mucho de ellos, a quererlos y a respetarlos. Él era un hombre brillante, de vitalidad fulgurante y de palabra fluida, presidente de una importante institución de enseñanza teológica. Ya estando viejo, tuvo un derrame cerebral, quedó prácticamente paralizado, perdió la capacidad de hablar, que era toda su alegría, y los dos se descubrieron condenados a una soledad sin remedio. Sin ninguna esperanza que les diera razones para vivir, el suicidio les pareció como la única alternativa para aquella situación sin salida. Arthur Koestler y su mujer hicieron la misma cosa. A veces es el dolor sin sentido que hace que la vida se torne insoportable y es frecuente que los torturados apelen para el suicidio como la única manera de huir a la crueldad del torturador.
Otros- y yo pienso que los poetas Maiakovski y Ana Cristina César, junto con un presbítero que conocí en la ciudad de Londrina (Estado de Parana - Brasil) y un diácono de la Iglesia de Vera Cruz (Estado de Sao Paulo- Brasil) donde fui su pastor, se encuadran en este caso - se suicidaron por no vislumbrar esperanzas de escapar de las cámaras de tortura que existían dentro de su propia alma.
"Es indudable que no carece de valor el que tranquilamente se mata, porque se necesita de gran fuerza de voluntad para sobreponerse al instinto más poderoso de la naturaleza, y en una palabra, el suicidio es un acto que prueba ferocidad que debilidad." François-Marie Arouet Voltaire.
Lo que lleva al suicidio no es el sufrimiento físico. Nosotros tenemos una capacidad casi infinita de soportar el dolor, desde que haya esperanza. Mientras que exista esperanza, la vida lucha. Se dice inclusive por ahí que la esperanza es la última que muere. Pero lo más cierto sería decir: la penúltima. Porque a su muerte, cuando la esperanza muere es el prenuncio de la última muerte, la muerte viene en aquel que concluye que no hay más razones para vivir. Cuando mueren las razones para vivir, entran en escena las razones para morir.
Estoy de acuerdo con Camus, cuando el dice que un acto como este es preparado en el silencio del corazón, como una gran obra de arte. El acto suicida no es solamente un acto físico que pone fin a la vida. El futuro suicida imagina cómo hacerlo, en qué lugar es el más apropiado, imagina hasta los últimos detalles. Pero lo más sorprendente, el futuro suicida se imagina a los otros, a sus seres queridos, a sus amigos, imagina sus miradas, sentimientos y pensamientos, delante de su cuerpo muerto. Su acto es un gesto que desea ser comprendido, una palabra que desea ser escuchada.
Aquellos niños y niñas que murieron suicidándose en Hong Kong, ¿que experiencia terrible, pregunto yo, las habría llevado a concluir, luego de unos pocos años de vida, que era preferible morir?
Ellos no estaban enfermos y no pasaban por privaciones físicas: vivían en un paraíso de progreso, vivían en el país considerado uno de los tigres asiáticos, aquellos países que se han destacado por la capacidad de producir riqueza.
Eran estudiantes. Frecuentaban a los colegios de alto nivel. Allí en esos colegios iban a ser preparados para entrar en este fabuloso mundo de ciencia, tecnología, trabajo y riqueza, un futuro asegurado...
Y todo eso, sin embargo, no les dio muy buenas razones para seguir viviendo.
Tal vez por el contrario, que haya sido este mismo mundo, representado por las escuelas y sistemas educativos que les haya dado razones para morir. La noticia afirma que los suicidios de estos niños estaban íntimamente ligado a las presiones insoportables que escuelas y colegios les imponían, en el sentido del desempeño intelectual. Pues es con esto que el progreso es hecho. El progreso es hecho con competición impiedosa. No hay en él lugar para personas que son sensibles a los valores éticos, suaves, humanos. Apenas los implacables sobreviven.
Creo que aquellos niños concluyeron y determinaron que no valía la pena vivir en un mundo como este. Se suicidaron por no soportar la violencia que la producción de riqueza exige. En el mundo de la riqueza, todo niño debe ser destruido con el fin de ser transformada en una unidad de producción económica. Y es para esto que son mandadas a las escuelas y colegios de alto nivel.
Las plantas más delicadas son las primeras en morir. Sobreviven los cactus, los espinos y cardos, las especies salvajes, los parásitos feroces...
Pero en eso aquellos niños no querían ser... Si les hubieran dado una oportunidad de vivir es posible que se hubieran transformado en poetas, en teólogos o artistas. Aquel último gesto, donde se lanzaron de sus edificios lujosos, en verdad, fue un poema sin palabras. Se lanzaron al vacío, quisieron transformarse en pajaritos...
Alguien me preguntó si la persona que comete suicidio siendo cristiana perdía la salvación, puesto que el suicidio es pecado. La respuesta no es fácil, simplemente respondí, si Cristo intercedió por sus detractores que permitieron su muerte en la cruz del calvario, gritando: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen", demuestra su gran amor por la humanidad independiente de lo que hicieron o harán. Un hijo de Dios que llegue a esa situación de cometer suicidio como en el caso de Alex, y yo era su pastor, que respuesta debo dar ante semejante hecho. Primero no descarto el amor de Dios que es grande y poderoso y Romanos 8:1 y 2, nos dan luces sobre la posición del creyente en Cristo Jesús, ya en los versículos 32-39 ni la muerte puede separarnos del amor de Cristo.
Ahora en la Epístola 1 Juan 1:9,10 y 2:1,2- establecen que Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados. En conclusión, no pierde la salvación.
Se que no es suficiente la respuesta para justificar a un cristiano suicida que haya tomado esa determinación. Pero yo se que Dios condenó la ley del pecado en la Cruz a través de su hijo Jesucristo.
SOLI DEO GLORIA
REV. RUBEN DARIO DAZA B.
Hola Pastor: Soy hija de cuyos padres (los dos juntos) que se suicidaron cuando yo tenía 16 años. Los dos al mismo tiempo. Cuando leí y releí su artículo, al comienzo pensé que era otro escrito de pensadores y blogueros que hablan y critican con sarcasmo aquellos que se suicidaron faltándoles el respeto y la dignidad que ellos se merecen. Pero en cambio Usted Pastor les dá respeto,no habla de ellos con desdén y haciendoles criticas, la verdad es que asi de algunos y como yo considero el suicidio absurdo y terrible y más cuando se trata de seres queridos como los mios. En la Parte final dice que los suicidas cristianos, los que disfrutaron de las cosas espirituales de Dios, cuando se suicidan no pierden la salvación, me pareció una afirmación de su parte muy valiente, puesto que católicos y evangélicos es de la opinión que el suicidio es tan poderoso pecado que destruye todo lo que Dios realizó en su plan de salvación. Quitándole la verdadera dimensión que Jesucristo hizo en la Cruz. Con esto espero que haga un estudio y aclare de una vez por todas que pasa con los suicidas cristianos delante del trono de Dios. Porque yo estuve traumatizada por 10 años y gastando mucho dinero en psiquiatras y remedios antidepresivos por el acto en si de mis padres y por que el pastor que hizo la ceremonia fúnebre manifestó públicamente que ellos aún siendo cristianos se habian condenado para ir derechito al infierno, palabras estas que me dejaron casi loca. Pero usted pastor me dió una luz de esperanza. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola Pastor, soy Chilena, cristiana, hija única de cuyos padres murieron porque determinaron quitarsen la vida cuando yo apenas tenía 14 años de edad. Cuando leí su escrito y lo releí de nuevo, encuentro por fin un espacio donde un hombre de Dios habla con tanta serenidad y respeto sobre este tema del suicidio, abordándolo desde el punto de vista humano. La mayoria que he leído en la internet son escritores sin escrúpulos, que con sarcasmos hablan y critican sin respeto alguno sobre los suicidas inclusive los cristianos, considerándolos que no eran personas sinceras con Dios y si que estaban poseidas por el demonio. Con relación a la pregunta de que si los Cristianos hijos de Dios algunos de ellos llegan a suicidarsen que si ellos pierden la salvación o no. Admiro su respeto y la valentia para decir con franqueza lo que piensa y responder contrariamente a los que se oponen con su respuesta, de que los suicidas no pierden la salvación. El pastor de mi iglesia ni siquiera se me acercó para desearme el sentido pésame, sólo dijo que ellos, mis padres, habían perdido la salvación por haber cometido semejante crimen contra ellos mismos. Actitud esta que me dejó loca viviendo en el infierno de la depresión por 10 largos años, gastando dinero en psiquiatras y remedios antidepresivos.Gracias a Dios hoy estoy más aliviada y conformada con la situación. Espero que se anime y pueda exponer más profundamente a través de un estudio a la luz bíblica sobre este asunto, de cual sería la suerte final de los cristianos hijos de Dios lleguen a quitarsen la vida. Muchas gracias y Dios le bendiga.
ResponderEliminarHola Rev Daza: Soy Peruano, y quiero informarle que con relación a su comentário de la pareja que conoció aqui en la ciudad de Lima, tuve la oportunidad de conocerlos, ellos fallecieron en el año de 1998, los conoci a través de mi hermano que estudió en ese Seminário. La verdad que esas dos muertes impactaron a la comunidad religiosa y a la ciudad. Nunca se había pensado que los cristianos pueden llegar a cometer esa barbarie contra ellos mismos, puesto que uno sabe que es Dios quien debe determinar cuando debe nacer y cuando debe morir una persona. Y al ver que el director se mata junto con su esposa, fue una tragedia muy anunciada. La pregunta es si nosotros tenemos ese derecho de seguir viviendo o no, y si tenemos alguna potestad de quitarnos la vida por cuestiones del libre albedrio. Y si la tenemos no cree que Dios hizo alguna cosa medio oscura para permitirle eso al hombre. Se que en la Biblia habla de varios suicidios tanto en el Antiguo Testamento como en el caso del Rey SAul, Sansón en el palacio de los filisteos, y otros casos, ya en el nuevo testamento sabemos de Judas,y del suicidio colectivo de los Judios en Massada... Bueno de todos modos el tema tratado fue muy discreto de su parte, lo hizo a través del pensamiento de un suicida sin quitarles el mérito de la importancia que merece este tema y el respeto de los que ya lo hicieron. Pienso si no faltó una palabra de aliento de aquellos que al leerlo y están atravesando por esas dificultades una palabra de aliento y de esperanza para ellos?. Hay que pensar en eso.
ResponderEliminarApreciado Pastor, conoci este blog hace dos meses por casualidad. Me interesó este tema y muchos otros que ya se han publicado. Con relación a este tema, me parece que es un tema delicado y de dificil abordaje, pero usted lo hizo con mucha serenidad y espíritu neutro. Mi padre se suicidó hace 8 años y siempre me preocupó cual es el final de los que se suicidan delante del trono de Dios. Espero me responda con la capacidad que Dios le ha dado. Muchas Graias. Robert
ResponderEliminarHola Pastor, soy Chilena, cristiana, hija única de cuyos padres murieron porque determinaron quitarsen la vida cuando yo apenas tenía 14 años de edad. Cuando leí su escrito y lo releí de nuevo, encuentro por fin un espacio donde un hombre de Dios habla con tanta tranquilidad y respeto sobre este tema del suicidio, abordándolo desde el punto de vista humano. La mayoria que he leído en la internet son escritores sin escrúpulos, que con sarcasmos hablan y critican sin respeto alguno sobre los suicidas inclusive los cristianos, considerándolos que no eran personas sinceras con Dios y si que estaban poseidas por el demonio. Con relación a la pregunta de que si los Cristianos hijos de Dios algunos de ellos llegan a suicidarsen que si ellos pierden la salvación o no. Admiro su respeto y la valentia para decir con franqueza lo que piensa y responder contrariamente a los que se oponen con su respuesta, de que los suicidas no pierden la salvación. El pastor de mi iglesia ni siquiera se me acercó para desearme el sentido pésame, sólo dijo que ellos, mis padres, habían perdido la salvación por haber cometido semejante crimen contra ellos mismos. Actitud esta que me dejó loca viviendo en el infierno de la depresión por 10 largos años, gastando dinero en psiquiatras y remedios antidepresivos.Gracias a Dios hoy estoy más aliviada y conformada con la situación. Espero que se anime y pueda exponer más profundamente a través de un estudio a la luz bíblica sobre este asunto, de cual sería la suerte final de los cristianos hijos de Dios lleguen a quitarsen la vida. Muchas gracias y Dios le bendiga.
ResponderEliminarMi estimado Rev:
ResponderEliminarEl suicidio implica la desaparición. Implica el fin de los sentidos. Implica el cese del sufrimiento y de la alegría. Implica la nada. El acabar con todo. Continuar viviendo implica enfrentamiento, implica lucha, supervivencia. El suicidio implica huir del enfrentamiento, de la lucha continua. El suicidio implica cobardía, pues es el fin del cara a cara con la vida. Es la retirada final. Pero antes de tiempo, por tanto, es un echar a correr.
Pero entonces… ¿cuál es el mayor acto de libertad? He aquí mi conclusión:
Como decía alguien… No hay nada tan doloroso para la mente humana que un cambio grande y repentino. Por tanto, el mayor acto de libertad es ser capaz de dejar las costumbres, los modos de vida continuos, es decir, las cadenas y ser capaz de viajar de un extremo al otro sin estar atados.
El mayor acto de valentía consistiría en enfrentarse a la vida hasta el final. Y aguantar los golpes y aun así seguir en pie y mirando cara a cara a la vida.
El mayor acto de libertad es no estar atado a nada ni a nadie y ser capaz de cambiar radicalmente y en consecuencia el mayor acto de cobardía sería acabar con todo, mediante la muerte
gracias x tan bella suave y clara explicación.
EliminarYo estoy de acuerdo con el pensamiento de Anónimo. La vida no es fácil. No es de valientes tomar este tipo de decisiones y llegar al suicidio. Pero creo que aquellos que lo hicieron bajo circunstancias que pueden decirsen "justificadas" pienso que ellos merecen todo respeto. Parece ser que el editor de este blog, el Rev. Daza lo que está haciendo es expresar aquello que sienten los suicidas. Y es verdad ellos piensan mucho lo que van hacer, y creo poder entender que ellos nunca desearon la muerte, pero el dolor es tan insoportable que la única salida fue ese acto tan terrible. Digo terrible porque no me gustaria estar en la piel de ellos. Un Saludos a los integrantes del blog
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